Del Periódico “Comunicación y Educación”Del Instituto Normal
Superior Simón Bolívar. UMSA Octubre-noviembre 2003 J.M.O.G
Marcelo Quiroga Santa Cruz el año 1969 fue el artífice de la
recuperación del gas de la transnacional Gulf Oil Company. Los beneficios para
el país de la nacionalización de esta empresa fueron importantes para la
economía nacional. Bolivia dejó de comprar petróleo a una empresa extranjera:
ganó reservas gasíferas y petrolíferas del orden de 5 mil millones de dólares,
recuperó el mercado argentino para YPFB y, sobre todo, recuperó la dignidad
para un país expoliado y vilipendiado por el poder petrolero transnacional.
Marcelo Quiroga Santa Cruz, ministro de Minas y Petróleo, y
Sergio Almaraz, estratega y pensador nacional, fueron los principales ideólogos
de esta medida. Esta determinación soberana dictaminada en el Gobierno del
General Alfredo Ovando Candia recuperó para el país el 90% de las reservas de
gas que estaban en manos de la Gulf Oil, ganando para YPFB el mercado
argentino, como lo había planteado Sergio Almaraz. A pesar de los 80 millones
que costo la indemnización a la Gulf, Bolivia dejo de comprar petróleo a una
empresa extranjera; ganó reservas gasíferas y petrolíferas del orden de 5 mil
millones de dólares y recuperó la dignidad para un país expoliado y
vilipendiado por Bolivian Gulf Oil Company.
Antecedentes históricos
La Gulf Oil ingresó al país el 23 de mayo de 1956, un año
después de promulgado el Código de Petróleo, mediante contratos de financiación
de oleoductos y contratos de operación que desvalijaron rápidamente a YPFB y al
Estado boliviano.
En 1961-62 esta compañía norteamericana descubre los pozos
petrolíferos de Caranda, Colpa y Río Grande. Así queda abierta la pugna: la
Gulf exigirá a partir de ello condiciones absolutas (respeto y garantías a la
inversión privada, se dice ahora) al gobierno del MNR y de Barrientos para
adjudicarse el derecho de propiedad del gas y los oleoductos de YPFB. Lo
curioso del caso, dice Andrés Soliz Rada, consistió en que el antinacional
Código Davenport no determinó con suficiente claridad si el gas descubierto en
las concesiones petroleras pertenecía al Estado o a las compañías.
Para dejar clara la sumisión del gobierno ante la
concesionaria, en 1964 Paz Estenssoro condecoró con el Cóndor de los Andes al
presidente de la Gulf. Sin embargo, este gesto simbólico del poder sería
insuficiente para definir la situación a favor de la transnacional. El golpe de
Estado pro-norteamericano del general René Barrientos, aseguró por otros medios
la "propiedad" de los recursos hidrocarburíferos a la concesionaria,
iniciando la aplicación del "Sistema Mayo", es decir el plan que
contemplaba la entrega total de los recursos naturales del país. Vale decir,
vía soborno de la Gulf, Barrientos reinterpretó el Código de Petróleo aprobado
por el MNR en sentido de que también comprendía el gas, aparte de los
hidrocarburos líquidos. En esta línea, el 12 de septiembre, Barrientos dicta el
Decreto Supremo 8093, por el que crea la empresa de Gas y Petroquímica, a la
que faculta, ADQUIRIR toda la producción nacional de gas natural de petróleo,
provenga éste de entidades privadas o nacionales. Desde ese momento el gas
boliviano era "propiedad" de la Gulf Oil.
Más aún. Este proceso desnacionalizador alcanzó su clímax al
adjudicarse a la empresa norteamericana Williams Brothers la construcción del
gasoducto a la Argentina. La empresa mencionada ganó la licitación el 28 de
abril. Un día más tarde Barrientos moría en Arque en accidente de helicóptero.
Afirma Soliz Rada que la prepotencia de la Gulf comenzaría a declinar a partir
de ese mismo instante.
Mercado Argentino y reservas
Cabe señalar que en 1967, durante el Gobierno de Barrientos,
se inician conversaciones para la venta del gas a la República Argentina. E1
intento por conservar el negocio en manos del Estado boliviano terminó en una
desilusión, porque la Gulf detentando "su propiedad", evitó que el
acuerdo prosperara. Posteriormente, con el 90 por ciento de la producción en
sus manos y con idéntico porcentaje de acceso al mercado argentino, las
negociaciones se desarrollaron viento en popa para la transnacional. Como era
de prever, el contrato con la República Argentina en 1968, tenía la
participación casi total de la Gulf. Ese mismo año, se inicia la construcción
del gasoducto y en 1972 comienza la exportación de gas a la Argentina. El
contrato estableció un ciclo de veinte años, que se prorrogó siete años más,
hasta 1999, generando para el país en el período un total de 6.000 mil millones
de ingresos para el TGN.
