Por Alberto Reque Rojas.
A manera de introducción, recordaremos lo frecuentemente escrito sobre los lugares de residencia de los prisioneros de guerra de ambos países y trabajos que realizaron.
Introducción que se enriquece con datos extraídos del libro de Maria Olga Vysokolán en cuanto a los prisioneros bolivianos y la referencia acerca de los prisioneros paraguayos en Tarata de acuerdo a la fuente citada al pie de la relación nominal.
Datos referente a los prisioneros paraguayos, investigación del autor del artículo.
Los prisioneros bolivianos, primero llegaron a Asunción, luego muchos de ellos fueron a parar a Paraguarí, donde “…trabajaron en la construcción de caminos, empedrados, escuelas, casas, pozos artesianos, tajamares…” y empleados (alquilados, una gran parte) “…en la agricultura en las chacras, huertas, granjas, cuidado de animales menores, y otras faenas rurales.” (Vysokolán). Gran aporte boliviano al desarrollo de Paraguarí y otras zonas.
La autora identifica diez trabajos realizados por los prisioneros bolivianos en Paraguarí: “El tajamar boli, el pozo boli, la canaleta de la avenida Agustín Fernando de Pinedo, el “puente Ña Juana” en el barrio estación, la bóveda del Ykua estación, la piscina municipal, la ruta que une Paraguarí con Piribebuy, el enripiado que une Sapucai con cerro Roké, en Pirayú los empedrados y un pabellón de la escuela General Díaz y en Yaguaron la Escuela Normal Vocacional No. 1 Moises Bertoni”. Gran aporte boliviano al desarrollo de Paraguarí y otras zonas.
Por otro lado, nos hace conocer que, en el Paraguay, también existe un “Camino de la muerte”, construido por los prisioneros bolivianos: El “…camino abierto en el cerro Caacupé, conocido como Tapé Tuyá”. Con la misma historia de la maldición de los prisioneros.
Asimismo, identifica a bolivianos que se aquerenciaron en el Paraguay, entre ellos: Desiderio Ramírez, que no fue repatriado por encontrarse trabajando en una zona alejada al punto de repatriación, se casó con paraguaya y no retornó más a Bolivia.
Leónidas Basabe Sanchez; personaje que enarboló una bandera boliviana en su domicilio y brindaba protección acogiendo a todos los “…perseguidos de la revolución del 47, hombres, mujeres y familias enteras…”. La autora Vysokolán, indica que en los hechos pasó “De prisionero a embajador”.
Víctor Jiménez García, del cual relata que se salvó en la guerra, gracias a la música. Refiere que durante la contienda se salvó, y salvó a otros, del pelotón de fusilamiento entonando el himno nacional en pleno paredón, ya cautivo, su arte, descubierto cuando tocó en piano el vals “Danubio Azul” permitió que lo enrolarán en la Orquesta del Casino, con actuaciones en distintos lugares: Asunción, Villa Rica, Carapeguá.
Estas son algunas historias de los prisioneros bolivianos, entre muchas otras. (Próximamente, publicaremos la historia de Víctor Jiménez García)
En Bolivia, los prisioneros paraguayos, tuvieron historias más o menos parecidas, de amores y trabajos, no tenemos muchas referencias de prisioneros paraguayos casados con bolivianas, salvo el caso del matrimonio de la expresidenta Lidia Gueiler Tejada, que se dice, se casó con un ex prisionero.
Julio Rocabado, ex prisionero boliviano en el Paraguay, se casó con una paraguaya: Isabel Ricardo, pero, en Bolivia, luego de la repatriación. Julio Rocabado retornó a Bolivia, prometiendo matrimonio, Isabel se encontraba en la Argentina y a los tres meses se aventuró en el viaje hacia su amor a comprobar la promesa que recibió, Julio salió a su encuentro en La Paz, se casaron. La historia completa, más extensa, la pueden leer buscando bajo el título de: “El día que el amor venció a la guerra”.
A los prisioneros paraguayos, se los sitúa, inicialmente en La Paz; luego en los Yungas paceños trabajando en el camino carretero La Paz-Yungas, que por lo peligroso es conocido como el “Camino de la muerte”, el cual en forma por demás equívoca, muchos autores dicen que fue construida en su totalidad por estos. Los prisioneros paraguayos, trabajaron solo en un tramo de siete o diez y siete kilómetros en una carretera de 80 kilómetros en total.
Posteriormente, son situados en Capinota, Provincia del departamento de Cochabamba, realizando trabajos de agricultura para aportar al consumo nacional.
