COLUMNA PORVENIR: BATALLA EN LA BAHÍA (Guerra del Acre)


Por: Jorge Abastoflor Frey / 11 de octubre de 2019. // Foto: Pintura, Batalla de Bahía (Creditos: Sol de Pando)

Amanece frenéticamente el 11 de octubre de 1902 en el Noroeste boliviano. El enclave boliviano de Bahía, tomado por fuerzas separatistas acreanas, se encuentra sitiado y bajo intenso fuego desde el día de ayer 10 de octubre. Toda la noche y la madrugada los atacantes bolivianos han presionado la línea defensiva sin conseguir el éxito. La situación es desesperada, con la llegada de los rayos del sol se hará evidente para los separatistas que los bolivianos son ampliamente superados en número. ¡hay tres combatientes separatistas por cada boliviano!
Cuando la verdad salga a la luz, los separatistas pasarán a la ofensiva.
El origen de la fuerza de combate boliviana es el más insospechado. Después de que el Ejército boliviano, reforzado con ciudadanos bolivianos habitantes del Noroeste, hubo vencido en la Primera Campaña del Acre, un segundo levantamiento se había gestado en la región. El 07 de agosto de 1902, en la localidad de Chapurí, varios funcionarios bolivianos fueron tomados prisioneros por un nuevo grupo separatista, encabezado por los líderes brasileños Plácido de Castro y José Galdino de Assis Marinho. (Aguirre)
Después de esta acción, los separatistas se dividieron en dos cuerpos: el primero al mando de Plácido de Castro; el segundo, al mando de José Galdino de Assis Marinho. Este segundo cuerpo se dirigió al Alto Acre para tomar las Barracas de los siringueros bolivianos. Galdino llevó a cabo su objetivo a sangre y fuego, comportándose de manera cruel con la población boliviana indefensa.
En la Barraca Santa Cruz, de propiedad de Ángel Roca, los separatistas obtuvieron el mayor botín. El administrador de la Barraca, Gonzalo Moreno, consiguió de milagro salvar la vida e inmediatamente emprendió una penosa huida hacia la población de El Porvenir, encabezando a los sobrevivientes de la Barraca Santa Cruz. En El Porvenir, Moreno consiguió el apoyo de 30 hombres, con quienes trató de recuperar la Barraca perdida, pero sin éxito (Mercado). A pesar del fracaso, aquellos 30 valientes se convirtieron en el núcleo de una de las más legendarias fuerzas de combate que haya tenido Bolivia en su historia: la Columna Porvenir.
Pronto este grupo de combatientes sería reforzado por más bolivianos que escapaban de los ataques que protagonizaba la fuerza separatista del brasileño Galdino sobre las poblaciones y factorías bolivianas. La fuerza boliviana se multiplicó por 6 en poco tiempo y recibió el apoyo económico y material del empresario boliviano Nicolás Suarez. Además, la Columna Porvenir fue organizada e instruida por oficiales bolivianos que vivían en la zona, comandados por el Capitán Federico Román.
La Columna Porvenir se prodigó en la defensa del territorio nacional, llevando a cabo una guerra irregular implacable contra los separatistas en la zona comprendida entre el río Acre y el río Tahuamanu. Sus ataques sorpresivos y su rápida desaparición en la densa selva del Amazonas se convirtieron en su marca de identidad (Alaiza). El éxito de la Columna Porvenir y la esforzada llegada de tropas del Ejército boliviano impidieron que los separatistas avancen hacia el sur y conquisten las márgenes del río Beni, como era su objetivo.
El Capitán Federico Román reconoció el temple y liderazgo de Gonzalo Moreno y le dio su apoyo para comandar una fracción de la Columna. Sin embargo y a pesar de los éxitos obtenidos, Moreno ardía en deseos de vengar los atropellos cometidos por Galdino y su gente. El destino le proveería una oportunidad muy pronto.
En la primera semana de octubre llegó al Comando de la Columna Porvenir la noticia de que el líder separatista Galdino, a la cabeza de más de 250 hombres, había tomado la Barraca de Bahía. ¡Barraca! Realmente el nombre no le hacía justicia al importante enclave que era Bahía. Este punto estratégico era un complejo industrial que tenía instalaciones para albergar un centenar de trabajadores y sus familias, además de la planta administrativa. Bahía contaba con infraestructura para procesar y almacenar toneladas de goma elástica, que era el producto que había ocasionado la guerra que se disputaba. Pero, aún más importante, Bahía era capaz de recibir simultáneamente hasta 10 vapores de gran tonelaje, que traían recursos para la subsistencia de la población y que se encargaban de sacar la goma elástica de la zona, para su exportación.
