Por: José Antonio Loayza Portocarrero / Este artículo fue
publicado el 22 de diciembre de 2022. Disponible en: https://www.facebook.com/photo/?fbid=10221239180905654&set=a.1482413296884
Blog dedicado a la compilación, revalorización y difusión de la historia y cultura de Bolivia. Sitio cultural sin fines de lucro.
Por: José Antonio Loayza Portocarrero / Este artículo fue
publicado el 22 de diciembre de 2022. Disponible en: https://www.facebook.com/photo/?fbid=10221239180905654&set=a.1482413296884
El presidente Busch |
Por Luis Oporto Ordóñez - Historiador y bibliógrafo /
PUBLICADO EL 26 DE FEBRERO DE 2021, EN La época. disponible en: https://www.la-epoca.com.bo/2021/02/26/la-nacion-el-diario-estatal-de-german-busch/
El 24 de abril de 1939, Germán Busch asume la dictadura
luego de disolver las Cámaras, “que después de haber funcionado como Convención
Nacional se prorrogaron sus poderes”. El 28 de abril del mismo año ordenó a
Jorge Canedo Reyes (1905-1996), director nacional de Propaganda, fundar La
Nación, “diario del Estado al servicio del país”, para explicar la naturaleza y
difundir la obra de su Gobierno, a fin de ganar la simpatía de la opinión
pública. Poeta y periodista de La República, El País y El Diario; cofundador de
Última Hora, dirigió Radio Illimani y La Nación. Tras la revolución de 1952
salió al exilio y radicó en el Perú. [www.eliasblanco.blogspot.com]
La Nación justificó la decisión de Busch, afirmando que: “El
pueblo no cree ya en los ‘salvadores’ verbalistas, en los políticos oratorios
de programa. Su fe se orienta a los hombres de acción, de voluntad y de
energía, que en vez de frases le ofrecen hechos; en lugar de promesas, una
política de realizaciones prácticas, inmediatas y efectivas, en beneficio y en
defensa del pueblo, en prestigio del país y en mejoramiento institucional,
social y económico, una política ecléctica, [en la que] impera un sentido
nacionalista en la acción”. Aclara que “no es totalitario”, sino un “sistema
gubernativo de autoridad, moral y fuerza, respetuoso de los principios
democráticos en todo lo que no se opongan a las altas conveniencias del Estado
y la Nación”. Difunde la adhesión popular a la política de gobierno: “Vigoroso
movimiento de opinión hay en el país en torno a la revolución bolivianista”; “la
Unión Republicana-Socialista declara su firme apoyo y adhesión”. Martha
Mendoza: “Un gobierno fuerte y dictatorial era una necesidad para el país”;
“Subprefecto de Uyuni trae adhesión de ese pueblo”; “con las armas en la mano
–dice la Federación Juvenil Socialista– debe defender la actual conquista
nacional”; “Congreso de Derecho dio un voto de aplauso y apoyo al gobierno”;
“los trabajadores ferroviarios prestan su adhesión al gobierno”; “Santiago de
Huata vitoreó a Busch”; “las organizaciones populares y obreras apoyan la
política de liberación”.
Busch afirma que “frente a la quiebra de todos los valores
propónese salvar la República del caos y la disolución, luchar por su
emancipación económica. La explotación de las divisas importa un acontecimiento
de incalculable tendencia económica y social”. Emite el decreto de disciplina y
moralidad funcionaria que obliga “presentar información completa acerca del
capital, propiedades inmuebles que posean, su costo, renta, ubicación, etc. ”,
como requisito para entrar en funciones; prohíbe “recibir obsequios,
gratificaciones o halagos en retribución a sus servicios”; crea el Tribunal
“para reajustar contratos lesivos al Estado, calificar las adquisiciones
efectuadas por funcionarios públicos y establecer sanciones por faltas
cometidas en el ejercicio de sus funciones”. Anuncia medidas de reajuste de la
ley financial, planes agrarios, creación del Instituto de Biología,
colonización del Ichilo, el congreso agropecuario y feria ganadera, impulsar la
campaña del trigo, ley de jubilación para periodistas, protección de la vicuña;
Brigadas Culturales para llevar beneficios de la civilización a los pueblos;
crea la Delegación Nacional del Chapare; reglamenta atribuciones y jurisdicción
de los padres conversores de indígenas salvajes; declara la “bolivianización de
la escuela”. Destaca el apoyo de México, gestiona con Estados Unidos un acuerdo
para permutar con algodón y trigo “10 mil toneladas de estaño boliviano” y
comprometer a Estados Unidos a “no tocar esas reservas en cinco años”. Dispone
Coati para perturbadores de la tranquilidad y el orden interno. Anuncia la
construcción del barrio obrero, entrega el mercado de Sopocachi, “alarde
aristócrata, del principal barrio residencial de nuestra ciudad”; el mercado de
Caja del Agua, “barrio de gente el pueblo”, embellecida con la pavimentación de
la Av. Armentia y forestación del parque Riosinho.
