7 DE FEBRERO DE 1836.— VICTORIA EN SOCABAYA; CONSOLIDACIÓN
DE LA CONFEDERACIÓN PERÚ-BOLIVIANA. "Soldados: Allí tenéis a los enemigos
que habéis buscado a costa de tantas fatigas y de las marchas más difíciles por
valles, ríos y cordilleras, en la estación más penosa. Su terquedad os los
presenta al fin, para que vengéis tantos ultrajes a la causa de la libertad y a
la humanidad atormentada. Estos son los que declararon contra vosotros la
guerra a muerte. Vedlos y castigadlos".
Salaverry, después de haber intentado retirarse a Islay y
reembarcarse en sus buques, marchó a Congata, y continuó a Tingo donde acampó
en la noche del 6, mientras Santa Cruz había ido a situarse en el pueblo de
Huasacachi.
La mañana del 7 de febrero desembocó Salaverry por la
quebrada de Tingo y marchó precipitadamente hacia el campo de Paucarpata donde
quiso posesionarse. Pero Santa Cruz, viendo marchar al ejército adversario
presentándole su flanco, resolvió sorprenderlo en su movimiento de la manera
más rápida.
A los pocos minutos de la orden dada, estaba el ejército en
marcha para ganar las alturas de Paucarpata a donde se acercaba el enemigo a
marchas redobladas. Una legua de camino escabroso se venció en 40 minutos, y el
ejército de Salaverry no tuvo más remedio que sostenerse y tomar posiciones
forzadas en las alturas de Socabaya, porque ya le era difícil contramarchar o
avanzar.
El terreno. - El campo de Socabaya es una loma continuada de
subida insensible pero bastante pedregosa, y "está muy lejos de ser una
posición estratégica. Ella podría servir, a los más, como puesto de batería
para proteger la acción de las masas que maniobrasen al pie".
La batalla. - Las tropas salaverrinas se dispusieron, pues,
a la batalla desplegando sobre un morro 6 batallones en una línea: A la derecha
los "Cazadores de la Guardia" y los "Cazadores de Lima'', al
centro el lo. y 20. batallones de "Carabineros"; y a la izquierda los
batallones "Victoria" y "Chiclayo".
En segunda línea, tras de las alas; el "Húsares de
Junín" (2 escuadrones) detrás de la izquierda; "Coraceros de
Salaverry" (3 escuadrones) y uno de "Granaderos", detrás de la
derecha.
Mientras tanto el general Santa Cruz dirigía a sus tropas la
siguiente arenga:
"Soldados: Allí tenéis a los enemigos que habéis bus
cado a costa de tantas fatigas y de marchas las más difíciles por valles, ríos
y cordilleras, en la estación más penosa. Su terquedad os lo presenta al fin,
para que vengéis tantos ultrajes a la causa de la libertad y a la humanidad
atormentada. Estos son los que declararon contra vosotros la guerra a muerte.
Vedlos y castigadlos".
Después Santa Cruz tomó el siguiente dispositivo en dos
líneas:
En la derecha: Batallón lo. de la Guardia', Batallón 30. de
línea y Batallón "Zepita" reforzado por tres compañías del
"Arequipa", esta ala comandaba el general Ballivián. En la izquierda:
Batallón 20. del "General" y el 4o. de Línea, al comando de Anglada y
O'Connor, respectiva mente.
Detrás, como reserva de la izquierda, el Batallón 6o. de
Línea a órdenes del coronel Valdez; y toda la caballería con el general Braun,
en el centro.
Ambos adversarios cubrieron su primera línea desplegando
guerrillas de cazadores que tomaron contacto y rompieron los primeros fuegos.
Iniciada la acción por los cazadores confederales, al mando
del coronel Sagárnaga y el comandante Buitrago a las 10 de la mañana, Santa
Cruz emprendió el ataque sobre ambas alas enemigas. Ballivián, que atacaba el
ala izquierda peruana, se aproximó hasta los 50 metros de la línea enemiga,
distancia desde la cual rompió un fuego violento, al que siguió una lucha
encarnizada durante un cuarto de hora, hasta que dos columnas de Salaverry
intentaron flanquearlo por la izquierda; pero Ballivián con el 1 lo. de la
"Guardia" y el "Zepita" les salió al encuentro, los detuvo
y los arrojó a una quebrada cargándolos con la bayoneta.
