Guido Álvaro Peredo Leigue “Inti”, nació en Cochabamba el 30
de abril de 1937 y murió el 9 de septiembre de 1969. Su padre es profesor y
dirige el periódico católico El Imparcial, inculcando a su hijo el interés por
los problemas sociales. Peredo ocupa diversas responsabilidades en la Juventud
Comunista y el Partido Comunista en La Paz, llegando a ser Primer Secretario
del Comité Regional y miembro del Comité Central. Desde 1963, Inti, con su
hermano Coco, Rodolfo Saldaña y “El Loro” (Jorge Vázquez Viaña), prestó una
valiosa ayuda en la organización del Ejército Guerrillero del Pueblo,
encabezado por el periodista argentino Jorge Ricardo Masetti, que operaría en
la provincia de Salta, en el norte de la Argentina. También colaboró con
revolucionarios peruanos.
En marzo de 1966 José María Martínez Tamayo,
“Ricardo”, contacta con Inti para iniciar los preparativos de la guerrillera.
Ya en mayo elabora un informe para el Congreso Regional del Partido, donde
plantea la necesidad impostergable de la lucha armada. En esa reunión se
dispuso su viaje a Cuba al frente de 20 hombres, para entrenarse militarmente.
El 25 de julio parte para la Isla en compañía de solo nueve militantes,
integrando así el segundo grupo de bolivianos enviados a Cuba. Sin embargo, en
octubre reciben la orden del máximo líder del PCB, Mario Monje, de regresar al
país, lo que cumplen no obstante estar en desacuerdo con la orden. El día 12 de
noviembre de 1966 Inti vuelve a Cochabamba para instalar el campamento
guerrillero en Ñancahuazú. El 31 de diciembre recibe a Mario Monje, quien
proponía a los miembros comunistas abandonar la guerrilla. Peredo se opuso,
junto a su hermano Coco y los otros cinco guerrilleros comunistas que le
acompañaban. Monje desistió, pero como el PCB era la principal vía de apoyo al
Ejército de Liberación Nacional (ELN), les dejó sin apoyo. En la guerrilla fue
nombrado, desde su llegada a Ñacahuazú, como uno de los comisarios políticos
del ejército fundado por el Che.
Tras la derrota en el combate del Yuro, el 8
de octubre de 1967, Inti se sobrepuso al dolor de la pérdida del Che, de su
propio hermano y de demás compañeros, desempeñando un importante papel en la
salida del pequeño grupo de combatientes de la zona insurgente. Con la
cooperación de militantes del PCB organizó la salida de los combatientes hasta
el poblado de Sabaya, en el departamento de Oruro, cerca a la frontera con
Chile, donde los esperaba Salvador Allende. Inti regresa a Bolivia en mayo de
1969. Dos meses después envía su mensaje al pueblo boliviano: “Volvemos a la
montaña”. Los cuerpos represivos del Estado lo buscaban intensamente, por lo
que se traslada secretamente de Cochabamba a La Paz. Al amanecer del día nueve
de septiembre, 150 efectivos de la policía, alertados por algún delator,
rodearon la casa donde se escondía. Por espacio de una hora Inti resistió el
ataque hasta que una granada lanzada por una ventana le produjo graves heridas
en una pierna y un brazo. En la cárcel lo torturaron salvajemente. Cuentan que
el sicario Tato Quintanilla le dio varios culatazos por la cabeza, y como
pasadas dos horas permanecía con vida sin delatar a nadie, decidieron que el
doctor Hebert Miranda Pereira provocara su muerte mediante una inyección letal.
A las 22 horas de ese día el gobierno reveló a la prensa el cadáver del
guerrillero con evidentes señales de tortura.
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