LA GUERRA DEL CHACO, SIN VENCEDORES NI VENCIDOS


Por: O. Cordova.
 
«SIN VENCEDORES NI VENCIDOS»

—En efecto, al examinar someramente los encuentros registrados durante el período febrero-junio de 1935, descubrimos que todos los ataques paraguayos fueron aplastados por la defensa boliviana, que ninguno de los ataques bolivianos dejó de tener éxito, salvo por el hecho de que las tropas paraguayas, invariablemente, conseguían escurrirse de sus efectos y que, en general durante ese lapso, se expresó una manifiesta superioridad humana y material boliviana y en muchos casos, también cualitativa en el nivel de unidades de combate.
—Por eso, la guerra del Chaco terminó convencionalmente, es decir, por acuerdo de partes, en junio de 1935; pero, desde el punto de vista militar, vale decir técnico, la guerra fue sólo detenida en un momento y en un punto cualquiera de su desarrollo puesto que ninguno de los dos ejércitos había conseguido aplastar a su adversario y dominar su voluntad de lucha. Por tanto, en este aspecto, sí es evidente que el conflicto finalizó sin vencedores ni vencidos.
—Por tanto, si independientemente de los resultados que podían haberse obtenido en caso de continuar la guerra, sólo tuviéramos en cuenta la mejor situación estratégica, la superioridad de medios, la mejor disposición de las tropas para seguir luchando y el mejor apoyo logístico, que tenían los dos ejércitos el último día de la guerra, convendremos en que, ciertamente, al boliviano le correspondían las mayores posibilidades.

—Si las guerras se ganaran también por puntos y no sólo, y exclusivamente, por el quebrantamiento de la voluntad de lucha del adversario mediante la aplicación de la fuerza de las armas Bolivia, podía haber ganado la del Chaco.
— Gral. Juan Lechín Suarez —

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