Por: Maurice Cazorla Murillo, publicado en El Fulgor de Oruro el 1 de diciembre
de 2019.
Hace pocos días, la fecha 19 de noviembre pasó desapercibida por los conflictos
que nuestro país atravesaba; sin embargo, para la historia nacional, constituye
un hito importante dentro la cronología de la Guerra del Pacífico, la batalla
de San Francisco que enfrentó al ejército chileno y al Aliado de Bolivia y Perú
en el cerro llamado de “Dolores”.
Para Oruro, reviste importancia por el hecho de que un batallón compuesto por
reclutas traídos de la Provincia de Paria y Carangas, formaron esta unidad de
más de 500 efectivos. Por la situación de crisis económica y en cumplimiento
del Decreto del 18 de febrero de 1879 del Gobierno para la movilización de
tropas por departamento, se convocó a los hombres hábiles para este servicio.
El nombre primigenio era “Carabineros 1º de Oruro” que aglutinaba a reclutas de
ambas provincias y cuyo comandante era el abogado y militar Donato Vásquez.
Posteriormente, esta unidad cambia de nombre a “Batallón Dalence”. Los
oficiales, eran ciudadanos de la ciudad como también de Poopó y Challapata.
Podemos imaginarnos la salida de la plaza de Oruro, la arenga de autoridades y
su comandante en los balcones de la Prefectura, lamentablemente, no queda
registro de este hecho histórico, pero podemos imaginarnos la salida por el
sector Norte de la ciudad, en el sector del Cerro de San Pedro, una columna de
hombres sin uniforme y sin armamento, el mismo que debía ser entregado en la
ciudad de La Paz.
Luego de algunas jornadas de caminata, llegaron a La Paz y luego de algunos
días, salieron por un lapso de doce días conformando la Segunda División del
ejército Aliado a cuya cabeza se encontraba el mismo presidente, el General
Hilarión Daza, llegando a Tacna el 30 de abril de 1879.
A esta columna de hombres, le siguieron las inseparables rabonas, que llevaban
a cuestas a sus niños y los utensilios para preparar el rancho (comida) de sus
hombres que formaban el batallón.
Luego de permanecer varios meses en la costa peruana custodiando sus puertos,
es trasladado con la primera división a Pozo Almonte el 9 de noviembre; sin
embargo, días después es llevado a la oficina de Telégrafo “San Francisco” en
las faldas del cerro de Dolores. Luego de varias jornadas de caminata, no
estaban alimentados y se encontraban muy cansados, además de desmoralizados luego
de ver cadáveres insepultos de soldados del ejército aliado a su paso por Agua
Santa y Pampa Germania.
Al día siguiente, el 19 de noviembre, el General Carlos Villamil dispuso que
algunas columnas del Batallón “Illimani” y “Olañeta” iniciaran el ascenso al
cerro donde el ejército chileno se encontraba.
El “caliche” o la neblina que se levantaba a primeras horas de la mañana era
espesa y apenas se podía divisar el horizonte. El Batallón “Illimani”,
comandado pro el coronel Ramón Gonzales apodado “Pachacha”, iniciaron el
ataque; por el Norte, parte de la división Villegas el cual estaba integrada
por el Batallón “Dalence” y el “Illimani”, atacaron la Batería chilena del
Mayor Salvo, que fueron rechazados por sus artilleros, pero con muchas bajas en
su frente.
Se organizó un segundo asalto, una compañía del Batallón “Dalence”, causa 22
muertos de sus 58 artilleros, esta compañía era comandad por el heroico coronel
Lavadenz. En esta compañía se encontraba el corneta del Batallón “Dalence”:
Pascual Mariano Mamani, que logró montarse en un cañón chileno con la pierna
fracturada, tomó su clarín y llamó a las tropas aliadas; sin embargo, fueron
repelidos a bayoneta calada por el batallón Chileno “Atacama” 1º. El Corneta
Mamani, cayó inerte a los pies del cañón a lado del comandante peruano Teniente
Coronel Ladislao Espinar.
Mientras, parte de la División Villamil eran repelidos por el fuego del
ejército chileno, pero el caliche no permitía divisar a los aliados que
ascendían el cerro, por lo que los disparos desde la cima impactaban en la
espalda de sus propios camaradas.
Las tropas estaban listas para el ascenso, sin embargo, inexplicablemente se
escucho “¡A Oruro!, ¡A Oruro!”, las tropas bolivianas iniciaban una fuga por el
desierto, quedando solos en el campo de batalla los restos del “Dalence, el
“Illimani” y el batallón peruano “Zepita”. Días después, por desconocimiento de
la zona, fueron encontrados muchos dispersos que pedían ser prisioneros en los
campamentos chilenos, no habían tomado agua ni probado alimento y habían dejado
en el camino a varios de sus camaradas.
Podemos recordar a algunos oficiales de este batallón que participaron en esta
batalla de “San Francisco”: en la plana Mayor Primer Jefe Cnl. Donato Vásquez,
Segundo Jefe Cnl. Grad. José María Sierra, tercer jefe Cnl. Grad. Aparicio
Martínez, Subteniente Segundino Sempertegui, Sargento 2º Eliodoro López, Cabo
1º Daniel Veneros, Soldados Ignacio Zeballos y Germán Veneros, Gabriel C.
Grandon Caballero cadete, furriel del Batallón Dalence; oficiales heridos
Domingo Vargas, Nicanor Romano, Toribio Quintanilla y Segundino Sempertegui,
caídos en el tercer asalto a los cañones de la Batería Salvo.
Este fue el desenlace y la participación de los orureños en la guerra del
Pacifico hace ciento cuarenta años, de manera particular rememoramos la
participación el batallón “Dalence” en la batalla de San Francisco aquel 19 de
noviembre de 1879; hijos del departamento de las antiguas provincias de Paria y
Carangas que ofrendaron con sus vidas en una guerra muy lejos de sus hogares y
de quienes jamás se supo, quedando tendidos con la misma ropa con la cual
salieron de Oruro, sin uniforme, sin instrucción y defendiendo tierra ajena.
Disponible en: https://elfulgor.com/nota/5de3b1e3a711c/140-anos-de-la-batalla-de-san-francisco-en-la-guerra-del-pacifico
Foto: Representación de la batalla de San Francisco.
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Mas: Historias
de Bolivia.
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