34 AÑOS DE LA NACIONALIZACIÓN DE LA GULF OIL COMPANY

Del Periódico “Comunicación y Educación”Del Instituto Normal Superior Simón Bolívar. UMSA Octubre-noviembre 2003 J.M.O.G

Marcelo Quiroga Santa Cruz el año 1969 fue el artífice de la recuperación del gas de la transnacional Gulf Oil Company. Los beneficios para el país de la nacionalización de esta empresa fueron importantes para la economía nacional. Bolivia dejó de comprar petróleo a una empresa extranjera: ganó reservas gasíferas y petrolíferas del orden de 5 mil millones de dólares, recuperó el mercado argentino para YPFB y, sobre todo, recuperó la dignidad para un país expoliado y vilipendiado por el poder petrolero transnacional.
E1 17 de octubre de 1969 se decidió la nacionalización de los bienes de la Gulf -la segunda medida antiimperialista más importante de la historia-, demostrando que era posible quebrar el poder petrolero transnacional en el país. La nacionalización de la Gulf, en perspectiva, no fue un hecho esporádico o aislado por el contrario, fue el corolario de un largo proceso político de reconquista del patrimonio nacional y el fin del antinacional Código de Petróleo aprobado en 1956.
Marcelo Quiroga Santa Cruz, ministro de Minas y Petróleo, y Sergio Almaraz, estratega y pensador nacional, fueron los principales ideólogos de esta medida. Esta determinación soberana dictaminada en el Gobierno del General Alfredo Ovando Candia recuperó para el país el 90% de las reservas de gas que estaban en manos de la Gulf Oil, ganando para YPFB el mercado argentino, como lo había planteado Sergio Almaraz. A pesar de los 80 millones que costo la indemnización a la Gulf, Bolivia dejo de comprar petróleo a una empresa extranjera; ganó reservas gasíferas y petrolíferas del orden de 5 mil millones de dólares y recuperó la dignidad para un país expoliado y vilipendiado por Bolivian Gulf Oil Company.

Antecedentes históricos

La Gulf Oil ingresó al país el 23 de mayo de 1956, un año después de promulgado el Código de Petróleo, mediante contratos de financiación de oleoductos y contratos de operación que desvalijaron rápidamente a YPFB y al Estado boliviano.
En 1961-62 esta compañía norteamericana descubre los pozos petrolíferos de Caranda, Colpa y Río Grande. Así queda abierta la pugna: la Gulf exigirá a partir de ello condiciones absolutas (respeto y garantías a la inversión privada, se dice ahora) al gobierno del MNR y de Barrientos para adjudicarse el derecho de propiedad del gas y los oleoductos de YPFB. Lo curioso del caso, dice Andrés Soliz Rada, consistió en que el antinacional Código Davenport no determinó con suficiente claridad si el gas descubierto en las concesiones petroleras pertenecía al Estado o a las compañías.
Para dejar clara la sumisión del gobierno ante la concesionaria, en 1964 Paz Estenssoro condecoró con el Cóndor de los Andes al presidente de la Gulf. Sin embargo, este gesto simbólico del poder sería insuficiente para definir la situación a favor de la transnacional. El golpe de Estado pro-norteamericano del general René Barrientos, aseguró por otros medios la "propiedad" de los recursos hidrocarburíferos a la concesionaria, iniciando la aplicación del "Sistema Mayo", es decir el plan que contemplaba la entrega total de los recursos naturales del país. Vale decir, vía soborno de la Gulf, Barrientos reinterpretó el Código de Petróleo aprobado por el MNR en sentido de que también comprendía el gas, aparte de los hidrocarburos líquidos. En esta línea, el 12 de septiembre, Barrientos dicta el Decreto Supremo 8093, por el que crea la empresa de Gas y Petroquímica, a la que faculta, ADQUIRIR toda la producción nacional de gas natural de petróleo, provenga éste de entidades privadas o nacionales. Desde ese momento el gas boliviano era "propiedad" de la Gulf Oil.
Más aún. Este proceso desnacionalizador alcanzó su clímax al adjudicarse a la empresa norteamericana Williams Brothers la construcción del gasoducto a la Argentina. La empresa mencionada ganó la licitación el 28 de abril. Un día más tarde Barrientos moría en Arque en accidente de helicóptero. Afirma Soliz Rada que la prepotencia de la Gulf comenzaría a declinar a partir de ese mismo instante.

