Por: Javier T. Cárdenas Medina - Investigador, historiador y
escritor / Publicado en el periódico La Patria, el 18 de marzo
de 2012.
El 23 de marzo de cada año, se recuerda el "Día del
Mar" en Bolivia, rememorando el combate del Puente del Topáter o Topate
como lo llaman los historiadores chilenos. Acudimos a fuentes poco conocidas o
difundidas sobre este heroico acontecimiento, infausto por supuesto y que
mantiene abierta aún la herida en la memoria de la nación boliviana. Se trata
de los Boletines de la Guerra del Pacífico, a los cuales se le ha dado
injustamente poca importancia histórica. Esta revisión fue realizada por la
Academia Chilena de la Historia, con motivo del Centenario de la Guerra del
Pacífico, el año de 1979.
La ocupación del "Litoral del Norte", como le
llamaban los chilenos al territorio boliviano y peruano, se encomienda al
general Emilio Sotomayor, comandante en jefe de las Fuerzas de Operaciones.
Sobre las seis de la mañana del 14 de febrero de 1789 el blindado chileno
Almirante Cochrane fondea en la bahía de Antofagasta. Casi de inmediato se
envía una nota al prefecto boliviano Severino Zapata, anoticiándole la orden
del Gobierno de Chile de tomar posesión de los territorios comprendidos en el
grado 23 por considerarse roto el Tratado de 1874 de parte de Bolivia.
Desembarcan 100 hombres del Batallón de Marina al mando del sargento mayor
Ramón Vidaurre y 100 artilleros bajo el mando del capitán Ezequiel Fuentes.
Lógicamente la reacción del prefecto Zapata fue la de protestar enérgicamente
por la ocupación del territorio boliviano. El general Sotomayor procedió a
exigirle le entregara las armas al señor Vidaurre, promulgando un bando por el
que nombraba como Gobernador del Departamento de Caracoles a Nicanor Zenteno y
a otras autoridades administrativas, además ordenó el traslado a Caracoles del
capitán Francisco Carvallo con 70 soldados con el propósito de evitar un ataque
por parte de Bolivia. El general chileno expresaba su satisfacción según el
parte por la cordura de los residentes chilenos hacia los bolivianos,
organizándose a la vez la formación de la Guardia Nacional.
Continuando con la ocupación del litoral boliviano con fecha
21 de marzo, el comandante general de la escuadra chilena, J. Williams
Revolledo, ocupaba militarmente el puerto La Mar a las nueve de la mañana y
mediante carta participaba al Cónsul del Imperio del Brasil de que: "en
virtud de la hostilidad del Gobierno de Bolivia, con persecuciones y embargos a
los ciudadanos e intereses de Chile, ha procedido a la ocupación entre el grado
23 y la rivera sur del río Loa, asegurándole que es de carácter transitorio y
que no dificultaría los intereses y transacciones comerciales con los súbditos
del Imperio y demás extranjeros además de su seguridad". Revolledo, además
recomienda al Prefecto del Departamento de Cobija, no oponer resistencia; éste
se encontraba en el vicecantón de Calama, según respuesta del secretario Pedro
Ross.
Por su parte, el subprefecto de la provincia del Loa, M.M.
Abastos protestaba enérgicamente por la ocupación del puerto, a la vez que
arriaba el pabellón, mencionando que su única fuerza armada eran "cuatro
policiales de sable".
LA HEROICA NEGATIVA DEL BOLIVIANO Dr. LADISLAO CABRERA.
En una reunión efectuada en la Jefatura de Armas de Calama,
a las nueve de la mañana del 16 de marzo de 1879, el parlamentario chileno
Ramón Espech, enviado por el Comandante en Jefe del Ejército del Norte de
Chile, le menciona al Dr. Ladislao Cabrera las instrucciones de proponerle la
rendición de la plaza, basándose en su mayor fuerza, deseando evitar la efusión
de sangre y ofreciendo las garantías que fuesen pedidas. De inmediato y en una
respuesta valiente y categórica, el Prefecto de Calama responde: "Que no
estaba dispuesto a aceptar ni someterse a la intimidación que se le hacía, y
que cualquiera que sea la superioridad numérica de las fuerzas en cuyo nombre
se le intimase la rendición, defendería hasta el último trance la integridad
del territorio de Bolivia". A continuación se dio por finalizada la
conferencia, firmándose dos ejemplares por ambos representantes.