La edición del 16 de julio publica “La Misqui Simi” (Adolfo
Costa Du Rels); “El significado americanista de la primera revolución libertadora”
(Hugo Lino); “Antonio Sotomayor triunfa en Norte América”; “El Ballet Amerindia
y el profesor José María Velasco Maidana”; “El último libro de Franz
Tamayo, Scopas”; “Gil Coimbra es un positivo valor artístico”.
El 23 de agosto de 1939 aparecía Busch con un tiro en la
sien. El 24, se publica el obituario: “Busch, el patriota ejemplar” y presenta
al “Presidente provisorio de la República, Gral. Carlos Quintanilla”, a quien
llama “Gobernante ejemplar” surgido de la voluntad del Ejército y de la decisión
de personeros civiles del gabinete Busch. Denuncia conato de golpe, el 26 de
marzo de 1940 decreta estado de sitio y confinamiento en San Ignacio de
Velasco, a los “subversivos”. Al final de su corto mandato afirma que “nació
impopular, y concluye rodeado del respeto y del homenaje unánimes del país”.
La Nación caracteriza a Enrique Peñaranda como un “Gobierno
de austeridad y de orden”, que “no aspira a un nacionalismo cerrado en materia
de producción sino que aspira a intensificar sus relaciones con otros países,
mediante un intercambio comercial y económico”. El mensaje del Presidente
critica “la política económica [que] no ha tenido otro norte que el
enriquecimiento del Estado” y propone “apoyar a la minería con un régimen de
estricta armonía entre los intereses del Estado y de la minería”; forma su
gabinete con la crema y nata de la oligarquía: Alberto Ostria Gutiérrez,
Edmundo Vásquez, Gustavo Adolfo Otero, Alcides Arguedas. Anuncia el
funcionamiento del Registro Civil, el fomento a la producción aurífera con
premio en moneda nacional sobre el precio internacional del oro; denuncia que
la minería ha perdido el 32% en el valor de su producción por desvalorización
de la libra; establece exámenes para el servicio de Relaciones Exteriores;
inaugura el Instituto oriental de Biología y el monumento al expresidente
Busch.
La Nación informa que el Sindicato de Canillitas y Lustras invitó al presidente Peñaranda al acto de posesión de su sede social y que el Regimiento Illimani le obsequió un artístico pergamino, contraviniendo el decreto de moralidad funcionaria. Publica los planes de trabajo del gabinete, el regreso de confinados políticos, la reorganización de la educación indigenal, la creación de la Casa del Pueblo con fines educativos y culturales; declara vacantes los cargos públicos, califica de crítica situación del estaño boliviano. Revela la reducción de Bs. 18 MM del presupuesto de Educación, informa que el costo de vida se elevó en 146%, se busca atajo “a la desmedida especulación” y que se requiere mensualmente 240 mil libras para atender necesidades del país. La última edición de La Nación, n° 341, del 28 de junio de 1940, anuncia el decreto de normalización de precios de pulpería en las minas y la “visita de S. E. a las provincias Omasuyo y Camacho”.
