AFINIDAD ENTRE EL PENSAMIENTO DE BOLÍVAR Y SUCRE Parte II

Por: María Luisa Kent // (Tomado de Sucre, soldado y estadista, Enrique Ayala Mora, edit., Quito, Planeta / Universidad Andina Simón Bolívar, 1996). // Foto: Segunda bandera de Bolivia.


Muchos autores afirman que Bolívar tuvo una visión continental de la Independencia y que Sucre tuvo una percepción más bien regional. Para su contemporáneo Burdett O'Connor, Sucre tenía "cierto espíritu provincial" con un favoritismo exagerado por todo lo colombiano.61 No obstante provenir esas afirmaciones de personajes contemporáneos al Mariscal, Sucre tuvo la capacidad de captar la importancia geopolítica de la ex-Charcas y el espíritu autonomista gestado en los últimos años revolucionarios.62 Coincidimos con el historiador Alberto Crespo cuando afirma que el Mariscal tuvo el talento político de realizar un juicio certero de la realidad, y también sostenemos que su decisión fue coherente con el desarrollo de los sentimientos localistas y las tímidas tendencias nacionales que afloraban.
La guerra de independencia y el proyecto de la Gran Colombia llevó a Bolívar a recorrer sin pausa el territorio americano llevando las ideas salvadoras en las que creía. Sucre siguió ese mismo derrotero pero se sintió contrariado con el mando civil y la coyuntura política. "Estoy reventando, no por descontento sino porque esta situación pasiva más se parece a la vida de un canónigo que a la de un militar aunque sea soldado del papa", escribía desde Chuquisaca al coronel Burdett O'Connor.63 Sucre presintió que sería una víctima de los "negocios embrollados entre el Perú, Buenos Aires y estas provincias y en que acaso la América toda tome parte".64
La visión política continental de Bolívar, expresada en la Carta de Jamaica de 6 de septiembre de 1815, señalaba un necesario golpe de timón ante los peligros que amenazaban el proceso de independencia. El ejemplo era Venezuela, la reciente víctima del nuevo embate peninsular. El documento, despojado del idealismo que había dado vida a "la Patria boba", analizaba las dificultades del presente y del porvenir americano y puntualizaba los errores cometidos por la inexperiencia política y la dispersión de recursos.
Desprovisto de ambiciones, Sucre aconsejaba a Bolívar sobre su futura estrategia política que, en su concepto, debía obedecer a una táctica de avances y retrocesos, según carta de marzo de 1826. "Creo que ud. deba pensar en Colombia para el año 31 en que se reformará la Constitución (...) Ud. debe rechazar la presidencia a favor de Santander, y pensar en admitida entre el 29 y el 33 y ser reelegido del 33 al 39".65 También aconsejaba "mantenerse intacto sobre las ideas vulgares (. . .) y ser el Arca de la Alianza del pueblo de Colombia y del pueblo de América".66
Por el contrario, el Mariscal no edificó su futuro político, pues sus ambiciones personales no apuntaban hacia la vida pública, aunque se aplicó con dedicación de soldado a los asuntos del gobierno. "Soy amigo del orden, de la patria y de las leyes" .67 La presidencia provisional, después de la visita de Bolívar, sellaría sU destino político y su voluntad de trabajar "en la plantificación de todos los decretos que usted expidió y me prometió que serán ejecutados en breve".68
Del pensamiento bolivariano rescatamos algunos aspectos que, a nuestro juicio, fueron afines a la vocación republicana del mariscal Sucre:
-El derecho de las naciones para que se constituyan independientes sobre el cimiento de la libertad, libres de "la desnaturalizada madrastra",69 fue el nervio articulador de la lucha libertaria de Bolívar. Para Sucre fue el fundamento que impulsó su trayectoria militar y definió su pensamiento político el momento de juzgar las demandas políticas de las provincias Altas.
-El sistema federal rechazado por Bolívar "por ser demasiado perfecto y exigir virtudes y talentos políticos muy superiores a los nuestros...",7° fue considerado inviable para el Mariscal. Sucre defendió el sistema unitario y representativo. Su objetivo era centralizar el poder político, aunque respetando las decisiones de la Asamblea. Buscaba el fortalecimiento de las instituciones, el control de las finanzas y la distribución equitativa de las cargas impositivas. En concepto de Bolívar y Sucre, los gobiernos acentuadamente democráticos tenían un componente caótico incontrolable.
-El ideal de justicia social fue el marco del conjunto de reformas, largamente reflexionadas por Sucre desde su llegada al Alto Perú. Identificados con aquellos principios, Bolívar y Sucre los aplicarían con relativo éxito en las flamantes repúblicas que se organizaron bajo su tutela. En Bolivia, la reforma eclesiástica y la educativa fueron las más exitosas y estuvieron orientadas a reducir los privilegios de casta y jerarquía y a democratizar la educación.
El contenido del Decreto del9 de febrero de 1825, así como el carácter vitalicio de la Primera Constitución que Bolívar envió a Bolivia, provocaron algunas fricciones, según muestra la correspondencia cursada entre ambos jefes militares.71 Sin embargo, esas diferencias no afectaron la relación personal.