Mercado Argentino y reservas

Cabe señalar que en 1967, durante el Gobierno de Barrientos, se inician conversaciones para la venta del gas a la República Argentina. E1 intento por conservar el negocio en manos del Estado boliviano terminó en una desilusión, porque la Gulf detentando "su propiedad", evitó que el acuerdo prosperara. Posteriormente, con el 90 por ciento de la producción en sus manos y con idéntico porcentaje de acceso al mercado argentino, las negociaciones se desarrollaron viento en popa para la transnacional. Como era de prever, el contrato con la República Argentina en 1968, tenía la participación casi total de la Gulf. Ese mismo año, se inicia la construcción del gasoducto y en 1972 comienza la exportación de gas a la Argentina. El contrato estableció un ciclo de veinte años, que se prorrogó siete años más, hasta 1999, generando para el país en el período un total de 6.000 mil millones de ingresos para el TGN.
En ese contexto desnacionalizador de los recursos hidrocarburíferos del país Sergio Alcaraz lanza la consigna de “no perder el gas y ganar el mercado argentino para YPFB”, para fundamentar luego que esta consigna alienta la venta de gas por el país y en beneficio del país y no de las transnacionales. Este es un argumento clave para comprender el proceso de nacionalización de la Gulf, ocurrido en 1969.
El 17 de octubre de 1969 se decide la nacionalización de los bienes de la Gulf, demostrando que era posible y necesario quebrar el poder petrolero. Marcelo Quiroga Santa Cruz, ministro de Minas y Petróleo y principal impulsor de la medida, afirmó a propósito de la indemnización: “a Bolivian Gulf no se le pagará ni un centavo de indemnización por el gas ni por el petróleo, porque ambas riquezas son del pueblo boliviano. Tampoco se pagará indemnización alguna por las inversiones que la compañía hubiera efectuado en el país, ya que no nos interesa los gastos en que hubiera incurrido. El problema se reduce a cancelar el monto relativo al activo fijo que la empresa petrolera deja en Bolivia, vale decir, indemnizarla por la maquinaria y vehículos que se quedarán en el país, por sus bienes inmuebles, bombas y plantas de reinyección”.

El decreto histórico de la nacionalización de la Gulf Oil Company

El decreto que estableció la nacionalización de la Gulf Oil Company fue resultado del poder político que se fue acumulando en torno a la idea de nacionalizar los bienes de la transnacional petrolera Gulf Oil, desde la promulgación por Paz Estenssoro de antinacional código del Petróleo en 1956. En este decreto no se habla de expropiación que hubiera significado reconocer la propiedad a la transnacional de los recursos hidrocarburíferos, sino de la reversión al Estado de todas las concesiones otorgadas y la nacionalización de todos los bienes de la Gulf Oil.
En sus partes considerativas este instrumento legal establece:
Considerando:
Que la empresa Bolivian Gulf Oil Company se ha constituido en un nuevo SUPERESTADO, que dispone de un poder económico y político superior al del Estado boliviano, incompatible con el principio y la práctica de la soberanía nacional. Que el gobierno revolucionario ha derogado el Código del Petróleo, norma legal reguladora de la explotación de los hidrocarburos nacionales redactada por abogados dependientes de las empresas petrolíferas privadas extranjeras e impuestas al país a través de gobiernos seudonacionalistas para asegurar a la empresa Bolivian Gulf Oil Company un margen de utilidad y de impunidad que compromete gravemente el interés económico y la dignidad nacional (...) Que el pueblo boliviano, en todas sus actividades y sectores sociales han tomado conciencia de la necesidad de proceder a la nacionalización de los bienes de Bolivian Gulf Oil Company y ha exigido la adopción inmediata de esta medida.
Decreta:
Artículo 1.- La reversión al Estado de todas las concesiones otorgadas a Bolivian Gulf Oil Company, y la nacionalización de todas las instalaciones, inmuebles, medios de transporte, estudios, planos, proyectos y todo otro bien, sin excepción alguna.
Artículo 2.- El inmediato control por las Fuerzas Armadas de la nación, de todos los campos, instalaciones, y demás pertenencias de Bolivian Gulf Oil Company (...)
El directo responsable del control y toma de los campos petrolíferos de la Gulf Oil fue el General Juan José Torres.

