JUAN VARGAS CLAROS (Guerra del Chaco)

 



Historia.

Nació en Cochabamba, el 12 de julio de 1913, fruto del matrimonio de Dn. Casiano Vargas Candia y Benigna Claros.
Curso estudios en la capital provincial de Quillacollo, dedicándose al campo industrial en Vinto.

A la edad de 19 años, apenas declarado reservista, según consta de su libreta de Desmovilización, ingreso en la zona de operaciones de la Guerra del Chaco el I-IX-1932, donde dio muestras de su valor y heroísmo en las acciones de armas de Boquerón, Lara, Rojas, Silva, Campo Victoria, Kilémetro 7, Manawa, Mariscal López, Ranchos, Pirijayo, Bullo, Gondra, Campo Via, Canada Strongest. Canada Chile, Ibobobo y otras.

En el transcurso de los largos 33 meses de su participación en la cruenta guerra chaqueña, fue ascendido por sus actos de valentía a Cabo en 1932. a Sargento en 1933 y Suboficial en 1934, habiendo sido merecedor de condecoraciones por heridas; Estrella de Hierro con distintivo rojo, medalla de guerra.

Ya radicado en Vinto, contrajo matrimonio con dona Hortensia Lafuente, con la que tuvo cuatro hijos; Héctor, prestigioso Ingeniero Agrónomo; Edgar, Técnico-electricista; Oscar, Coronel DAEN de Aviación, de destacada actuación en el ramo militar; y Rosario, que desde el cargo de profesora goza del aprecio de la población de Vinto.

Desde su juventud fue un entusiasta colaborador de las instituciones deportivas y cívicas de Vinto. En 1946 fue elegido Vocal de la Junta de Vecinos del flamante cantón Vinto. En varias oportunidades fue dirigente de Junta de Vecinos de su Barrio. Fue dirigente fundador en 1962 de la Federación Seccional de Excombatientes de la Guerra del Chaco de Vinto.

En reconocimiento a esta meritoria trayectoria, una calle de la capital seccional lleva su nombre.

Información adquirida de la monografía de Vinto del Dr. José D. Montaño Vergara.

ORURO EN LA DÉCADA DE LOS 20S DEL SIGLO XX

 



A Inicios del siglo XX, Oruro surgió como una ciudad cosmopolita por los hechos acaecidos en este tiempo donde sus habitantes con un espíritu progresista establecieron sitios de cultura, negocios, y todo tipo de comercio. La hospitalidad demostrada a extranjeros también hizo lo suyo y varios terminaron echando raíces en suelo orureño.

Por: Humberto Apaza Orozco.

La industria, el comercio y la actividad cultural era incesante. Oruro era la ciudad floreciente del Siglo XX. Los extranjeros, que se habían anoticiado de la efervescencia de la minería, llegaron desde Inglaterra, Yugoslavia, Estados Unidos, Israel, Alemania y Francia, en busca de nuevas oportunidades de progreso y desarrollo.

Dubrascic y Sabioncello instalaron su ferretería Hinke y Cía., con una variedad de productos para el trabajo de las minas. La Fábrica Zamora y Cía., con cueros de cabra y botas de la mejor calidad, era la principal proveedora de calzados para los mineros de San José, Itos, La Colorada, Huanuni, Uncía y Siglo XX.

Los novedosos camiones de 2 y media y 3 y media toneladas, ya habían ingresado por ferrocarril y parecían unas carretas con cabina, pequeñas, pero listos para ser utilizados. Se llamaban los autocamiones Garford. También se ofrecían a la venta los automóviles sin rival Dort y National, los primeros vehículos que sorprendieron a todos. No había necesidad de tener caballos para viajar de un lado a otro.

EL GRAN EDEN

El Gran Edén ya había adquirido la fama nacional e internacional. Todo extranjero que llegaba a Oruro, tenía su alimentación adecuada en ese restaurant ubicado en la calle Gobierno (Presidente Montes), esquina Alianza (Adolfo Mier).

Era "el mejor local cosmopolita", porque en Oruro se encontraban ciudadanos de varias nacionalidades del mundo, donde contaban sus aventuras, fracasos y triunfos, aquellos que tenían ansias de invertir sus recursos, trabajar y aportar a esta ciudad, con los mejores servicios básicos, como agua potable y energía eléctrica.
El Hotel Edén tenía un comedor para trescientas personas, una sala de bailes, dos grandes salones para billares, una sala de palitroque, una pastelería y un bar, para satisfacer los gustos de los más exigentes estantes y visitantes, convirtiéndose en un referente de la prosperidad y la modernidad nacional e internacional.
El Gran Edén tenía también las más recientes cintas cinematográficas y una orquesta, como en ninguna otra parte de Bolivia.

El cirujano dentista norteamericano Julius Protzel llegó a Oruro y se quedó enamorado de esta tierra, como Bonacci y Petroswi.
Oruro -como decía el poeta Luis Mendizábal Santa Cruz-, era la enamorada del gringo y del gitano, pero cuando traían en sus manos la crispación dichosa del trabajo. Oruro era el centro del poderío económico, social y político, aunque el Palacio de Gobierno funcionaba en La Paz.

Oruro era el bastión del acontecer político de las corrientes institucionalistas. Aquí se fundó el Partido Republicano Genuino, el 3 de enero de 1914, con la participación del general José Manuel Pando, Daniel Salamanca, Bautista Saavedra, Demetrio Canelas, Domingo L. Ramírez, Adolfo Mier, Abel Iturralde, Román Paz, Florián Zambrana, León M. Loza y Rafael Ugarte.

Imagen: Plaza 10 de Febrero de Oruro, al fondo se observa el edificio de la actual gobernación del departamento, también se observa la ruta del tranvía que poseía la ciudad. (Créditos: Centro de Acción Orureña)

LOS HIJOS DE ISMAEL MONTES Y DANIEL SALAMANCA EN LÍNEA DE FUEGO

 


El hijo del presidente de la república, subteniente Alberto Salamanca Ugarte, combatiente en las trincheras de Kilometro 7, fue alcanzado por una bala paraguaya el 3 de diciembre en medio de un fuerte combate.

La noticia conmovió duramente al mandatario y a sus dos hijas que vivían con él en el frio Palacio Quemado de La Paz. El Sbtte. Salamanca pudo haber eludido la trinchera en el frente por su parentesco, pero ni el ni su padre lo iban a consentir, pues ambos eran patriotas, estaban consientes de su deber y tenían que dar ejemplo al resto de la ciudadanía. Murió en consecuencia, al afrontar junto con sus compañeros las duras condiciones de combate en un frente donde la vida no valía nada.

Igual suerte corrieron de otras familias destacadas de la vida pública, como fue el caso del teniente Arturo Montes, hijo del expresidente Ismael Montes, quien con coraje que lo enaltece rompió el cerco de Boquerón para llevar ayuda a sus camaradas y volvió a romperlo para salir al exterior.

En una visita al frente del general Ismael Montes y la junta de generales, dio la casualidad de que su hijo el Tte. Montes estaba en Fortín Muñoz, donde el comandante, Gral. Quintanilla les ofreció un almuerzo. Quintanilla había dispuesto que el hijo del Ex presidente estuviera entre los comensales. Cuando el Gral. Montes advirtió la presencia de su hijo, se enfado y ordeno que lo sacaran pues no tenia lugar en una mesa donde estaban solamente generales. Y montes hizo eso porque no estaba dispuesto a permitir que hubiera privilegios en plena guerra, pese a que amaba tiernamente a su hijo.

Otro tanto se puede decir del hijo del presidente de la Cámara de Diputados de Bolivia, el prominente republicano Genuino Dr. Justo Pastor Ávila. Sus hijos pudieron haber evitado la conscripción, pero no lo hicieron y al menor de ellos, Fernando de apenas 17 años, le toco defender a su patria en Boquerón. Fernando vivió el horror de 21 días de sitio y cayo prisionero. Su cautiverio duro tres años en Asunción.

Se puede decir que Salamanca precipitó al país a la guerra, que los republicanos eran obcecados, que los generales no estaban preparados, pero nadie podría dudar de su patriotismo y honradez. Era otra gente y eran otros tiempos.

// Historia del siglo XX en Bolivia.

Foto: Gral. ‪Ismael Montes (centro) junto al Gral. Filiberto Osorio y el Cnel. Grover Blacut. (Créditos: Torrico Zamudio)

ALFREDO OVANDO CANDIA, EL CEREBRO PARA DERROCAR AL MNR

 


Por: Cucho Vargas.

Ovando Candía fue el cerebro para elaborar la recuperación de las fuerzas armadas, con paciencia de Job, humillándose, en permanente actitud conciliadora, con la sonrisa en los labios, aunque las ulceras estomacales que lo martirizaban lo doblaban en dos allí donde la dulce revancha de lo sucedido en abril del 52. Inteligente, astuto, admiraba al Zorro del Desierto, Romel y lo mencionaba con frecuencia para exteriorizar su capacidad de estratega. Se llevaba a a la boca “kaucas”. Pequeños panes cilíndricos que resultaban exquisiteces en una tienda de la Evaristo Valle de las Barron o de “la Valentina” de la calle Loayza. Sus bolcillos estaban llenas de “kaukitas” que disimuladamente llevaba a la boca. Era una forma de enfrentar a las ulceras.

Hizo de todo. Desde que volvió del Paraguay, donde lo sorprendió la Revolución del 9 de abril, país en que se hizo muy amigo de Alfredo Stroessner al desempeñar funciones de agregado militar, accedió desde los puestos más intrascendentes hasta alcanzar la cima como Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación. Inclusive fue dirigente deportivo y alcanzo la presidencia del Club Mariscal Santa Cruz, es Northern.

La gente no le reconocía capacidad de mando y suponía que era la expresión más definida de sumisión al régimen movimientista. Ovando Candia era, en realidad, todo lo contrario: Nació para planificar, se hizo atrapar con la disciplina exigente de la estrategia. No dudo en aparentar debilidad -ni siquiera el 4 de noviembre del 64, triunfante el golpe “restaurador” –y era temible cuando daba un paso atrás, porque después daba dos o tres adelante. Así elaboro la estrategia para derrocar al MNR y sus temibles milicianos, la fuerza civil mejor armada de toda la historia de Bolivia.

//La historia del Siglo XX en Bolivia. 

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