LOS PRINCIPIOS LIBERALES DE LAS ÉLITES

Las élites sociales e intelectuales fueron receptoras de la filosofía de la Ilustración y del pensamiento económico, llegados al continente americano a través de las ideas políticas, de la literatura y de la liberalización del comercio con Inglaterra y Francia.72 Estos principios se irradiaron en el continente y fueron asimilados tanto por los criollos ilustrados como por revolucionarios anónimos. A partir de entonces se propalaron valores y derechos irreconciliables con la estructura de dominación colonial.
El modelo inglés que implicaba la idea de modernización de las instituciones representativas junto al modelo francés que sustentaba los principios de igualdad de la Revolución Francesa, combatidos por el Estado español en las últimas décadas del siglo XVIII, influyeron sustantivamente en la formación de círculos conspirativos y sediciosos de matiz diverso.
Los principios republicanos expuestos en la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos (1778) y en la Declaración de Derechos del Hombre (1791), si bien resumían ideas propias de la cultura europea occidental, fueron el modelo adoptado en todos los ámbitos dónde ésta se expandió. En la etapa organizativa, la libertad de pensamiento y asociación, el control de las instituciones políticas mediante una opinión pública informada, solo podían ser resueltas a la luz de un régimen representativo y constitucional, moderadamente participativo.
En la era revolucionaria europea el pensamiento liberal tuvo repercusiones en todos los países de Europa Occidental, y creó gran expectativa en algunos círculos revolucionarios venezolanos. Pero fue sobre todo en Inglaterra donde logró el status de una filosofía y una política nacional, debido a su sistema parlamentario ya su elevado desarrollo industrial. Según Gladstone, también se debió a la acción de las sectas religiosas no conformistas.73 En cambio, el liberalismo francés en la fase organizativa, después de la era revolucionaria, tendió a ser la filosofía social de una clase con componentes aristocratizantes. La evolución y el progreso, objetivos netamente liberales, resultaron ser la antítesis de la revolución. Chateaubriand expresó que para conservar la obra política, fruto de la Revolución, debería erradicarse a la propia Revolución.74
Este conjunto de principios entroncados en la Ilustración, en la revolución industrial y en la revolución francesa, adquirió una contextura distinta al ser injertado en las conservadoras sociedades americanas. Solo el "realismo político" pudo, en su momento, adecuar las doctrinas liberales y traducirlas en términos moderados. Ese fue el carácter de las constituciones cuidadosamente elaboradas y reguladas.
En Charcas la divulgación de la ideas enciclopedistas, como en el resto de América, fueron el producto del "contrabando intelectual", propiciado por los miembros ilustrados de los círculos intelectuales y de algunas instituciones religiosas. Tanto la presencia de la Compañía de Jesús, como su expulsión en 1767, Contribuyeron a la difusión de ideas proclives a la revolución.
Guillermo Francovich afirma que el Contrato Social fue el breviario de los revolucionarios de Chuquisaca. Según el mismo autor, Cayetano de Filangieri y el abate Raynal, éste último exjesuita, junto a Montesquieu y Rousseau, inspiraron las respectivas revoluciones de 1809 y 1810 en Charcas y La Paz.75 Sin embargo, esas ideas se transformaron y derivaron en soluciones más rígidas cuando se aplicaron en el marco de la realidad social.

