BOQUERÓN - CARTA DE UN VALIENTE

 



El Subteniente Luis Reynols Eguía se había incorporado a la defensa de Boquerón con 31 hombres del regimiento Lanza 5° de caballería. Se comportó como un valiente. En el bombardeo del 26 de septiembre recibió el impacto de una granada stoke, muriendo en el acto. Esa tarde fue sepultado con Honores. Su diario fue recogido por un oficial guaraní quien lo entregó a Fidelia Pewa, una dama Paraguaya, la que lo remitió a la dirección que Reynols daba en su propio diario con un pedido: "Ruego a la persona amiga o enemiga que estas líneas lea, avisar a mi familia cuál fue mi destino. Será premiada por su acto por el Dios de todos los hombres". La señora Pewa agrega unas líneas de su propia mano: "La triste misión que hoy cumplo... Herirá seguramente la fibra más sensible de su alma, pero el saber que su hijo ha dado su vida porque la Patria lo exige así y que ha sabido caer con honor, disipará su dolor...".


Extraído del libro: "LA HISTORIA DEL SIGLO XX EN BOLIVIA"

Transcripción: Juan Alberto Quiroz

REPRESALIAS Y BOMBARDEOS AÉREOS BOLIVIANOS (CHARAGUA)




“UNA BOMBA CAYÓ AL LADO DE UNA MÁQUINA (PARAGUAYA) QUE SE ENCONTRABA SEMI CUBIERTA, LA QUE DESPUÉS DE LA EXPLOSIÓN QUEDÓ TOTALMENTE VISIBLE. (FDO.) MY. J.P. COELLO”.
Marzo de 1935 – Guerra del Chaco

Por #CORTEGOSKY©

El 14 de marzo un avión paraguayo bombardea Charagua, interrumpiendo las comunicaciones telefónicas del Comando del Cuerpo boliviano con su III División”. Da cuenta de esta acción el comunicado 150 P, publicado al día siguiente en “El Diario” de La Paz: “A horas 18 del día de ayer, 3 aviones enemigos volaron sobre el río Parapetí bombardeando la población de Charagua, habiendo logrado herir a un anciano, dos mujeres y tres niños. Aviones enemigos en su huida, no pudieron ser alcanzados por nuestras máquinas que salieron inmediatamente en su persecución. Comando Superior”. Se tuvo conocimiento de que el enemigo establecía una base aérea al norte de Pozo del Burro, habiendo comprobado nuestra aviación, en una de sus incursiones, la existencia de tres aviones en aquel sitio, siendo al parecer 3 aviones de caza y 2 de bombardeo. Con la misión de destruir aquel material, se dispuso para el día 19 de marzo el bombardeo de represalia sobre la base de Pozo del Burro. Con ese propósito, el primer cuerpo aéreo se traslada hasta la localidad de Cuevo, de donde sale conjuntamente con el grupo dos, totalizando 6 aparatos bajo la dirección de bombardeo del My. Coello. El grupo I estaba conformado por el “Hawk” 36 del My. J.P. Coello, el “Osprey” 60 del Cap. L. García con el Sof. Torrez P. y el “Hawk” 44 del Sbtte. L. Paredes. El grupo II constituido por el “Hawk” 42 del My. Ernst, el “Hawk” 34 del Tte. Paz Soldán y el “Osprey” 91 del Tte. López, con el Sbtte. Larrieu. El correspondiente parte de aviación cursado ya en  el aeródromo de Villa Montes, donde el I grupo retornó al cabo de una hora de vuelo y bombardeo sin ninguna novedad, es por demás elocuente: “Misión: bombardeo de máquinas enemigas que se encontraban en la pista de Simbolar (Campo de los Caballos) Parte:— A horas 16:30,  se salió de la pista de Cuevo con el Grupo II a bombardear las máquinas enemigas que se encontraban en la pista de Simbolar, con 8 bombas de 45 kgr. y 24 de 15 kgr. Se vieron 3 máquinas plateadas y 2 verdes. —  En general el bombardeo fue muy bueno: todas las bombas cayeron al radio donde se encontraban las máquinas, especialmente una bomba cayó al lado de una máquina que se encontraba semi cubierta, la que después de la explosión quedó totalmente visible. (Fdo.) My. J.P. Coello”.
LA AVIACIÓN EN LA DEFENSA DE CHARAGUA  1935
La aviación paraguaya que estrechamente acompañaba el avance de sus tropas, se había distribuido en la aeropista avanzada de Ibamiranti, desde donde despegaron 4 aviones Potez que bombardearon Charagua, población civil, los días 14 y 18 de marzo de 1935, saliendo a su encuentro nuestros aviones de caza Hawk de la aeropista de Cuevo, pero cuando sobrevolaban Charagua los Potez se habían replegado a sus bases. En la retoma de Charagua, la escuadrilla de Osprey, al mando del Teniente Piloto Paz Soldán, y los pilotos Paredes y Chacón, se desprendió del Grupo de Combate Ernst, para cumplir misiones de aérocooperación con la tropa ubicada en Santa Fe y realizar reconocimiento aéreo en el frente del Parapeti, entre Copere y Huirapitindi. Conducción de la Fuerza Aérea Boliviana en la Guerra del Chaco – (Fuentes Conducción de la FAB en la Guerra del Chaco, Alas de Bolivia, La Batalla de Villamontes, Recuerdos de la G. del Ch.) #CORTEGOSKY

LOS ATAQUES DIARIOS AL FORTÍN BOQUERÒN ERAN SOSTENIDAMENTE ABASTECIDOS DESDE CUARTELES ARGENTINOS.

 


RADIOGRAMAS REVELADORES SOBRE LA PARTICIPACION ARGENTINA EN LA BATALLA DE BOQUERÓN.


(Por Diego Martínez Estévez)


“Día 19 de septiembre 1932”.


“Transmitido de Muñoz.- Cif. – 188.- ESMAYORAL.- LA PAZ.- URGENTÍSIMO.


Durante avance ayer, nuestras tropas tomaron en campo combate escudos artillería, bastes ídem., equipo completo, útiles rancho y demás enseres con escudo argentino. Ordenóse recojo y remisión ésta.- (Fdo.) Gral. Quintanilla.


Recibido de La Paz.- Cif. 301.- CICE.- Muñoz.- Hrs. 23.


Hágole conocer siguiente: “Formosa 18-IX-32.- Ayer en vapor “Madrid” pasaron tres aviones para el Paraguay. Stop. Todos los días se lleva Asunción tanto de ésta como de otros puntos, nuevos contingentes. Stop. Llamadas reservas hasta 40 años. - Bonifas.- Colivian. Stop. Seguramente destínanse reforzar Boquerón o algún otro punto.- (Fdo.) Gral. Osorio.


“Recibido de Puerto Suárez.- Cif.1547.- EMAYORAL y CICE.- Muñoz. Hrs. 7:30.”.


Cónsul Curumba comunica siguiente noticia origen insospechable: telegrama del Esmayoral Paraguayo que se encuentra Puerto Casado a Min guerra Asunción, declara tropa Boquerón no podría seguir sosteniéndose falta agua, habiendo contratado Min guerra servicios Cap. Franaut, Ingeniero técnico constructor pozos artesianos, conocer Chaco. Dicho Cap. Vendió 4.500 tubos para pozos y accesorios. Compañía voluntarios zapadores saliendo de Asunción 14 actual con ruta Concepción con material para 36 pozos zona Boquerón, comprometiéndose hacer durante noche siete pozos de 4 a 5 metros fondo siempre que no sea bombardeado. Franaut llegó a Puerto Casado a media noche del 15. Día 16, encontrándose Km. 145, dia 17, en Boquerón y 18 noche empezaría trabajo. Macheteros Paraguay, comandados Jara salieron Villa Hayes y pasado Pilcomayo van por territorio argentino para atacarnos por retaguardia. Día 16 partió de Asunción vapor Oriente con otro personal especializado trabajo pozos artesianos llegando Puerto Casado mucho material. Argentina está enviando a Asunción 50.000 fusiles espéranlos estos días. Dícese que Carlos Sossa, hombre influyente Paraguay, estudia ataque Puerto Suarez que debe hacer mismo tiempo que Boquerón, pero Coronel Sánchez que está Bahía Negra, objeta, no podría hacerse debido neutralidad como asimismo no podría traficarse por vía Brasil. (Fdo) Gral. Guillen.


A media batalla de Boquerón, al ejército invasor se le acabó la munición, por lo que el Embajador Vicente Rivarola, en Buenos Aires se apersonó en el despacho del Ministro de Guerra argentino para solicitarle un nuevo lote de munición. De inmediato, el ministro, ordenó que este pedido se lo enviara hasta Asunción. Por supuesto que este pedido no fue el último a lo largo de la guerra.


En la imagen adjunta, se lee el letrero en el cajón de munición que dice: PARQUE MOVIL CASADO.  "Casado", era Puerto Casado, propiedad de un argentino, convertido en instalación militar, lo mismo que los barcos de esta empresa y otras de la misma nacionalidad.


Los cajones que se observan y por su tamaño, parecieran contener granadas de mortero 81 mm. que en enormes cantidades lanzaron al fortín. Estas granadas eran adquiridas en Francia y transportados en barcos argentinos. Incluso, militares argentinos viajaron a este país para realizar adquisiciones de material bélico, como si fuera para su ejército. El paraguayo Vicente Rivarola (hijo), relata con detalle estas adquisiciones en Francia, en su libro titulado MEMORIAS DIPLOMÁTICAS.


El Canciller argentino en lenguaje diplomático, amenazó a nuestro país con romper sus relaciones diplomáticas, si los aviones bolivianos continuaban bombardeando instalaciones y barcos de empresas argentinas. Como prueba de su amenaza de entrada en guerra, las FF.AA. argentinas desplegaron 10 mil hombres más una pista de aterrizaje, en la orilla derecha del Río Pilcomayo.  Parte de esta información se la puede leer en el mismo libro mencionado más arriba; lo propio, en la obra titulada EL TRAIDOR, de autor argentino y en los documentos originales de la Cancillería de Bolivia, obtenidos a través de su Legación Diplomática acreditada ante el gobierno argentino. 


Por otro lado, nótese que el radiograma más largo hace mención a los Macheteros del filibustero Plácido Jara. Al respecto, el mismo Estigarribia, en su libro LA GRAN EPOPEYA, informa sobre su traslado a Boquerón, pasando por Nanawa, conformando el Batallón Escobar. 


Quien confirma el paso de estos filibusteros, teniendo como base de partida al territorio argentino frente a Magariños, es el ex combatiente coronel Jorge Antezana Villagrán, en su libro titulado LA GUERRA DEL CHACO. Este oficial, en el grado de subteniente se encontraba con su Regimiento el Chacaltaya, en Agua Rica, situado en las proximidades del Río Pilcomayo.

LA BATALLA DE TACNA DE 1880 Y LOS RESTOS EN LA ARENA


 

Por: Gustavo Rodríguez Ostria. 15 de agosto de 2020. 


La batalla del Alto de la Alianza, del 26 de mayo de 1880 en las proximidades de la ciudad peruana de Tacna, fue la más importante que libró el Ejército de Bolivia para repeler la invasión chilena al Litoral. Ese día aproximadamente 5.500 bolivianos y sus aliados peruanos con un contingente de 6.500 combatieron contra 19.660 chilenos. Allí se decidió en curso de la contienda bélica iniciada en abril de 1879.


Las tropas bolivianas, ante la inminencia de combate, reflexionaron sobre su suerte. Un soldado escribió a su esposa que vivía en Oruro: “Si algo pasa no llores, hoy hubo misa muy temprano en el campamento, los curas dan mucha fe. En la noche todo es silencio”. Escribían apresuradas cartas de despedida a sus familiares la entregaban con la esperanza que llegara a destino o se la guardaban en la mochila. Un soldado, pidió a su conyugue: ”Cuida a las guaguas, aquí estamos bien(…) hay mucho que hacer, esto será grande, habrá mucha pelea”. Otra misiva anticipaba un mal final ”parece que estamos en la víspera de una batalla, no sabemos cuándo. Tal vez el recuerdo te acompañe”. Según relató Manuel Claros en su Diario, los bolivianos quedaron invadidos por la melancolía y la tristeza. “mañana a estas horas cuántos estaremos muertos, dejaremos de existir por defender nuestra patria”. Los temores eran previsibles, dado que el resultado de la confrontación era incierto. Como en toda batalla, el desenlace dependía de la pericia de las armas y la suerte. “La bala no mata, sino el destino” se oía en boca de algunos oficiales y soldados en un rasgo de fatalismo. Un sargento del Batallón” Sucre”, confiaba que saldría ileso pues “la bala que debe matarme aún no está fundida”.


El miércoles 26 de mayo, víspera de Corpus Christi, en el campamento boliviano-peruano, las dianas sonaron temprano. La tropa corrió donde las vivanderas y rabonas a conseguir un buen plato de caldo y asado. Algunos brindaron. Claros diría, que “unos se abrazaban, otros vivaban a Bolivia y el Perú”. Miguel Ramallo, de los “Libres del Sur”, recordaría:”Había llegado el momento supremo(…)íbamos al fin al llegar al punto, a la meta de nuestras ilusiones, a luchar por ella(Bolivia), a vengarla, si era posible hacerlo”. Conscientes de que estaban en un momento decisivo, oficiales y soldados, daban apresurados encargos. Entregaban sus relojes, anillos, monedas de plata y oro con destino a sus familias o encargaban de cobrar deudas pendientes. Unos apuraban el último trago, coñac o chicha, “pijchaban” coca o consultaban a los “yatiris”.  Muchos se confesaban a los capellanes y recibían su bendición. Verificaban si colgaban de sus cuellos rosarios, escapularios de la Virgen del Carmen o el “detente bala”, último recurso divino contra el fuego enemigo que se colocaba en el parte izquierda del pecho, justo sobre el corazón.


El ataque chileno comenzó aproximadamente a las 9 de la madrugada con fuego de artillería. La batalla, como a las 15 horas, se decidió a favor de Chile. En el 2008 investigadores peruanos, pertenecientes a la Brigada Naval de Combatientes del Pacífico, una entidad civil, hallaron el cuerpo de un soldado boliviano. Años más tarde, en mi calidad de embajador, coordiné con Ministerio de Cultura y la Cancillería de Perú, la búsqueda y posterior excavación de los restos. Se halló no solamente al soldado sino otros dos, enterrados juntos, uno boliviano y el otro peruano. La zona de Tacna es seca y árida, y permite que los cuerpos se conserven al igual que las ropas. Por sus chaquetas amarillas, que no usaba otro Batallón en Bolivia sino el “Sucre”, se pudo establecer que el par boliviano pertenecía a esa unidad. Uno era un oficial y el otro un soldado; el que vestía ojotas. No tenían nada que pudiera identificarlos. Sus bolsillos estaban vacíos y dados la vuelta, signo que habían sido saqueados por los vencedores. No había tampoco armas, otro trofeo de guerra. Solo quedaron algunos proyectiles en sus cananas. Lo único que se halló fueron hojas de coca secas, pero aun reconocibles, Ambos murieron de sendos disparos en la cabeza; luego se establecería, por el ADN, que eran hermanos. El 17 de agosto del 2017, retornaron a su país con todos los honores militares del Ejército del Perú y el de Bolivia.

(Con este artículo cerramos el ciclo referido a la guerra del Pacífico).

SAMAIPATA: DOS GUERRILLAS

 


Por: Gustavo Rodríguez Ostria. 


Releo el texto de Uriburu sobre las guerrillas desplegadas en 1814 y 1815, en lo que hoy es el departamento de Santa Cruz, por el entonces coronel de la "patria" José Antonio Álvarez de Arenales.

El 6 de agosto de 1814, Álvarez atacó el pequeño poblado de Samaipata con mas tres centenas soldados, la mayor parte de infantería armados de fusil y bayoneta apoyados por cuatro piezas de artillería. Esta plaza se hallaba bien defendida por el  coronel realista Francisco de Velasco. No le fue muy bien a Álvarez y tuvo que replegarse inicialmente al pueblo del Pescado con la intención de recalar en Sauces, actualmente Monteagudo.


Lo interesante aquí nos es detenernos en el combate mismo. Para la historia de larga duración hay que reparar en nombres como Samaipata, Pescado,Lagunillas Sauces y Vallegrande,- que habla del cuartel general de Álvarez- y que también nos comunican con las rutas en armas del patriota y rebelde Ignacio Warnes. 

Topónimos y nombres propios q igualmente aluden al  Che que operó en esa misma zona casi siglo y medio después. La guerrilla guevarista,por ejemplo, el 6 de julio de 1967 en una acción comando de 5 o 6 hombres tomó Samaipata por unas horas y luego se replegó sin bajas.


 Si cruzamos los desplazamientos de ambas guerrillas, hallaremos muchos puntos geográficos coincidentes. Tienen sin embargo marcadas diferencias. Una de las principales es su composición. Mientras con Guevara marchó un núcleo de aguerridos cubanos y ex militantes comunistas, con Arenales y Warnes hubo una variopinta gama de mestizos,'pardos, morenos" e indígenas. Conformaban la gran mayoría de la tropa y fueron reclutados en las canteras humanas locales e incluso en Cochabamba. En el ataque a Samaipata, por ejemplo,la segunda y cuarta compañía la componían indígenas guaraníes procedentes de las  misiones franciscanas de Cabezas,Piray  y La Florida. Arenales tuvo también buena relación con el jefe guaraní Cumbay y se movió,  como recomendaría Mao años más tarde,como pez en el agua.


Sabemos en cambio que la columna del Che no logró despertar adhesiones ni incorporar combatientes de la zona. Porqué?

LOS ASCENDIENTES Y DESCENDIENTES DE SIMÓN I. PATIÑO


 ¿NO HAY NADIE MAS EN LA MANSIÓN DE LOS PATIÑO?...

Por: José Antonio Loayza. / publicado el 20 de agosto de 2018, en Siglo y Cuarto Documentos Históricos. 


Simón Iturri Patiño, murió en Argentina el 20 de abril de 1947

Albina Rodríguez Ocampo de Patiño, murió el 27 de marzo de 1953

Elena Patiño de López y Carrizosa, murió en 1942

Luz Mila Patiño de du Boisrouvray, murió en 1958

René Patiño Rodríguez, el sucesor, murió en 1976

Graciela Patiño de Ortiz Linares, murió en 1980

Antenor Patiño Rodríguez, el príncipe, murió en 1982


“Con la muerte del segundo vástago (Antenor Patiño Rodríguez, fallecido en 1982), ya no existe ningún miembro de la familia Patiño que mantenga raíces bolivianas”  Los Tiempos – Facetas 1982


La mansión de los espíritus de la familia Patiño parece vacía. La fachada es aún deslumbrante, pero no deja ver lo que hay adentro. ¡Cómo pasa el tiempo y cómo recuerda la memoria!...


La historia golpea el aldabón de la mansión y salen los hijos de Simón: ¡Ahí está René! (1892-1976), sonriente sin saber por qué. Nació en Caraza en 1892, vivió aquejado de un mal mental y pasó su vida en una silla de ruedas en un hospital de Portugal; murió en 1976. 


Antenor (el segundo Antenor, el primero murió al nacer), nació en Oruro, en 1898, tomó los negocios familiares, se casó en 1931 con María Cristina de Borbón y de Bosch-Labras (1915-2004), duquesa de Durcal, tenía 16 años y era considerada la mujer más bella de Europa. Tuvo dos hijas, Cristina y María Isabel, e Isabel tuvo un romance con el joven hotelero judío Jimmy Goldsmith. Un relato cuenta que cuando el joven judío fue a pedir la mano a Antenor, éste le replicó “¡Y usted cree que voy a permitir que mi hija se case con un judío cualquiera!”, y el ofendido respondió “Que curioso, mis padres me dicen lo mismo: cómo te enamoraste de la hija de un indio”. Los enamorados huyeron a Escocia, fueron perseguidos por policías y detectives privados, pero una vez consumado su matrimonio se establecieron en Montmartre, el idilio duró poco, Isabel murió en 1959, antes de cumplir veinte años, Goldsmith quedó viudo, pero pronto resignó su pena cuando se casó con una hija del Aga Khan. La otra hija, Cristina Patiño y Borbón, se casó con el príncipe francés Marc de Beauvau-Craon en 1952, tuvo dos hijas la princesa Minnie de Beauvau-Craon y Dianne. Después de su divorció se casó con el austriaco Ernest Schneider, de ese matrimonio nació Cristina Schneider Patiño. Antenor se casó por segunda vez con la española Beatriz Rivera. Su hija, la princesa Minnie de Beauvau-Craon, se casó con el argentino Javier Botana, tuvieron dos hijos, Victoria y Sebastián, viven en Londres, en el castillo de Haroue. Antenor murió en 1982.


Graziella, la hija de los esposos Patiño, que antes era Graciela (la segunda Graciela, la primera murió muy niña), nació en 1900, se casó con el boliviano y chuquisaqueño Jorge Ortiz Linares, Embajador de Bolivia en 1947. Tuvieron dos hijos, George (1927) y Jaime (1930), éste se casó con la señora Uta Krebber. Graziella murió en 1980.


Helena, que antes era María Elena, nació en 1902, se casó con el aristócrata español José López de Carrizosa, marqués del Mérito. Es madre de Victoria Elena López y Carrizosa Patiño (1932), casada con el conde du Chastel. Su nieta es la princesa Constance Maximilien du Merade. Helena murió en 1942.


Mila, que antes era Luz Mila, nació en 1909, murió trágicamente en Nueva York, en 1958, en un crimen maquillado de suicidio. Se casó con el conde Guy de Boisrouvay, de una vieja familia de legitimistas franceses. Tuvo una hija, la condesa Albina de Boisrouvray Patiño, actualmente maneja la Fundación Francois-Xavier Bagnoud, en memoria de su único hijo que murió trágicamente en un accidente de helicóptero mientras seguía la carrera Paris-Dakar. Una anécdota cuenta, que en el foro mundial de Davos el año 2000, en una cena muy importante, se encontró la condesa Albina con Jorge “Tuto” Quiroga, entonces vicepresidente de Bolivia; el político le dijo: “pensar que mi abuelo escribía contra Patiño y ahora yo sentado al lado de su nieta”, y ella le respondió “Y pensar que yo siempre combatí las dictaduras, y ahora estoy sentada junto al vicepresidente de Banzer”.