Otro aspecto de importancia estratégica, Bahía controlaba el camino que conducía al río Tahuamanu y al interior de Bolivia. Al discutirse las implicaciones de la caída de Bahía, Gonzalo Moreno, al igual que los demás comandantes de la Columna Porvenir, sabían que la pérdida de Bahía bien podía significar la derrota definitiva en el Acre. Pero la mayor parte de la Columna está desplegada en distintos puntos del curso del río Acre. Solamente se pueden reunir 90 combatientes en total para encarar el ataque. ¡Tendrá que bastar!
La Columna Porvenir se desplazó rápidamente y comenzó su ataque sobre los separatistas en Bahía el 10 de octubre de 1902, a las 3 de la tarde. Los separatistas resistieron con éxito todo ese día, durante la noche y hasta la llegada de la mañana siguiente.
Con el rápido ascenso del sol, su luz reveló que los separatistas se habían replegado al centro del enclave de Bahía, en una enorme instalación techada, que servía de centro de acopio de la goma elástica. El Comando boliviano, entonces, concibió un plan para acabar con la resistencia separatista, antes de que estos se dieran cuenta de que los números les favorecían ampliamente. Era un plan arriesgado y su éxito dependía del uso del armamento más impensado, pero valía la pena intentar.
El plan se comenzó a ejecutar a las 10 de la mañana del 11 de octubre. Pero en pleno despliegue, el comando boliviano fue advertido de la aproximación de una fuerza separatista que venía en auxilio de los sitiados. Era el resto de la tropa que tenía bajo su mando Galdino, que venía desde la población de Nazaret y estaba en pleno proceso de cruzar el río Acre, 200 metros aguas arriba de donde se producía la Batalla. (Román)
El Capitán Federico Román tomó 10 combatientes bolivianos de los 90 que se esforzaban por mantener la presión sobre Bahía. Román se colocó en el lugar de paso y ordenó abrir fuego cuando la vanguardia separatista estaba a treinta metros de cruzar el río. El ataque causó una gran mortandad entre los separatistas. Pero eso no fue todo. Cuando estos trataban de retirase, se escuchó un fuerte estruendo seguido de un intenso oleaje en las aguas del Río Acre.
¡El arriesgado plan resultó! El Comando boliviano había ordenado la aproximación de una escuadra de flecheros del pueblo Tacana, encabezados por Bruno Racua, hasta el punto más avanzado ocupado por los sitiadores bolivianos. Desde aquella arriesgada posición, extremadamente vulnerable a los disparos de arma de fuego, se les ordenó a los Tacana que lancen flechas incendiarias sobre el techo de las instalaciones del centro de Bahía, fabricado de hojas de palmera. (Alaiza)
Los Tacana dispararon sus saetas de pie, valientemente, a cuerpo descubierto. De a poco, el fuego fue extendiéndose por los techos del enclave hasta convertirse en un voraz incendio, que se extendió sobre las cabezas de los separatistas. El techo, que debía protegerles, se convirtió en una trampa mortal que caía sobre los defensores hecho jirones ardientes.
Para desgracia de los separatistas el fuego hizo contacto con el kerosene y con las cajas de municiones almacenadas. Entonces se desató el infierno. Explotó el edificio sepultando las trincheras en las que se encontraban casi todos los defensores, quienes no pudieron escapar del colapso de la estructura. (Alaiza)
La explosión desató un violento oleaje que arremetió inmisericordemente sobre los separatistas que intentaban replegarse para escapar de los certeros disparos del Capitán Román y de sus hombres. El cuerpo combatiente de Galdino había sido aniquilado en la Batalla de Bahía. Fueron presa del fuego aquellos que defendían la plaza y víctimas del agua los refuerzos que intentaron el cruce del río Acre.
Moreno ha vengado a los bolivianos que fueron despojados y asesinados por Galdino y sus hombres. Pero Moreno sabe que no es suficiente, algo en lo profundo de su ser le dice que la sangre derramada es el tributo necesario para que algo nuevo surja en el corazón de la selva amazónica.
Una estrella está naciendo, la décima de la constelación boliviana. ¿Será posible? Se pregunta Gonzalo Moreno, mientras la tricolor boliviana cobija la bahía.
…El porvenir dará la respuesta.

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