EL REALISMO POLÍTICO

Durante la etapa revolucionaria, las élites criollas apostaron por soluciones políticas según sus particularismos locales. La revolución quiteña y los silogismos de los revolucionarios de Charcas en 1809, fueron moderados frente a los planteamientos de Hidalgo y Morelos en el México de 1813, quienes asumieron intransigentes medidas en defensa de los indios. En esta misma línea, otras corrientes promovieron reformas substanciales con respecto a la tenencia de la tierra. Es el caso del uruguayo Artigas (1815), quien también luchaba por la autonomía de la "banda oriental".
En otras regiones americanas, según Romero,76 se pensaron soluciones vanguardistas. Son los casos de la temprana independencia de Haití y su Constitución (1801-1811); o la llamada "libertad de los vientres", dictada por la Asamblea de las Provincias Unidas en 1813, en favor de los negros e indios sometidos a la esclavitud y al tributo.
La Carta de Jamaica de 1815, escrita por Bolívar durante el corto período de la reafirmación del absolutismo español (1815¬1820) en la etapa intermedia de la guerra, es un documento que planteó soluciones más concretas, a raíz del fracaso de las primeras experiencias republicanas.
Los planteamientos liberales en la última etapa de tránsito hacia la República, derivaron en debates sobre las formas de gobierno, la necesidad de luchar contra la anarquía y el caos, la búsqueda de frenos institucionales y representativos que evitaran formas democráticas tumultuosas. El ansiado salto al progreso, teniendo de mediador al liberalismo, no solo impulsó los proyectos políticos, sino que exigió un freno a la revolución para" dar principio al orden".77
Durante la etapa formativa republicana, la organización política se resolvió bajo el signo del pragmatismo. Las realidades locales, las confrontaciones regionales y el surgimiento de nuevos actores políticos, exigieron soluciones prácticas. Como no podía ser de otra forma, fueron las élites las que asumieron la representatividad política de la sociedad, primando en ellas las tendencias conservadoras.
En el caso boliviano, las diferencias económicas, sociales, raciales y culturales instituidas en la colonia, fueron un freno natural a la igualdad, aunque la nación implicaba este concepto para todos los sectores de la sociedad, realidad que nunca llegó a plasmarse en actos concretos. Las mayorías indígenas analfabetas fueron excluidas de la práctica política. La primera Constitución vitalicia de Bolívar, promulgada en noviembre de 1826, no reconoció la condición de igualdad ciudadana para todos los habitantes. Los requisitos: saber leer y escribir, tener empleo o industria, ciencia o arte sin sujeción a otro, al mismo tiempo que aceptables y convincentes fueron un obstáculo a los principios igualitarios. Para muchos autores los enunciados liberales fueron planteamientos utópicos, y el Estado una invención política al servicio de las nacientes oligarquías.78

EL ESTADISTA

El corto gobierno del Libertador Bolívar en Bolivia (agosto¬diciembre, 1825) fue el momento cumbre para la elaboración de los decretos expedidos. Mientras ambos jefes militares recorrían las principales ciudades rodeados del esplendor de los vencedores,79 y recibían el reconocimiento de la población y el homenaje de las élites, Bolívar se informaba de la situación económica, social y política de las provincias.
En los cuatro meses de permanencia Bolívar emitiría" .. .más de cincuenta decretos, resoluciones y órdenes sobre una variedad de tópicos, minería, impuestos, cuestiones indígenas, establecimientos religiosos, elecciones para el Congreso Constituyente",80 los cuales fueron reglamentados y ejecutados por Sucre.
Cuando el Libertador dejó la capital el primer día de enero ofreciendo enviar "la Constitución más liberal del mundo",81 el mariscal Sucre aceptó nuevamente la conducción del gobierno, "mientras durase la ausencia del Libertador". La Asamblea reunida en mayo de 1826 aprobó la primera Constitución, llamada vitalicia el 28 de octubre de ese año y pidió al Mariscal continuar a la cabeza del gobierno en calidad de Presidente Constitucional. A tiempo de aceptar esa designación, Sucre solicitó al Congreso la modificación del artículo vitalicio que había causado tantas irritaciones. Desde ese día y hasta que abandonó el territorio, e12 de agosto de 1828, Sucre gobernó la flamante República en calidad de primer Presidente Constitucional de Bolivia.
Si bien Sucre, por su carisma personal, realizó su tarea política bajo el auspicio del consenso y logró un equilibrio político entre la jefatura y la Asamblea, en el año 1827 ya eran evidentes los síntomas de ruptura. "El terreno sobre el que trabajamos es fango o arena", escribía un día antes de negarse a aceptar la presidencia vitalicia de la República. Un año después volvía a afirmar: "Nuestros edificios políticos están construidos sobre arena, por más solidez que pongamos en las paredes, por más adornos que se les hagan no salvamos el mal de sus bases. Es la mayor desgracia conocerlo y no poderlo remediar".82
No obstante aquella percepción un tanto pesimista, Sucre edificó instituciones republicanas sobre la contradictoria sociedad semejante a "arenas movedizas". Con gran convicción, estructuró los cimientos de un Estado laico, organizó una administración de justicia independiente y las bases de un ejército nacional. Planteó el control de las rentas públicas y las aduanas, y consideró que la educación debía ser un instrumento de redención popular. Todo aquello bajo la mira de una opinión pública que empezaba a «exteriorizarse.

LA IGLESIA Y EL ESTADO

En este punto conviene remarcar que una de las diferencias entre Bolívar y Sucre 1ue la vinculación del primero con la Orden Masónica, mientras que no existen evidencias para afirmar lo mismo con respecto a Sucre. Si bien la reforma religiosa atacó desde diversos ángulos83 la estructura de la Iglesia, ésta no fue producto del anticlericalismo masón, sino de su espíritu liberal y de su concepción civilista y laica. Los argumentos esgrimidos contra la Iglesia tuvieron trasfondo económico y más que ideológicos fueron producto «:le las políticas y lineamientos republicanos.
En vísperas de la independencia, el debate entre las ideas revolucionarias y las monarquías habían ido agudizándose al interior de la Iglesia. Las inclinaciones por uno u otro bando dentro del clero nativo y del extranjero, tuvieron diversos matices, de donde se deduce que el clero estaba dividido entre patriotas y realistas, independientemente de su procedencia.
Entre Vicente Pasos Kanki (1779-1852), clérigo chuquisaqueño, y el paceño Fray Antonio Sánchez Matas, contemporáneos en sus discursos se observan posiciones encontradas. El primero, doctorado en teología, fiel cultor de los principios liberales, se dedicó a viajar y escribir planfletos sediciosos contra el Estado español. En cambio el segundo en una Carta Pastoral en 1821 defendía "la obediencia que Dios manda que presteis a las legítimas potestades" '... Ia nación española ha sido nuestra madre, nuestra nutriz y nuestra maestra".84
En la época de Sucre la Iglesia mostró su debilidad frente a la República. No pudo conservar la vastedad de su herencia colonial por la caducidad de su discurso y por la incapacidad de adecuarse a las transformaciones políticas que sacudían la región. Joseph Barnadas sostiene que la Iglesia "tuvo escasas raíces populares, sin preparación teológica para reacomodarse"85 Desposeída de sus bienes y menguado su poder temporal, la Iglesia acusó mal el golpe recibido.
La pérdida de privilegios y el rigor del patronato regio en manos de Sucre disminuyeron el poder político e ideológico de la. Iglesia. En la República perdió su rol colonial pues de ser una. herramienta política e ideológica de conquista, perdió la iniciativa y se supeditó a la nueva organización política. Gabriel René Moreno sostiene que el clero "purpurado," incluso después de las victorias militares de los ejércitos libertadores, siguió inclinado hacia la monarquía.
Las reformas anticlericales del mariscal Sucre tuvieron un sentido social, político y económico. Lo sustantivo del proyecto consistía en utilizar las rentas, diezmos y propiedades de la Iglesia en beneficio de una política social de beneficio público. Siendo una institución poseedora de vastas riquezas, era previsible que el Estado recurriese al poder económico acumulado, para buscar una solución práctica que le permitiese financiar sus proyectos sociales y educativos. Como consecuencia del despojo, la Iglesia sufrió la pérdida parcial de su influencia en la sociedad mestiza, india y criolla, ejercitada en siglos de dominación.

