Fuente: La permanente construcción de lo cruceño: un estudio
sobre la identidad en Santa Cruz de la Sierra. De Paula Peña Hasbún. 2003.
Tanto D’Ordigny para 1830, Bach en 1842, Castelnau en 1845 y
Dalenz Guarachi en 1859 nos brindan noticias acerca de la composición social de
Santa Cruz. Todos coinciden en constatar la pobreza material de los cruceños y
la simplicidad de las viviendas de una planta; a su vez realzan el carácter hospitalario
y festivo de los pobladores de esta zona.
LA primera impresión de los viajeros era que se trataba de
una sociedad homogénea en cuanto a la lengua. El hecho que todos los habitantes
hablaran español ya llamo la atención a Viedma en 1782. De la misma manera se
sorprendieron los viajeros del siglo XIX:
Santa Cruz es la única
ciudad de la republica donde solo se habla castellano (D’Orbigny, 1994:
210).
Mientras que Dalenz Guarachi consideraba que:
El único idioma que se
habla es el española esta ventaja deben sin duda los cruceños su civilización uniforme
y general (1861: 1)
Probablemente esta característica de la sociedad cruceña les
llevaba a considerarla como una sociedad fundamentalmente blanca.
D’Orbigny observo la existencia de tres clases sociales: la
primera llama españoles, al que consideraba que pertenecían todos los propietarios,
ganaderos y agricultores; las mujeres de este grupo permanecían en su casa.
La segunda clase, la
de los mestizos, considerada en el país bajo el nombre de cholos… van descalzos
y visten el traje sencillo de los campesinos. Los hombres son artesanos, por lo
común ejercen toda clase de oficios y también trabajos rústicos… las mujeres
trabajan en sus casas y las jóvenes recorren las calles vendiendo de puerta en
puerta los productos de sus quintas o de su industria personal… (1994:
209-210).
Finalmente, la tercera clase era la de los indígenas:
En cuanto a los indios
puros, muy abundantes en las misiones, escasean en Santa Cruz, donde desempeñan
funciones de sirvientes o nodrizas en las casa españolas, ejerciendo también diversos
oficios… (1994: 210)
Cincuenta años después, el censo de 1880 fue específico de
acuerdo a los oficios y profesiones. A través de su lectura, podemos concluir
la variedad de artesanos y asalariados que existían en la ciudad. En cuanto a
las profesiones, en su mayoría, los hombres eran abogados, juristas y médicos;
mientras que los artesanos fundamentalmente carpinteros, plateros, herreros,
talabarteros y curtidores. Por su parte, las mujeres eran cigarreras, modistas,
hilanderas, bordadoras. Un 12% de la población se dedicaba a los servicios
personales y domésticos. Es importante tomas en cuenta la presencia reconocida
de población artesana y asalariada ya que, en esa época, la ciudadanía solo ejercía
si se cumplían los requisitos de ser alfabetos y disponer de una renta o
ingresos fijos no provenientes de trabajaos domésticos (Molina 1988: 12).
MAYORÍA FEMENINA
La sociedad cruceña estaba compuesta por una mayoría de
mujeres, lo que llamaba mucho la atención de los viajeros, como Castelnau, que
señalaba:
Esta ciudad, abandonada, por así decir, en los confines de
la civilización, presenta para el viajero temas de estudios interesantes. Casi
toda la población está compuesta de mujeres y su voluntad es ley; ninguna
autoridad se permitiría abstenerse de su ayuda: Desde este punto de vista esta república
de mujeres solo puede ser comparada a Lima; pero en esta gran capital, una civilización
muy avanzada oculta estos rasgos de la sociedad, mientras que en Santa Cruz de
la Sierra, los mismos están al descubierto (2001:77).
La ausencia de hombres en la ciudad de Santa Cruz de la
Sierra se debía fundamentalmente a que, la mayor parte del tiempo, estos
radicaban en las zonas rurales si se dedicaban a la agricultura o ganadería, o
bien estaban realizando estudios en la universidad de Chuquisaca. Esta era la versión
de d’Orbigny, aunque Castelnau consideraba que la desproporción de sexos, además
de las razones antes mencionadas, se debía también a las consecuencias de las
guerras de la Independencia. Creemos sin embargo, que esta afirmación es poco
probable porque, en 1845, después de 20 años de paz, la población pudo haberse
recuperado, Es más probable que los hombres hayan marchado a las regiones de
Moxos, Chiquitos y Cordillera en busca de nuevas tierras para la agricultura y ganadería
y demoraban años en regresar.
El censo de 1880 anota que existían 668 hombres casados
mientras que el número de mujeres casadas llegaba a 807. Lo que demostraría, que
gran parte de las mujeres casadas esperaban solas en la ciudad y sus esposos en
el campo.
UNA SOCIEDAD EDUCADA
Una de las características más importantes del siglo XIX
cruceño radicaba en el desarrollo de la educación. Durante la época colonial
La enseñanza de las primeras letras estaba a cargo de los
Padres de la Compañía de Jesús pero como la obra evangélica quitaba tiempo a
los jesuitas para poderlo dedicar en forma amplia y eficiente a la instrucción pública
(Vázquez Machicado, 1992: 307), existieron también personas particulares
dedicadas a este oficio.
La importante cantidad de población alfabetizada convirtió a
Santa Cruz en una sociedad más educada, en comparación con el resto de la población
de Bolivia. La uniformidad del idioma
Ha sido indudablemente
la base de su alto porcentaje de alfabetos que se ha observado en los censos
nacionales (Gutiérrez, 1925: 12).
En el Colegio Seminario –durante la colonia- y luego Colegio
Nacional –durante la república- se enseña latín, historia, filosofía, matemáticas,
astronomía (Castelnau 2001: 76), y asistía una importante cantidad de
estudiantes: 400 en 1859, según Dalenz Guarachi que afirmaba:
Hay pocas personas, aun entre la gente del campo, que no
sepan leer y escribir (1861: 1).
Según el censo de 1880, el 37% de la población de la ciudad
de Santa Cruz de la Sierra sabía leer y escribir mientras que el 15% de los
hombres eran alfabetos y 30% de las mujeres.
Ese mismo año, se establecía una universidad en Santa Cruz
de la Sierra, ofreciendo las carreras de medicina, teología y derecho. La creación
de la universidad fue también un hito determinante en la educación de la
sociedad cruceña.
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