Compañía Huanchaca de Bolivia |
A fines del año 1905 la escritora e historiadora
estadounidense Maria Robinson Wright, acompañada por su secretaria, por guías y
sirvientes emprendió un viaje por el Altiplano de Bolivia saliendo de La Paz
hacia el sur con los medios de transporte de entonces – diligencia, lomo de
mula y caballo. Al fin del viaje visitó también las minas de plata de la
Compañía Huanchaca de Bolivia en Pulacayo. El resultado de esta aventura se
manifestó en un libro que representó algo como una enciclopedia de Bolivia con
muchas informaciones acerca de la geografía, la economía, la política, la vida
social, la cultura y más cosas referentes al país, además de gran número de
documentos fotográficos de valor histórico. El libro salió en Filadelfia, Estados
Unidos, en el año 1906 en inglés y un año más tarde en español con nombre
"Bolivia, el camino central de Sur-América, una tierra de ricos recursos y
de variado interés". Aquí abajo sigue una reproducción completa del
capítulo "El cerro de Potosí – Minas de plata de Huanchaca"
retratando Pulacayo en los días cuando era el orgullo de la entera nación.
LAS MINAS DE PLATA DE HUANCHACA
Si el Cerro de Potosí es notable como asiento de las más
famosas minas de plata del Alto Perú, Huanchaca puede reclamar el honor de ser
el centro de las minas de plata más ricas de Bolivia, porque la riqueza de
Potosí fue para el Virreinato y los enormes tesoros de Huanchaca han sido para
la República una de las más importantes fuentes de sus rentas. La Compañía
minera de Huanchaca ha sido un agente poderoso del desenvolvimiento de los
intereses industriales y comerciales del país, tomando la iniciativa en la
construcción de sus ferrocarriles, líneas telegráficas y otras mejoras
públicas. El acostumbrado elemento novelesco, que es asociado en todas partes
al descubrimiento de minas, no falta en la historia de Huanchaca y la
recompensa de larga y paciente solicitud está tan bellamente evidenciada en el
caso de su descubridor, como en los de otros famosos buscadores de tesoros á quienes
la fortuna ha venido con las manos llenas de dones, cuando el destino estaba
cerca de arrastrarlos al colmo de la desesperación. Don Mariano Ramírez había
estado buscando oro y plata por veinte años, antes de que la suerte lo llevara
á las minas que han hecho su nombre famoso y grande su descubrimiento como uno
de los más importantes acontecimientos industriales del siglo XIX. Todos los
que vivieron hace cincuenta años en la comarca de la ahora famosa Huanchaca,
conocieron á Don Mariano. Trabajó por muchos años en las minas de Ubina, á
veinte leguas de Pulacayo, con pequeño éxito, pero con esperanza constante de
que algún día vería la realización de sus sueños de descubrir una veta rica.
Ganó el afecto de los indios de aquella región, por su bondad hacia ellos, y no
había un nativo en muchas leguas á la redonda que no estuviera deseoso de
prestarle algún servicio. Mientras sus compañeros blancos lo hacían objeto de
sus burlas, los indios lo tenían en el mayor respeto y cariño.
Finalmente, un día una india anciana, á quien había curado
de una herida, lo vio en su pequeña choza de Ubina y le dijo que si quería
seguirla ella le llevaría á un lugar donde el precioso metal podía ser
encontrado en abundancia, sin el fuerte trabajo que estaba matando á su patrón en
Ubina. Don Mariano la permitió que lo condujera á través del campo, aunque
culpándose secretamente de su absurda credulidad v deteniéndose frecuentemente
para preguntar á su guía á dónde lo llevaba y que razón tenía para creer en la
existencia del tesoro. Al fin, cuando llegaron á las alturas de Pulacayo, se
volvio á él y señalando hacia adelante le dijo: «Ahora, patrón, usted tiene
solamente que subir y principiar á cavar y encontrará plata bastante para
construir una ciudad». Esto ocurrió en 1837, y desde aquel día Ramírez
principió á ver realizadas sus más acariciadas esperanzas, porque todo lo que
la india le había dicho resultó cierto. Murió, sin embargo, sin cosechar la
completa recompensa que prometía esta gran mina de plata y no fue hasta muchos
años después, cuando se formó en 1876 la actual Compañía Huanchaca de Bolivia,
que las minas principiaron á producir la enorme riqueza que ha hecho á Pulacayo
famoso como la segunda comarca argentífera del mundo, correspondiendo el primer
puesto á Broken Hill, de Australia.