LAS RENTAS DE LA IGLESIA Y LA CONTRIBUCIÓN DIRECTA

Ambos temas, diferentes en su contenido, resultaron muy relacionados como resultado de las medidas reformistas emprendidas por el Mariscal y de seculares prácticas tributadas, excluyentes de criollos y peninsulares. La contribución directa e igualitaria, propuesta por Bolívar, desestabilizó a sectores de criollos, volcándose éstos hacia su aliado natural, la Iglesia. Las protestas de los criollos afectados hicieron eco en la prédica de algunos resentidos miembros, convirtiéndose ambos sectores en coyunturales socios. Durante varios meses ambas fuerzas se listaron en un mismo frente para protestar contra las medidas fiscalizadoras Y tributarias aprobadas por la Asamblea.
Veamos cómo se desarrolla la resistencia de estos sectores ante las medidas aprobadas.
Mediante Decreto de 11 de diciembre de 1826, Sucre ordenó la fiscalización de las rentas de la Iglesia en beneficio de la educación, la instrucción y la beneficencia pública. Con la medida ratificaba las órdenes dictadas durante su gobierno provisional - entre mayo y octubre de 1825-. La Resolución de 29 de agosto, sobre la exclaustración de monjas y la profesión de votos, perseguía el mismo objetivo.
La Contribución Directa de 22 de diciembre de 1825, dictada por Bolívar y reglamentada por Sucre, tuvo también un propósito fiscalizador y cierto sentido social. El Mariscal, pese a sus susceptibilidades más tarde confirmadas, creía que se debía disminuir las obligaciones a los tributarios indígenas y elevar la renta nacional con la contribución de profesionales y comerciantes criollos, de artesanos y cholos urbanos y rurales.
Algunas consideraciones sobre la discriminación reflejada en la tributación indigenal, están explícitas en su mensaje del 25 de mayo del año 1826:
Los indígenas, esta parte originaria de nuestro pueblo, la más digna del goce de los beneficios de la independencia, oprimida todavía por la costumbre de humillados, han sido rescatados en gran parte de los ultrajes con que eran tratados; pero ellos no están aún en la dignidad de los hombres. Toda la fuerza del Gobierno para arrebatados de la injusticia y del crimen no ha bastado para volver a esta clase infortunada de su condición y abatimiento. Su abyección en tres siglos de esclavitud los ha sumergido en males de que sólo podrá sacarlos la protección del cuerpo legislativo, y la ejecución de las medidas y decretos del Gobierno en su favor y en el de su educación.86
A principios del año 26 las rentas habían caído estrepitosamente. Cuando la Ley de Contribución Directa, en la que se había puesto tantas esperanzas, estaba a punto de fracasar, Sucre escribía a Bolívar: "Ud. por aliviar al pueblo dio su ley de contribución; y los malditos curas han hecho entender a las gentes que esta leyera tan gravosa, que muchos pueblos se descontentaron, y el resultado ha sido quedamos con un vacío. Vea si es motivo de disgusto observar que Ud. quiso aliviar al pueblo, y que estos diablos hayan hecho creer lo contrario".87
El 26 de agosto de 1826, en vista de las dificultades para efectivizar el cobro de las contribuciones directas, fue repuesta la contribución indigenal. EllO de abril de 1827 Sucre debió abolir definitivamente la Ley de Contribución Directa y volver atrás.
La modernización del sistema impositivo resultó un fracaso al ser aplicado en las condiciones adversas señaladas. Los más resistentes fueron los" ciudadanos" a los que dicha ley los convertía en "tributarios directos". Prácticas seculares, basadas en consideraciones raciales y culturales, impedían a los criollos aceptar equipararse a los indígenas en el pago de contribuciones. La imposibilidad de llevar nuevos registros y actualizar los catastros por su elevado costo, coadyuvaron a la reposición de la tradicional tributación indigenal.

