Temido y odiado, fue acusado reiteradamente de planificar un
golpe militar para desplazar a Busch y encaramarse al poder con una camarilla
“nazista”. El rubor se hizo eco en la propia familia del presidente Busch, cuya
esposa actuaba convencida de que Belmonte quería asesinar a su marido. A fines
de julio los rumores hicieron crisis. Busch se hizo cargo de su ministro.
LA DISCUSIÓN
Busch.- Se dice que usted no solo es Ministro de Gobierno,
sino de petróleo , de todo, y que usted me considera un inútil y un cobarde…
Belmonte.- Aunque sé que no tiene ya sentido , lo niego. Han
hecho lo imposible para romper nuestro vinculo. Lo respeto a Ud. Señor
presidente y prefiero poner punto final a esta situación. ¿Desea usted mi
renuncia?
Busch.- Si, la deseo . (Y llamando a su secretario). Redacte
usted la renuncia del Señor Ministro de Gobierno.
Belmonte (Indignado).- Señor Presidente no acostumbro firmar
ninguna nota cuyo texto no este de acuerdo con mi criterio , y menos por la
fuerza. Por lo tanto, rechazo su orden.
Busch (Colerico).- Firmara usted el documento o no saldrá
vivo del Palacio…!
Belmonte (Alterado).- Puede hacer lo que le venga en gana,
pero este seguro que prefiero que me saquen muerto, antes que usted consiga que
yo cometa un acto de humillante cobardía…!
Busch (saltando del escritorio y fuera de sí).- ¡Usted
firmará…!
Belmonte (Iracundo).- ¡No firmare jamás!
Busch desenfundando su revolver).- ¡Si, usted firmará…!
Belmonte (también con la pistola en la mano).- Sepa usted
que no soy un cobarde…!
Solo el ingreso de Gabriel Gozalvez logro contenerlos.
Belmonte salió horas más tarde a Europa, como adjunto
militar a la embajada de Bolivia en Berlín, corazón del tercer Reich, de donde
no saldría hasta su destrucción final, siete años mas tarde, en el epilogo de
la segunda guerra mundial.
Fuente: La historia del siglo XX en Bolivia / Enfoques.
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