Las amenazas del poder petrolero

Las amenazas del poder petrolero contra esta medida histórica no se dejaron esperar. La Gulf Oil desarrolló una fuerte campaña de intimidación contra el país en sentido de que el gas y petróleo bolivianos “no encontrarían mercados, lo que provocaría mayor miseria para el pueblo”. Sin embargo, según Quiroga Santa Cruz, si la Gulf impedía la venta del gas en el mercado internacional, el país no sería perjudicado ya que sólo con el cierre del parlamento se había ahorrado siete millones de dólares anuales, en tanto que las regalías miserables de la compañía norteamericana sólo ascendían a seis millones de dólares al año, y el país -que compraba su propio petróleo a la Gulf por valor de siete millones- dejaría de gastar esta suma al haber recuperado sus hidrocarburos.
Una intentona de golpe militar contra Ovando, que llevaba adelante este proceso político nacionalizador, posibilitó el ascenso al poder -en hombros de la Central Obrera Boliviana y partidos de izquierda- del general nacionalista Juan José Torres, quien profundizará estas medidas.
Sin embargo en 1970, el coronel Hugo Banzer Suárez, apoyado por las principales fracciones derechistas del país, consolida el golpe de Estado contra el general Juan José Torres. Banzer demostrará pronto las filiaciones políticas del golpe favoreciendo los intereses petroleros de los Estados Unidos y el Brasil. El 28 de marzo de 1972, el dictador desnacionaliza el gas mediante la Ley General de Hidrocarburos, medida que otorga nuevamente privilegios a las transnacionales. Ese mismo año se firma un acuerdo de venta de al Brasil y se inicia la exportación de gas natural a la Argentina pero a través de las contratistas norteamericanas Tesoro y Occidental. A partir de 1974, estas empresas se beneficiarán con el 40% del mercado brasileño.
Es decir, Hugo Banzer y Emilio Garrastazu inician el proceso de venta de gas al Brasil en condiciones onerosas para el país; el 31 de enero de 1972 firman en Corumbá una declaración conjunta para el aprovechamiento de los recursos naturales. Dos años después, el 22 de mayo de 1974, Geisel-Banzer sellan el "Acta de Capitulación Nacional", a pesar de la resistencia de organizaciones sociales y políticas y de las Fuerzas Armadas. En síntesis, la nacionalización del petróleo y la exportación de gas al mercado argentino se convirtieron en los siguientes 7 años del gobierno del general Banzer en el principal aporte económico al Tesoro General de la Nación. Como señaló Quiroga Santa Cruz; “El mismo gobierno formado por los mismos que intentaron impedir la nacionalización de petróleo, la madrugada del 17 de octubre de 69, se ha servido (de la nacionalización) para sostener económicamente y financieramente un régimen que repudio aquella medida. Por lo demás, un régimen dictatorial –el banzerista- nefasto para los intereses nacionales. (J.M.O.G.)

EL PAÍS MÁS OLVIDADO DE LATINOAMÉRICA

El “día de la dignidad nacional” cuando las masas dieron su apoyo rotundo a la nacionalización de la Gulf Oil, el año 1969, el Ministro de Minas y Petróleo –Quiroga Santa Cruz- pronunció desde los balcones del Palacio Quemado una corta y vibrante arenga. Debo alentar al pueblo sobre una campaña de intimidación sutilmente lanzada a través del rumor, por la que se quiere intimidar a la opinión pública con la idea de que si el petróleo que hoy día es nuestro no encuentra comercialización vendría una situación de miseria para el pueblo de Bolivia. Esto no es verdad. Este es su texto.

