Por: Arthur Posnansky / Campaña del Acre la Lancha “Iris” Aventuras y
Peregrinaciones. La Paz, 1904. // Foto: lancha Iris en Manaos, (Imagen: negativo
de vidrio / coloreado. / histarmar .com .ar)
La lancha ó sea el vaporcito "Iris" que prestó tan valioso servicios
á las delegaciones bolivianas en el "Acre", así como a las
expediciones militares enviadas a aquel territorio, fue construida en los
excelentes astilleros de R. Holtz en Barburg,-Hamburgo-en 1898 y fue traído por
mí al Acre, con el objeto de trasportar desde aquella región, goma elástica á
Manaos. -Tenía entonces el nombre de Anni.
Sus magníficas cualidades, especialmente la de su poco calado y la de sus
turbohélices, la hacían apropiada como ninguna otra embarcación, para la,
navegación del río Acre en todas las épocas del año.
La Iris antes de la reconstrucción tenía 18 metros de largo y 3 80 de ancho,
con un calado de 35 centímetros, vacía, y solo 70 centímetros cargada con 2 5
toneladas de carga. Las dos máquinas de la fuerza de 48 caballos, eran del
sistema Compound-Tandem y desenvolvían una marcha de 11 3/4 millas por hora. La
caldera del sistema Multitubular Holtz, tenía una superficie de fuego de 16
metros cuadrados, y gastaba una tonelada de carbón ó el equivalente de dos mil
astillas de leña, en 24 horas. El casco era sistema fondo de plato y el
material de acero blando, cuadruplo clavado y reforzado del espesor de 4
milímetros y medio, con tres quillas por dentro.
Constaba la distribución de dos departamentos ó estanques, de dos bodegas de
carga, una bodega para la máquina y caldera, una bodega de hélices y una bodega
para las cadenas de las anclas.
La obra muerta se componía de un toldo de lona impregnado y corrido de proa á
popa, construido con un sistema de ganchos de fierro, cubiertos de madera, más
un toldo á popa de 6 metros de largo barnizado de goma Una caseta de navegación
a la proa, abierta y cubierta de lona impregnada, en que estaban colocados los
telégrafos portavoces y demás útiles de navegación.
En la proa había un winche para levantar anclas y otros servicios; en la popa
tenía un gran winche á vapor para las desencallamientos. Una cocina cerca de la
caldera con sus útiles y un bañero en la popa, completaban todo lo que era
concerniente á la lancha Esta tenía fuerza para remolcar y tenía lugar para
transportar 100 personas. Era la única embarcación que podía navegar el Acre en
tiempo seco.
En Agosto de 1899 tuve noticia de que se preparaba un fuerte movimiento
revolucionario separatista en el Acre. Para impedir el establecimiento de la
soberanía boliviana en dicha región.
El Cónsul de Bolivia en Manaos, el señor Caetaño Monteiro da Silva, cine
también tuvo conocimiento de los preparativos revolucionarios, me buscó y
conociendo mis simpatías por Bolivia me propuso llevar a Puerto Acre elementos
de movilidad, provisiones y municiones para la expedición del Delegado doctor
Muñoz que en esa época debía llegar al Acre.
Desoyendo los concejos de mis relaciones en Manaos, que todas me aconsejaban no
prestarme a auxiliar a las fuerzas bolivianas, llegando a amenazarme con serias
hostilidades en el caso de que lo hiciese, me decidí a prestar mis servicios a
la causa de Bolivia.
Antes de esto me ocupaba yo en cargar goma, mercaderías y provisiones en Manaos
para llevarlas al Acre. Pude pues aceptar la comisión del Cónsul de Bolivia. y
cargué mi embarcación con toda clase de provisiones y elementos para llevarlos
al Delegado boliviano señor Muñoz. - Este acto me valió la, odiosidad de los
habitantes del estado de Amazonas y de los del Pará, que anhelaban el éxito de la
revolución a que todos los brasileros directa o indirectamente franca ó
simuladamente, cooperaban.
Después de 18 días y otras tantas noches de navegación penosa, luchando con las
dificultades de un río casi seco y difícilmente navegable en esa época, llegué
con el personal casi todo enfermo, á Caquetá, en donde tuve noticias de que la
expedición Muñoz aún no había llegado y de que acerca de ella no se tenía
noticias.
Almacenó las mercaderías destinadas a la Delegación en el lugar llamado Andira
y bajé con el vaporcito hasta la cachuela del Purús en donde cargue nuevas
mercaderías y espere noticias de la expedición boliviana.
El 8 del mes de Noviembre bajó el Mayor Manuel A. Sanjinés, quien fue el
primero que me comunicó algo referente á las fuerzas bolivianas. Le facilite
los medios para bajar hasta Manaos y yo levanté anclas con dirección a Puerto
Alonso. En la travesía supe que los revolucionarios sabiendo que las
mercaderías depositadas por mí en Andira eran destinadas a los bolivianos, las
saquearon causándome un perjuicio de cerca de £ 2,000.
Navegué día y noche y pasé con bastante peligro por los barracones dé los
revolucionarios, que sabiendo que yo llevaba elementos y provisiones para las
tropas bolivianas, trataron de impedir mi llegada a Puerto Alonso, donde llegué
el 14 de Noviembre y fondeé frente al puerto.
En el acto bajé a tierra donde el Delegado señor Muñoz a, cuya disposición puse
el vaporcito "Anni", con todo su contenido, sin preguntar siquiera en
ese momento, cómo cuándo seria pagado.
Mi entusiasmo me llevó más lejos pues como militar é ingeniero naval me RUM; a
las órdenes del señor Delegado, ofreciéndole mis servicios, que fueron
aceptados.
El día 16 (noviembre) con una pequeña guarnición de soldados a bordo subí,
hasta Empresa burlando los esfuerzos de los revolucionarios, para capturar la
lancha. Tomé á bordo al teniente coronel Pastor Baldivieso con su tropa, que
iba á reunirse con la guarnición del Puerto, llamado desde esa época Puerto
Acre en vez de Puerto de Alonso nombre con el que fue bautizado por su fundador
el doctor Paravicini.
El Teniente Coronel Baldivieso traía preso á Gentil Tristán Norberto, titulado
Presidente del Estado Independiente del Acre. Llegamos sin novedad el 19 á
"Puerto Acre"; y pocos días después se efectuó la venta al Delegado
señor Muñoz del vaporcito "Anni" que fue bautizado por su padrino el
ler. Více-presidente de la República don Lucio Pérez Velasco, con e1 nombre de
"Iris".
Debo aquí hacer notar que hallándole en ese momento, la Delegación Boliviana en
una situación incierta y precaria, no trepidé ni tuve recelo en venderle el vaporcito,
y las mercaderías á crédito y á plazo indefinido.
Si este hecho no es digno de algún merecimiento que lo digan los bolivianos que
desde 1899 vivieron con el corazón angustiado, especiando la desigual y
homérica lucha que el soldado boliviano tuvo que sostener contra los
revolucionarios que contaban, como á aliados al clima Insalubre, a la escasez y
falta de elementos, al desierto, en fin, cuyas largas distancias abrumaban al
patriota soldado boliviano.
----------------------
Links relacionados:
No hay comentarios:
Publicar un comentario