BARRIENTOS Y MELGAREJO // MELGAREJO ASALTA EL PODER


Por: Tomas Molina Cespedes / 27 de diciembre de 2019.

El 28 de diciembre de 1864, DÍA DE INOCENTES, el tarateño Gral. Mariano Melgarejo Valencia asaltó el poder, incautándole la silla presidencial a su benefactor y padrino José María de Achá. La noticia de que Melgarejo era el nuevo Presidente fue tan insólita que muchos creyeron que se trataba de una INOCENTADA. Un siglo después, en 1964, el también TARATEÑO y Gral. René Barrientos Ortuño, asaltó el poder desplazando de la presidencia a su benefactor, padrino y compañero de partido Víctor Paz Estenssoro, siendo su vicepresidente. Pero las semejanzas entre ambos generales TARATEÑOS son muchas más y resaltamos las principales: Ambos fueron hijos “naturales” (de padres no casados), monaguillos, huérfanos de padre y madre a temprana edad, golpistas consumados, desleales, arengaban en español y quechua, jinetes expertos, viajeros impenitentes, mujeriegos, audaces y temerarios, joviales y galanes, estrenaron nuevas constituciones, murieron trágicamente y ambos son hijos predilectos de TARATA. Ahondando un poco más, diremos que tanto Melgarejo como Barrientos llegaron a la Presidencia de la República traicionando al gobierno del que formaban parte. Melgarejo llegó a la Presidencia el 28 de Dic. de 1864 mediante golpe artero a su protector y compadre José María de Achá, de cuyo gobierno era Prefecto de Cochabamba. Barrientos llegó a la Presidencia el 5 de noviembre de 1964 mediante golpe militar a su protector, compañero de partido y compadre Paz Estenssoro, del que era su Vicepresidente. Ambos tenían el grado de generales de la República cuando asaltaron el poder y ejercieron la Presidencia. El indicado grado militar lo consiguieron con el apoyo de los Presidentes a los que tumbaron. Melgarejo y Barrientos eran audaces y temerarios en extremo. Basta mencionar, sobre el primero, la forma cómo ingresó a Palacio de Gobierno e hizo matar a Belzu, convirtiendo una total derrota en una victoria sorpresiva. En cuanto al segundo su salto espectacular en un paracaídas, siendo Comandante de la Fuerza Aérea, artefacto en el que otro había encontrado la muerte. Con la bendición de las Diosas Venus y Afrodita, Melgarejo y Barrientos tuvieron muchos amores, matrimonios e hijos. Ambos eran simpáticos en el trato, ocurrentes, divertidos y diestros en el baile, además de ser afectos a la buena comida, a las mujeres y a la bebida. En la plaza de Tarata se alzan sus apolíneos monumentos y la buena chicha es el brebaje que acompaña su memoria. ¡SALUD!

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