¿No hay más ilustres en la mansión?...


Parece que no queda nadie más. Los biógrafos de Simón hablaron de antepasados con blasones de linaje, de ascendientes y descendientes de largas genealogías y tradiciones. 


¿No hay nadie más en la mansión?...


Y del patio trasero, detrás de las sombras, apareció el tío Zenón con doña Petrona Balarde y sus ocho hijos, y estos con sus cuarenta y cinco, y estos con doscientos treinta y cinco. Luego sus tías Josefa, Manuela, Juan e Isidora, casada con don Daniel Arzabe y sus hijos José Néstor y María Lizandra. Apareció su hermano Ernesto G. Quiroga con su esposa doña Concepción Ocampo y sus cinco hijos, entre ellos Ana María Quiroga Ocampo (1927-2014), la última sobrina nieta de Simón, el hijo y amigo Jorge Canedo (-2018), y finalmente María, la “Maly”, con sus nietos por vía de la sucesión paterna de los Abasto y Quiroga, y los de la sucesión materna los Iturri y Velasco, vestía un traje rotoso y humilde: "Simón nos olvidó y se fue a París", y Zenón asintió: "Nosotros nos quedamos en Uncía, Llallagua, Oruro, Caraza"... ¡Dijeron que tras la muerte del último vástago ya no existía nadie de la familia Patiño con raíces bolivianas!...


¡Mentira!...


Y salieron de la oscuridad los Patiño de Caraza, el presbítero de la revolución murillana, Francisco Iturri Patiño, su abuela Rosa Montaño prima del ex presidente Eliodoro Villazón Montaño, y los Montaño Lanza y los Montaño Virreira... Cientos de hijos y nietos como los cientos de invitados que tuvo Antenor en la fiesta de la "Quinta Patiño" en Portugal, el 6 de septiembre de 1968, donde gastó 3.000.000 de dólares con invitados que trajo en aviones y yates hasta la gran Lisboa. Todos, ascendientes y descendientes eran más que los invitados que veían el hermoso mar desde lo alto de las solanas cubiertas con cerámica antigua, que suplió a los cuarzos, a las perfiladas pizarras, y a la ocrácea copajira de "La Salvadora"...


Ya no hay Patiño... Ya no hay estaño... Todo es antaño... 

Ya no hay minas... Sólo hay ruinas... Lloras e imaginas... 

Imperio sin obreros... Minas sin veneros...

Tristeza de mineros...  ¡Historia de Bolivia!...


¿Señor: será verdad que Patiño produjo el estaño del mundo?

¡No, cuando el mundo necesitó del estaño, lo produjo a Patiño!

1960, PAZ ESTENSSORO Y LECHÍN OQUENDO

 


Por: Ricardo Sanjinés Ávila / 13 de septiembre de 2020. Página Siete.


Noche de sábado en el Club Sahara del Hotel Copacabana. Voces y carcajadas se confunden con el fondo musical. Todos fuman, fluye el vermut argentino y el Johnny Walker con soda. Elegante, el líder de los obreros, Juan Lechín, esparce aroma de fina colonia y dirige audaces miradas a las damas que lucen trajes de fiesta. Tras escueta introducción, arrancan los acordes del trío de guitarras y la voz de aquella encantadora mujer: “En mi vida no volveré a querer / porque una vez padecí / me enamoré sin saber por qué…”. Siente las frases, vive cada estrofa y descubre Santa Cruz ante el Illimani, logrando el milagro de la luna llena. “Lunita camba que nunca me escribió / tantas promesas que nunca me cumplió / sigo la huella paseando mi estrella / ya no soy buena, la ausencia me cambio / El guajojó, caminante en pena como yo…”. El respetable se transporta a “la pascana que quiero alcanzar”, buscando “amores nuevos en mi carretón”. 


Pero afuera, en El Prado, dos grupos de hombres se muestran los colmillos, prontos a romperse el alma. ¿Movimientistas contra falangistas? Para nada. Muerto Únzaga, los compañeros se amasijan entre sí. Cabezazo insolente, puñete brutal, patada traidora, en cualquier momento aparecerá la navaja o el Colt definitorio, pero la Policía interviene evitando un descalabro mayor.  


Es 1960 y habrá elecciones el 5 de mayo. El partido posee una maquinita irrebatible y el elegido en la convención del MNR será el nuevo presidente de Bolivia, pese a la oposición falangista, tan heroica como vana. La Revolución ha vencido porque concilia lo colectivo con la propiedad privada de los burócratas del partido; parece simpatizar con el socialismo, pero está financiada por los gringos; estatiza las minas pero la corrupción arruina el negocio, entrega la tierra a los campesinos pero estos se vuelven milicianos en las ciudades. 


El régimen toma todos los poderes, interviene los medios, hace suyas las artes revalorizando las zampoñas, permitiendo que Alandia Pantoja y Solón Romero disputen los murales de los fastos y para que no quepa duda de su decisión no se privan de esporádicos baños de sangre, campos de concentración, exilio y espectáculos electorales con ánforas llenas semanas antes y New York Times dando fe del talante democrático de los dueños del poder que desfilan el día de la patria mostrando la “V”, incluidos los dedos del compañero embajador americano, que odia a curas y monjas, tanto como a las universidades donde se expresa la juventud en contra flecha. 


Pero han hecho cosas buenas, entre ellas liberar a los indios e integrar al oriente y así lo expresa el canto de Gladys Moreno con letra del orureño Gilberto Rojas. “Viva Santa Cruz, bella tierra de mi corazón…”, o la magnética Palmeras en la voz de Raúl Show Moreno, orureño también, que triunfa internacionalmente en esas horas, luego de su pasantía con Los Panchos.  


La Revolución tiene sus íconos. Hernán Siles es el coraje; Juan Lechín, las masas; Walter Guevara, los argumentos; Federico Álvarez Plata, el partido. Póker de ases, empero insuficiente ante el jefe, Víctor Paz Estenssoro. En el primer gobierno, Víctor hace lo que había que hacer. En el segundo, Hernán paga los platos rotos y ahora la disputa del poder es maquiavélica pero también a bala. Paz es embajador en Londres.


El presidente Siles, ya casi de salida, ofrece la candidatura a Lechín, pero la respuesta es elusiva. Entonces Siles reúne a Guevara y Álvarez Plata, lanzándoles la pregunta a quemarropa: “¿Cuál de los dos quiere ser el candidato? Federico responde: “Yo no”. ¿“Por qué?” .“Porque va a intervenir Víctor Paz y enfrentarse a él es cosa seria”. “Cómo sabes que va a intervenir?”.“Gente del partido me lo ha informado”. Entonces Hernán abre un cajón y saca una carta del Dr. Paz, en cuyo texto asegura que no será candidato. Walter dice “yo le creo y quiero ser el candidato”. Está seguro de Víctor, ambos se iniciaron en la Masonería junto a Villarroel al volver de la Guerra del Chaco, le cedió el discurso en los azarosos años parlamentarios pre-revolucionarios y ya en el gobierno obtuvo el reconocimiento de Washington junto al Chino Andrade. 


