Por: Gral. Edwin De La Fuente Jeria – Director Ejecutivo
Nacional ADEMAF Fuente: Cuadernos.
Es importante y necesario recalcar que la invasión chilena
fue un asalto traidor y ruin propio de las naciones leoninas e usurpadoras
(“Por la razón o la fuerza”), el mundo de la barbarie justificaba que “las
armas dan derechos”, por suerte el mundo de hoy se ha civilizado y no da
legalidad la usurpación. Chile le mordió la mano de quien no solo le dio de
comer durante la Colonia, sino que lo ayudo a defenderse durante las invasiones
inglesas y españolas (No solo súbditos potosinos acudieron en auxilio de Chile,
sino que se construyó armamento – Arcabuces y otros – en la Casa de la Moneda
de ciudad de Potosí).
En el análisis que todo estado debe realizar, principalmente
en el equilibrio de su estabilidad, si su proyección visionaria en lo
geopolítico, estratégico, social, psicológico – espiritual, científico –
tecnológico, pero principalmente político – ideológico, no representa amenaza
alguna a los intereses mundiales – imperiales, continentales – imperiales,
regionales y nacionales – locales. Necesidades y aspiraciones de su pueblo
versus Amenazas; este es un aspecto vital para entender los conflictos en
general, principalmente el Conflicto – Guerra, el mas nefasto por sus
consecuencias geo – físicas y humanas. La usurpación chilena de nuestro
Litoral, tuvo su nacimiento en la pobreza chilena de la Colonia, ahí nace su
ambición usurpadora, capitalizado este sentimiento bárbaro por sus elites
durante la lucha libertaria, la única nación que tuvo claro su futuro fue la
chilena, su personalismo e individualismo en contra de todo unionismo se
manifestó durante toda la lucha, sus líderes político – militares estuvieron en
franca oposición al Libertador Simón Bolívar, no quisieron acudir en auxilio
del Mcal. José de Sucre en Pichincha, sus órdenes eran precisas no pasar el
Perú. En un crimen, no hay prueba más contundente, que la confesión del autor,
y este es el caso que presentamos con la carta de Mariano Egaña Fabres(futuro
Político prominente en la construcción del Estado de Chile) escrita en 1824
cuando cumplía la misión diplomática en Inglaterra y enviada a un político
chileno, la cual en sus partes medulares enfatiza:
-
- Es hora de pensar en Chile y solo en Chile, en
nuestros hijos, nietos y biznietos. Deducimos: Su esencia y nacimiento nunca
fue Americanista, fue personalista y egoísta.
-
No podemos permitir por ningún motivo que el
Alto Perú nazca a la vida independiente unido al Perú o Argentina, nefasto
seria para el futuro de Chile que nazca unido a las dos Naciones. Deducimos: Su
objetivo era Bolivia, sino destruirnos, debilitarnos, principalmente en su mira
sus riquezas mineralógicas, las únicas y las más importantes mundialmente en
esa época.
Debemos buscar alianzas estratégicas con el Brasil y con
Colombia que nos permita consolidarnos y posteriormente fortalecernos.
Deducimos: En ningún momento pensó en una alianza con Argentina, Bolivia,
Ecuador, Perú o Venezuela, estas naciones estaban unidas por las luchas
independentistas por eso pensaba en Brasil un ajeno y con otros intereses, y,
porque Colombia, razones obvias ahí se encontraban los Santander otros enemigos
del Americanismo, responsables del complot contra Bolívar.
Si relacionamos esta carta con la “Sentencia de Diego
Portales”, al pueblo chileno cuando dice: “Hay que destruir el proyecto
grandioso y colosal de Andrés de Santa Cruz, sino en el futuro seremos
satélites de los designios del Perú y las intrigas y habilidad política de
Santa Cruz nos conflictuará y destruirá”. Deducimos y comparamos: Tenían claro
sus objetivos y amenazas, y, en todo era Bolivia su mayor problema e
importancia. Otra historia seria en el futuro, cuando se cumplen sus objetivos
del debilitamiento, empobrecimiento y sometimiento de Bolivia a sus intereses,
a través de los chilenofilos bolivianos y quintacolumnistas chilenos.
