Mientras el Comando boliviano organizaba la defensa de "Villa Montes", el Mando paraguayo planeaba un poderoso ataque a esta plaza, que la consideraba como un importante objetivo político-militar.
Había dispuesto que el ataque fuese concéntrico y lento, y para ello avanzaron tres Cuerpos de Ejército. Uno por el Norte, otro por el Este y un tercero por el Sur, orillas del Pilcomayo. El del Norte debía envolver el flanco izquierdo de los defensores, mientras los del Centro y Sur tenían la misión de "amarrar frontalmente" a los mismos.
El 5 de febrero se desencadenó el ataque enemigo por el Norte, con la ocupación del Pueblo de "Tarairí", en tanto que la columna del centro, después de sondear los puntos débiles de la defensa, atacaba frontalmente en un ancho de dos kilómetros lanzando fuertes asaltos contra las posiciones bolivianas que no permitieron la ruptura de su frente.
El día 11 continuó el centro de gravedad del ataque sobre el ala izquierda, donde los atacantes fueron paralizados por la defensa enérgica y tenaz. Pero cinco días más tarde, en que los paraguayos habían realizado nuevos reconocimientos de fuerza por medio de fuego de artillería y morteros, lograron romper la línea boliviana en el punto denominado "Higüiraru", después de cincuenta minutos de un sangriento combate y una fuerte concentración de artillería.
Aunque el enemigo había sido contenido en su irrupción, formándose una profunda brecha, tal ruptura constituía un peligro para el conjunto de la defensa, y el Comando boliviano resolvió contraatacar de inmediato.
Para ello acumuló algunas reservas y material, pero el día 20, apercibido sin duda el enemigo de tales aprestos, inició un poderoso ataque desde el bosón, que no tuvo ningún resultado; pues los bolivianos contuvieron a los paraguayos en su intento de ampliar o de romper el bolsón en que estaban posesionados.
Y así siguío el desarrollo de la batalla de "Villa Montes" en toda la extensión del campo atrincherado con alternativas de intensidad y de calma, a distintas horas, por diferentes medios, en el día o en la noche, siendo siempre rechazados los atacantes con pérdidas enormes en hombres y en material. De ahi que, convencido el Comando paraguayo de la imposiblidad de opoderarse de la anhelada plaza de "Villa Montes", había decidido cambiar el centro de gravedad de su ofensiva desplazándola hacia el Parapetí.
Pero antes, el 6 de marzo, se libró la batalla de "Carandaití", punto por el cual las tropas paraguayas trataron de abrirse paso hacia "Camiri" siguiendo la ruta del paso de "Lourdes" y "Salinas". Los atacantes fueron, empero, rechazados y sufrieron grandes pérdidas entre muertos y prisioneros.
"Villa Montes" no puedo ser conquistado a pesar de los treinta y cuatro asaltos consecutivos que efectuaron los paraguayos; de tal suerte que aquella larga batalla, llena de intermitencias y recrudecimientos, sólo cocluyó con la firma del armisticio.
Enseñanzas y experiencias.- La lucha en "Villa Montes" se caracteriza por su tenaz defensa, en la que se comprobó cuán decisivo es el factor terreno. Defendida su a la derecha por un obstáculo natural como el Pilcomayo y su izquierda por las serranías de "Chimeo" y "Tarairí", la defensa era infranqueable. Además, a sus espaldas estaban las altas serranías del "Aguarague" desde donde la artillería boliviana batía intensamente el campo enemigo, de tal suerte que las tropas atacantes se veían obligadas a efectuar ataques frontales contra posiciones fuertemente fortificadas, forma en la cual, generalmente, no se tiene éxito.
Para romper la línea, los paraguayos tuvieron que concentrarse la potencia de sus armas sobre un reducido frente, como es "Higüiraru", donde consiguieron algún éxito, de acuerdo a los principios tácticos; pero la oportuna intervención de las reservas bolivianas paralizaron la progresión de la ruptura, demostrándose una vez más la importancia y la decisión que tiene el buen y oportuno empleo de las reservas.
Tomado de la página de EMI (Escuela Militar de Ingeniería)
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