En el último cuarto de siglo estas minas han dado al mundo
casi cinco mil toneladas de plata, por valor de veinticinco millones de libras
esterlinas. La montaña de la cual ha sido extraída esta enorme riqueza, es uno
de los cerros aislados, aparentemente pertenecientes á la Cordillera de los
Frailes, cerca de la frontera Suroeste de la República. Los pueblos mineros de
Pulacayo y de Huanchaca están situados en los lados opuestos del Cerro, á una
altura de quince mil pies sobre el nivel del mar, á nueve millas próximamente
en línea recta de Uyuni, donde el ferrocarril de Huanchaca se junta con el de
Antofagasta á Oruro. Un paseo en el ferrocarril de Huanchaca es un
acontecimiento memorable, porque el tren sigue una sucesión de curvas rápidas,
atravesando quince millas en esta forma circular. La subida es violenta en
algunas partes, porque el Pulacayo está mil quinientos pies más alto que el
Uyuni. El camino faldea la montaña por algunas cortadas, entre grandes peñas de
veinte y treinta pies de altura y en un sitio elevado pasa por uno de los
túneles más grandes del mundo, de once mil pies de longitud, que requirió cinco
años de construcción y costó más de medio millón de bolivianos. El espectáculo
es magnífico en toda la ruta, viéndose á distancia, en el Sur, la cima nevada
del Chorolque, con el cielo azul al fondo ; y á distancia más cerca, la
Cordillera nevada de los Frailes y los declives oscuros de los picos más bajos.
Tan pronto como se organizó la actual Compañía, el trabajo de construir una
carretera de Huanchaca, dónde los ingenios para el beneficio de los minerales
de la mina de Pulacayo estaban entonces situados, á Cobija, en la costa del
Pacífico, en aquel tiempo un puerto boliviano, fue emprendido y llevado á
completo éxito en un tiempo relativamente corto.
La producción de las minas era embarcada para Europa por el
puerto de Cobija, hasta que la guerra del Pacífico cerró esta salida y fue
necesario buscar un puerto argentino. Con este objeto, la Compañía construyó
una línea telegráfica, la primera de Bolivia, para enlazar á Huanchaca con las
oficinas del Gobierno que estaban entonces en Sucre, extendiéndola á Potosí y
Tupiza para facilitar la comunicación con esa sección del país y por Tupiza con
la Argentina. La Compañía posee todavía esta línea lo mismo que un servicio
adicional á Ollagüe, en la frontera de Chile. Por todo cerca de quinientas
millas. Tan pronto como el tráfico boliviano fue restablecido por los puertos
del Pacífico, la Compañía Huanchaca advirtió la necesidad del transporte á la
costa por ferrocarril y comenzó la construcción del ferrocarril de Antofagasta
á Oruro que, como se ha dicho antes, fue vendido más tarde á una Compañía
inglesa, con excepción del ramal de Uyuni á Huanchaca.
Hace cerca de tres años que una baja en el precio de la
plata obligó á la Compañía Huanchaca á buscar medio de reducir los gastos de
explotación y beneficio de los minerales de Pulacayo, especialmente en cuestión
de combustible, porque el costo del carbón era de cinco libras esterlinas por tonelada
y necesitaba enorme erogación para este solo artículo. Al mismo tiempo que la
baja de la plata vino á embarazar las operaciones de la empresa, otra calamidad
le sobrevino con la inundación de las principales galerías de la mina, siendo
casi desesperada la perspectiva porque el agua llegó, en algunos puntos, á una
profundidad de mil quinientos pies. El solo medio de salvar la situación era
adoptar la electricidad como fuerza motriz y así se hizo, siendo generada por
medio del agua obtenida en el río Yura, á veinte leguas de distancia, y traída
por un acueducto con un desnivel de treinta y cinco pies.
La electricidad equivalente á tres mil caballos de fuerza,
fue trasmitida por tres cables de á mil caballos cada uno, representando
veinticinco mil voltios, y el problema de desaguar la mina y restablecer el
servicio sobre base más provechosa, fue finalmente resuelto. Esta instalación
es la quinta en importancia en el mundo y acredita el ánimo emprendedor de la
Compañía, al mismo que otros muchos adelantos modernos. Una máquina enorme de
Corliss, de mil caballos de fuerza, ha sido recientemente instalada en la mina
con capacidad para generar una corriente suficiente para las máquinas
eléctricas del establecimiento; y cuando la planta del Yura no trabaja, esta
maquinaria produce toda la fuerza necesaria. Otra máquina Corliss, de
trescientos cincuenta caballos de fuerza, se usa para el aire comprimido con
que son ventiladas las minas y para levantar pesos. Las máquinas eléctricas de
Decauville se usan en algunos departamentos y la maquinaria para alumbrar por
la electricidad las oficinas y las minas, es de los últimos y más perfectos
modelos. La maquinaria de los talleres y fundiciones es la más grande de
Bolivia.
