"En esta situación sentimos un olor a carne asada y llegamos al lugar,
vimos con profundo dolor, amargura, rabia, desesperación, no sé como poder
expresarme, el asunto es, que, no pude identificar exactamente, por que los del
"Warnes" decían "Son nuestros oficiales" y otros que eran
soldados, pero el caso era espantoso, un cuadro impresionante, eran dos cuerpos
humanos, que estaban quemados y colgados en los árboles, los habían asado al
pie de unos cajones vacíos de municiones, echando gasolina en su interior y
prendieron fuego para satisfacer sus instintos salvajes y, así podíamos ver la
criminalidad inhumana de los componentes del Regto. "San Martín".
Estimo que toda guerra es cruel, que no tiene contemplaciones con nadie en
absoluto, pero creo que también hay sanciones o por lo menos en esa época
habían organismos internacionales a los cuales podía recurrirse, llevando las
pruebas del delito. Mientras íbamos adquiriendo mayor experiencia a través de
los combates y al paso de los meses y años, estábamos viendo y comprobando, que
al menos en el Ejército paraguayo, no había contemplaciones, se mataba, pero se
mataba con crueldad, con salvajismo, bien que se muera con bala o luchando con
arma blanca frente a frente, pero no torturando, quemando, desnudando y
cortando los miembros humanos. Eso hemos visto con nuestros ojos, no son
inventos, ni espejismos dá vergüenza relatar obras de los bárbaros crímenes que
han cometido nuestros enemigos de ayer.
Sólo existiría una atenuante para nuestros enemigos y ella sería que, en su
mayor parte los autores de estos crímenes eran obra de los soldados de
"Plácido Jara" del Ruso Capitán de una de las fracciones que
comandaba "Bolívar" y de toda esa tropa desorbitada y reclutada en la
frontera Argentina, de esos elementos que habían encontrado la oportunidad de
saciar todos sus instintos de criminales prontuariados y marginados por las
Leyes, de esos ladrones de ganado y acostumbrados a asaltar casas y haciendas
de inocentes pobladores, de esos ex-carcelados, que componían el Regto.
"San Martín", unidad que por desgracia llevaba el nombre del
libertador Argentino. Jamás debió dársele el nombre de este hombre de la
América, por que ese conjunto de bandoleros debían llevar nombres y escudos de
piratas y cuatreros.
Quién vio y comprobó los actos de los componentes del Regimiento "San
Martín", no puede dejar de compartir con estas mismas expresiones, que no
las hago más fuertes y duras y tampoco detallo otras ferocidades cometidas, por
sus oficiales y tropa, sólo por el respeto que, me debo a la opinión pública y
por que no soy, ni estoy tratando de impresionar con mentiras, hablo con
sinceridad y por que me prometí decir la verdad pura y llana, y por que no sólo
me refiero a los actos heroícos y a los desastres, o trate de justificar
algunos hierros de nuestro Ejército, sinó por qué, aparte de todas las
adversidades que hemos tenido que vencer con resignación, con patriotismo y con
valor, todavía teníamos que ver la barbarie y el desequilibrio mental de
algunos combatientes enemigos y que al parecer sobre pasaban los límites
disciplinarios y contemplativos de sus superiores, por que estimo que toda
unidad por pequeña que sea, tiene un superior, y éste debe ser valiente
honrado, patriota, pero no caníbal, bárbaro y cómplice de los desmanes
subalternos. Por ello creo que no sólo los mercenarios contratados por el
Paraguay, pudieron ser los autores intelectuales de todo lo que acabo de
relatar en forma muy resumida, por que un oficial de carrera, reserva o llámame
cualquier otro nombre, si bien la palabra "Guerra" es destrucción,
aniquilamiento desastre; también debe haber humanidad, nobleza en los casos de
los prisioneros, heridos y hasta en los muertos, para que no sean profanados
sus restos, por la misma cultura de los pueblos de todo el mundo.
Todas estas consideraciones son resultados de los cuadros espantosos y
macabros, que jamás y sabiendo los espectáculos que se ven en toda acción de
guerra, pensé ver con mis propios ojos y tragar con amargura la triste realidad
de todo cuando acontecía este sector".
Tte. Jose Garcia Gallegos, "EL CAMPO DE LOS MUERTOS".
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