En ese contexto desnacionalizador de los recursos hidrocarburíferos
del país Sergio Alcaraz lanza la consigna de “no perder el gas y ganar el
mercado argentino para YPFB”, para fundamentar luego que esta consigna alienta
la venta de gas por el país y en beneficio del país y no de las
transnacionales. Este es un argumento clave para comprender el proceso de
nacionalización de la Gulf, ocurrido en 1969.
El 17 de octubre de 1969 se decide la nacionalización de los
bienes de la Gulf, demostrando que era posible y necesario quebrar el poder
petrolero. Marcelo Quiroga Santa Cruz, ministro de Minas y Petróleo y principal
impulsor de la medida, afirmó a propósito de la indemnización: “a Bolivian Gulf
no se le pagará ni un centavo de indemnización por el gas ni por el petróleo,
porque ambas riquezas son del pueblo boliviano. Tampoco se pagará indemnización
alguna por las inversiones que la compañía hubiera efectuado en el país, ya que
no nos interesa los gastos en que hubiera incurrido. El problema se reduce a
cancelar el monto relativo al activo fijo que la empresa petrolera deja en
Bolivia, vale decir, indemnizarla por la maquinaria y vehículos que se quedarán
en el país, por sus bienes inmuebles, bombas y plantas de reinyección”.
El decreto histórico de la nacionalización de la Gulf Oil
Company
El decreto que estableció la nacionalización de la Gulf Oil
Company fue resultado del poder político que se fue acumulando en torno a la
idea de nacionalizar los bienes de la transnacional petrolera Gulf Oil, desde
la promulgación por Paz Estenssoro de antinacional código del Petróleo en 1956.
En este decreto no se habla de expropiación que hubiera significado reconocer
la propiedad a la transnacional de los recursos hidrocarburíferos, sino de la
reversión al Estado de todas las concesiones otorgadas y la nacionalización de
todos los bienes de la Gulf Oil.
En sus partes considerativas este instrumento legal
establece:
Considerando:
Que la empresa Bolivian Gulf Oil Company se ha constituido
en un nuevo SUPERESTADO, que dispone de un poder económico y político superior
al del Estado boliviano, incompatible con el principio y la práctica de la
soberanía nacional. Que el gobierno revolucionario ha derogado el Código del
Petróleo, norma legal reguladora de la explotación de los hidrocarburos
nacionales redactada por abogados dependientes de las empresas petrolíferas
privadas extranjeras e impuestas al país a través de gobiernos
seudonacionalistas para asegurar a la empresa Bolivian Gulf Oil Company un
margen de utilidad y de impunidad que compromete gravemente el interés
económico y la dignidad nacional (...) Que el pueblo boliviano, en todas sus
actividades y sectores sociales han tomado conciencia de la necesidad de
proceder a la nacionalización de los bienes de Bolivian Gulf Oil Company y ha
exigido la adopción inmediata de esta medida.
Decreta:
Artículo 1.- La reversión al Estado de todas las concesiones
otorgadas a Bolivian Gulf Oil Company, y la nacionalización de todas las
instalaciones, inmuebles, medios de transporte, estudios, planos, proyectos y
todo otro bien, sin excepción alguna.
Artículo 2.- El inmediato control por las Fuerzas Armadas de
la nación, de todos los campos, instalaciones, y demás pertenencias de Bolivian
Gulf Oil Company (...)
El directo responsable del control y toma de los campos
petrolíferos de la Gulf Oil fue el General Juan José Torres.
Las amenazas del poder petrolero
Las amenazas del poder petrolero contra esta medida
histórica no se dejaron esperar. La Gulf Oil desarrolló una fuerte campaña de
intimidación contra el país en sentido de que el gas y petróleo bolivianos “no
encontrarían mercados, lo que provocaría mayor miseria para el pueblo”. Sin
embargo, según Quiroga Santa Cruz, si la Gulf impedía la venta del gas en el
mercado internacional, el país no sería perjudicado ya que sólo con el cierre
del parlamento se había ahorrado siete millones de dólares anuales, en tanto
que las regalías miserables de la compañía norteamericana sólo ascendían a seis
millones de dólares al año, y el país -que compraba su propio petróleo a la
Gulf por valor de siete millones- dejaría de gastar esta suma al haber
recuperado sus hidrocarburos.
Una intentona de golpe militar contra Ovando, que llevaba
adelante este proceso político nacionalizador, posibilitó el ascenso al poder
-en hombros de la Central Obrera Boliviana y partidos de izquierda- del general
nacionalista Juan José Torres, quien profundizará estas medidas.
Sin embargo en 1970, el coronel Hugo Banzer Suárez, apoyado
por las principales fracciones derechistas del país, consolida el golpe de
Estado contra el general Juan José Torres. Banzer demostrará pronto las
filiaciones políticas del golpe favoreciendo los intereses petroleros de los
Estados Unidos y el Brasil. El 28 de marzo de 1972, el dictador desnacionaliza
el gas mediante la Ley General de Hidrocarburos, medida que otorga nuevamente
privilegios a las transnacionales. Ese mismo año se firma un acuerdo de venta
de al Brasil y se inicia la exportación de gas natural a la Argentina pero a
través de las contratistas norteamericanas Tesoro y Occidental. A partir de
1974, estas empresas se beneficiarán con el 40% del mercado brasileño.
Es decir, Hugo Banzer y Emilio Garrastazu inician el proceso
de venta de gas al Brasil en condiciones onerosas para el país; el 31 de enero
de 1972 firman en Corumbá una declaración conjunta para el aprovechamiento de
los recursos naturales. Dos años después, el 22 de mayo de 1974, Geisel-Banzer
sellan el "Acta de Capitulación Nacional", a pesar de la resistencia
de organizaciones sociales y políticas y de las Fuerzas Armadas. En síntesis,
la nacionalización del petróleo y la exportación de gas al mercado argentino se
convirtieron en los siguientes 7 años del gobierno del general Banzer en el
principal aporte económico al Tesoro General de la Nación. Como señaló Quiroga
Santa Cruz; “El mismo gobierno formado por los mismos que intentaron impedir la
nacionalización de petróleo, la madrugada del 17 de octubre de 69, se ha
servido (de la nacionalización) para sostener económicamente y financieramente
un régimen que repudio aquella medida. Por lo demás, un régimen dictatorial –el
banzerista- nefasto para los intereses nacionales. (J.M.O.G.)
EL PAÍS MÁS OLVIDADO DE LATINOAMÉRICA
El “día de la dignidad nacional” cuando las masas dieron su
apoyo rotundo a la nacionalización de la Gulf Oil, el año 1969, el Ministro de
Minas y Petróleo –Quiroga Santa Cruz- pronunció desde los balcones del Palacio
Quemado una corta y vibrante arenga. Debo alentar al pueblo sobre una campaña
de intimidación sutilmente lanzada a través del rumor, por la que se quiere
intimidar a la opinión pública con la idea de que si el petróleo que hoy día es
nuestro no encuentra comercialización vendría una situación de miseria para el
pueblo de Bolivia. Esto no es verdad. Este es su texto.
Marcelo Quiroga Santa Cruz
Bolivianos: Por segunda vez en cuatro días han acudido
ustedes voluntariamente a esta pequeña plaza, del país, más olvidado y
dependiente de Latinoamérica, para expresar un apoyo decidido. Lo digo también
por segunda vez, no a una persona ni a muchas, ni siquiera a un gobierno, sino
a la decisión que en nombre del pueblo de Bolivia, hemos tomado nosotros,
culminando una lucha casi interminable donde muchos han caído y donde muchos
hombres deberían estar hoy día en el bronce, ya han sido olvidados por nosotros
mismos.
El día 26 de septiembre, nos llegó a través de una agencia
noticiosa la opinión del departamento de Estado de los Estados Unidos sobre lo
ocurrido aquella madrugada. Decía que la democracia a sufrido un retroceso.
¿Qué democracia? Esa que se nutre de los dividendos y de las coimas de las
empresas explotadora, de nuestras riquezas, riquezas naturales.
Esa democracia que alimenta a quienes escriben editoriales
al servicio del imperialismo. Esa democracia que distribuye dinero para
corromper al dirigente sindical, para comprar la conciencia del parlamento en
la sanción de una ley, como la Ley del Petróleo. ¿De qué democracia nos hablan?
Nosotros tenemos un concepto de democracia que no está en los libros, por que
ha sido escrita con sangre en las calles de nuestra tierra. Ustedes son la
democracia. Ustedes y nosotros somos los protagonistas de un proceso
revolucionario que no ha hecho sino comenzar y que no se detendrá. Nos amenazan
con la Enmienda Hickenlooper. Nos acaban de decir también que ha empezado a
correr el plazo para la aplicación de la Enmienda Hickenlooper. También nuestro
pueblo en este instante ha decidido que comience a correr el plazo de nuestra
paciencia. No retrocederemos.
Debo alentar al pueblo sobre una campaña de intimidación
sutilmente lanzada a través del rumor, por la que se quiere intimidar a la
opinión pública con la idea de que si el petróleo que hoy día es nuestro no encuentra
comercialización vendría una situación de miseria para el pueblo de Bolivia.