LA INSTITUCIÓN MILITAR

El Mariscal consideró que la fuerza militar sería un factor de equilibrio interno y garantía externa, mientras se definía su situación con Buenos Aires y Lima. Sucre analizó el panorama global con una óptica envolvente: "Como los generales lo primero que tratan en sus campañas es tomar base de operaciones, creo que lo mismo es en el gobierno, y que sin sistema ni base la cosa no puede andar bien".
Inclinado al ejército por su origen militar y por ser una garantía de seguridad, el Mariscal retuvo una gran parte del Ejército Unido que había llegado con él. Aunque esa decisión significó su desgaste personal, fue también la génesis del ejército nacional y del poder que éste desplegó en los años posteriores. Ni bien concluyó la guerra, Sucre creó algunos cuerpos nacionales de caballería, infantería y artillería y el de ingenieros. El 13 de diciembre de 1825 Bolívar refrendaría la creación de una escuela de élite, que contemplaba la instrucción de la oficialidad. La flamante Compañía aceptaba alumnos que pudiesen leer y escribir entre los 12 y los 20 años.89
En abril de 1826, dos años antes del atentado del 18 de abril, el Mariscal escribía a José Antonio Páez: "Nuestro ejército está en un pie brillante por disciplina, orden, sistema, y sobre todo con un espíritu nacional y militar". Lamentablemente el optimista panorama se opacó. Acciones y protestas, y el envilecimiento de algunos oficiales, menguaron el orgullo que sentía por su ejército y sus oficiales. La falta de objetivos militares y el incumplimiento en los pagos los desmoralizó y amotinó. La sublevación del "Voltígeros", el 24 de diciembre de 1827, fue la culminación del desgaste y el ápice de las sublevaciones militares, signo de su deterioro. El atentado de abril descubriría más tarde una conspiración militar-civil boliviano-peruana/o con subterráneos propósitos políticos antinacionales.
La intención de crear una institución militar boliviana se manifiesta en varias cartas. En julio de 1826 Sucre escribía a Bolívar: "Mucho me alegro que Ud. haya consentido que forme el batallón de la Guardia Boliviana", ".. .quiero dar soldados hechos por soldados nuevos" .91 Y un año después informaba: "Yo voy levantando los cuerpos de Bolivia. Ya hay siete escuadrones... y están organizándose tres batallones regulares... la brigada de artillería está completa". "Tenemos pólvora, plomo, cañones" "… o faltarán dentro del país cinco mil fusiles; espero dentro de dos meses dos mil y dentro de ocho seis mil.92 Todo entrará por Cobija".93
Al finalizar el año 1827, cuando las relaciones con el Perú estaban ya tensas y las acusaciones entre Bolivia y Perú eran recíprocas, luego del levantamiento del Voltígeros, Sucre se vio obligado a prescindir de los últimos auxiliares, Anotaba que, "como yo anuncié tantas veces han comprometido de una manera vil hasta la suerte de Bolivia", Pero Sucre sostenía que Bolivia no quedaría indefensa pues contaba con" ocho escuadrones entre poco contarán mil plazas y una buena compañía de artillería volante con cien plazas".94
La institución militar que Sucre consideró el brazo armado en defensa de la Constitución, fue una fuerza incontrolable que ocasionó parte de la inestabilidad política y social en el siglo XIX y parte del :XX. De allí surgió el caudillismo militar, promotor del caos político, de los desbordes sociales y de los gobiernos anticonstitucionales. Sucre no pudo prever esta desviación, pues en su concepto el ejército debía ser el pilar del civilismo constitucional; sin embargo, llegó a percibir con claridad que en medio del" caos americano" sería difícil conservar la paz interna de Bolivia, "enclavada entre tantos enemigos y rodeada de un fuego revolucionario",95 Presentía que sería preciso "un verdadero milagro para que (Bolivia) no se infeste de la confusión general de América".96