A partir de la caída del Mcal. Andrés de Santa Cruz
comenzaría el trajinar suelto y seguro de los intereses chilenos en Bolivia,
lógicamente en complicidad de la Oligarquía boliviana; primero, se habían
concretados intereses comunes, evitar el espacio societal al indígena, los
chilenos los masacraron a los Mapochos en complicidad con los Argentinos,
acabando toda capacidad de resistencia indígena en su territorio, los
arrinconaron a una reserva carcelaria. En el caso boliviano el indígena como
pueblo no era importante, pero si como numero, se necesitaba el pongueaje en
las haciendas y el mitaje en la minas, por lo tanto había que mantenerlos vivos
pero como esclavos y para eso la complicidad del Ejército boliviano, cuyos
mandos eran elitistas y pertenecían a la oligarquía misma, de ahí una historia
de “Ejercito masacrador”, con la excepción de algunos militares legionarios de
las republiquetas, los mismos que serán asesinados a su tiempo (Los Generales
Lanza, Blanco, Belzu y otros). A partir de 1842 comenzara la abierta usurpación
de territorios bolivianos al norte chileno, con complacencia de los gobiernos
bolivianos afines a ellos, los que no eran afines terminaron mal. Después de la
asesinato y caída del Gral. Isidoro Belzu, fueron años de entreguismo abierto y
traidor de la oligarquía boliviana, poco o nada hizo el Gral. Agustín Morales
en la derrota momentánea de los chilenofilos o el mismo Gral. Hilarión Daza en
el “Día Magno de la ciudad de La Paz”, cuando fueron derrotados nuevamente los
chilenofilos y revertida toda la política entreguista a favor de Chile.
Finalmente se sello la traición de los antipatrias
bolivianos, cuando tranzan la entrega de nuestros territorios en respuesta
Chile garantizara a los mineros la exportación de sus minerales, principalmente
al líder de este complot Dr. Aniceto Arze a quien además se le construirá un
ferrocarril de sus minas de la Huanchaca a los puertos de Antofagasta, también
se comprometían a la entrega de los puertos de Arica e Iquique peruanos después
de la Guerra, para lo cual Bolivia tenía que apoyar en la guerra de Chile
contra Perú.
No fue casual que durante el gobierno de Melgarejo los
Olañetistas casi lo empujan a una guerra contra el Perú; parte del plan fue la
inutilización de la Quinta División del Ejército Boliviano, organizado y armado
para la defensa del Litoral, se suman al final a la traición el Gral. Narciso
Campero Comandante de la Quinta División y el Gral. Eliodoro Camacho Jefe de
Estado Mayor del Ejercito del Gral. Hilarión Daza causante de la sublevación
del Estado Mayor en contra del Gral. Daza y la consecuente “Retirada de
Camarones”. Ambos militares tenían el aval de Chile para ser presidentes de
Bolivia en premio a su traición, ambos le dieron golpe de estado al Gral. Daza,
Campero en Oruro y Camacho en Tacna, solo uno podía serlo y fue Campero, se
dice que Camacho cayó prisionero con los Chilenos, paso vacaciones pagadas en
Chile y volvió al país como héroe nacional. La galería de traidores –
chilenofilos, están a la cabeza los ricos mineros plateros: Aniceto Arze,
Gregorio Pacheco y José María Linares; los militares Generales Narciso Campero
y Eliodoro Camacho. Se suman la comitiva que fue a Chile a coordinar el plan,
esta estuvo al mando de Gabriel René Moreno (Fue enjuiciado por traidor a la Patria,
los Doctorcitos de Sucre lo declararon inocente). No lo decimos lo aprendimos
de la “Verdadera Historia de Bolivia” y de los “Historiadores Patriotas y
Valientes”.
Por todo lo dicho, la invasión chilena del 14 de febrero de
1879 es el corolario de un largo proceso que nace en la Colonia Española y
termina en el tratado de “Paz y Amistad” de 1904. Pero también una línea del
tiempo larga transitada por antipatrias – chilenofilos y quintacolumnistas que
operaron y operan en el país. También es importante señalar que esta gran
nación boliviana plurinacional, multiétnica y diversa nunca estuvo ni está en
contra del pueblo chileno y peor aún del pueblo Mapocho, estamos seguros que
los chilenos en general fueron engañados por sus élites – oligarquía para encubrir
sus felonías antiamericanas y humanas; al igual que la oligarquía – anti-patria
boliviana para encubrir sus traiciones, con la diferencia que la felonía
chilena favoreció de manera general al pueblo chileno, no así en Bolivia porque
la traición la hirió mortalmente en el tiempo.
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