El automóvil ha invadido las minas de Huanchaca; y aunque no
es de los modelos para un boulevard, es tan rápido como máquina motriz como los
ejemplares de más lujo. Dos señoras norteamericanas que visitaron las minas
recientemente, fueron paseadas por el interior en un automóvil, en una
distancia de más de dos millas, atravesando pasadizos brillantemente iluminados
por la electricidad y construidos con piedra sólida de cantería, constituyendo
una sucesión de túneles bien arqueados y bien ventilados. Durante este viaje
subterráneo, la partida pasó por una pequeña capilla en una de las galerías, en
la que está una imagen de Cristo, hecha de plata. Era conmovedor ver á los
mineros quitarse sus gorras cuando pasaban, no dejando ninguno de dar esta
prueba de veneración á la sagrada imagen. Hay doce millas de galerías en la
mina y casi diez de rieles. Se usan siete tiros, de los cuales algunos tienen
un cuarto de milla de profundidad.
La Compañía Huanchaca de Bolivia emplea tres mil obreros de
los cuales un millar por lo menos, son mujeres ocupadas en escoger los
minerales y distribuirlos de acuerdo con su calidad y propiedades. Es admirable
lo experta que son estas mujeres en sus tareas y con qué aparente indiferencia
lanzan los pedazos de mineral en un montón ó en otro, hablando, murmurando y
pareciendo que no tienen la más ligera idea de la clase de material que
manejan. Sin embargo, nunca se equivocan y el administrador de la mina dice que
son más rápidas que un químico de experiencia en averiguar las diferentes clases
de minerales. Todos los sistemas modernos, conocidos en él beneficio de los
minerales, se emplean en los varios ingenios de Huanchaca. El método de
separación electromagnético, adoptado recientemente, es probablemente el
primero de su clase instalado en el mundo en escala tan grande como se practica
aquí. Anteriormente los establecimientos de Huanchaca, Pulacayo y Ubina fundían
todos los minerales de las minas de Pulacayo, pero hace algunos años se abrió
en Playa Blanca, cerca de Antofagasta, un gran ingenio para la fundición y
amalgamación de los minerales de Pulacayo, el cual está montado con magnífica
maquinaria que costó casi medio millón de libras esterlinas. La planta completa
de la Compañía representa un desembolso de cuatro millones de libras esterlinas.
El Presidente, señor Seneschal de la Grange, que vive en
París, investigó las varias instituciones de la ciudad de Pulacayo el año
pasado, lo mismo que los establecimientos mineros, é hizo una nota de las
mejoras que deben efectuarse para fomentar la instrucción y beneficencia
ofrecidas á los habitantes.
Diez mil personas viven en Pulacayo que se sostienen de las
minas y de las diferentes industrias relacionadas con su explotación. Todo en
la ciudad pertenece á la Compañía Huanchaca y ninguno puede vivir en la
comunidad sin permiso de ella. Todos los empleados de la Municipalidad son
nombrados por la Compañía y todas las instituciones están bajo su gobierno y
vigilancia directa. Hay algunas iglesias, escuelas y hospitales y la población
tiene un buen teatro. Es un pueblo minero característico, construido en forma
de anfiteatro en el declive del cerro y las calles escarpadas y estrechas
presentan un problema intricado al extranjero que intenta por primera vez
escalar sus variables alturas.
// Fin de la transcripción del libro de María Robinson
Wright.
----------
El antiguo centro minero e histórico de Huanchaca-Pulacayo,
se encuentra ubicada en el departamento de Potosí, perteneciendo así a la
antigua jurisdicción de la provincia de Porco, actual provincia Antonio
Quijarro la cual se encuentra a 22 kilómetros de la ciudad de Uyuni.
SOBRE EL ORIGEN DEL NOMBRE TOPONÍMICO DE HUANCHACA Y
PULACAYO
Sobre el origen y su significado de Huanchaca-Pulacayo se
encontraron distintas interpretaciones. Una ellas, según Elías Roncal (1984),
cuenta sobre una leyenda que una indígena condujo al minero español Mariano
Ramírez, a kilómetros de Tolapampa y le enseñó un ramo de la veta donde la
Mula-cayo a la cual lo llamaron posteriormente Pulacayo, advirtiéndole que fue
trabajada por los españoles hacia 1770, que por la sublevación de Tupac Amaru
los ibéricos fueron degollados y que los nativos habían tapado las vetas.
Otra versión recopilada indica que el español Gonzalo
Pizarro quien era propietario del asiento minero que hoy es Huanchaca, que
desde 1534 en su afán de llegar a las costas del pacifico, a su paso por este
accidentado lugar donde resbaló su mula y cayó, quien fue atendido por
indígenas a los cuales sin poder explicarles en su idioma nativo, solo decía mula
cayó por ello lo llamaron Pulacayo.
Por otra lado, Walter Ayllón (1998) asegura que el nombre
toponímico de Pulacayo no tiene nada ver con el supuesto relato donde la mula
cayó y por ello Pulacayo, un dato contradictorio a los anteriores autores que
señalan su origen y significado. Porque antiguamente los españoles eran muy
respetuosos de los nombres originarios, como Potokchi, Uru Uru, Kochapampa, que
de la misma manera Pulacayo derivaría del idioma originario quechua “Pujllay
Cayo” que significaría lugar donde juega el viento o Pulinayu que significa
viento del oeste. Son datos que muy pocos autores se atrevieron a comentar
sobre ello.
Que sin lugar a duda el nombre toponímico de Pulacayo y
Huanchaca deberían sus nombres al idioma originario quechua (Pujllaycayo -
Wanuchaca) y no así el posible y dudoso cuento donde la mula cayó. Esto se pudo
evidenciar por su contexto geográfico de la región donde reina el viento y su
relación con el idioma originario. (El Potosí, 26 de mayo de 2018)
Foto: En 1856 a la edad de 32 años Aniceto Arce había
iniciado su trabajo en la mina de plata de Huanchaca que lo convertiría en el
primer millonario del país. Fue elegido Presidente de Bolivia para el periodo
1888-1892. En el año de su elección, la Compañía Huanchaca de Bolivia quedó en
sus manos a titulo de accionista principal. Justo encima de la bocamina en 1878
se construyó esa su residencia (foto). Dicen que la madera para el edificio
hasta se trajo de Estados Unidos. En los años siguientes la casa de Aniceto
Arce fue ampliada en varias ocasiones y usada para la gerencia y administración
de la mina.
La generación a la que pertenezco ha carecido en la vida
civil de todo grande y ejemplo, pero el desconsuelo ante la miseria del
panorama ofrecido por los maestros de la simulación se ha desquitado con las
enseñanzas de la guerra dónde esa generación ha encontrado, en oscuros
militares, verdaderas revelaciones de hombría, de virtud y grandeza. Una de
esas revelaciones es Francisco Manchego.
LA BATALLA DEL CONDADO
Fue obra de y gracia de manchego como obra la preparó, la
planeó, la desarrolló y la exaltó hacia el triunfo. Y como gracia la entrego su
vida. Nunca se identificó tanto una acción con un hombre como la batalla del
Condado, con Manchego. Él se apropió de la acción, la hizo suya y luego, a
semejanza de los machos de ciertas especies aladas, después de fecundarla fue
devorado por esa hembra insaciable qué es la Gloria.
Al atardecer del 18 de junio, en el sector Ballivián, una
avalancha paraguaya el irrumpió en nuestras líneas en una extensión
tácticamente peligrosa.
Tres fases del contraataque se ejecutaron entonces. La
primera, en la misma mañana, consistió en limitar la ruptura de la línea,
formando lo que se llama un “bolsón”, o sea un arco de tropas escalonadas
detrás de la posición capturada por el enemigo. Luego vino la segunda fase,
dura y sangrienta: recuperar la franja principal, posición por posición, nido
por nido, metro por metro, avanzando literalmente por la misma zanja con
granadas de mano. Mientras por encima de las zanjas las ametralladoras barrían
todo bulto que demostrase indicio de vida, dentro de la misma trinchera en los
reductos laterales se avanzaba cautelosamente. Los soldados no se veían, pero
detrás de cada zig zag del recorrido se hacía llover bombas de mano. Jamás hubo
contacto tan próximo en la guerra cuerpo a cuerpo. Era un avance mortal por un
estrecho desfiladero. La trampa resultaba pavorosa para ambos. El que primero
lanzaba la granada salvaba la vida. Muchas veces, al doblar el ángulo del
recorrido se encontraban cara a cara soldados bolivianos y paraguayos. El
choque era fulminante. Después pisando los cadáveres se pasaba.
PALABRA DE CABALLERO
En la tercera fase aparece el espectáculo teatral y el
romanticismo épico la artillería le pone su música y los aviones lo decoran con
su vuelo. Es el 20 de junio. Manchego ha recibido telefónicamente una
observación del Comando del cuerpo a la que responde que un éxito alcanzado por
los pilas por sorpresa puede convertirse en un triunfo nuestro, porque todos
los pilas que siguen introduciéndose a nuestras posiciones caerán como en una
trampa. Asegura la victoria con su palabra de caballero. La 47 división no dará
este triunfo al paraguayo.
Entretanto los pilas han abierto a toda velocidad una zanja
que corta todo el campo de tiro, el no men’s land que separaba nuestra línea de
la suya, para introducir por ella agua, víveres munición y tropa. Juega
Estigarribia un golpe de masa, cargando sobre el sector de 500 metros, primero
mil hombres en la mañana del 18. Luego dos mil más para el segundo ataque,
fuera de cuatro regimientos que se acumulan para lanzarlos en un tercer asalto.
EL PLAN BOLIVIANO
El plan boliviano consiste en concentrar la artillería sobre
las posiciones ocupadas por el enemigo. Luego dos fracciones avanzarían por el
campo de tiro, partiendo de los extremos del reducto tomado por los pilas para
avanzar oblicuamente y cerrar a estos. Frontalmente avanzaría otra sobre las posiciones
capturadas en la que los pilas se habían dado ya la vuelta, poniéndose de cara
a nosotros.
El lugar de la batalla es un campo arbolado, de arbustos
bajos y ralos. Todo está salpicado de granadas de artillería que lanzan los
pilas y de ráfagas de ametralladoras que barra en el horizonte.
TORMENTA DE CAÑONAZOS
Amanece el 20 de junio en un aire poblado de tragedia. Desde
antes de la salida del sol han redoblado sus fuegos los paraguayos. A las 8 de
la mañana tres cañonazos 105 estallan sobre las posiciones pilas. Es la señal
para el bombardeo. Inmediatamente, de todos los puntos del horizonte
relampaguea la tormenta de los cañonazos. Empieza la parte Sonora de la
batalla. Retumban en un retumbar sin descanso, continuando, desencadenando,
lleno de espanto, todas las baterías que hacen temblar la Tierra y promueven en
el aire la aparición de una fauna monstruosa de fieras aulladoras que se cruzan
en busca de las líneas paraguayas. Se suceden tan rápidamente los disparos que
componen un ronquido, un rumor unánime de innumerables furias de acero que se
lanzan bramando desde el cielo enfurecido y caen de hocico al morder la tierra
ocupada por los pilas, haciéndose pedazos al caer y despedazando al mismo
tiempo la Tierra y los árboles.
El campo de batalla resuena como un enorme cántaro, como un
inmenso tambor dentro del cual estuviésemos encerrados los soldados pequeñitos,
más empequeñecidos aún ante estas gigantescas resonancias de la muerte que
vuela por los aires. Vibra la atmósfera enloquecida, se levantan sobre las
trincheras pilas chorros de Tierra y las nubes de polvo crecen hasta cubrir el
cielo. Para que nada falte a este espectáculo de grandiosa locura, aparecen
estremeciendo el cielo las hélices de los aviones que describiendo serenos
círculos se aproximan a las posiciones paraguayas y lanzan bombas de 100 kg
cuyo estallido hace saltar la Tierra y los troncos en pedazos por encima del
monte. La clara mañana se ha convertido en una mañana de espantosa tempestad.
