Por: Marco A. Flores Nogales (*)
CNL. DAVID TORO
Uno de los grandes conductores de la Guerra del Chaco (1932-1935) fue el
coronel José David Toro, nacido en Sucre el 24 de junio de 1898. Fundador de la
sección de operaciones del Estado Mayor general de Bolivia y jefe de Estado
Mayor durante la guerra, fallecido en 1978 en Sucre.
Rescatamos una de las pocas entrevistas, quizás la única, realizada a este
personaje por la Semana Gráfica, en la que narra las heroicas acciones del
Ejército boliviano en Kilómetro Siete que se suscitaron en 1932.
RELATO DE LA SEMANA GRAFICA
No ha sido tarea fácil el tener que entrevistar al coronel Toro, jefe de
operaciones del Ejército en campaña, desde su llegada a esta ciudad. Lo
sorprendemos haciendo está tranquila vida de hogar, rodeado de sus niños y
familiares. Nos recibe con esa amabilidad tan suya y le pedimos se sirva
hacernos algunas declaraciones. Las evade con tono culto y distinguido y nos
remarca que los “soldados que sólo cumplen su deber y no tienen por qué
inquietar a la opinión pública en modo alguno, a no ser, dice, que deje de
cumplirlo”.
Insistimos y sólo podemos obtener una brevísima reseña sobre la sobriedad de
nuestras tropas en la guerra actual, su atinada y eficiente dirección, la
unidad de ideas y obras, “no tanto, nos recalca como la que está dando ya
nuestra retaguardia”. “Solo con un bloque tan férreo como el que tenemos entre
el pueblo y las tropas combatientes, es posibles llevar al país –nos dice- a
cumplir los grandes destinos que le están reservados”. Entramos luego en tema,
y el coronel comienza por referirse a la resistencia boliviana en Kilómetro
Siete”.
KILOMETRO SIETE
Después de Boquerón (septiembre de 1932), amparadas en su enorme superioridad
numérica y de equipamiento, las tropas paraguayas continuaron su avance hacia
el Sur, capturando los fortines Lara, Ramírez, Yujra y Arce. A tiempo de
capturar este último fortín fueron engañados por una artimaña del músico Jesús
Arce Quinteros, quien logró desviar el esfuerzo paraguayo hacia Fernández,
Toledo, Bolívar, Platanillos, Jayucubás; que estaban casi vacíos.
Entretanto en Alihuatá, aprovechando ese inesperado respiro, 1008 combatientes,
al mando del teniente coronel Bernardino Bilbao Rioja, decidían hacerle frente
al enemigo sin importar el sacrificio de sus vidas. Estos héroes buscarían
lograr su propósito en Kilómetro Siete viendo que el enemigo se acercaba a
Saavedra, en pocos días, los voluntarios pudieron construir ligeras trincheras
para resistir mejor los ataques. Estos atacaron del 5 al 8 de noviembre pero
fueron rechazados, por lo que los soldados paraguayos se vieron obligados a
buscar refugio en el borde norte de los pajonales de Campo Candia.
“No es posible hablar de Kilómetro Siete como si fuera una acción aislada. Es
una gloria conjunta de todas las unidades del comando del Primer Cuerpo de
Ejército”.
La consigna previa de: ¡No pasarán!, había sido cumplida por los bravos
voluntarios bolivianos en la batalla de Kilómetro Siete. Posterior a esta
acción Estigarribia había fijado como su objetivo: el fortín Saavedra
desarrollándose la batalla que lleva el mismo nombre. El ataque del primer día
-7 de diciembre- no consiguió ganar ni un metro de terreno. Las acciones secundarias
realizadas contra Agua Rica, Murguía y Cuatro Vientos, tampoco le habían dado
un buen resultado. La derrota paraguaya le causó a su ejército otras 2.000
bajas.
Un contra ataque boliviano realizado el 27 de diciembre, también fue rechazado
sangrientamente. En él murió el heroico comandante del “Campero” mayor. Germán
Jordán, simultáneamente, nuestras tropas en el norte, recapturaban Platanillos,
Toledo, Jayucubás, Loa y Bolívar. A partir de ese momento, en el sector del
Pilcomayo, se llevó a cabo una guerra de trincheras, con todas sus
características y modalidades.
Sobre esta gran batalla el coronel Toro indicó: Cobra memoria y con justeza y
precisión comienza a expresarse así textualmente: “No es posible hablar de
Kilómetro Siete como si fuera una acción aislada. Es una gloria conjunta de
todas las unidades del comando del Primer Cuerpo de Ejército que se hallaba
integrado en ese entonces, por las reducidas fuerzas bolivianas de la Cuarta y
Séptima División.
Si la Séptima División no hubiera sostenido Agua Rica y todo el sector Sud, no
existiría la histórica acción de Kilómetro Siete o Campo Mayor Jordán, cuando
se escriba la Historia de la Campaña, el país conocerá quienes son los
verdaderos autores y actores que contribuyeron más eficientemente a realizar
esa gran jornada que sirvió para contener y quebrantar en forma completa la
ofensiva enemiga.
Resulta siempre ingrato apuntar nombres cuando se trata de acciones en las que
cada uno de los elementos que han actuado en ellas, ha puesto de su parte toda
su decisión, patriotismo para contribuir al éxito. No obstante, se puede
adelantar que el terreno, la posición misma, etc., fueron elegidos por el
Comando del Primer Cuerpo y que, además este organismo fue quién ejercitó la
dirección de conjunto y las mismas operaciones.
Entre los elementos que se destacaron en esta acción, figuran los nombres del
coronel Enrique Peñaranda, que, debido a su grave estado de salud tuvo que ser
evacuado a Villa Montes después de haber actuado en Corrales, Toledo, Boquerón,
Yujra, Arce y además, después de haber dejado posesionadas a sus tropas en
Kilómetro Siete.
Asimismo, la del teniente coronel Bilbao (Bernardino), quien quedó a cargo del
Comando del Destacamento; la del teniente coronel Jordán, en ese entonces mayor
y comandante de los regimientos Loa y Campero, que fue quien trabajó las
posiciones de kilómetro Siete, y tuvo la máxima actuación, hasta el desgraciado
acontecimiento de su muerte.
La del actual teniente José Rivera, que debido a su pericia, dinamismo y
valentía, consiguió que nuestra artillería se impusiera por primera vez como
arma de gran eficacia, cumpliendo su verdadero rol en el combate; la del mayor
Florián Montán, hoy teniente coronel comandante del nuevo Regimiento Campos.
La de los capitanes Castrillo, Pol y Rocha, ejes del movimiento y del esfuerzo
bajo la égida de Castrillo, que, encima es sabido, su actuación en el curso de
la campaña llegó a ocupar un puesto de honor al lado de los héroes máximos de
la guerra o sean de Germán Jordán, Carrasco y Busch. El orden en el que deben
quedar ante la historia los grandes héroes, es el siguiente; Jordán, Busch,
Castrillo y Carrasco.
Vuelvo a remarcar, que no se puede hablar de kilómetro Siete como acción
aislada. El comando de la Séptima División a cargo del coronel Gerardo
Rodríguez, los comandantes de los Regimientos “Ayacucho” y “Azurduy”, tenientes
coroneles Rivas y Barros, que defendían ya que pusieron de su parte todo el
esfuerzo necesario para contribuir al éxito del conjunto.
Al referirse a la aviación tuvo frases de verdadera admiración por dicha arma a
la cual calificó enfáticamente como “la gloria del Chaco” bajo la destacada
dilección de Jorge Jordán actual director de las fuerzas aéreas en campaña. Nos
nombró a media docena de nuestros más hábiles pilotos seguidamente tuvo para
sus camaradas del Cardozo, Paz Soldán, Ramallo y otros, frases de
agradecimiento.
A esta altura de su conversación insistió en que había tantas acciones y tantos
hechos heroicos que hallaba difícil, sino imposible, indicar siquiera sea
someramente los nombres de todos aquellos que se habían distinguido.
Nos dice que el viernes próximo partirá a los baños de Urmiri y que cumplida su
licencia, regresará al lugar de sus funciones.
(*) Es periodista de LA PATRIA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario