Por: Ivone Juárez / La Paz / Pagina Siete / http://www.paginasiete.bo/gente/2017/6/15/chaco-guerra-bolivia-termino-ganando-141165.html
El 14 de junio de 1935, al mediodía, se dio el alto al fuego
en el campo de batalla de la Guerra del Chaco. Luego vinieron tres años de
negociaciones en los que Bolivia alcanzó sus objetivos: la salida al Atlántico
y la defensa de su petróleo.
"Los titulares de prensa eran enormes con poca información. Radio
Illimani, que había sido creada durante la guerra, emitía la noticia
también con pocos detalles, pero la paz había llegado al Chaco. Eran otros
tiempos en que no se contaba con satélites, como ahora”, relata el historiador
Pablo Michel al recordar ese mediodía del 14 de junio de 1935, cuando se dio el
cese al fuego en el campo de batalla de la Guerra del Chaco, el conflicto
bélico en el que Bolivia se enfrentó a Paraguay durante tres años (1932-1935).
El acuerdo para el cese de hostilidades en el campo de batalla se había
alcanzado en Buenos Aires, Argentina, el 12 de junio, y fue firmado por los
cancilleres de Bolivia, Tomás Manuel Elío, y de Paraguay, Alberto Riart. Era el
resultado del trabajo de un grupo mediador de diplomáticos, inicialmente de Brasil,
Chile y Perú, que comenzó el 9 de mayo de 1935. El mediodía del 14 de junio se
cumplía el acuerdo de paz en el campo de batalla, en Villamontes. "La
noticia fue recibida con júbilo en Bolivia, pues la mayoría había perdido a
esposos, hermanos o hijos en tres años de guerra”, añade el historiador.
Paraguay también estalló emocionado. "Las campanas de las iglesias
repicaron, las sirenas de los barcos se adhirieron al júbilo y miles de
personas civiles se congregaron frente al Palacio de López para celebrar la
firma del protocolo de paz. El documento representaba el fin de una cruenta
guerra que dejó gran cantidad de muertos y heridos en ambos frentes”, se lee en
una crónica del periódico ABC Color de Paraguay, publicado el 14 de junio de
2006.
El júbilo no sólo alcanzó a las dos naciones que durante tres años se habían
enfrentado en el campo de batalla, dejando como saldo miles de personas
muertas, en ambos lados, también llegó a los países mediadores que, como Chile
y Perú, por ejemplo, declararon ese 14 de junio de 1935 feriado en sus
respectivos territorios.
Este cese al fuego llegó después de la Batalla de Villamontes, que había
comenzado en febrero de 1935. Bolivia había salido airosa de este episodio,
pues su Ejército impidió que el paraguayo se apoderará de los pozos petroleros
que había en el lugar. Este resultado bélico había sembrado en muchos
bolivianos la sensación de que esta guerra -la más larga que enfrentó el país-
debía seguir.
"Circularon muchas falsedades, como que Bolivia tenía posibilidades de
ingresar a Asunción (capital de Paraguay), que se contaba con la posibilidad de
continuar en la guerra. Se le echó la culpa a la diplomacia por parar el
conflicto bélico. 80 años después, revisada la documentación, podemos ver que
fue el momento oportuno de parar la guerra, ya había muchas vidas perdidas,
tanto paraguayas como bolivianas”, señala Pablo Michel.
El historiador precisa que en el lado bolivianos murieron 31.600 combatientes,
mientras que en el paraguayo alrededor de 45.000.
"Es otra falsedad que hubo 50.000 muertos en el lado boliviano”, continúa.
Para Pablo Michel la Guerra del Chaco representó un éxito para Bolivia pues
logró sus objetivos: su acceso al Océano Atlántico e impedir que Paraguay se
apoderara del petróleo en el Chaco. Pero este resultado no sólo se alcanzó en
el campo de batalla, sino en las negociaciones que se encararon luego del cese
de hostilidades el 14 de junio de 1935.
El alto al fuego de 1935 marcó el inicio de una "guerra fría” entre
Bolivia y Paraguay que culminó el 21 de julio de 1938, cuando se firmó el
Tratado de Paz, límites entre ambos países. Con este acuerdo se concretaron los
objetivos logrados por Bolivia.
"Primero, el país tiene acceso al Océano Atlántico por el río Paraguay
después de haber perdido su acceso al Pacífico; lo segundo es que ningún pozo
cayó en poder paraguayo. Hoy no hablaríamos de nuestra riqueza petrolera ni
gasífera sino fuera por la batalla de Villamontes y este acuerdo diplomático en
esta guerra fría entre 1935 y 1938”, asegura Pablo Michel.
Para el historiador otra ganancia que dejó la Guerra del Chaco a Bolivia es que
se convirtió en la antesala de la Revolución Nacional (1952) que fue su
"catarsis”.
"Toda Bolivia compartió la trinchera, todas las nacionalidades y apellidos
estuvieron en ella y fue el momento en que se vio esa Bolivia profunda que no
se conocía. La Revolución Nacional no hubiera existido sino hubiera habido la
Guerra del Chaco, una experiencia que nos permitió conocernos como país”,
concluye Michel.
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- ARGENTINA Y LA GUERRA DEL CHACO
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