Callan los cañones. Y comienzan a ladrar las ametralladoras
a lo largo de toda la línea. Un espíritu infernal se ha apoderado de esta zona
del Chaco. Los árboles, animados de una vida epiléptica se desarticulan y se
desnudan de sus hojas llevadas por las balas que los atraviesan como lamentos. Los
cañones pilas mandan ahora sobre nosotros sus granadas. Pero ya comienza el
ataque, las ametralladoras comienzan a conocer y reconocer todo el monte con
sus agujas de acero. El espectáculo sonoro es grandioso, todo el monte está en
movimiento bajo el aire que ruge y brama.
Avanza la fracción, Lopera por la derecha, por pleno campo
de tiro y por lo profundo de la zanja se avanza también en medio del fuego de
las ametralladoras pilas.
EL JÚBILO MORTÍFERO
Entretanto, en el alma de todo se ha ido operando un curioso
fenómeno. El estampido del cañoneo, el estrépito de la pólvora, el espíritu
infernal que anida en los cañones y en las ametralladoras al estallar ha
ocupado todo el campo y luego ha rebasado hasta anegar los nervios y las
arterias de todos los hombres, creando en ellos una euforia nunca sentida. Esta
euforia irradia especialmente en Manchego, poseído por una diabólica alegría
(1). Brota un deseo enorme de heroísmo, de ir hacia el suicidio, hacia el
divino desprendimiento de la guerra ofrece por medio de la muerte en combate, y
aquí la vida es ahora solo un estorbo para tan grande y supremo júbilo. Esto es
lo que pasa en la sensibilidad de Manchego.
EL ARTISTA ÉPICO
“¡Hemos triunfado ¡” Manchego ha vencido. Su tarea ha
terminado si ha terminado. Si, ha terminado la tarea del jefe. Ahora comienza
la del soldado. La suya, la del artista épico, la del deportista entusiasmado
que quiere introducir el último “gol” en el último instante de la partida. Manchego
ha preparado un brillante plan de batalla. Ahora va a improvisar una muerte
luminosa.
Avanza por la zanja, sale de ella hacia uno de los últimos
reductos que todavía ocupan los pilas, se va en dirección al punto donde se
cruzan los enjambres de abejas mortíferas e inicia la gran marcha, el gran
gesto, el inmutable ejemplo. El coronel Francisco Manchego Jefe de Estado Mayor
de la 4ª. División de Ejército Boliviano, armado de granadas de mano a la
cabeza de cuatro soldados, encabeza el último ataque como un mariscal del
imperio napoleónico.
De haber, como hubo en la gesta romántica, cargas a caballo
con uniforme de parada, flamin en el casco y sable fulgurante al sol, Manchego
habría avanzado así. Lo hizo a pie, como un soldado oscuro, pero el gesto, el
heroísmo deportivo, la suprema jugada con que luego de saborear el combate le
entrega su vida como quien arroja un cigarrillo no acabado de fumar, la
inutilidad, el derroche de la vida de este artífice de la batalla del Condado,
sigue desde el 20 de junio hasta hoy día iluminando el alma de los soldados que
le vieron morir y está floreciendo en las flores rojas que esta primavera hace
brotar de los cactus del Chaco, que serían malditos para siempre si no
nutriesen sus raíces en la sangre de hombres como Francisco Manchego.
Texto tomado del libro: Crónicas Heroicas de una Guerra
estúpida. Augusto Cespedes.
Foto: (Créditos: Oscar Córdova)
Se sabe que Antonio José de Sucre no le tenía ninguna
simpatía al general Andrés de Santa Cruz. Decía de él que era “traidor por
carácter y por inclinaciones”. Esta opinión no impidió que, al mismo tiempo,
reconociera que el altoperuano era ambicioso, inteligente y emprendedor, con
mucho de intrigante y, qué duda cabía, un formidable organizador que podía
llegar a las alturas de un estadista. Mezcla ésa de defectos y virtudes que el
mismo Bolívar avizoró, confiando más en las segundas, pues no por nada lo había
elegido como su sucesor en el gobierno del Perú (1826-27); y por ello también
lo propuso como vicepresidente del Mariscal Sucre, previa elección
constitucional.
LA PRIMERA EMIGRACIÓN ARGENTINA.
Del libro: Historia de Tarija, de Edgar Ávila Echazú.
Publicado en el periódico El País de Tarija, el 10 y el 24
de febrero de 2019.
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