LA PRORROGA DE VÍCTOR PAZ ESTENSSORO (1964) DE LA DEMOCRACIA AL MILITARISMO (Parte II)

 

Paz Estenssoro (Centro)

Por: José Antonio Loayza Portocarrero / septiembre de 2019.

¿No le servía Barrientos a Paz? Claro que le servía. Es más, cuando alguien hablaba mal de Paz, Barrientos reaccionaba furioso y decía: “Yo no soy golpista, quiero ayudar al jefe, estar en la dirigencia del partido”. Pese a esos deseos, el problema de la reelección presidencial acabó por desmoronar la estructura del partido de gobierno, que más que un grave error político, fue el pronóstico que llevó al país a una gran etapa de retraso histórico.

En mayo de 1964, Víctor Paz Estenssoro se postuló para un tercer periodo presidencial, se apoyó en una forzada enmienda constitucional. El 31 se realizaron las elecciones, en la práctica era una fórmula única. Ganó por mayoría aplastante, 1.100.000 votos (el 86%), perspicazmente la oposición se abstuvo en su conjunto.

Fue en esos tiempos que el país se transformó por la polarización en un surtido de ideologías. Paz se acercó a las Fuerzas Armadas y acató lo que tres años atrás le sugirió el Embajador norteamericano Stephansky, de unirse a los militares para cumplir sus fines. Tampoco lo dejó el PCB, no porque le profesaran un especial sentimiento de amistad, sino porque era un partido peregrino y de espíritu práctico que convivía con todos para sobrevivir sin espantos. Fue el principio para que varios dirigentes disidentes de la línea chino-maoísta organicen el Partido Comunista Marxista-Leninista (PCML), obediente a la línea de Pekín, con Federico Escobar como primer secretario general. Después de 12 años, las Fuerzas Armadas serían parte del poder, junto a los disidentes del MNR, el PRA, el MNRI, el PRIN, y el PCML, formaron las condiciones de una nueva oposición.

El 6 de agosto de 1964 se inició el tercer y efímero mandato de Paz. Se habían debilitado los postulados de 1952 y deteriorado las relaciones con los sectores obreros. Se generó una oposición plena de los partidos conservadores y de los partidos de izquierda, elementos que confluyeron hacia una decisión antojadiza del ejército: volver al gobierno.

13 de agosto, una semana después del juramento de rigor, Paz convocó al gabinete a una reunión de emergencia para dar paso a la insistencia de Estados Unidos de romper con Cuba, de ese modo el gobierno cortó relaciones con aquel país.

Septiembre y octubre fueron la chispa que incendió noviembre.

Día 2 de octubre, el magisterio convocó a la huelga nacional. Ahí se inició todo.

Día 6, los mineros de Siglo XX, apoyaron a los maestros.

Día 16, los universitarios saquearon el Centro Cultural Boliviano-Americano.

Día 17, se declaró emergencia en todos los centros estudiantiles.

Día 18, se organizó una marcha de hambre. La policía secreta informó que Siles, Guevara y Barrientos, preparaban un golpe.

Día 20, el Gobierno dictó estado de sitio por 90 días, precaviendo la llegada de Charles de Gaulle. Horas después, San Román apresó a 60 políticos. Siles y 30 hombres del PRIN fueron enviados al Paraguay. Lechín se ocultó. Se censuró a la prensa y desde el 24 ningún periódico funcionó excepción de La Nación.

Día 21, las fuerzas del gobierno tomaron las armas y un estudiante herido murió dos días después, el padre entre lágrimas desafió públicamente al asesino a un duelo a muerte.

Barrientos recurrió al silencio ante las acusaciones de insubordinación. Al rato llegó la noticia del avance minero a Oruro para vengar a los estudiantes muertos. Daniel Ordoñez organizó el despliegue de Huanuni. Gilberto Bernal del PCB, avanzó al frente, y a ellos se unieron varios grupos de trotskistas de Santa Fe, Japo y Morococala. Un contingente del POR, que eran los mejor armados, avanzaron bajo el mando de Rosendo Osorio.

Día 29, los mineros fueron interceptados en Sora Sora, se produjo un encuentro con los Rangers, decenas de dirigentes fueron heridos y detenidos. Isaac Camacho y Cesar Lora, convocaron a todos los combatientes a formar un arco orientado hacia Machacamarca, al ver la imposibilidad de vencer se replegaron a sus distritos con sus muertos y heridos. Lejos estaban de imaginar que luchaban por Barrientos que era el hombre que encarnaba al Pentágono y a la Doctrina de Seguridad Nacional, pero eso no sabían los mineros, lo sabrían más tarde, cuando precisamente ya era tarde.

Viernes 30. Los milicianos asaltaron las instalaciones de la FSTMB. Se combatió en las calles de Oruro, la familia de Paz Estenssoro abandonó su residencia en Calacoto.

Sábado 31. Los milicianos y las barzolas desesperados por mantener sus privilegios atacaron varias instituciones.

Domingo 1 de noviembre. El país se dedicó a los ritos de Todos los Santos y los Difuntos.

Lunes 2. En la noche, los oficiales se reunieron con Ovando. Había llegado el momento.

Martes 3. A las 13:00, Paz informó y acusó a Barrientos de hacerle el juego al comunismo. Los altos dirigentes del MNR se entrevistaron en Cochabamba con Barrientos, y este confirmó su acción revolucionaria contra el “viejo”. Muchos del MNR buscaron asilo en las embajadas. Paz continuó en el Palacio, se enteró que Ovando fue tomado preso, pero luego llegó al Palacio y entre sollozos le pidió renunciar “en aras de la pacificación nacional”, el Regimiento Escolta ya no respondía al Gobierno. Barrientos dirigió dos proclamas al país: Pidió ser reconocido jefe del movimiento armado, y exigió la renuncia de Víctor Paz Estenssoro.

Miércoles 4. Después de la medianoche el Presidente y su hijo Ramiro se retiraron a descansar. A las 6.30 se realizó la última reunión con varios dirigentes del MNR, se escucharon disparos y algunos aún creían que podían sostenerse considerando que las fuerzas del gobierno eran de 8.250 efectivos armados en La Paz, contra 5.900 efectivos armados en Cochabamba. Ovando acompañó a Paz Estenssoro al aeropuerto, se despidieron dando la impresión que volvería. Radio Continental anunció “¡el mono está escapando!”, la turba salió a cortar el paso pero la comitiva pasó. En el aeropuerto Ovando abrazó al Jefe y le aseguró que volvería en un mes. Paz Estenssoro tenía la idea de volver en dos semanas, y partió al exilio junto a su esposa y sus hijas. Ovando volvió rápidamente al Palacio.

Muy tarde los dirigentes Mineros se dieron cuenta el error que cometieron, como dijo Isaac Camacho: “Creo que pagaremos a muy alto precio la línea que hemos impreso, de que todo era preferible a que Paz siga en el gobierno”

La CIA sentó sus bases para vigilar al Ejército y cogobernar el país, ordenó las masacres de los mineros, el juicio político en Camiri, la guerrilla de Ñancahuazú, la muerte del Che, e hizo del país un centro de operaciones de control latinoamericano”
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