Esto no es verdad, solamente seis millones de dólares se quedaban en Bolivia de
la explotación de nuestras riquezas naturales y de estos seis millones pasarán
tres a formar parte del presupuesto nacional, de modo que aunque no saliera un
litro más de petróleo de Bolivia, no dejaríamos de recibir como parte del
presupuesto nacional, más de tres millones de dólares.
Bolivianos: Un orden social que no es revolucionario, una
revolución que no es moral, no es revolución. Quienes estamos comprometidos con
ustedes a no cejar en el empeño de hacer una revolución profundamente honesta e
intransigente, tampoco permitiremos que el efecto intimidatorio de esa campaña
psicológica provoque nuevamente colas y distribución de cupos y especulaciones
de comerciantes. A esa campaña de intimidación, el gobierno responderá con
energía y el que trafique con el hambre del pueblo, tendrá que ir a la cárcel.
He oído decir esta tarde, "el pueblo al poder". Sí, los trabajadores,
los hombres de la clase media, los universitarios, los oficiales
revolucionarios de ese ejercito nacional también pero con dirigentes que no se
han manchado las manos recogiendo dinero de todos los gobiernos. Con dirigentes
que no han ensuciado sus manos firmando el decreto que desnacionalizó el
petróleo. El pueblo al poder con sus FF.AA., pero con hombres de manos y mentes
limpias. Es verdad que hasta este momento la revolución es vertical y que no
puede seguir siéndolo indefinidamente a menos de que se resignen a entregarse
inermes al imperialismo y a la oligarquía nativa. Debemos consolidar una amplia
base popular, un nuevo instrumento político que lleve un nuevo proceso
revolucionario y ustedes, los que han venido esta tarde a esta plaza, no en
busca de trabajo en la administración pública, ni del reparto de dinero, son ya
los militantes de este partido del presente y el futuro. (Tomado de Cuadernos
de Marcha, Nro. 30).
LOS BENEFICIOS ECONÓMICOS DE LA NACIONALIZACIÓN DE LA GULF
OIL
Marcelo Quiroga Santa Cruz
Es bueno recordar por ejemplo, que antes de la
nacionalización del petróleo, el 90% de las reservas gasíferas del país estaban
en poder de la Gulf.
Es bueno recordar que Y.P.F.B. (hoy es el sostén de la
Economía Nacional), comparada a la Gulf el petróleo necesario para poder
abastecer al mercado interno; y es bueno recordar que esa empresa Gulf, ingresó
al país, gracias a la aprobación de un Código del Petróleo, aprobado durante el
gobierno del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), y elogiado por el
"New York Times", como el Código más liberal y beneficiado para la
compañías privadas que se hubiese dado en occidente. Ahora bien, cuando
procedimos a la nacionalización del petróleo, se lanzaron críticas, muchas de ellas
violentas. Se decía que era una medida imprudente que traería consecuencias
económicas negativas a corto plazo. Dije en aquel entonces: que la ocasión para
proceder a la reversión, al dominio del Estado de una riqueza natural, como esa
de carácter estratégico debía ser la ocasión en la que se tenga el poder
político necesario para decidir una medida así. Y que si los autores de la
Reforma Agraria hubiesen dudado o vacilado en resolver esta medida, por las
consecuencias negativas de corto plazo, habría incurrido en un acto de miopía
política.
Cuáles los beneficios de esta medida En primer término:
tanto Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (Y.P.F.B.), como Bolivian
Gulf habían conformado una empresa mixta para vender gas a la Argentina.
En una de las cláusulas, establecía que si una de las dos
entidades, no aportaba con el 50% del volumen de gas; sería desplazada por la
otra, y la otra asumiría la provisión del total. Como las reservas gasíferas
estaban en un 90% en poder de la Gulf era absolutamente seguro que el gasoducto
tendido a la Argentina y la vigencia del contrato eran dos medidas que se
habían adoptado en beneficio de la Gulf.
A partir de la nacionalización del petróleo (Y.P.F.B.) no
sólo no necesita comprar petróleo a una empresa extranjera; sino que comienza a
exportar una cantidad importante; lo que se ha recuperado para el país sumando
las reservas gasíferas y petrolíferas supera el valor de 5 mil millones de
dólares.
De hecho, el petróleo en estos 7 años de gobierno del general
Banzer, se ha constituido en el principal rubro en la formación del presupuesto
nacional, es el principal aporte al Tesoro Nacional. El mismo gobierno formado
por los mismos que intentaron impedir la nacionalización del petróleo, la
madrugada del 17 de octubre del 69, ha servido para sostener económicamente y
financieramente a un régimen que repudió aquella medida (la medida de la
nacionalización) (Tomado de "Bolivia en la mente y en el corazón")
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