Se refiere que los prisioneros paraguayos realizaron trabajos en la Laguna Alalay, no en su construcción total, pues ésta laguna ya existía con dimensiones menores y era conocida como “Thago Laguna”, su participación fue en la ampliación de este reservorio de agua, ya existente. El título de la noticia no coincide con el contenido de un diario. (OPINIÓN. “Una laguna “fría” construida por los presos de la guerra)
También trabajaron en el estadium departamental “Félix Capriles”, iniciando “…los cimientos en noviembre de 1935”. (Opinión. “El legado histórico del Félix Capriles”)
Estos son los tres lugares más conocidos que son nombrados, con mayor frecuencia, como lugares de “residencia” de los prisioneros paraguayos: Los Yungas, Capinota y la ciudad de Cochabamba, pero, existió un cuarto lugar, quién sabe existan otros, como en Quime, Provincia Inquisivi...
Este cuarto lugar fue TARATA (Capital de la provincia Esteban Arce, Departamento de Cochabamba) y estaban alojados en el “…orfanatorio de Tarata…”, no se pudo recabar referencia de la naturaleza de trabajos que realizaron en este lugar…o no estaban “destinados” a trabajos?...Todos ellos eran Oficiales, entre un Mayor, cinco Capitanes, varios Tenientes 1o y otro tanto de Tenientes 2o, un Cadete y varios aspirantes, es decir que los Oficiales, por lógica y normas militares estaban alejados de la tropa paraguaya. Entre los nombres, se lee el de José Estigarribia (Joel), Eusebio Cattoni, Manuel Otazu, Mamerto Mendoza, Rafael Mendoza, Rogelio Fiore, como los más conocidos nuestros, pero, mejor leamos la nómina completa y es la que sigue:
Mayor
Cesar López
Capitanes
A. Osue Días Casimiro flores
Jose (Joel) Estigarribia Francisco García
Ireneo díaz
Tenientes 1o
Daniel Ruso P. Tomas Alder R.
Martín Cariboni Froilan Gomez
Juan Santander Clodomiro Benitez
Juan BG Denis Riva
Antonio Julián Manuel Valiente
Cipriano Pineda Eusebio A. Cattoni
Manuel Bogado Martín Santacruz
Gregorio Mendoza Juan Plate
Francisco Soglan Vicente Zayas
José M. Torres Ramón Zubizarreta
Tenientes 2o
Manuel Otazú Pantaleón Agüero
Críspulo Rojas Rafael Medina
Mamerto Mendoza Rafael Mendoza
Benigno Villamor Egidio Silva
Amado Recalde Pastor Rolón L
Leandro Ojeda Cándido Chávez del Valle
Julián Olmedo Mareirán Pérez
Juan B. Ortigoza Florentino Benitez O.
Eugenio Quinteros Mario Chelli
Manuel F. Caballero Gustavo Offman
Galo Q . Achar Adolfo Orué Saguier
Elizardo Moreno Daniel Velazco
Pantaleón Arce Gustavo A. Seits
Gabriel Vidal Juan Arzamendía
Angel Ruíz José Pereira
José Duarte B. Gilberto Dávalos
Cipriano Nuñez G. Santiago Gonzales
Santiago Sanchez Carlos Cáceres
Pedro Morro Pedro Báez
Leopoldo Brum Elías Sosa F.
Fulgencio Ayala Josue Mujica
Miguel A. Real Nicanor Benitez
Andrés Albares Victor Riveros
Pedro Echague Ruperto D. Reequin
Juan B. Irrazabal Zacarias Rivarola
Quintiliano Melgarejo Emilio Caballero
Julio Duarte C. Bernardo Ocampos
Nobel Llamosa Vicente Gadea
Ricardo Mendoza Virgilio Morrero
Miguel A. Duarte Miguel Rios
Ramón Baez, Durarte
Cadete
Rogelio Fiore
Aspirantes
Nicolas Samaniego Iginio Vallalba R.
Alberto Araujo Esteban Gorostiaga
Rogelio Pereira Juan B. Sosa C.
Gustavo Antonelli Patricio Perdome
Pedro Halley Mora Salustiano Adorno
Bernardo Rasquin Roque Caballero
Fuente: SORIA, Flores Mario y SORIA, Pórcel Maria Elena. “Lo que no se dijo de la guerra del Chaco”. Tomo 1.
PRISIONEROS PARAGUAYOS EN TARATA (COCHABAMBA) Por Alberto Reque Rojas A manera de introducción, recordaremos lo...
Publicada por Historias de Bolivia en Domingo, 7 de febrero de 2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario