1900 CINISMO, MATONERÍA Y PREPOTENCIA DE CHILENA PARA QUEDARSE CON EL LITORAL BOLIVIANO

Caricatura de la nota del ministro Konig, publicada en el semanario argentino Caras y Caretas el 6 de octubre de 1900.
El 13 de agosto del año 1900, el embajador chileno en La Paz un bravucón llamado Abraham König Velásquez envió al Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia Eliodoro Villazón una matonesca Nota conteniendo “las bases definitivas de paz con Bolivia” aceptables para el Gobierno chileno (König 1900, XXVII). Según el embajador, “las bases propuestas por Chile [eran] equitativas, las únicas compatibles con la situación actual… Deben ser consideradas no sólo como equitativas sino como generosas… Sería una verdadera desgracia que el Congreso Boliviano pensara de distinta manera” (König 1900, XXXIX).

CONTENIDO DE LA NOTA DE KONIG

Con el mayor cinismo, la Nota se refirió al “antiguo litoral boliviano” –ese mismo que desde 1842 Chile “reivindicó”– precisando König que “es y será para siempre de Chile” (König 1900, XXVIII). Es interesante anotar que durante cuatro décadas Chile se negó a aceptar la soberanía de Bolivia sobre el litoral al norte del paralelo 25. Sin embargo, tras ocupar por la fuerza de las armas dicho territorio, no tuvo inconveniente en denominarlo como el “antiguo litoral boliviano”. Al describir el trueque que quería efectuar Chile a cambio de “la cesión definitiva del litoral boliviano” (König 1900, XXVIII), el ministro sureño repitió en diez oportunidades el reconocimiento de Chile sobre la propiedad boliviana del litoral robado en 1879.

NOTA: 

Es un error muy esparcido y que se repite diariamente en la prensa y en la calle, el afirmar que Bolivia tiene derecho de exigir un puerto en compensación de su Litoral. No hay tal cosa. Chile ha ocupado el Litoral y se ha apoderado de él con el mismo título con que Alemania anexó al imperio la Alsacia y la Lorena, con el mismo título que los Estados Unidos de la América del Norte han tomado a Puerto Rico. Nuestros derechos nacen de la victoria, la ley suprema de las naciones. Que el Litoral es rico y que vale muchos millones, eso ya lo sabíamos. Lo guardamos porque vale; que si nada valiera, no habría interés en su conservación. Terminada la guerra, la nación vencedora impone sus condiciones y exige el pago de los gastos ocasionados. Bolivia fue vencida, no tenía con qué pagar y entregó el Litoral. Esta entrega es indefinida, por tiempo indefinido; así lo dice el Pacto de Tregua: fue una entrega absoluta, incondicional, perpetua. En consecuencia, Chile no debe nada, no está obligado a nada, mucho menos a la cesión de una zona de terreno y de un puerto.
(Fragmento de la Nota de Abraham Konig.)
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1 comentario:

  1. Jorge Edgar Zambrana Jimenez25 de marzo de 2018, 12:17

    Bolivia nació en 1825 con 480 kilómetros de costa entre el río Salado, antiguamente denominado río Santa Clara (25°28’ de latitud), y la desembocadura del río Loa. En ese litoral, hubo incursiones clandestinas de la peonada chilena en busca de riquezas, y que retornaba a su país para dar noticias de los descubrimientos fabulosos que realizaban de guano, salitre, cobre, plata, oro, yodo, bórax, azufre, y de la fatal ausencia de control por parte del propietario de ese suelo. Apercibido de ello, el astuto gobierno de Chile secundó eficazmente con medidas administrativas y con protección armada la codicia de sus connacionales. Sin contar con ningún título legal de propiedad sobre ese litoral ajeno, por un mero acto de gobierno, Chile se adjudicó la pertenencia de aquella zona, al aprobar una ley mediante una medida de hacienda sancionada el año 1842 por su Ejecutivo y aprobada por su Congreso, declarando por sí y ante sí que el nuevo límite norte de su país era el puerto boliviano de Mejillones (23°06’ de latitud). Ante el respectivo reclamo boliviano, la astuta diplomacia chilena logró que, vergonzosamente, los gobiernos de Melgarejo y Frias regalaran, escandalosa y falazmente a Chile, 183 kilómetros de costa, mediante los fraudulentos tratados de 1866 y 1874 que fijaron el nuevo límite en el paralelo 24°, obsequiando sin ningún motivo a Chile un grado y medio geográficos entre dicho paralelo y el río Salado.

    En el “libro del mar”, en los documentales de Diremar y en el libro ‘La historia del mar boliviano’ de Carlos Mesa, están denunciando que Chile invadió litoral boliviano en 1879 y se quedó con 400 kilómetros lineales de costa de su territorio. Ello es erróneo, ya que entre el paralelo 24° y la desembocadura del río Loa sólo hay 297 kilómetros que era la longitud costera del Departamento del Litoral de Bolivia que constaba con cuatro puertos, en el momento de la alevosa y salvaje invasión militar promovida por la oligarquía chilena, en connivencia con el imperialismo inglés, que ha significado nuestro encierro. El mundo no olvida que el 14 de febrero de 1879 dos blindados y una corbeta chilenos invadieron el puerto boliviano de Antofagasta, desembarcaron soldados y días después toda la marina chilena tomó por la fuerza asaltando el restante territorio marítimo boliviano, irrumpiendo en nuestro suelo con un ejército pertrechado con financiamiento y ayuda de Inglaterra, portando los mejores fusiles, ametralladoras y cañones de esa época, en buques blindados, los más perfectos de su clase, nunca construidos hasta entonces en el mundo, salidos de los astilleros ingleses para la marina chilena.
    Firmado : Jorge Edgar Zambrana Jimenez, Ingeniero Civil y Analista de Historia

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