Klaus Barbie (joven - viejo) |
Por: BORIS INTI CHAMANI VELASCO / Publicado en La Razón
el 9 de marzo de 2019.
Recientes hallazgos de investigación científica en Alemania
han arrojado datos reveladores sobre el criminal de guerra nazi Klaus Barbie en
Bolivia. Es el caso del libro Deckname Adler: Klaus Barbie und die westlichen
Geheimdienste de Peter Hammerschmidt.
Según Hammerschmidt, desde mayo de 1966 hasta diciembre de
1968 Barbie fue informante del BND alemán (Bundesnachrichtendienst), Servicio
Federal de Inteligencia, con el nombre secreto Adler (Águila) e identificación
V-43118, en un contrato de espionaje jamás revelado a las fuerzas de
información y seguridad bolivianas.
Hammerschmidt descubrió que en los pagos realizados a espías
de los años 60 figura Barbie. Por 35 informes enviados al BND sobre el “peligro
de partidos de izquierda” en Bolivia, éste fue remunerado mensualmente con 500
a 1000 marcos alemanes, montos transferidos a una cuenta del Chartered Bank of
London. Por informes particularmente interesantes Barbie habría cobrado de 100
a 200 marcos alemanes, y hasta 5.300 marcos alemanes en 1966 por una
indemnización pagada con fondos provenientes de impuestos federales.
En otras palabras: con dineros del pueblo alemán el BND
contrató discretamente los servicios de espionaje de un criminal de guerra nazi
a fin de recabar información sobre las tendencias comunistas e izquierdistas en
Bolivia.
Asimismo, Barbie fue representante legal en Bolivia de la
firma alemana MEREX AG de propiedad de Gerhard Mertins (miembro de las
Waffen-SS nazis y en la postguerra el mayor exportador de armas de la República
Federal Alemana). Según el artículo en internet MEREX AG o la frontera de lo
(i)legal en la política alemana de exportación de armamento, MEREX coordinó con
firmas alemanas como Siemens, Mercedes y Thyssen-Henschel para reparar tanques
y ser luego enviados al Ejército boliviano para dar los golpes de estado
organizados por Barbie en 1971 y 1980. Curiosamente, Bolivia fue el país en que
MEREX hizo sus mayores ganancias. Más revelaciones, como la relación de Barbie
con el narcotraficante Roberto Suárez, se encuentran también reflejadas en el
documental en YouTube Mein Name sei Altmann – Das zweite Leben eines
Kriegsverbrechers.
La contradictoria política exterior alemana de “desnazificar
Alemania”, pero en la práctica proteger y reclutar nazis para fines
político-militares y comerciales, ha sido debatida en el propio Bundestag
alemán: el parlamentario Hans-Christian Ströbele exigió que las actas del BND
sean investigadas y se rinda cuentas de la horrorosa actuación del Estado
alemán de postguerra (en YouTube: Hans-Christian Ströbele über die BND-Akten
zur NS-Vergangenheit).
Al final del reportaje en YouTube Klaus Barbie – ein
Lehrstück politischer Doppelmoral la “cazadora de nazis”, la periodista
franco-alemana Beate Klarsfeld recuerda que los Estados Unidos pidieron
disculpas a Francia por la complicidad de la CIA en la protección y
reclutamiento de Klaus Barbie (véase en internet: US admits sheltering barbie –
CIA). Por la misma actuación condenable del BND, Klarsfeld indica que Alemania
debe pedir disculpas a Francia. ¿Y a Bolivia?
¿Hasta cuándo la CIA norteamericana y el BND alemán no darán
la cara y explicaciones al pueblo boliviano por el espía Barbie? ¿Cuál será la
posición de las autoridades, diplomáticos y políticos bolivianos en este tema,
o se harán de la vista gorda? ¿Y qué hará la “Comisión de la Verdad”?
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