Marcelo Quiroga Santa Cruz

Bolivianos: Por segunda vez en cuatro días han acudido ustedes voluntariamente a esta pequeña plaza, del país, más olvidado y dependiente de Latinoamérica, para expresar un apoyo decidido. Lo digo también por segunda vez, no a una persona ni a muchas, ni siquiera a un gobierno, sino a la decisión que en nombre del pueblo de Bolivia, hemos tomado nosotros, culminando una lucha casi interminable donde muchos han caído y donde muchos hombres deberían estar hoy día en el bronce, ya han sido olvidados por nosotros mismos.
El día 26 de septiembre, nos llegó a través de una agencia noticiosa la opinión del departamento de Estado de los Estados Unidos sobre lo ocurrido aquella madrugada. Decía que la democracia a sufrido un retroceso. ¿Qué democracia? Esa que se nutre de los dividendos y de las coimas de las empresas explotadora, de nuestras riquezas, riquezas naturales.
Esa democracia que alimenta a quienes escriben editoriales al servicio del imperialismo. Esa democracia que distribuye dinero para corromper al dirigente sindical, para comprar la conciencia del parlamento en la sanción de una ley, como la Ley del Petróleo. ¿De qué democracia nos hablan? Nosotros tenemos un concepto de democracia que no está en los libros, por que ha sido escrita con sangre en las calles de nuestra tierra. Ustedes son la democracia. Ustedes y nosotros somos los protagonistas de un proceso revolucionario que no ha hecho sino comenzar y que no se detendrá. Nos amenazan con la Enmienda Hickenlooper. Nos acaban de decir también que ha empezado a correr el plazo para la aplicación de la Enmienda Hickenlooper. También nuestro pueblo en este instante ha decidido que comience a correr el plazo de nuestra paciencia. No retrocederemos.
Debo alentar al pueblo sobre una campaña de intimidación sutilmente lanzada a través del rumor, por la que se quiere intimidar a la opinión pública con la idea de que si el petróleo que hoy día es nuestro no encuentra comercialización vendría una situación de miseria para el pueblo de Bolivia. Esto no es verdad, solamente seis millones de dólares se quedaban en Bolivia de la explotación de nuestras riquezas naturales y de estos seis millones pasarán tres a formar parte del presupuesto nacional, de modo que aunque no saliera un litro más de petróleo de Bolivia, no dejaríamos de recibir como parte del presupuesto nacional, más de tres millones de dólares.
Bolivianos: Un orden social que no es revolucionario, una revolución que no es moral, no es revolución. Quienes estamos comprometidos con ustedes a no cejar en el empeño de hacer una revolución profundamente honesta e intransigente, tampoco permitiremos que el efecto intimidatorio de esa campaña psicológica provoque nuevamente colas y distribución de cupos y especulaciones de comerciantes. A esa campaña de intimidación, el gobierno responderá con energía y el que trafique con el hambre del pueblo, tendrá que ir a la cárcel. He oído decir esta tarde, "el pueblo al poder". Sí, los trabajadores, los hombres de la clase media, los universitarios, los oficiales revolucionarios de ese ejercito nacional también pero con dirigentes que no se han manchado las manos recogiendo dinero de todos los gobiernos. Con dirigentes que no han ensuciado sus manos firmando el decreto que desnacionalizó el petróleo. El pueblo al poder con sus FF.AA., pero con hombres de manos y mentes limpias. Es verdad que hasta este momento la revolución es vertical y que no puede seguir siéndolo indefinidamente a menos de que se resignen a entregarse inermes al imperialismo y a la oligarquía nativa. Debemos consolidar una amplia base popular, un nuevo instrumento político que lleve un nuevo proceso revolucionario y ustedes, los que han venido esta tarde a esta plaza, no en busca de trabajo en la administración pública, ni del reparto de dinero, son ya los militantes de este partido del presente y el futuro. (Tomado de Cuadernos de Marcha, Nro. 30).

LOS BENEFICIOS ECONÓMICOS DE LA NACIONALIZACIÓN DE LA GULF OIL

Marcelo Quiroga Santa Cruz

Es bueno recordar por ejemplo, que antes de la nacionalización del petróleo, el 90% de las reservas gasíferas del país estaban en poder de la Gulf.
Es bueno recordar que Y.P.F.B. (hoy es el sostén de la Economía Nacional), comparada a la Gulf el petróleo necesario para poder abastecer al mercado interno; y es bueno recordar que esa empresa Gulf, ingresó al país, gracias a la aprobación de un Código del Petróleo, aprobado durante el gobierno del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), y elogiado por el "New York Times", como el Código más liberal y beneficiado para la compañías privadas que se hubiese dado en occidente. Ahora bien, cuando procedimos a la nacionalización del petróleo, se lanzaron críticas, muchas de ellas violentas. Se decía que era una medida imprudente que traería consecuencias económicas negativas a corto plazo. Dije en aquel entonces: que la ocasión para proceder a la reversión, al dominio del Estado de una riqueza natural, como esa de carácter estratégico debía ser la ocasión en la que se tenga el poder político necesario para decidir una medida así. Y que si los autores de la Reforma Agraria hubiesen dudado o vacilado en resolver esta medida, por las consecuencias negativas de corto plazo, habría incurrido en un acto de miopía política.
Cuáles los beneficios de esta medida En primer término: tanto Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (Y.P.F.B.), como Bolivian Gulf habían conformado una empresa mixta para vender gas a la Argentina.
En una de las cláusulas, establecía que si una de las dos entidades, no aportaba con el 50% del volumen de gas; sería desplazada por la otra, y la otra asumiría la provisión del total. Como las reservas gasíferas estaban en un 90% en poder de la Gulf era absolutamente seguro que el gasoducto tendido a la Argentina y la vigencia del contrato eran dos medidas que se habían adoptado en beneficio de la Gulf.
A partir de la nacionalización del petróleo (Y.P.F.B.) no sólo no necesita comprar petróleo a una empresa extranjera; sino que comienza a exportar una cantidad importante; lo que se ha recuperado para el país sumando las reservas gasíferas y petrolíferas supera el valor de 5 mil millones de dólares.
De hecho, el petróleo en estos 7 años de gobierno del general Banzer, se ha constituido en el principal rubro en la formación del presupuesto nacional, es el principal aporte al Tesoro Nacional. El mismo gobierno formado por los mismos que intentaron impedir la nacionalización del petróleo, la madrugada del 17 de octubre del 69, ha servido para sostener económicamente y financieramente a un régimen que repudió aquella medida (la medida de la nacionalización) (Tomado de "Bolivia en la mente y en el corazón")
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