LA OPINIÓN PÚBLICA

La opinión pública fue un pilar importante en el gobierno de Sucre. Tal como ocurría en otras capitales americanas, en la nueva Charcas la prensa era un medio de difusión de ideas y proyectos políticos. El Cóndor de Bolivia, acusado de difundir ideas oficialistas y ser un órgano del Gobierno, fue el primer periódico republicano, fundado en diciembre de 1825.
Aun antes de ser jefe de gobierno, el Mariscal tuvo un especial interés en rescatar todas las imprentas abandonadas por los realistas y utilizadas en la difusión de los principios republicanos.97 No obstante sus reducidas dimensiones, El Cóndor constituye una valiosa fuente de información que tras unta el debate de las propuestas liberales y nos aproxima al pensamiento de algunos sectores de las élites criollas. El Cóndor fue para el Mariscal la expresión de una gran voluntad y la muestra del respeto que sentía por la confrontación de ideas.
La primera Ley de Imprenta dictada por Sucre y promulgada por la Asamblea el 7 de diciembre de 1826, fue justamente la re afirmación de aquellos principios republicanos. Mediante ella, el gobierno demostró que la libertad de opinión era uno de los beneficios que traía consigo la República. Fue sin duda un hito para las "libertades ciudadanas", aún considerando que solo una reducida parte de los habitantes del territorio podían leer y escribir.
El año 1826 Sucre le hablaba a Bolívar de El Cóndor: " ...es tan chiquito que no vale la pena; no se ha podido encontrar papel grande ni en Buenos Aires; si en Lima hay fuera bueno que Ud. hiciera venir un poco". "En El Cóndor se han insertado las comunicaciones del Presidente del Senado y del Vicepresidente de Colombia a U.; en el que viene se hará poner su brillante contestación que he visto en el Peruano",98 Una temprana conciencia del poder de la opinión pública le llevó a comprender que había que "plantificar la Constitución" en la conciencia de los ciudadanos. ".. .Me propongo que se escriba algo a favor de la Constitución para arraigada en el amor de los pueblos".99
El 8 de junio de 1826 El 05ndor dedicó un espacio importante a la Ley del Olvido del 2 de mayo de 1826. Dicha Ley determinaba que "nadie es responsable de los sucesos políticos pasados. Los hombres son invitados a venir a Bolivia, dónde su libertad civil tiene todas las garantías que le den las leyes de los ciudadanos" expresaba El Cóndor, Era un plan del Gobierno para atraer migración selectiva y decretar amnistía política. Se eximiría de impuestos directos a los migrantes y la posibilidad de obtener casta de ciudadanía a los "extranjeros cuya ocupación en Bolivia sea la instrucción y la enseñanza pública". Principios liberales, cuidadosamente sustentados por los editorialistas de El Cóndor, admitían que "es tan contrario a la razón el detestar a un hombre porque no piensa como nosotros, como por no haber aprendido un mismo idioma... la conciencia misma no es sino el cúmulo de ideas adquiridas en la educación".lO0
Es muy conocido que Facundo Infante, liberal de origen español, secretario de Sucre y uno de los personajes más importantes de su gobierno, defendía las medidas liberales del gobierno utilizando pseudónimos. Este personaje es una figura clave del período y está pendiente una investigación profunda sobre su real participación política y la influencia de sus ideas sobre el Mariscal. Lofstrom apunta que fue diputado en las Cortes de Cádiz en 1823, con una carrera matizada de sobresaltos y éxitos. Aparece como secretario de Sucre en 1825 y en 1826 es nombrado Ministro de Interior y Finanzas. Abandona Bolivia después de Sucre y en 1834 retorna a España, donde muere en 1873, después de detentar numerosos cargos de relevancia política.1Ol
La necesidad de crear opinión pública es una de las interesantes facetas del Mariscal. El interés de Sucre por abrir un espacio de opinión a sus contemporáneos fue el mismo que le impulsó a invitar a los ciudadanos, a través de Bandos, discursos y la misma prensa, a expresar opiniones sobre su conducta y administración.102 El Cóndor fue para el Mariscal un instrumento difusor de las propuestas gubernamentales y de sus propias ideas. Al evocar tan sugerente nombre, evocamos las confrontaciones que mantuvo con El Mercurio Peruano, el Argos argentino, el Fénix de Lima y el Bandera Blanca, periódico francés de esa época.103 En nuestra interpretación, la difusión de ideas a través de la prensa tuvo el "propósito de concientizar a algunas fracciones de las élites, corregir algunos fundamentos conservadores y estimular la formación de un espíritu crítico acorde al momento de cambio, que derivara en una actitud favorable a las políticas de su gobierno.

CONCLUSIONES

La creación de Bolivia es un complejo tema de investigación por los elementos que concurren en su etapa formativa. Es preciso admitir, en primera instancia, que le corresponde al mariscal Sucre el mérito de haber sido el primer organizador político del nuevo Estado, por haber sido Encargado y Jefe Militar de las provincias en el momento de la transición al sistema republicano y ejecutor de las primeras disposiciones políticas. A principios del año 1826, tras la corta presidencia de Simón Bolívar, fue elegido primer Presidente Constitucional de Bolivia por el Congreso General Constituyente, reunido en mayo de ese año.
La primera etapa republicana fue el producto de un esfuerzo colectivo de voluntades dispersas acumuladas en el tiempo revolucionario (1809-1825). La revolución envolvió a estamentos sociales y a varias generaciones de patriotas. Pese a ello, salvo muy pocas excepciones, éstos no participaron en la nueva estructura republicana. El idealismo de los hombres de la revolución fue sustituido por el pragmatismo de militares y políticos que plantearon soluciones inviables y contradictorias.
Bolivia fue un complejo proyecto nacional que nació de la visión geopolítica del mariscal Sucre. El Mariscal jugó un rol político definitivo en el tránsito de Charcas a Bolivia. Sería injusto atribuir solo a Bolívar la paternidad de las instituciones republicanas y ver a Sucre como un vocero subordinado a Bolívar. Esa imagen no se ajusta a realidad ni refleja la compenetración ideológica y afectiva que existió entre ambos personajes.
No obstante el aparente fracaso de las reformas liberales en la primera etapa republicana, 70 años después de la muerte del Mariscal, a principios del siglo XX, muchas de las ideas contenidas en las propuestas planteadas por Sucre y Bolívar, fueron un punto de partida para la edificación de un segundo proyecto liberal (1899-1930). Por ello, es necesario entender la organización del sistema republicano como un proceso donde las ideas liberales juegan un papel importante en varias etapas de su existencia. No podría comprenderse la evolución del Estado sin entender las tendencias que confluyen en la corriente liberal, o analizar los efectos del librecambio y del proteccionismo, sin referirse a las medidas económicas y sociales de la primera fase republicana.
Las instituciones republicanas organizadas bajo la tutela del Mariscal de Ayacucho, como el Parlamento Nacional, la Corte de Justicia, la Policía y la Opinión Pública, continúan siendo ejes fundamentales de la democracia representativa. Las Fuerzas Armadas, desvirtuadas en su esencia, jugaron un rol protagónico en la desorganización interna de la República durante todo el siglo XIX y XX. El militarismo se vistió de distintos ropajes ideológicos y resultó ser, durante largos períodos, un elemento disociador en lugar de pilar del sistema representativo y republicano.
El debate sobre el origen de la nacionalidad no se ha agotado, por el contrario, continúa siendo un apasionante tema de investigación. La participación de Sucre en el nacimiento del Estado boliviano forma parte del debate sobre la nacionalidad, que empezó en el siglo pasado y se fortalece gracias a la disponibilidad documental de los Archivos Nacionales y al renovado interés que despierta en muchos investigadores el tema de la identidad y la formación del Estado nacional.

