Foto: Alberto Paz Soldán junto a un curtis falcon. El
aviador junto a una aeronave de reconocimiento Curtis Falcon. La foto fue
tomada en 1934, en plena Guerra del Chaco. // Por: Jorge
Quispe / La Razón 21 de abril de 2014.
En 1933, el subteniente de Ejército Alberto Paz Soldán vio
cómo un avión boliviano era derribado por la batería paraguaya. Ese momento,
Pasuco, como le decían sus amigos, decidió ser aviador. Un año después, en
1934, se presentó al curso de pilotaje y un mes después ya estaba a las órdenes
de Rafael Pabón.
El general Paz Soldán, considerado como el último héroe del
aire durante la Guerra del Chaco (1932-1935), falleció el sábado a sus 102
años, siete meses y 15 días. En 2012, el cochabambino, afincado en la ciudad de
La Paz, fue distinguido por el presidente Evo Morales Ayma con la condecoración
Mariscal Andrés de Santa Cruz por su participación en el conflicto bélico
frente a los paraguayos.
Alberto, que nació el 4 de septiembre de 1911, no estaba
enfermo. El sábado cenó a las 18.45, luego se sentó, habló un poco, luego su
hijo Jorge le ayudó a recostarse, lo tapó con una frazada. “Luego oí un ruido,
le acomodé la cabeza y diez minutos después el color de su rostro ya había
cambiado. Mi papá murió a las 19.15”, contó ayer Jorge, único hijo
sobreviviente de los tres que tuvo el héroe con María Luis Zegarra, que partió
a la eternidad en 1993. En esos 24 años de viudez, perdió además a Olivia y
Aldo Tito, sus otros dos hijos.
“Mi padre descansa en paz, se fue de forma tranquila, ni
siquiera estaba hospitalizado, no sufrió y su muerte fue un poco sorpresiva,
porque todavía estaba bien”, sostiene Jorge. El cuerpo es velado en la Academia
Boliviana de Historia Militar, en la plaza Murillo. Mañana habrá una misa y
luego será enterrado en el Cementerio General. Es probable que el mandatario
Evo Morales asista al velatorio del aviador y no se descarta que reciba la
condecoración del Cóndor de los Andes, según se informó de manera extraoficial.
En agosto de 2013 se informó que en Bolivia solo quedaban
203 beneméritos de la Guerra del Chaco y que la tasa de mortalidad era alta. Combates. Paz
Soldán participó de cinco combates aéreos. No obstante, el más recordado fue el
que libró el 23 de septiembre de 1934, cuando derribó a una aeronave paraguaya.
Ese domingo 23, en el sector de La Rosa-Picuiba, al mando de
un avión Curtis Hawk puso fuera de combate a una aeronave paraguaya de caza
Fiat CR-20. “En otras operaciones conjuntas también puso en fuga a los aviones
paraguayos”, contó su hijo. El director del Acervo Histórico de la Fuerza Aérea
Boliviana, suboficial Ramiro Molina, recuerda que en 1936, el entonces coronel
Jorge Jordán presentó a Paz Soldán en Italia como uno de los ases de la
aviación boliviana. El cochabambino había sido becado por Bolivia para un curso
especial de acrobacia en Europa. Pasuco se presentó a sus 21 años a la Guerra
del Chaco, era subteniente, participó de la toma de algunos fortines
paraguayos, se destacó en varias operaciones y luego vio con mucho dolor cómo
un avión boliviano era derribado por la batería paraguaya y fue en 1934 cuando
decidió ser aviador.
Su instructor fue el legendario Rafael Pabón y tras un curso
de 15 días en Villamontes, donde estaba la base aérea, obtuvo su brevet de
Piloto de Guerra. En una entrevista con el programa No mentirás en 2012, cuando
cumplió 101 años, contó que “las bombas (el fuego de artillería) pasaba por
nuestro lado: ¡pam!.. ¡pam!.. ¡pam! diciendo. He tenido mucha suerte (de salir
vivo). Fue un milagro”.
Su hijo Jorge relata que uno de los aviones, que el general
volaba —según el testimonio de su padre—, llegó a recibir incluso 16 impactos
de bala por la batería guaraní.
El historiador militar general Edwin de la Fuente Jeria
lamentó ayer la pérdida del general Paz Soldán. “Esa camada de militares fue
muy gloriosa, Paz Soldán, Rafael Pabón, Bernardino Bilbao Rioja y otros después
fundaron la Fuerza Aérea Boliviana en 1957, que hasta ese momento formaba parte
del Ejército”. Católico. En su intimidad, Alberto Paz Soldán, que
además es tío del reconocido literato Edmundo Paz Soldán, era un hombre muy
católico, llevaba consigo siempre una imagen de la Virgen de Fátima, que
trajo de Francia cuando era joven, y rezaba todos los días.
Vivió los últimos días con alborozo pues esperaba la llegada
de la Semana Santa y si bien ya no podía asistir a misa en su barrio de Irpavi,
siempre estaba atento a la palabra de Dios. Hace años, Paz Soldán oía música
del Chaco, boleros de caballería, algunos tangos, cuecas y taquiraris, pero la
canción que más le gustaba escuchar era un viejo huayño llamado Lorito de las
montañas. El sábado se fue, para muchos uno de los últimos ases de la aviación
boliviana.
Otros detalles del héroe
Distinción
Alberto Paz Soldán recibió en 2011 la Medalla al Mérito en
el Grado de Gran Cruz de la Orden Coronel Eduardo Abaroa. Sus restos son
velados en la Academia de Historia Militar.
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