Sonreía ya la victoria al ejército confederal que atacaba
por la derecha, por el centro y por la izquierda haciendo retroceder a los
batallones salaverrinos “Victoria" y "Chiclayo", cuando la
repentina aparición de la caballería enemiga, "Húsares de Junín”, a
órdenes del comandante Lagomarcino, desbarató al "Zepita" y destruyó
al lado. de la "Guardia" que quedó en el campo.
En tan crítica situación, se lanzó el general Braun con dos
escuadrones del "Lanceros" cargando violentamente hasta restablecer
el combate en la derecha boliviana, pero la caballería salaverrina reforzada
con tres escuadrones del "Coraceros", rechazó a los lanceros de
Braun, gracias a sus corazas que inutilizaron las lanzas bolivianas, persiguiéndo
los hasta la línea de las reservas.
Por otra parte, la infantería confederal se vió también
obligada a retroceder debido a que Salaverry para apoyar a su caballería lanzó
a los batallones lo. y 20. de "Carabineros", del segundo escalón de
la izquierda, aunque fue ron detenidos por el fuego del "Zepita" y
por haber tropezado con unas zanjas y paredones.
La derecha de Salaverry tenía también éxito rechazando a los
batallones bolivianos 20. y 40; pero Braun, que había rehecho sus escuadrones,
y que marchaba por una quebrada en protección de la derecha boliviana, pudo
caer por sorpresa sobre el escuadrón peruano "Granaderos", y lo des
trozó.
Es entonces que Salaverry tuvo que intervenir personalmente
con el 20. de "Coraceros", cargando enérgicamen te contra la
caballería de Braun obligándole a retroceder, atacando a las compañías de
Anglada y llegando a la reta guardia del dispositivo de Santa Cruz.
"Hasta ese momento, Salaverry era dueño de la situación
y la victoria le favorecía". Pero sus coraceros cometieron el error de
retirarse prematuramente suspendiendo el combate, pues volvieron rectamente a
su puesto de partida sin sacar provecho de la ventaja que habían obtenido,
"mar- chando descuidados, entre las pircas de un callejón".
Fué entonces que Santa Cruz, poniéndose a la cabeza del
Batallón 6o. de Bolivia, que estaba de reserva, ordenó romper fuego a boca de
jarro sobre los coraceros, matando a medio escuadrón. Los jinetes fueron presa
del pánico y arrastraron en su huída al 30. de "Coraceros" que se desbandó.
Salaverry, lanza en mano, quiso contener la dispersión, pero a pesar de sus
esfuerzos no pudo evitar la retirada general de sus tropas. El 40. de
"Coraceros", a órdenes de Mendiburo, se retiró sin haber tomado parte
en la acción.
"Braun, al ver el desorden de los salaverrinos, aprovechó
la oportunidad para cargar con los jinetes dispersos que pudo reunir,
definiendo la derrota y explotando el éxito obtenido. Santa Cruz puso orden en
sus tropas y emprendió la persecución".
Eran las 11 de la mañana del 7 de febrero, cuando los
salaverrinos huían en todas direcciones dejando como prisioneros 220 jefes y
oficiales, 1,500 soldados, toda su artillería, 5 estandartes, parques, etc.
Quedaron fuera de combate en el ejército salaverrino 600 muertos y 350 heridos;
y en el Ejército Unido 242 muertos y 188 heridos.
Días después, Salaverry fué capturado por la División
Miller, y conducido a Arequipa donde, sometido a un consejo de guerra, fué
fusilado juntamente con 8 jefes de su ejército.
La victoria se debió a la intervención oportuna del Batallón
6o., la última reserva, el cual disputó los laureles a la caballeria, como se
ve por el siguiente parte del general Braun:
"Si nuestra infantería ha confirmado en esta ocasión su
superioridad incuestionable, se debe a la caballería ene miga el honor de haber
disputado bizarramente el crédito que justamente ha merecido la caballería
boliviana. Los coraceros han acreditado un valor desesperado que los haría
dignos de defender una mejor causa".
Fastos militares de Bolivia, Cnl. Julio Diaz Arguedas.
-Juan Alberto Quiroz.
7 DE FEBRERO DE 1836.— VICTORIA EN SOCABAYA; CONSOLIDACIÓN DE LA CONFEDERACIÓN PERÚ-BOLIVIANA. "Soldados: Allí tenéis a...
Publicada por Historias de Bolivia en Domingo, 7 de febrero de 2021
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