Notas:
61. William Lee Lofstrom, 1983.
62. Ver Sabino Pinilla 1944 (1975) Y Charles Arnade, 1989.
63. ADS, vol. VI, p. 250.
64. Ibíd., p. 233.
65. O'Leary, vol. 1, p. 306.
66. Ibíd., p. 317.
67. Ibíd., p. 300. 68. Ibíd., p. 291.
69. Salcedo Bastardo, 1973, p. 55.
70. Ibíd., p. 57.
71. O'Leary, vol. 1, 1981.
72. José Luis Romero, 1977, p. XXXII.
73. George Sabine, 1988, p. XXXII.
74. José Luis Romero, 1977, p. XXXv.
75. Guillermo Francovic, 1945.
76. José Luis Romero, 1977, p. XXXI.
77. Ibíd.
78. Zavaleta Mercado, 1990; Oemélas, 1992; Rivera, 1993.
79. Para una ampliación del tema, ver Recuerdos del tiempo heroico, de J. M. Rey de Castro, secretario de Sucre entre 1824 y 1828.
80. William Lee Lofstrom, 1983, p. 67.
81. Mensaje del Libertador Simón Bolívar a la Asamblea de Repre¬ sentantes (COLOOR, 29-XII-1825).
82. O'Leary, vol. 1, p. 455.
83. Joseph Bamadas, Historia general de La Iglesia en América Latina, manuscrito, 1977, p. 74.
84. Carta pastoral de Antonio Sánchez Matas. Ver en Historia General de la Iglesia en América Latina, de Joseph Barnadas.
85. El despojo de tierras y bienes de la Iglesia, así como la reforma religiosa respondieron a una política estatal. Esta última fue dictada mediante decreto de 11 de diciembre de 1826.
86. COLOOR, 1826.
87. O'Leary, vol. 1, p. 395.
88. Ibíd., p. 239.
89. COLOOR, 1826-1828.
90. La conspiración contra el mariscal Sucre obedeció a una confabulación de intereses extraterritoriales según documentos investigados por Gabriel René Moreno. Para mayor información ver Casimiro Olañeta, Papeles inéditos de Gabriel René Moreno, editado por la Academia de la Historia y el Banco Central de Bolivia, en 1975.
91. O'Leary, vol. 1, p. 364.
92. Ibíd., p. 434.
93. La visión geopolítica de Sucre alcanzó a percibir la urgencia de un puerto propio para Bolivia sobre el Pacífico. Esta misión fue encomendada en primera instancia a Francisco Burdett O'Connor, militar y hombre de confianza del Mariscal. Cobija o puerto Lamar, alcanzó relevancia en la época del mariscal Andrés de Santa Cruz (1829-1839).
94. O'Leary, vol. 1, p. 485.
95. Ibíd., p. 430.
96. Ibíd., p. 449.
97. El mariscal Sucre se interesó particularmente por la recuperación de las pequeñas imprentas abandonadas por los ejércitos realistas. La imprenta rescatada en Chichas y perteneciente a Pedro Antonio de Olañeta, fue enviada como obsequio a la Universidad de Charcas (ASO, vol. VI, p. 17).
98. O'Leary, vol. 1, p. 362.
99. Ibíd., p. 363.
100. El Cóndor, No. 28, año 1826.
101. William Lee Lofstrom, 1983, p. 93.
102. COLOOR: Circular de 1 de octubre de 1825 y Mensaje Final de 2 de agosto de 1828.
103. El C6ndor, No. 10, año 1826.

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