1739, MANIFIESTO DE AGRAVIOS DE JUAN VÉLEZ DE CÓRDOVA

Vélez de Córdova (La Patria)

Artículo tomado de la página de Historia Militar de Bolivia.

 1739, El Manifiesto de Agravios de Juan Vélez de Córdova

Juan Vélez de Córdova, precursor de Túpac Amaru II
La intención, restablecer el Gran Imperio y monarquía de los reyes antiguos
Antecedentes.
Juan Vélez de Córdova, fue hijo de Hispano o “Chapetón Español”, su padre era el Capitán Juan Vélez de Córdova y su madre Doña María Romero, ambos provenientes de España.
Siendo criollo, nacido en América, fue despreciado como casi todos los hijos americanos nacidos en esta tierra por los peninsulares hispanos; generándose una rivalidad social, política, eclesiástica y hasta jurídica con los criollos, razón por la cual, por el tiempo que él vivió, prefirió identificarse con otros criollos y con los indios de las comarcas que visitaba, porque observaba y se daba cuenta de las injusticias y atropellos que originaron los chapetones, que se hicieron ricos de la noche a la mañana, por las riquezas e ignorancia y desconocimiento de la Cultura Autóctona frente a la Cultura Occidental.
Harto de estas afrentas y atropellos que se podían apreciar en todo el territorio del Virreinato, por donde el transitaba, y como persona instruida que era, se enteró que existían nuevas corrientes ideológicas en el mundo, ya que desde Europa y por los puertos del Atlántico, ingresaba literatura revolucionaria que atacaba a los sistemas opresores como el sistema monárquico de España en América, que se había enraizado terriblemente, generando y provocando mayor atraso entre sus pobladores.
Situación.
La villa minera de San Felipe de Austria de Oruro antes de 1739 ya se constituía en un importante centro articulador de un amplio circuito comercial andino del Virreinato del Perú. Las grandes caravanas de comerciantes, trajinantes y arrieros llegaban durante todo el año a la villa fundada por Castro y Padilla o a la villa Imperial de Potosí. De retorno cargaban minerales y otros alimentos hacia la costa y el puerto de San Marcos de Arica. Por aquellos años la sumisión y la fidelidad al Rey de España era inmensa, prueba de ello son las manifestaciones de obediencia que se observa en las diferentes villas y ciudades cada vez que se realizaba la renovación del juramento de fidelidad.
Sin embargo, persistía la explotación de los indígenas en las mitas de Potosí y Huancavelica, los abusos de los corregidores con el sistema de reparto, una deficiente administración de justicia, los que sumados a las constantes alzas de tazas de impuestos fruto de la política borbónica, van originando un ambiente de insatisfacción entre los indígenas, mestizos y criollos.
Con todos estos acontecimientos, para Juan Vélez de Córdova, con el paso del tiempo sus ideas se fueron fortaleciendo en relación a su etapa de adultez y se aleja un poco de las calidas tierras moqueguanas, para radicar en las cercanías del Collao, el Alto Perú se convierte en su zona de preferencia; por propia decisión se convierte en jefe de una conspiración de neto corte separatista, la cual debió estallar en Oruro, un 8 de Julio de 1739.
El hecho y el protagonista.
Juan Vélez de Córdova, criollo y catalogado por el Oidor de la Audiencia de Charcas Manuel Isidoro de Mirones como hacendado y arriero propietario, vecino de la villa de Oruro es el ideólogo de una conspiración en contra del orden colonial establecido, para ello busca contactos y amistad con el platero orureño Miguel de Castro, mestizo de 56 años y casado con María Encinas, el recaudador de impuestos y gobernador de naturales cacique Eugenio Antonio Pachacnina, orureño, de 31 años soltero quienes conforman su Estado Mayor, a ellos se agregan Ramón de Castro, Nicolás de la Cruz Encinas, Carlos Pérez, Tomás Agudo, Bernardo de Ojeda, Juan Lorenzo Yáñez cuñado de Vélez. Algunos historiadores incluyen a Ambrocio Arce y a Lorenzo Parceros.
En esta conspiración, que no era una simple reacción local, se incluía a los indígenas de Toledo, Huanuni, Sorasora, Taiaquira (Sepulturas), las villas de Cochabamba, Mizque, Potosí, La Plata y la ciudad imperial del Cusco.
Los conspiradores se reúnen en casa y tiendas de las calles de la Viñatería y de La Misericordia, redactan un documento de alto contenido político para aquellos años en el que denuncian que: "Siendo legítimos señores de la tierra se ven oprimidos de la tiranía, viviendo con sobresalto y tratados poco menos que como esclavos…" El autor de este escrito anticolonial es Juan Vélez de Córdova, quien apoyado en su condición de criollo de pasado ilustre y de sólida formación teológica y filosófica por haber recibido educación de los jesuitas, acude al discurso político escrito para denunciar la explotación y la injusticia imperantes en estas tierras, ofreciendo un proyecto multirracial de restauración del Inca y de defensa del gremio de la Santa Iglesia.
Sin embargo el corregidor de la Villa de Oruro Martín de Espeleta, descubre la conspiración, a los que aprehendió antes que estallara la conjuración, y sustanciada la causa en breves horas, los condenó al último suplicio, que ejecutó a nombre de la tranquilidad pública, y poco después dio también muerte en el cadalso a Nicolás de Encinas y Carlos Pérez, comprendidos en el mismo delito. Armó a los vecinos de la villa y dio aviso a los corregidores de las provincias vecinas para que estuviesen con cuidado y procurasen - aprehender dos correos que los conjurados despacharon con un papel anónimo, intitulado «Manifiesto de agravios», en que incitaban a los naturales del reino, a que se uniesen a la conspiración y sacudiesen el yugo de la obediencia.
El plan consistía en atacar al corregidor de Oruro, además de las autoridades y españoles, en su confesión Tomás Agudo relata: "Se habían de unir las fuerzas de Cochabamba y de Oruro y que lograda la unión de una y otra provincia, pasarían a esta ciudad de la Plata y en ella destruirían la Real Audiencia, para que no hubiesen papelitos y a cuantos sujetos se les opusieren… que en esta ciudad pasarían a la del Cusco donde se coronaría y fabricaría una fortaleza… que guarnecería con artillería para defenderse… que crearía doce grandes y dos órdenes militares con el título de Nuestra Señora de la Concepción y Señor San José y que se habría de borrar el nombre de Corregidor porque estos eran unos ladrones, robadores que no atendían la administración de justicia sino solo a sus intereses y repartimiento vendiendo lo que vale dos o cuatro por ocho o veinte y que destruido el nombre de corregidores… había de haber gobernadores de españoles e indios…".
Consecuencias.
Es revelador que el cabecilla sea un criollo americano y que tardasen algún tiempo en descubrir una conspiración que data de años atrás. Reúne por primera vez a criollos, mestizos e indígenas inclusive de los alrededores de la villa de Oruro. En cuanto al documento revolucionario que redactó hacen 273 años Juan Vélez de Córdova es considerado por investigadores de renombre como el Primer Programa Político de América y se encuentra en el Archivo de Sevilla, España. En él se incitaba a sacudir el yugo de España y recobrar la libertad de que se les había despojado. Las razones eran estas:
Primero, el haber recibido las Indias los españoles en virtud de una Bula de Alejandro VI a fin de que las convirtiesen a la fe de Cristo, pero los conquistadores arrastrados por la codicia no habían hecho más que dar muerte a los Incas y usurpado los bienes.
Segundo, los tributos con que gravaban a los indios y la pesada carga de la mita les hacía intolerable la vida.
Tercera, para los indios no había protección y era inútil que presentasen sus reclamos.
Cuarto, se pretendía empadronar a los criollos y mestizos como se había visto en Cochabamba para extorsionarles y exigirles dinero. Incita por lo mismo a rebelarse a criollos y naturales y les dice que un vástago de los Incas está pronto a ponerse a su cabeza; les promete distribuir entre ellos los empleos y cargos del estado, agregando que la ocasión es propicia por hallarse España en lucha con Portugal e Inglaterra y finalmente que no es un intento apartarse de la ley de Cristo sino tan solo restaurar el Gran Imperio de los Incas.
Todo ello nos permite considerar a Juan Vélez de Córdova como precursor de Túpac Amaru II. El Manifiesto de Agravios de Oruro sintetiza la rebeldía multirracial, recoge los viejos anhelos y las nobles angustias, proclama el amor a la tierra americana y a la libertad.
Su emblema.
En el Oruro colonial hacia 1739, Juan Vélez de Córdova pretende "restablecer el gran Imperio y Monarquía" del Perú. y aunque la delación de un traidor frustra su tentativa, él levanta un temerario pendón: su "Manifiesto de Agravios", primer documento que define la conciencia americana frente al dominio extranjero.
El Manifiesto de Agravios
“Manifiesto en que se hacen patentes las razones que asisten a los criollos alustres de estos nuestros reinos del Perú, así españoles como los pobres indios y naturales que siendo legítimos señores de la tierra unos y otros nos vemos oprimidos de la tiranía viviendo con sobresalto y tratados poco menos que esclavos por lo cual, y por ver si se puede salir de tamaño cautiverio proponen la razones siguientes para forzar los ánimos y que sacudan el yugo de sus cervices, siendo los puntos que siguen.
Primero. Sabido es como el Pontífice Alejandro Sexto dio permiso a los Reyes de Castilla para que sembrasen la semilla del santo evangelio en estos reinos convirtiendo al gremio de la santa iglesia la infidelidad, y pasados los españoles a él se convirtieron por su codicia a la tiranía degollando a los reyes y naturales señores de ellos usurpándoles no solo las vidas, sino todos sus haberes y tierra con cuanto estas fructifican.
Segundo. No contentos dichos españoles con lo arriba dicho, tienen tan oprimidos a los pobres naturales que fuera de pagar tan crecidos tributos anualmente los precisan a que personalmente ocurran a los minerales de Potosí y Huancavelica todos los años sobre diez mil indios a cada uno de estos minerales de que resulta que estos miserables no gozan de la vida, de sus mujeres , ni de sus haciendas ni ganado, porque violentados se ven precisados a dejarlo todo y muriendo los más en tan rígidos destemples quedan los pobres hijos huérfanos, las miserables mujeres viudas, sus ganados perdidos, las casa desamparadas y los pueblos destruidos.
Tercero. A que se agrega que pasando a estas nuestras tierras los guampos sin más que sus cuerpos nos usurpan de tal modo que nos chupan la sangre dejándonos tan desustánciales que sólo nos queda la boca para quejarnos, siendo entre ellos más honrado el que más roba y el que más tiranía ejecuta y como el recurso se ve tan lejos y las Audiencias y sus personas que debían amparar el desvalido no sólo no lo hacen sino que antes favorecen la sinrazón por sus intereses, gime y llora el pobre sin recurso ni remedio humano.
Cuarto. Y para verificar todo lo dicho véanse cuantos arbitrios se dan cada día para sacar dineros, ya queriendo empadronar a los criollos y mestizos para que paguen tributo como se vio en Cochabamba, pues porque los criollos a tan injusta pretensión hubo horca, muertes y destrucción de pobres, con mofa y escarnio que hicieron y cada día hacen los de España de los criollos tratándolos con vilipendio y desprecio como se vio en el donativo que se acaba de exhibir; el que se quedara entablado perpetuamente por tributo, si los señores criollos no lo reparan con tiempo, siendo el que se ofrece el más a propósito que se puede discurrir viendo sus razones, las que siguen que el autor pide se lean con algún cuidado por los señores criollos y nuestros caciques y hermanos para que se esfuercen a procurara por los medios posibles la amada libertad que así lo esperamos siendo la primera.
Primera. Hallándose en lo presente y entre nosotros uno de la real sangre de nuestros incas del gran Cuzco en quinto grado de parentesco y con deseo de restaurar lo propio y volver a establecer la monarquía le suplica a los criollos y a los caciques y a todos los naturales le den la mano para esta tan heroica acción de restaurar lo propio y libertar la patria purgando la tiranía de los guampos que nos consumen y cada día va a mas nuestra ruina.
Segunda. Promete a los criollos españoles emplearlos en las conveniencias del reino según se mostrasen fieles y a los caciques honrarlos como es de la razón por señores de la tierra adelantándoles en conveniencias librando a los naturales de tributos y mitas para que gocen en quietud lo que Dios les dio y que se alcen con lo que tienen recibido de repartimientos de los corregidores cuyo nombre tirano se procurará borrar de nuestra república.
Tercera. Se ofrece en la presente para intentar esta empresa el motivo de hallarse el Rey de España en guerra con Portugal e Inglaterra por lo que mira a la Europa y en este reino todos los navíos embarados en los empleos y la armada de Portobelo, y por eso sin gente ni armas en Lima siendo esta ocasión la más a propósito que imaginar se pueda.
Y así señores criollos, hermanos y queridos caciques y mis amados naturales, manos a la obra que de parte tenemos la justicia y el favor de Dios nuestro Señor que nos ha de amparar en tan justa demanda protestando a todos y cada uno que nunca es ni será mi intención oponerme a la santísima ley de nuestro señor Jesucristo, ni apartarme ni permitir se aparte ninguno del Gremio de la Santa Iglesia, antes sí, procurar cuando fuere de mi parte el aumento de ella, no permitiendo se profanen los templos de Dios y las cosas sagrados, antes si venerarlas como ellas merecen y los cristianos tenemos la obligación siendo mi única intención restablecer el Gran Imperio y monarquía de nuestros reyes antiguos reservando para la vista de cada uno de nuestros otras muchas razones que no se pueden fiar a la pluma, previniendo a nuestros hermanos que serán todos bien tratados y pagados anticipadamente que yo lo quedaré con la gloria de haberlos librado a todos de tanta tiranía. No se afirma este papel, por excusar riesgos, podrán nuestros criollos darle asenso y creer a quien lo lleve, que es de los nuestros.
Dios los guarde y les de el esfuerzo que deseo con todos los aciertos.

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