Pintura: Primera victoria de Pabón.
Este artículo fue tomado de: avionesbolivia.blogspot.com / Publicado el 10 de
Octubre de 2010.
El 12 de agosto de 1934 el aviador y héroe nacional Rafael Pabón Cuevas cayó en
Campo Florida en pleno Chaco Boreal. Hijo de don Luciano Pabón Rocabado y doña
Carmen Cuevas, ambos de Irupana, capital de la segunda sección de la provincia
Sud Yungas del departamento de La Paz, Rafael estudió en EEUU, graduándose como
Tte. del Ejército Americano. Intrépido, voluntarioso e instructor de pilotos,
en plena campaña escribía: “Existen sacrificios humanos, y entre ellos hay uno
cruel para los seres que se aman: el de morir... morir feliz sacrificando hasta
su sangre por la Patria”.
Pabón no fue derribado
Revisemos la historia para una rectificación. La Tcnl. de Aviación doña Amalia
Villa de la Tapia relata así la muerte de Rafael:
“El retorno triunfal y la gloriosa inmolación de Pabón y Calvo.- El 12 de
agosto llega de Florida a Madrejón un telefonema que informa sobre la bomba
dejada caer por un avión paraguayo, hiriendo al mecánico de la estación de
radio. Es de madrugada y Pabón aún no ha desayunado. Sin embargo, llama
presuroso a su acompañante Calvo, y ambos irrumpen en raudo vuelo con dirección
al horizonte, por donde el sol comienza a elevarse, y allí está una de las
máquinas enemigas que venían de Camacho con la misión de observar las
actividades bolivianas en esa zona”.
La autora prosigue en las páginas 288 y 289 de la obra “Alas de Bolivia”, tomo
II: “Ni el piloto ni su acompañante, que sobrevolaron la zona por más de una
hora, habían podido notar indicios sobre la existencia de caminos bolivianos
que se dirigieran a Pitiantuta, como se informó al Comando en Jefe paraguayo.
La calma total en el sector hizo que decidieran regresar a su base y se
hallaban volando a una altura aproximada de 1.500 m...
Y así venía la máquina, surcando tranquila el cielo chaqueño, cuando de repente
el piloto vio una sombra fugaz deslizarse sobre la cabina de su avión. Notar
esto y mirar atrás fue una misma cosa. Los aparatos adversarios se cruzan sobre
los cielos de Florida y sus pilotos se aprestan a maniobrar conforme la táctica
tradicional de las fuerzas contendoras: Pabón corta la retirada del enemigo y
obliga al combate aéreo sobre las líneas bolivianas. El aviador enemigo, aún
inexperto en las lides bélicas, se limita a ver la manera de huir con prontitud
y, al igual que sus compañeros de arma, vuela a ras de frondosa arboleda. Como
todo piloto principiante, incurre en el error de no arrojar siquiera el lastre
de sus bombas para liberar a su aparato del peso embarazador. Su vuelo bajo
limita las maniobras de su rival sólo a la parte alta, hacia donde la
ametralladora de su acompañante dispara sin cesar, mientras pugna por llegar
sobre las líneas amigas.
Está perfectamente comprobado que ese no fue un combate espectacular no fue una
refriega brillante, el avión paraguayo intenta huir, no responde con maniobras
al potente enemigo. Se juega simplemente la vida, disparando
intermitentemente..., dice el escritor Nicolás Fernández Naranjo, lo que
confirma el autor paraguayo Leandro Aponte: El avión boliviano, gracias a su
mayor velocidad y maniobrabilidad, alcanza a hacer mil piruetas en torno al
Potez, avión bastante más pesado... guiado con tranquila serenidad por Peralta
mantenía su dirección en línea de vuelo con imperturbable firmeza para
facilitar la mayor seguridad posible a la puntería del observador. Esa era la
única alternativa de la defensa...
El piloto paraguayo sospecha o sabe que su contendor es Pabón. Mayor razón para
su preocupación su anhelo de seguir directamente hacia el campo amigo, donde
además se le prestará la protección antiaérea paraguaya. Mientras Pabón acosa
al adversario con arriesgados juegos acrobáticos, que son de su domino y
placer, Calvo acciona su arma intercambiando el fuego mortífero con la máquina
enemiga, que desaparece pronto en el amplio horizonte de los bosques. Los
soldados bolivianos que presenciaron el combate ven que esta máquina ha ido a
caer incendiándose al explotar sus propias bombas... El avión boliviano, que
vuelve una vez más victorioso y poniendo en fuga a otro avión enemigo, se
precipita de súbito en lo más intrincado del bosque. En su desesperación Calvo
atina a saltar fuera del avión con su metralla en la mano; Pabón intenta lo
propio y, al no responder su paracaídas, da el salto final faltando pocos
metros al suelo.
El impacto del avión fue fulminante, destrozándose entre los arbustos
espinosos, pero sin incendiarse. Sin duda Pabón pudo cortar a tiempo los
conductos de los gases. Calvo yace inerte a cien metros de los restos del
aparato. Pabón gravemente herido en su caída, al saltar, logra alcanzar la
sombra de un arbusto, más próximo y agoniza apoyado en él. Sin esperar ayuda
humana y musitando acaso el nombre de Dios, de su Patria y de los suyos, expira
abandonado en su soledad. Nadie sabe entonces de su suerte”.
¡Pabón no fue derribado por la aviación pila!
Restos del avión
En la pág. 291 anota dicha autora: “Por fin el 15 de agosto, el aviador
boliviano Juan Antonio Rivera logra ubicar los restos del avión en campo amigo,
a 10 Km. del sur de Florida, región completamente boscosa. Según el parte
oficial, la patrulla de rescate encuentra un día después el aparato destruido,
el cadáver de Pabón y, al día siguiente, el cadáver de Calvo aferrado a su
metralla. Ninguno presentaba heridas de bala ni estaban carbonizados tampoco.
Hacia el mediodía del 17 de agosto, la dolorosa noticia fue dada a conocer por
las radioemisoras. Al anochecer, luego de un oficio religioso en su memoria, en
Madrejón, los restos de ambos pilotos llegaron a Villamontes para su traslado
al corazón de la Patria”.
“La fantasía en las tardías
versiones del adversario
Recién el enemigo comienza a tejer leyendas inverosímiles, propias de su
fantasía tropical. Según un despacho de Asunción, fechado el 21 de agosto, el
aviador Peralta ha dado detalles emocionantes del encuentro aéreo que tuvo con
el As boliviano... sin testigos... el avión paraguayo atacó al mismo tiempo que
lo hacia su adversario. Ambos enfilaron su proa para chocar, pero pasaron
rozando. Peralta tomó altura y encima mismo del avión boliviano hizo un
violento pique ametrallando directamente al avión boliviano. Inmediatamente
notó que el avión enemigo entraba en tirabuzón, comenzando a incendiarse...”.
La Tcnl. Amalia Villa de la Tapia continúa en la pág. 292: “... Según esta
fábula paraguaya, digna de los dioses del Olimpo, la batalla tuvo lugar ‘sin
testigos’ sobre las tropas atrincheradas del sector Florida; un avión pesado de
bombardeo ‘atacó’ a un caza veloz y logró tomar altura sobre el caza para
ametrallarlo directamente tras un ‘violento pique’, dando así la impresión de
mayor lentitud del avión de caza, que no disparó siquiera en su defensa, antes
bien, cayó inmediatamente en tirabuzón, incendiándose (!). Qué fácil fue para
los paraguayos abatir de esa manera al reconocido y temido As de nuestra
aviación. Y para dar mayor colorido a la fantasmagórica hazaña, que los niños
gustan de escuchar, dan referencias de aciertos técnicos: Uno de los
proyectiles paraguayos había tomado la dirección del eje óptico de colimador
(aparato de puntería) del piloto boliviano, yendo a herirlo naturalmente de
muerte en plena frente...”.
Y la escritora arrima la lógica a las pruebas: “¿Cómo pudieron informarse los
pilotos paraguayos que huían de Pabón, que uno de sus proyectiles tocó
precisamente ‘el eje óptico’ de un ‘aparato de puntería’ enemigo que, por otra
parte, no podía estar en ‘poder del piloto’ a cargo del mando, sino del
metrallista? ¿Cómo soldados enemigos, que nunca recogieron los restos de Pabón,
ni los médicos paraguayos, que no realizaron su autopsia legal, pudieron
informar que una bala ‘hirió naturalmente de muerte’ en la frente de Pabón, y
no en la del metrallista que dirigía su puntería? Pero el pueblo paraguayo, en
su euforia, de alegría al saber la muerte de Pabón, y algún escritor de aquel
país tenido por serio, aceptaron y transmitieron sin reparos las ininteligibles
palabras del cuento guaraní”.
“Sobre la presencia de otro
avión paraguayo en Florida
Las informaciones del frente de operaciones, los comunicados oficiales, así
como las publicaciones de prensa de aquellos días, aseguran insistentemente la
presencia de otro avión paraguayo, además del que terminó con una explosión e
incendio en los bosques aledaños después de su derribo por Pabón”. Doña Amalia
coloca por primera vez una palabra: “al parecer” con una deducción normal, a
falta de una información veraz por la época, tiempo y espacio en una guerra en
la que se ocultaba muchas verdades y derrotas por el enemigo ocasional como en
el caso de la contienda del Chaco.
Leamos en la página 294: “Al parecer fue ese segundo avión, del que nada se
dice, el que era conducido por Peralta y su acompañante Etcheverri. Si acaso
éstos no huyeron oportunamente del compromiso bélico, fueron meros expectantes,
al igual que los soldados bolivianos del frente de Florida, de la caída del
abatido primer aparato paraguayo, seguido después del victorioso Pabón y de
Calvo. Si se admitiera la admirable e inverosímil noticia de que Peralta
afrontó a Pabón, querría decir que éste trabó combate con más de un avión
enemigo”.
En este aparte, la distinguida historiadora acota: “El investigador
norteamericano Cap. Zook, en su obra que vinimos citando, afirma que ‘Ordenóse
que las pequeñas fuerzas paraguayas de Pitiantuta y Bahía Negra convergieran a
Madrejón para marchar sobre Ingavi desde el Sudeste, apoyados por el grupo
aéreo’. Es difícil admitir que Estigarribia hubiese preparado una ofensiva, sin
seguridad de vencer, con una unidad aérea, a cargo de un novicio, sabiendo la
presencia en la base de Madrejón del muy temido Pabón. El servicio de
inteligencia paraguaya ya comunicó esa presencia con base en publicaciones de
los periódicos de Santa Cruz. La Razón de La Paz, de acuerdo con informaciones
de su corresponsal, dice en sus titulares del día miércoles 22 de agosto: ‘El
avión derribado por el as de la guerra llevaba bombas que estallaron,
habiéndose carbonizado los pilotos enemigos y que, antes de morir, el aviador
Pabón puso en fuga un avión enemigo’, continuando en detalle ‘En la mañana del
12 apareció en las cercanías de Florida una máquina enemiga que conjuntamente
con otra efectuaron desde días atrás incursiones sobre nuestras líneas...’”.
Efectuamos un trabajo meticuloso para establecer que:
1.- El Tcnl. Rafael Pabón Cuevas no fue abatido, cayó por razones desconocidas
que, por los tiempos y días de guerra, no se las investigó adecuadamente.
2.- Existe una serie de versiones, entre ellas las del propio héroe en una
carta a su esposa Bethzabé Elío Alborta, sobre sus temores, publicada por El
Deber de Santa Cruz de la Sierra el año 2006. Nos limitamos a copiar el
análisis histórico de la Tcnl. Villa de la Tapia, cuya obra fue publicada para
el Sesquicentenario de la República, con un prólogo del Mariscal aviador
Bernardino Bilbao Rioja, firmado en La Paz, el 11 de julio de l973. La carta de
Rafael es enigmática, escrita por un varón que vivía siempre en peligro de
muerte, cuestionándose sobre el cumplimiento de su deber con la Patria.
Puerto Suárez - Santa Cruz, Bolivia.
Pabon fue derribado, Si avion se ha encontrado en una estancia paraguaya, donde se pueden ver perfectamente el rastro de las balas paraguayas que lo derribaron. Hasta sus helices fueron alcanzadas. Pabon recibio un certero balazo en la cabeza, por lo tanto ese informe de la tcnel. Villa de la Tapia, es falso.
ResponderEliminarMinistro @JavierZavaletaL anuncia que se enviará una comisión de la #FAB a la ciudad de Asunción (Paraguay), para solicitar información y emitir un criterio sobre el avión supuestamente perteneciente al héroe de la #GuerraDelChaco #RafaelPabón, hallado hace unos días pic.twitter.com/oe7hOdJY4JEl reconocimiento
ResponderEliminarEste miércoles, y a partir de las placas encontradas en el motor, se confirmó que se trata del avión pilotado por Pabón. Hasta el lugar del hallazgo, se trasladó un equipo liderado por el senador Arnoldo Wiens, presidente de la comisión Nacional de Sitios Históricos de la Guerra del Chaco
Otro contingente boliviano se llevó una de las dos ametralladoras del avión, dejando la otra junto a los restos hallados esta semana en la propiedad de un colono menonita.
ResponderEliminar"Estaban semisepultados y fueron detectados por una topadora cuando limpiaban la zona de maleza para habilitar el terreno para pasto", relató.