Gutierrez, Únzaga y el Dr. Pinto Parada. |
Por Rafael Archondo – La H Parlante / Este escrito fue extractado
de su página de Facebook La H Parlante
¿ÚNZAGA CONTRA GUTIÉRREZ?
Uno de los misterios peor resueltos de la Historia política
de Bolivia es el alzamiento falangista del 19 de abril de 1959. Aquel día, el
jefe del partido (FSB) murió. Junto a él cayó toda una camada de dirigentes en
un intento fallido por tomar el poder. Lo insólito de este episodio es que
tiene todos los rasgos de una acción suicida, condenada al fracaso desde el
instante en que se dio la orden de disparar. Es demasiado loco organizar una
insurrección a plena luz del día y sin contar con la certeza del apoyo militar
o policial. Otro dato desconcertante es que las acciones se quedaron solo en La
Paz.
Un año antes, en 1958, FSB había participado de otra sublevación
en Santa Cruz con similar desenlace. En esa ocasión, la figura visible era el
subjefe de FSB, Mario Gutiérrez. Según cuenta el ex falangista Walter Vasquez
Michel en su libro de memorias, Únzaga estuvo inicialmente involucrado en los
hechos, sin embargo, al ver el tinte regionalista de la movilización, se habría
puesto en contra de la participación del partido en algo que consideraba un
brote separatista que amenazaba con dividir Bolivia. Como sabemos, para Únzaga,
de origen cochabambino, el culto a la integridad de Bolivia estaba por encima
de todo. La sublevación cruceña generó una escisión en FSB. A partir de ese
momento, Gutiérrez y Carlos Valverde construyeron lo que podría denominarse
como falangismo camba. En la foto, vemos al primero junto a Únzaga. Del otro
lado, el líder cruceño Melchor Pinto Parada, amigo personal del entonces
Presidente de Bolivia, Hernán SIles Zuazo, quien logró asfixiar ambos
levantamientos en Santa Cruz y La Paz.
Entonces, a partir de ese momento, mayo de 1958, Únzaga
habría decidido conspirar desde La Paz en un acto de re-centralización del
poder en el occidente del país. Si Únzaga vencía en 1959, quedaba probada su
jefatura. ¿Pero si fracasaba? Le esperaba un duro cuestionamiento desde los
llanos orientales. Nuestra hipótesis es que el alzamiento del 19 de abril de
1959, que no contó con el respaldo del ala cruceña del partido, fue un intento
desesperado de Únzaga por recuperar el mando del partido y demostrarles a sus
camaradas orientales cómo se tomaba el poder desde el centro.
A la muerte de Únzaga (ahora es más comprensible su
suicidio), Gutiérrez llevó a FSB a una política flexible de alianzas que
terminó pactando nada menos que con Paz Estenssoro y Banzer en agosto de 1971.
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