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4 DE DICIEMBRE DE 1831 MUERE EL GENERAL JUAN ANTONIO ÁLVAREZ DE ARENALES "EL HACHADO"

Gral. Juan Álvarez de Arenales. 


Post escrito y publicado por Granaderos Bicentenario el 4 de diciembre de 2025.

Pocas Glorias de la Patria, han tenido, precisamente, más Gloria que él. Guerrero indomable, corajudo al extremo, desde los albores mismos de la Guerra de Independencia, lo tuvo como partícipe en infinidad de combates y batallas. Estuvo en Salta acompañando a Belgrano en su triunfo memorable.

Era estrictamente militar, y no permitía que nadie ensillara su caballo más que él. A todos trataba por igual, pero siempre con modos militares.

Hizo la guerra al español en el territorio mal llamado Alto Perú (actual Bolivia). Y de uno de esos Gloriosos triunfos queremos rescatar una anécdota que haría que se lo conociera con un memorable apodo.

La Batalla de "La Florida" del 25 de mayo de 1814, lo vió vencedor, junto a Ignacio Warnes. Es la Batalla que le da nombre a la calle céntrica de la Ciudad de Buenos Aires, y a la localidad bonaerense. Ya asegurado el triunfo, Arenales decide perseguir a los pocos realistas sobrevivientes que huyen. Tanto es su ímpetu, que poco a poco en su persecución va quedando sólo tras el enemigo que escapa. Un Oficial lo acompaña, su sobrino, el Teniente Apolinario Echavarria. Persiguen al enemigo que huye del campo de batalla, por más de diez kilómetros. Cuando, de repente, internados en un pequeño bosquecillo, se topan de frente con once hombres del Rey. Se miran con su sobrino, y sin dudarlo, arremeten contra la partida realista. Los dos sables patriotas causan estragos entre los soldados españoles, Sin embargo, la lucha es verdaderamente despareja. Los caballos de Arenales y de Echavarría caen al suelo, heridos mortalmente. Sin embargo ambos héroes siguen su lucha desigual a pié. En determinado momento, el joven teniente ve como apuntan con un fusil a su tío, y con un rápido movimiento se interpone entre el asesino y su blanco, recibiendo la descarga mortal en su pecho. Arenales, al ver a su sobrino muerto a sus pies, buscando venganza, decide vender muy cara su vida y coloca su espalda contra un árbol. A su alrededor yacen inertes los cuerpos de cuatro de sus atacantes. Recibe un sablazo en la cabeza, que le abre una horrible herida en el parietal. Otro tajo desde la frente, hasta la nariz, que queda dividida en dos. Otro sablazo en el pómulo que le cruza la mejilla desde la oreja hasta la boca. En total, trece heridas martirizan su cuerpo. Y aún así, Arenales pelea como una fiera herida.

Uno de sus enemigos, al ver la casi imposibilidad de darle muerte de frente, se escurre por detrás del Héroe, y a traición le asesta un terrible culatazo con su fusil en la nuca, hundiéndole el hueso. Y allí acabó el combate para el valiente. Cayó desvanecido. Tanto era el miedo que había infundido en esos soldados, que no se atrevieron a verificar si había muerto.

Por la noche de ese día fue descubierto el cuerpo agonizante de Arenales. El médico del Ejército dijo que el Vencedor de "La Florida" no pasaría la noche. Sin embargo se equivocó. Y el general Juan Antonio Álvarez de Arenales sobrevivió a sus terribles heridas, para regalarle a la Patria infinidad de triunfos para Gloria de las Armas de la Nación.

A causa de sus graves heridas, tardó más de un mes para poder firmar el Parte de la Victoria de la Batalla de "La Florida".

A partir de ese combate, adquirió el apodo de "El Hachado".

Fue Brigadier General de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Mariscal de Campo y Benemérito de la Legión de Honor en Chile y Gran Mariscal del Perú.

Había nacido en España en 1770, falleciendo un 4 de diciembre de 1831, en Moraya, actual territorio de Bolivia, país al que había emigrado, escapando a la violencia política, de la tierra a la cual se había entregado en cuerpo y alma.

 

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