DE LA TOMA DE CALAMA
Los boletines de la Guerra del Pacífico, describen así a
Calama: "La planicie de Calama en que se halla el pueblo de este nombre y
en la que tuvo lugar el combate el 23, ocupa una superficie de tres kilómetros
cuadrados, más o menos cubiertos de matorrales espesos, ya formando cercas, ya dispersos
en todo sentido. El río Loa la baña por el sur, sirviéndole de defensa como los
fosos de una fortaleza, de él salen canales de riego para cultivo de alfalfa y
siembras de maíz".
Frecuentemente la historia oficial boliviana, magnifica la
actuación de Eduardo Avaroa en la defensa del Puente del Topáter, lo cual no
forma parte de este breve estudio. Según los boletines de la Guerra del
Pacífico, una división de 500 hombres, llegan a las cinco de la mañana al mando
del teniente coronel Eleuterio Ramírez. "Siguieron los dos caminos que dan
a la quebrada de Calama, dirigiéndose al Loa, bajando de Limón Verde. La
primera avanzada de Cazadores de Caballo, al mando del alférez Juan de Dios
Quesada, busca el paso del río para cortar la retirada por el oriente. Recibe
los primeros disparos lo que la hizo detenerse. La otra sección del sargento
mayor Rafael Vargas, marchaba en dirección al vado de Carvajal". Los
defensores bolivianos habían construido sus trincheras formadas por las
murallas de una máquina de amalgamación que pertenecía a la casa de Artola, que
quedaba a ciento veinticinco metros al frente del puente del Topáter. El
teniente coronel Martínez recibió la orden de marchar por la izquierda,
siguiendo las márgenes del río para tender un puente que franquease el paso de
los Cazadores del Segundo de Línea y dar apoyo a los Cazadores de Caballo. La
operación se ejecutó con prontitud por los treinta paisanos de Caracoles,
zapadores improvisados por el coronel Martínez afirma Sotomayor. Pasaron tropas
y una pieza de artillería de montaña, pero el combate se hizo sentir donde los
Cazadores de Caballo, recibieron a quemarropa una descarga de fusilería de las
trincheras bolivianas a corta distancia del vado a cuyo punto los condujo por
engaño un prisionero boliviano que les servía de guía. En menos de un cuarto de
hora, señala el boletín quedaron siete hombres muertos y cuatro heridos;
obligados a descender de sus cabalgaduras por lo difícil del terreno. Al
respecto el sargento Rafael Vargas del Regimiento Cazadores indicaba:
"Ellos, como poseedores del terreno, por lo ventajoso de sus posiciones,
llenas de montañas, matorrales y zanjas, han tenido facilidad para ocultar sus
bajas, sólo hemos encontrado seis cadáveres completamente carbonizados, por
estar dentro de trincheras cuya naturaleza nos obligó a incendiar pues estaban
formadas de una muralla de adobes, reforzada por otra de pastos sesgado, una
cerca viva y una zanja". Fueron tomados veinte prisioneros, veinte armas
de fuego entre fusiles rifles y revólveres. Por ser de justicia damos la
relación de los valientes bolivianos prisioneros luego del combate de Calama,
conducidos en el vapor Tolten por E. Altamirano:
Coronel Benigno Eguino, Comandante Valentín del Castillo,
Sargento Mayor Juan Patiño, Capitanes Francisco Zuñiga y José Díaz; Tenientes
Nicanor B. Aramayo y Braulio Vera; paisanos Francisco Aramayo y Florencio Lara
que actuaron como oficiales. Entre el personal de tropa se menciona: Luis
Villegas, Pío Salazar, Francisco Rodríguez, Marco Arispe, Justo Cartagena, José
Cruz, Eduardo Zuñiga, Zenón Machicado, Seferino Lano, Toribio Cari, Eugenio
Pérez, Demetrio Martínez, Cirilo Flores, Carlos Orellana, Nolberto Corrales,
Crispín Avan, Corsino Chaborca, Juan de Dios López, Juan B. Maldonado, Plácido
Pineda, Eloy Pereyra, José Guerra y Santiago Astete. En la lista también figura
un chileno, Víctor Alfaro.
Rendimos homenaje a valerosa respuesta del Dr. Ladislao Cabrera,
al intrépido guía que condujo a la emboscada a los Cazadores chilenos, a
aquellos que perecieron carbonizados en las trincheras, y también a los
prisioneros que fueron conducidos a la capital chilena y no conocemos su final.
A todos aquellos que defendieron con firmeza su litoral, que se les mencione y
se les tribute homenaje porque ellos fueron también los otros héroes de Calama.
-----------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario