UNA INVEROSÍMIL INCURSIÓN AÉREA
Durante la Guerra del Chaco, la aviación paraguaya al margen de ser empleada
casi exclusivamente en misiones de observación y reconocimiento, muy raras veces se aventuraba a realizar furtivas incursiones
a nuestras líneas y fortines avanzados; pero, el día domingo 8 de julio de 1934, cuatro Potez 25 ejecutaron un audaz
bombardeo, a gran altura1), al fortín Ballivián; si
bien, uno de los objetivos era destruir en tierra los cinco aviones alineados
al borde de la pista, todas las bombas cayeron lejos del blanco o no estallaron2), lo que dio la oportunidad para que despeguen
rápidamente cuatro Curtiss.
BATALLA AÉREA
Por primera y única vez en ese conflicto bélico se enfrentaron dos escuadrillas
de cuatro aviones cada una. Para ser más ecuánime, me remito a la versión de uno de los pilotos paraguayos, el Tte.
Homero Duarte, que dice: “Cuatro aviones bolivianos dieron alcance a nuestros Potez, entablándose un combate espectacular que acaso
haya sido el más memorable de cuantos se libraron en el cielo chaqueño...nuestra escuadrilla siempre en rigurosa
formación, describiendo un amplio círculo recibe el ataque de los cazas bolivianos, superiores en performance;…Atacaban
furiosamente, ametrallando desde cortísima distancia, viniendo de todas direcciones –de atrás de los lados, en picada desde arriba,
por delante. Esos pilotos bolivianos estaban bien adiestrados y eran de gran coraje porque aprovechaban al máximo la
maniobrabilidad de sus máquinas y se exponían de
continuo a la potencia de fuego de las ametralladoras apareadas de nuestras
torrecillas…Era inexplicable el empecinamiento aparentemente suicida de los aviadores enemigos por el hecho de que a poco de
iniciado su ataque, habían logrado herir a dos de nuestros observadores, cuyas ametralladoras se veían oscilando
inofensivas en sus torrecillas…Con todo, después de innumerables ataques tendientes a romper nuestra disciplinada formación de
combate con la evidente intención de batirnos uno a uno, sin poder lograrlo…Y volando aún nuestra escuadrilla en plena
retaguardia enemiga pudo verse a los cazas bolivianos abandonar la lucha y descender desordenadamente hacia su base”3).
Otro aviador de ese país complementa: “…Del lado paraguayo el Tte. Fabio
Martínez resultó con siete heridas, todas felizmente leves. Salieron igualmente tocados por las balas en aquel combate, el
Comandante de la patrulla Cap. Isidoro Jara, el
piloto Tte. Arsenio Vaesken y el observador Tte. César Corvalán, el 50% del
personal paraguayo herido, sin haberse perdido una sola máquina. Los aviones literalmente fueron cubiertos de impactos; en el del
Cap. Jara llegó a contarse 80 perforaciones”4).
La conformación de las tripulaciones bolivianas era la siguiente: Los dos
Curtiss 35 “Hawk” II estaban al mando del My. José P. Coello y del Cap. Juan A. Rivera; mientras que los otros dos Curtiss
“Osprey” C14R tenían como tripulantes al Tte. Carlos Lazo (piloto) y al Sgto. Luis Lavadenz (Metrallista) y al Sbtte. Alberto Alarcón
(Piloto) y al Sof. Federico Pol (Metrallista).
En el fragor de la emocionante batalla, el tanque de combustible del “Hawk” del
My. Coello recibió algunos impactos, lo que le obligó a aterrizar para despegar casi inmediatamente en otro “Hawk”; pero,
los paraguayos ya habían emprendido el retorno.
Esta sensacional batalla aérea, no fue un espectacular “dogfight”5), porque la
escuadrilla paraguaya siguiendo una de sus peculiares tácticas volaba en formación cerrada, lo que dificultaba el ataque
de las aeronaves bolivianas; pero aun así lograron ponerlos en precipitada fuga con el resultado descrito por sus historiadores.
El siguiente documento testimonia el éxito de la batalla aérea: “El Jefe de las
Fuerzas Aéreas, Tcnl. Jorge Jordán, felicita a la ‘Escuadrilla Coello’ por su actuación frente a los cuatro aviones enemigos que
volaron sobre Ballivián. Se hace extensiva esta felicitación al Sbtte. Alberto Alarcón, quien no obstante no pertenecer a la
Escuadrilla, tomó parte con decisión en el combate”6).
LA FALACIA DE UN DERRIBO
Uno de los mitos más falaces que actualmente se viene manejando en la
historiografía paraguaya es el imaginario derribo en esa batalla de uno de los aviones bolivianos, donde supuestamente perdieron
la vida el My. Eliodoro Nery y el Sbtte. René Dorado. Pero, la abundante documentación oficial y los testimonios de
contendientes de esa gesta histórica, de ambos bandos,7)
desechan ese mito, porque ambos aviadores bolivianos perecieron en un accidente
aéreo que infortunadamente se produjo ese mismo día en Villamontes (A más 200 km de Ballivián) y a la vista de casi toda
la población; el envejecido avión de observación y bombardeo Vickers “Vespa” No. 23, que era utilizado sólo para entrenamiento
de vuelo, se precipitó a tierra por la rotura de la hélice de madera, que provocó una intensa vibración y el posterior
desprendimiento del motor en pleno vuelo.
Sin embargo, deshonestos pseudohistoriadores paraguayos imbuidos de un excesivo
e incomprensible chauvinismo, siguen pregonando, sin fundamento alguno, esa imaginaria “victoria aérea”, al extremo
de que desde 1995 conmemoran el 8 de julio como “Día de la Aviación de Caza en el Paraguay”.
NOTAS:
1) Debido a la batería antiaérea "Gorriti" con piezas Oerlikon.
2) Estas rústicas bombas de fabricación paraguaya, denominadas “Piñas”, eran
muy ineficaces.
3) My. Leandro Aponte. La Aviación Paraguaya en la Guerra del Chaco, Pág.
219-222.
4) My. Leandro Aponte. 50 Años de Aeronáutica en el Paraguay. Pág. 228
5) “Pelea de perros”, combates acrobáticos de escuadrillas de la I Guerra
Mundial.
6) Orden del Día de las Fuerzas Aéreas de 8 de julio de 1934.
7) My. Homero Duarte (Piloto paraguayo), Sof. Luis Lavadenz (Observador
boliviano); Cnl. César Gorriti (Cmdte. Batería. Antiaérea y Cnl. Alfredo del
Río, mecánico..
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