Por: Luis Antezana Ergueta / Publicado originalmente en Ideas, de Página Siete, el 10 de julio de 2022. / https://www.paginasiete.bo/ideas/un-procer-filosofo-en-la-guerra-de-la-independencia-AF3124255
La Guerra de los 15 Años que el pueblo del Alto Perú sostuvo
y culminó con la liberación del país del coloniaje español, y la fundación de
Bolivia hace 197 años, no fue un episodio protagonizado sólo por guerrilleros y
patriotas civiles y militares, sino también por destacados pensadores, que no
sólo aportaron con sus ideas a la victoria popular, sino con su vida misma.
Son conocidos los actos de heroísmo de los combatientes
altoperuanos en los episodios del 25 de mayo en La Plata, del 16 de julio en La
Paz, o del 14 de septiembre en Cochabamba, encabezados por abogados e
intelectuales, como Zudáñez, Murillo y otros próceres notables; sin embargo,
las figuras de algunos héroes importantes aún se encuentran bajo la loza del
olvido aunque, pese a su enorme peso, están siendo reivindicadas por
historiadores contemporáneos que se han propuesto revelar sus actos de
valentía, poniendo de relieve el orgullo nacional y los grandes actos que son
el cimiento de la nacionalidad boliviana, próxima a cumplir dos siglos de vida.
Una revelación notable en ese sentido se asocia a un insigne
héroe de Cochabamba que se caracterizó por su extraordinaria actividad
intelectual, puesto que en su juventud realizó estudios filosóficos hasta
obtener el título de licenciado y maestro en Filosofía en la Universidad de
Córdoba (actual Argentina) el año 1789.
Entre 1806 y 1807, participó en las primeras filas de la
defensa de Buenos Aires contra las invasiones inglesas y en 1809 formó parte de
la red de criollos ilustres que prepararon los movimientos libertarios de
Chuquisaca y de La Paz, y que también promovieron los dos grandes
levantamientos libertarios de Cochabamba del 14 de septiembre de 1810, el
primero, y del 29 de octubre de 1811 el segundo.
Nos referimos a Mariano Antezana Casafranca quien, a la edad
de 13 años se trasladó a las tierras de Tucumán y durante seis años siguió la
carrera de filosofía en la Facultad de Artes de la Universidad de Córdoba,
hasta vencer todos los exámenes en los grados de bachiller, licenciado y
maestro en filosofía.
En octubre de 1788, junto con su condiscípulo tucumano
Nicolás Laguna, presentó y defendió su tesis de grado, que estaba referida a
una decena de materias de filosofía, en ambientes del colegio de Nuestra Señora
de Monserrat de la ciudad de Córdoba; no sin antes haber obtenido la aprobación
del virrey del Río de La Plata, Nicolás del Campo, para la publicación de la
tesis en la imprenta tipográfica de Buenos Aires.
Formado en las ideas de los filósofos modernos, en torno al
método cartesiano del “pienso, luego existo” y luego de haber concluido en 1789
su rutilante formación académica, Mariano Antezana ingresó a la carrera
militar. Para el año 1802 figuró con el grado de alférez del Regimiento de
Milicias Provinciales de Cochabamba.
Años más tarde incursionó en el ámbito comercial, con mucho
éxito, pues llegó a ser cónsul de comercio y diputado comercial de Cochabamba,
actuando en estrecha relación con los cónsules comerciales de las demás
provincias unidas del Río de la Plata y, especialmente, con el Consulado
Comercial de Buenos Aires a cargo del ilustre general Manuel Belgrano.
Durante la primera Revolución de Cochabamba fue miembro de
la Junta de Gobierno y capitán de la Sala de Armas y proveedor de general del
Ejército. Sofocada esa primera revolución por el ejército de Goyeneche (en
Amiraya, el 13 de agosto de 1811) Antezana preparó y dirigió, junto a otros
cochabambinos ilustres, la segunda Revolución de Cochabamba que estalló el 29
de octubre de 1811 y duró ocho meses (hasta fines de 1812, cuando fue
cruelmente aplastada en la colina de San Sebastián).
Al iniciarse el segundo levantamiento y mediante
proclamación popular fue nombrado presidente de la Junta de Gobierno. Al poco
tiempo, en enero de 1812, fue nombrado prefecto de la Provincia de Cochabamba,
por orden del general Martín Pueyrredon; designación que fue aprobada por la
Junta Gubernativa de Buenos Aires y ratificada por el Cabildo de Cochabamba
reunido en febrero de 1812.
Antezana organizó la resistencia y defensa de Cochabamba
para rechazar el contraataque de Goyeneche quien –al conocer la segunda
insurrección de Cochabamba– dio media vuelta desde Potosí, cuando su expedición
militar incursionaba en dirección a Buenos Aires.
El ejército realista retornó siguiendo la ruta por
Chuquisaca y Mizque y, en guerra declarada, volvió a atacar Cochabamba, donde
se produjeron diversos combates con el ejército patriota, que culminaron con la
masacre de la Coronilla, el 27 de mayo de 1812, que abrió paso a las huestes de
Goyeneche, quien permitió que soldados realistas ingresen a saquear la ciudad.
El patriota Mariano Antezana fue apresado y encadenado,
luego fue sometido a un juicio marcial que ordenó su ejecución en la plaza
principal de Cochabamba. Cumplido el acto de fusilamiento, los realistas
procedieron con su decapitación y desmembramiento, repartiendo sus miembros
entre la colina de San Sebastián y otros puntos de la ciudad cochabambina.
Al margen de ese significativo episodio de inicios de la
guerra de la Independencia y retomando el ámbito académico, cabe señalar que el
contexto general del período virreinal, los antecedentes universitarios y los
contenidos de la tesis de filosofía, así como la tesis misma aparecen con todo
detalle en el libro titulado La tesis de filosofía de Mariano Antezana, prócer
de la Independencia, defendida junto a Nicolás Laguna en la Universidad de
Córdoba el año 1788.
En ese libro, escrito por los investigadores Luis Antezana
Ergueta y Alejandro Antezana Salvatierra, se demuestra con todo rigor científico
la formación académica de Mariano Antezana: el primer altoperuano cochabambino
en ostentar el título de filósofo y, al mismo tiempo, destacarse como prócer de
la Independencia americana.
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