ESPIONAJE DEL MAYOR PARAGUAYO ARTURO BRAY EN BOLIVIA ANTES DE LA GUERRA DEL CHACO

Foto: 1) El espía paraguayo Arturo Bray. 2) Trincheras en el frente, Guerra del Chaco. / Por: Guillermo Mejillones Quispe / Marzo de 2017.

Durante la guerra paraguayo – boliviana, además de la batalla diplomática o la transcurrida en el frente de batalla, también se llevó adelante una campaña de espionaje desde ambos bandos en pugna, y de la que no estuvieron ajenos gobiernos de otros países vecinos. Un aspecto casi desconocido por la gente con relación a la guerra del Chaco, es la tarea realizada por agentes encubiertos de ambos países involucrados en la contienda, y que posibilitaron a sus respectivos gobiernos conocer los preparativos y proyectos de los gobiernos y los ejércitos, en su empeño bélico por la posesión del Chaco Boreal39. Pero, el tema del espionaje no solo se dio en la guerra, este se darían mucha antes a consecuencia de los principales aprestos bélicos en ambos países.
Desde 1924, el Paraguay había tomado decididamente el camino de la guerra. El gobierno de Eligio Ayala, inicio una política de realidades en el Chaco, escribe el Ministro de Relaciones Exteriores doctor Justo Pastor Benítez. Fundó fortines y adquirió armas. Comisionó a oficiales distinguidos a realizar cursos completos de Escuela Superior de Guerra en Europa40 . Entre ellos estaba el teniente José Bozzano fue comisionado a Europa por el gobierno del Presidente Eligio Ayala para gestionar y adquirir armamento y equipos militares para la defensa del Paraguay. Además: “En Londres realizó tareas de espionaje y logró obtener información y documentación muy precisas de los importantes armamentos y equipos militares que adquiría Bolivia en Europa”, con el contrato de la Casa Vickers.
En ese entonces, se pudo obtener ‘información sobre lo que los bolivianos habían comprado: artillería, cañones, obuses, aviones, fusiles, ametralladoras livianas y pesadas, proyectiles para artillería e ingredientes químicos en botellones para cortinas de gases letales y tanques de asalto livianos’. Bozzano apuntó que: “nuestro torvo enemigo se nos vino al ataque con un concepto pleno de la guerra moderna” y recordó justamente que estando en Londres (1928- 1929) observó que los oficiales del Ejército boliviano adquirían una considerable cantidad de moderno armamento. 
Los gobiernos guaranís desde las década del veinte enviaron diferentes misiones a Bolivia con fines de espionaje. Al margen de la tarea rutinaria que tenían sus legaciones y consulados en el exterior, se permitieron recoger información sensible para su defensa.
El Paraguay en 1924, envió una misión confidencial a Bolivia, por órdenes del entonces Presidente Luis Alberto Riart y el Ministro de Guerra y Marina: Manlio Schenoni. El mayor Arturo Bray fue comisionado para explorar y hacer reconocimiento del terreno y vías de penetración al Chaco boliviano, hizo reconocimiento del río Pilcomayo, Puertos Suárez, y el río Paraguay. Bray ingreso a Bolivia con el nombre supuesto de Alfredo Brayton, recorriendo por las provincia Argentina de Salta, cruzó a Santa Cruz, y salió por Corumbá – Brasil.
“‘En la ciudad de Embarcación – cuenta Bray – el propio Cónsul de Bolivia – sin sospechar mi auténtica identidad – me hizo entrega de un pasavante a instancias del Jefe de Policía de Salta, señor Lucio V. Ortiz, para el cual llevaba yo una carta de recomendación del senador argentino, señor Sánchez Bustamante, persona de ponderada gravitación política en la citada provincia. El nombrado cónsul de Bolivia – Arturo Arenas – me hizo entrega además de una carta de presentación para el mayor Bernardino Bilbao, comandante de la zona militar de Yacuiba, en la que me recomendaba como persona de honorabilidad, que puede transitar libremente por el territorio de su jurisdicción, pues va con fines comerciales’”
El Mayor Bray, en su misión se queda perplejo y por irónico que parezca, fueron las autoridades militares bolivianas las que se mostraron más acogedoras y cordiales para cooperar en el cumplimiento de su misión comercial que llevaba en Bolivia, donde tuvo vía libre para hacer su reconocimiento sin que nadie se diera cuenta en lo absoluto de su objetivo principal (encubierto). Sin lugar a duda, fue una misión exitosa de reconocimiento donde se recogió importantes datos que aportaron para el plan de defensa que había iniciado el Paraguay. En sus memorias, Bray cuenta que, en la preguerra, espiaban para Bolivia: Antonio Gustavino (Encarnación), el lituano José Antonio Levinsky (Colonia Independencia), el ruso Andrés Fenech (Cambyreta), Manuel Villalba (Mbocayaty) y Zulema Méndez, alias "Joaquina" (Asunción), entre otros.
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