Pero un día de marzo del 60, la abogado Rosa Lema, personaje fundamental del MNR, contrata camiones y los llena de compañeros con grandes carteles para dar la bienvenida al Dr. Paz, arribando a la Plaza Murillo empapado en sudor y gloria, mientras las trombones de la banda soplan incansables “Viva el Movimiento, gloria Villarroel, a Paz Estenssoro, le espera el poder… to-to-to-chon / to-to-to-chon / to-to-to-chon-chon…”.


Ha vuelto el jefe. Ni Derby ni Camel, él fuma en pipa, viste bléiser burgués de tweed y lo acompaña su bella esposa cruceña Chichina. Expeditivo, convoca a Federico para ofrecerle la Vicepresidencia. Este se resiste, sabe que el favorito es Lechín. “La embajada y los empresarios fruncirían el ceño”, dice Paz convincente. Pero, del dicho al hecho…


La convención del MNR se inaugura el 9 de abril con el boato correspondiente. Comida, cerveza, serpentina, lluchus, comandos armados, delegaciones fraternas, prensa internacional. Algaradas verbales apoyando a los dos aspirantes, Víctor Paz y Walter Guevara. Pero poco a poco, los oradores van coincidiendo en que nomás a Paz Estenssoro le espera el poder. En la hora nona el teórico de Ayopaya cae en cuenta de que le armaron un corralito y declara a la prensa que, a pesar de todo, será candidato contra Víctor Paz, de manera que la convención lo expulsa. El mono gana al conejo, al turco, al Fico y el más pintado, el tártaro, queda fuera de la baraja. 


Queda el tema de la Vicepresidencia. Paz se la ofrece a Lechín y este la rechaza. “No quiero ser la quinta rueda del carro”. “Tendrás poder, te ofrezco cuatro ministerios” y quizás la presidencia dentro de cuatro años. El poderoso líder de la COB se deja convencer. La proclamación es monumental, la farra dura dos días. Pero hay más sorpresas. Clausurada la convención, el Comité Político Nacional se reúne con sus candidatos… ¡y Paz renuncia! ¿Qué ha pasado?


Paz: - No sabía que la situación del país era tan difícil. No puede haber dos gobernantes.


Lechín:- ¿Cómo dos, si tú eres el candidato? ¡Tú serás el presidente…!


Paz: -  Renuncio. Te cedo la presidencia, nombras tu gabinete y listo.


Lechín- Creo que la verdad es otra Víctor. Tú quieres que te ceda los cuatro ministerios que me ofreciste… Está bien, te los devuelvo y me quedo en la Vicepresidencia.


Paz: -Bueno, todos salimos ganando. Viva la revolución…


6 de agosto de 1960. Víctor Paz Estenssoro y Juan Lechín Oquendo asumen los cargos más altos de la República. Casi en seguida, ante la necesidad de volver a la realidad y acabar con los mitos revolucionarios, se organiza una gira artística por los distritos de la minería nacionalizada, Catavi, Huanuni, Siglo XX y los hombres de guardatojo descubren la otra dimensión de la patria. “Reír, cantar, hartarme de luz, vivir en Santa Cruz…”. y la voz de Gladys Moreno endulza el drama de la mina con su canto: “Para decir ‘te quiero’ / no hay necesidad de hablar. / Se dice ‘te quiero’ / con sólo mirar…”. El Jefe no sólo quiso mirar la silla; la tiene una vez más.


// Disponible en: https://www.paginasiete.bo/ideas/2020/9/13/cuando-ases-son-insuficientes-267608.html

LIBERACIÓN DE REGIS DEBRAY

 


Por: Tomas Molina. / 23 de diciembre de 2017.


Un día como hoy, 23 de diciembre de 1970, vísperas de la Navidad, fue liberado de la cárcel de Camiri, por orden del Presidente Juan José Torres, el francés Regis Debray y sus demás compañeros, lugar en el que se encontraban cumpliendo condenas máximas por su participación en la guerrilla del Che Guevara. El repentino operativo fue ejecutado por un comando militar, que los puso en un avión militar y los exilió a Chile. Así, Debray y los demás, se salvaron de ser desaparecidos en el gobierno de Banzer que se avecinaba. En el libro “CHATO PEREDO, EL ÚLTIMO SOLDADO DEL CHE”, Chato Peredo cuenta su encuentro con Regis a su llegada a Chile. Estas son sus palabras: “…En 1968 tuve una conversación con Elizabeth Burgos, entonces mujer de Regis Debray que fue pieza fundamental para socorrer internacional y publicitariamente al “gringo Debray”. En esa conversación, me confesó que su marido estaba “quebrado y lloraba como un niño en la prisión”.   

 “… Una de nuestras preocupaciones era la suerte que correría Debray en caso de que Banzer tome el poder, por lo que sugerimos al Presidente Juan José Torres hacer algo al respecto. Y lo hizo, corriendo todos los riesgos y ahorrando así un nombre más en la lista de los asesinados y desaparecidos después del golpe. Cuando fue liberado Debray llegó directamente a Chile, donde yo estaba. Nos encontramos el primer día de su llegada. Después de una abundante conversación, él me preguntó cuántos años tenía yo. 29 le dije. El diálogo sigue así: 

- Eres mayor que yo.

- Y tú, cuántos tienes?

- ¡Veintisiete!

- Yo te hacía mayor que yo.

- En realidad he nacido hace 30 años, pero tengo 27 porque NO HE VIVIDO los tres años que pasé en la cárcel. 


Pensé en lo que su mujer me contó  sobre su actitud en la prisión. Un hombre tiene derecho a renunciar a la lucha, incluso a sus ideas. Un hombre puede quebrarse y seguir siendo hombre. Un detractor como Debray, un hombre que miente o avala una mentira para justificarse, deja de ser hombre de verdad…” (Págs. 212, 213)


Foto: Debray en Camiri. ( Créditos: Getty Images)


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// Historias de Bolivia.

¡VIVA BOLIVIA! ¡ADELANTE!... BOQUERÓN SEPTIEMBRE DE 1932.


 ¡VIVA BOLIVIA! ¡ADELANTE!...

BOQUERÓN SEPTIEMBRE DE 1932. Guerra del Chaco


«En la mañana de ese mismo día y tras de  haber rechazado a las patrullas enemigas que pretendieron obstaculizar nuestro avance, se emprendió un violento ataque para romper el dispositivo paraguayo. La doble cadena tendida en aquel lado del fortín, presentaba un frente interior y otro exterior fuertemente mantenidos. 

¡Gran día para mi aquel 12 de septiembre! Con cuánta emoción contemplé el avance de esas tropas: Oficiales y soldados emulándose en el cumplimiento del austero y sacrificado deber! Imperturbables, bajo granizadas nutridas de proyectiles avanzaban sin trepidar. 

En medio del fragor del combate, sólo se escuchaban un grito repetido y cada vez más brillante y arrollador: ¡Viva Bolivia! ¡Adelante! Era un magnífico espectáculo que llenaba el alma patriótica de orgullo y de emoción; esos hombres fatigados por al dura marcha y la lucha se  acrecían por momentos y empujaban hacia adelante aplastando todos los obstáculos puestos por el enemigo. 

"En la  tarde del 12 de septiembre, el Reg. "Campero", dueño de la "isla del bosque", lo que significaba un gran paso para mantener expe­dita las comunicaciones con Boquerón, recibió los primeros contraataques del enemigo que comprendió la importancia de recuperarla. Mi destacamento fue reforzado con el Regimiento "Loa", que pasó al sector del bosque de Yujra; con estas tropas tratamos de envolver la segunda línea paraguaya pero siempre encontrábamos fuerzas en nuestro flanco, por lo que fue preciso dejar fracciones escalonadas atrás y a la derecha. La tropa estaba rendida con tres días de viaje, mala alimentación, falta de  agua y de sueño... "Mientras nuestras patrullas trataban de fijar el ala  izquierda enemiga manteníamos combate de fuego y al mismo tiempo abríamos, con el cuchillo bayoneta, pequeños hoyos de protección. Un proyectil enemigo me hirió, sin gravedad, en la mano. Más o menos a hs. 17 sentimos el ataque violento sobre el fortín Boquerón que nos hizo pensar en la  suerte de nuestros camaradas sitiados; nos parecía difícil que pudieran  resistir un fuego tan intenso de ametralladoras, artillería y morteros... "Como si se hubiera acordado una pausa  en el combate entre mi  destacamento y el enemigo que tenía al frente, se produjo un silencio pro­fundo en el sector... 

"Sólo un día  combatí en Boquerón, pues en la  madrugada del 13. de septiembre, mientras recorría la primera línea en momentos en que el enemigo preparaba el asalto con fuego de ametralladoras, fui herido por un proyectil que me atravesó la cara obligándome a hospitalizarme durante tres meses. (Gral. ENRIQUE PEÑARANDA CASTILLO — MEMORIAS SOBRE  LA CAMPAÑA DEL CHACO) cortegosky©

"...¡¡¡MUERTO, MUERTO MI CAPITÁN!!!..."

 

Busch y Ustarez 


15:45 horas, lunes 12 de septiembre de 1932.

Llega desprendido del grupo Ustarez el soldado Felipe Cadencia que dió vuelta al perder contacto con la tropa después de la sorpresa paraguaya y entre llantos nos cuenta lo sucedido:

"Nos desplegábamos en pequeños grupos de tiradores la proximidad de un pequeño islote de monte hace que tengamos mas cuidado... la pequeña isla de monte que estaba silenciosa de pronto inició el tableteo de ametralladoras. Queremos retroceder pero detrás una cortina de fuego hace que se decida avanzar adelante a reventar el nido de ametralladoras que vomitan fuego y metralla..." 🇧🇴


".. somos pocos.. 🇧🇴 la voz de Ustarez hiende el espacio:

- ¡¡¡Calar la bayoneta!!! ¡¡¡Al asalto!!! ¡¡¡Carrera, mar...!!!

Todos gritamos:

- ¡¡Viva Bolivia!!

La embestida con las bayonetas caladas es rápida... pero mas rápidos son los proyectiles que diezman a aquellos que van en pos de muerte y gloria… no hemos alcanzado ni un centenar de metros cuando se escucha una voz de angustia:

- ¡Mi capitán!  Es la voz del estafeta de Ustarez que corre hacia su capitán que ha caído acribillado por las balas que le producen graves heridas…

… Se sostiene... toma la ametralladora liviana ya moribundo se yergue para dar una última orden:

- Adelante soldados bolivianos!!!! Adelante!!! Viva, viva Bo… livia! y cae de bruces…

... sus manos crispadas aferran el arma que está candente.. y el estafeta que se ha acercado toma a su superior entre sus brazos... ve que aquel bravo aún puede hablar... entreabre sus ojos y con palabras cortadas exclama:

- Tome la liviana.. dispare...  dis… pare pron... Y aquella cabeza valiente y juvenil cayó en los brazos de su estafeta para siempre…

¡¡¡Muerto, muerto mi capitán!!! La cólera se pinta en el rostro del estafeta y lanza su grito de venganza: "¡¡¡Ahora verán patapelas carajos!!!" Vacía su cargador hacia el bosque y no tarda mucho en ser también derrumbado… (Sold. Antonio Arzabe 🇧🇴)

EN AMÉRICA, UN 9 DE SEPTIEMBRE DE 1932, LA CABALLERÍA COMO ARMA DE COMBATE DEJÓ DE EXISTIR.


 (Por Diego Martínez Estévez)


El Subteniente Alberto Taborga, en su Diario de Campaña lo relata de este modo:


“Cuatro de la madrugada: Estamos listos. Va despejándose la niebla. Los dientes castañean y es imposible dominar el temblor de las piernas”.


“Horas cinco: La artillería y morteros enemigos rompen el fuego iniciando la preparación d ataque para la infantería. En todo el campo se propaga un clamor sonoro y feroz. Los pilas se esfuerzan en amedrentarnos Con alaridos y nerviosas carcajadas aparentan tranquilidad y coraje. En la lejanía suenas sus bandas de música……. Los proyectiles 105 mm, vienen rompiendo el aire como si estuvieran envueltos en papel de seda….”


“Horas siete: Se inicia el ataque frontal. De la orilla del monte que queda a mi frente, surgen tropas a caballo. Observo: tres escuadrones progresan por el ancho espartillar casi sin intervalos, sin precaución. Pasan del trote al galope. Con “jiiií – púuu y hurras! Avanzan en tropel.... Sus risotadas son altaneras como la punta de sus lanzas… Ganan terreno alentados por nuestro silencio”.


“Hay orden terminante de controlar el empleo de munición. Sólo debe dispararse a distancia mínima. Nuestros soldados con la faz cetrina y con las carrilleras ajustadas al mentón, contemplan absortos, mas con curiosidad que con temor las maniobras de la caballería enemiga. A los 400 metros inician los escuadrones su carga lanza en ristre… Aúllan como vaqueros arreando ganado… Segundos anhelantes.. El cuero cabelludo parce erizarse…”aña –nembuí…añá racó – pe –guaré bolis… viva el Paraguay…!... Por primera vez escuchamos su grito de guerra”.


“Faltan segundos para que rebasen los 300 metros que tenemos marcados en al aspartillar. Los dedos se aferran como garfios a las gargantas de fusiles y ametralladoras…!YA…!!! Doy la señal con un pitazo…! Vomitan las pesadas; se sacuden las livianas, no cesa la fusilería… Hierve, por fin, el caldero de la guerra…!”.


“Espesa polvareda se levanta al frente… Se despeja… Nadie podría señalar el tiempo transcurrido en este primer y fragoroso choque. El R.C.”. “Coronel Toledo” ha sido desbaratado fulminantemente. Sólo quedan caballos sin jinetes caracoleando por el campo, sus relinchos parecen pedir angustiados ¡alto el fuego! El rechazo ha sido en seco… Clamor de heridos… La boñiga de los caballos despanzurrados impregna de hedor todo el contorno. Mínima parte de los escuadrones huye a su punto de partida”.


“Dura y aleccionadora experiencia para la caballería enemiga. Ha sido obligada a desmontar sin voz de mando. Moraleja: La clásica carga de caballería no debe repetirse por el resto de la contienda, es completamente vulnerable… Empero, con el fulminante rechazo que ha sufrido la caballería enemiga, hemos anulado su poder de maniobra veloz y hemos paralizado su avance en profundidad”.


“A mi izquierda: Clemente Inofuentes, Juan de Dios Guzmán y José Dávila Infante, aún tienen aferrado al enemigo, en la parte saliente de nuestras trincheras sobre la picada vieja a Pozo Valencia y que los paraguayos han bautizado como la “Punta Brava”. La artillería ha concentrado sus fuegos sobre esa posición. Ellos han sufrido muchas bajas. Nosotros pocas. Frente a la “Punta Brava” han caído en el primer asalto los mayores Melgarejo y Rivas Ortellado, comandantes de batallón de los regimientos “Corrales 3" y "Curupayti 4”.


“A medio día se reinicia el ataque. El fuego de apoyo de la artillería para el asalto ha durado una hora; en veces sus tiros son rasantes y certeros, pero los de demolición y los “Shrapnell” no fallan, estos últimos con su mortal lluvia de balines no dan tregua. Entra en pleno la Primera División paraguaya comandada por el coronel Carlos J. Fernández. Está integrada por los regimientos R.I “Itororo”, R.I.4, “Curupaiti”, R.I. I “Dos de Mayor”, R.I.3 “Corrales” y R.C.1 Coronel Toledo”; atacan por oleadas. Están decididos a la acción definitiva Se oye: “calar yataganes” (cuchillo – bayoneta)”.


“Nuestros tiradores no dan tregua. Matan hombre por hombre. Los paraguayos – en movimiento – no atinan con el blanco; sus proyectiles pasan alto. Son tropas del cuadro permanente, pero bisoñas en el combate. Inmisericorde carnicería ralea sus filas. Al ímpetu de los primeros sigue una prudente lentitud de los de atrás. No encuentran protección en el espartillar que hemos quemado para el efecto”.


“Nuestros tiradores ahora encaramados sobre los árboles, no desperdician un solo cartucho. Obscurece… Extrañas guturaciones y agudos ayes se desperdigan en un ámbito de pesada atmósfera… Los camilleros paraguayos llaman por sus nombres en toda su primera línea: “ Jaraaá… Frutoooós… Cabraaaál… Iralaaaá… Aquinoooó ! Algunos responden; los otros, no se levantarán jamás!”.


“Cerrada la noche, entra al fortín como refuerzo, una compañía del 14 de infantería, al mando del Capitán Tomás Manchego Figueroa; su inmediato oficial es el subteniente Renato Sainz”.


COMENTARIOS


Como ese lee párrafos arriba, este día – 9 de septiembre – el invasor atacó dos veces. La segunda vez nada menos que a medio día, para ser nuevamente barrido por las ametralladoras pesadas, livianas y fusiles.


Ningún comandante, nada menos que formado académicamente sacrificaría a sus hombres estrellándolos una y otra vez contra posiciones fuertemente defendidas. Y no serán estas dos veces los únicos suicidios colectivos ocasionados por una mala orden impartida; tampoco esta primera batalla será la única en  que el paraguayo ordenará atacar a pecho gentil. A lo largo de tres años de guerra, Estigarribia mandará al matadero a miles de sus soldados. 


En el caso del Fortín Boquerón, algunos defensores modernos de este comandante de pocas luces estratégicas, suelen argüir aseverando que capturar este fortín se hacía imprescindible para continuar desarrollando nuevas fases de operaciones. ¿Y quiénes lo dicen? Con seguridad, alguien a quien, el resto recoge tan erróneo criterio. Una vez más les respondemos que Boquerón, cuyo perímetro era de  3.500 metros, bastaba aferrarlo por los cuatro puntos cardinales, con no más de 2 mil hombres, con el resto, realizar una maniobra de envolvimiento por su flanco izquierdo; esto es, por la siguiente línea de operaciones bien conocida por los paraguayos porque antes de esta batalla, la ocupaban: Isla Poi – Trebol – Huajó – Toledo – Corrales – Bolívar – Jayucubás - Platanillos. TOTAL: 200 kilómetros.


Llegando a Platanillos, podían marchar a paso de vencedores hasta donde hubiesen deseado hacerlo, por ejemplo, a Magariños o Ballivián con lo que la totalidad del todavía muy pequeño ejército boliviano – de unos 4 mil hombres en total incluido los 609 de Boquerón – hubiese sido cortada y abruptamente, su retaguardia profunda.


Estigarribia, a pesar de tantísima sangre derramada, no asimiló la experiencia de su victoria pírrica de Boquerón, tampoco aprenderá en Kilómetro Siete, ni en la Batalla de Campo Vía. Tan imperdonables errores cometidos por el conductor, a pesar de ser alimentados sus análisis operativos con información fresca, del día, sobre la situación del Ejército de Bolivia, que el Estado Mayor Argentino, a través del coronel Vacarreza le brindaba “todos los días a las doce de la noche” – según lo relata en su libro el propio teniente Ayudante de Estigarribia - le obligará a aquel Estado Mayor, planificar sus operaciones en el nivel de la conducción estratégica operativa.


Ordenar atacar a caballo con lanzas como en los tiempos medievales, es todo una estupidez. Pero no fue el único; ocho años más tarde, la caballería polaca se inmolará frente a las bien defendidas posiciones alemanas.


Después de haber comprendido la inutilidad de combatir a caballo, no desapareció la caballería paraguaya ni boliviana. Las bestias, entre mulos y caballos serán empleados como medios de transporte de personal y medios logísticos. En el caso paraguayo, 300 jinetes, desde la ciudad de Concepción se desplazarán alrededor de 300 kilómetros de camino desértico para llegar a la retaguardia de Boquerón donde gran cantidad perecerá por falta de agua y forraje. La propia tropa que a partir de la segunda semana de batalla llegó a rodear al fortín, padecerá de sed, por cuanto, la única fuente de abastecimiento del líquido elemento se encontraba en Isla Poi, situada a unos 60 kilómetros al este del fortín.


Para la Batalla del Parapetí, más conocida como “Contraofensiva del Parapetí”, una de las unidades bolivianas, cuya misión era alcanzar Carandaití, en la quebrada de Cuevo capturó 100 caballos ensillados y 17 camiones cargados de munición y alimentos.


En el caso de la caballería del ejército boliviano, sólo el regimiento Lanza estaba regularmente conformada por tropa montada y descentralizada en escuadrones. Fueron empleados para realizar patrullajes a larga distancia y también, cuando precedían a las columnas de ataque; para este caso, los jinetes, desmontaban a prudente distancia y entraban en combate.


Donde con mayor intensidad emplearon tropas montadas, fue en sud de Boquerón, en la zona de Agua Rica, situada en las proximidades del Río Pilcomayo. Desde Oruro llegó a ese confín patrio el Regimiento Lanza con dos Grupos conformados por soldados orureños. Oficiales de gran calidad fueron destinados a esta unidad que ganaría muchos méritos a lo largo de la campaña. Ellos eran: el teniente coronel Enrique Eduardo, Comandante del Regimiento; teniente coronel Walter Méndez, Comandante de Grupo; capitanes Agustín Castrillo y Luis Pinto; teniente Germán Busch, el mismo que después de salir de Boquerón el 18 de septiembre, se abriría paso disparando su ametralladora liviana y llevando amarrada a su espalda una Bandera Nacional del Paraguay arrebatada al propio Colegio Militar del Paraguay. Los otros oficiales no menos aguerrido y también Comandantes de Escuadrón, eran los hermanos, tenientes Arturo y Eduardo Montes, hijos del ex Presidente Ismael Montes, quien, por dos semanas y mientras combatían sus hijos en Boquerón, se encontraba en Muñoz y hasta sobrevoló por encima del fortín.


En noviembre de 1932, el Regimiento Lanza venía operando en las proximidades del Río Pilcomayo, en la zona de Agua Rica, persiguiendo a los bandoleros del paraguayo Plácido Jara. Al respecto, rescatamos el relato que realiza el ex combatiente de esta guerra, Emilio Sarmiento, en su libro titulado MEMORIAS DE UN SOLDADO DE LA GUERRA DEL CHACO:


“En la madrugada del día siguiente, el 2 de noviembre de 1932, alcanzó la línea un nuevo regimiento de refuerzo, el 25 de infantería, con las instrucciones de relevar de todas sus posiciones al “Abaroa” que a su vez debió desplazarse a otro sector: Fortín Cuatro Vientos, donde existían presunciones de un ataque alternativo de las tropas paraguayas.


“Transportados en camiones que multiplicaban sus servicios hasta lo indecible para agilizar los movimientos en esas deplorables picadas, llegamos a nuestro destino donde operaban fracciones en una acción de guerrillas a órdenes del teniente Germán Busch que vino a reforzar a los efectivos a cargo del capitán René Santa Cruz que había adquirido celebridad en esporádicos enfrentamientos con “Los Macheteros de la muerte”, una fuerza de irregulares reclutada entre cuatreros y vulgares bandidos, inflada por los medios de difusión periodística y radial adictos a la causa paraguaya en Buenos Aires, con más eficacia psicológica que real.


“El “camba Busch” para quien la selva no guarda a secretos, ya había asestado golpes mortíferos a las fracciones paraguayas que merodeaban el sector y ese día salió con su escuadrón montado en uno de sus habituales operativos. Al cabo de un par de horas se escuchó en la lejanía la ·tostadera” que delataba el desarrollo de un choque. Lentamente se apagaron los ecos que tenían una resonancia tan particular en la vastedad de ese mundo vegetal, antes sellado por el más inescrutable silencio. El apagado sonido del galope de caballos, en la alfombra hirsuta de malezas y carahuatales, se percibió cada vez más nítido y cercano hasta que vimos aparecer las siluetas de los primeros centauros. Entre ellos surgió la figura del capitán Santa Cruz quien desmontó junto al comando, dio parte al mayor Rafael González Quint del ataque desatado por sorpresa contra una fuerza que venía en dirección de Cuatro Vientos. La ausencia de Busch creó un sentimiento de zozobra. Su última visión era del “camba” persiguiendo a galope tendido ametralladora en mano a los focos que en fuga ofrecían postrer resistencia mientras el grueso del grupo se dispersaba por el monte dejando tras de sí un tendal de cadáveres. Nuestras bajas eran de insignificante importancia en proporción.


“Cuando Busch recortó su inconfundible silueta en el horizonte visible del pajonal, un sentimiento de alivio dominó los espíritus. De un salto bajó del caballo y se presentó a la superioridad y salió luego con el aire sonriente que lo envolvía en la batalla. Santa Cruz se había replegado con premura y fue el propio Busch con esta acción quien empalideció para siempre la estrella con su sabor de leyenda tejida en torno a “Los Macheteros de la Muerte” de Plácido Jara. Borrados del os campos de batalla poco a poco desaparecieron también de las comunas de los diarios que habían pretendido engendrar el mito”…


El bandolero Plácido Jara tenía como base de partida el territorio argentino, a vista y tolerancia de sus autoridades militares.


En la generalidad de los Ejércitos del mundo, la Caballería Hipomóvil sólo existe para ciertas ceremonias militares y nacionales. Los caballos han sido reemplazados por los helicópteros y tanques de guerra.


Aclarar que la Batalla de Boquerón no se dio inicio el 9 de septiembre, sino, dos días antes, cuando el Puesto de Escucha No. 2 que se encontraba al mando del teniente José Dávila, casi anocheciendo descubrió la aproximación de densas columnas avanzando a caballo de camino por la recta antigua que enlaza con Isla Poi. Al otro día – 8 de septiembre – el Puesto de Escucha abrió fuego sobre el enemigo que reinició su marcha, provocándole las primeras bajas. Este ataque detuvo la ofensiva enemiga hasta el otro día – 9 de septiembre – donde comienza la intensidad de la Batalla.


Muchos años más tarde, un soldado que prestó sus servicios a la patria en Boquerón,  entre otros, relata lo siguiente refiriéndose al coronel Manuel Marzana:


“El coronel daba una orden y  tenía que cumplirse sin remedio, pero nunca gritoneaba, hablaba despacio y era muy tranquilo. Cuando andaba por las posiciones preguntaba a los soldados: ¿cuántos pilas has volteado hijo? Veinte contestaba uno y él decía: eso no es nada, tienes que completar a cien. Él, no comía nada, como nosotros, ni tomaba agua, ni dormía. Era de mucho carácter; pero hablaba una sola vez”. 


“Las ametralladoras pesadas las manejaban personalmente los oficiales, no fallaban ni una sola banda de munición y los hacían hervir a los pilas”…

“EN LOS CIELOS DE BOQUERÓN APARECIERON 3 AVIONES PARAGUAYOS...TUVE QUE PERSEGUIR A UNO DE LOS AVIONES ENEMIGOS AMETRALLÁNDOLO HASTA AGOTAR BANDA DE MUNICIÓN...” – My. Jorge Jordán Mercado

 


“EN LOS CIELOS DE BOQUERÓN APARECIERON 3 AVIONES PARAGUAYOS...TUVE QUE PERSEGUIR A UNO DE LOS AVIONES ENEMIGOS AMETRALLÁNDOLO HASTA AGOTAR BANDA DE MUNICIÓN...” – My. Jorge Jordán Mercado

“EL PARAGUAYO TTE. 1º EMILIO ROCHOLL CON HERIDAS DE CONSIDERACIÓN EN EL BRAZO IZQUIERDO, TUVO QUE HUIR DEL COMBATE”


9 de septiembre de 1932

Guerra del Chaco


El primer combate aéreo se produjo al iniciarse el conflicto el 9 de septiembre de 1932, sobre los cielos del asediado fortín Boquerón.

En inmediaciones del fortín que había sido ocupado por tropas bolivianas, tres aviones Potez 25A paraguayos fueron sorprendidos por otros tres cazas bolivianos. Los cazas paraguayos al ser sorprendidos por los cazas bolivianos descendieron a ras del monte para darse a una precipitada y desordenada fuga; en ese trance, el My. Jorge Jordán inició una persecución sobre el Potez 25 No. 5 del Tte. paraguayo Emilio Rocholl quien iba acompañado por su artillero Román García. El My. Jordán en el proceso de persecución realizó certeras ráfagas que impactaron en la aeronave, fuselaje y alas del avión enemigo. El piloto paraguayo fue herido por la metralla que le infringió el My. Jordán y tuvo que darse a la fuga, para evitar ser abatido.

El My. paraguayo Leandro Aponte relata los hechos de ese día: “Esa misma mañana, en las inmediaciones del fortín atacado, se produjo el primer combate aéreo en el cielo chaqueño. Eran tres los aviones paraguayos que estaban sobrevolando las proximidades de nuestro fortín en poder del enemigo; pero, fue un Potez 25 tipo colonial, (el Potez 5) tripulado por el “benjamín” entonces de nuestras alas, el teniente 2º flamante P.A.M. Emilio Rocholl, a quien acompañaba como observador el de igual jerarquía, Román García, el que recibió el ataque. El choque fue espectacular e impresionante, dada la inmensa superioridad de la performance de la máquina de su adversario y por ser el primer combate aéreo que se libraba, precisamente en el primer día de la batalla. El piloto recibió una herida de consideración en el brazo izquierdo, obligándose por ello el observador a tomar la palanca de mando para conducir la máquina, de vuelta a su base. Esta, a la sazón, se hallaba ubicada en "ISLA TAGUATÓ” ... No sé qué circunstancia obligó al enemigo a abandonar su presa, pero presumo que en la tripulación boliviana habría ocurrido algo parecido o cuando menos se le habría trancado su ametralladora, por cuanto casi simultáneamente, el boliviano también abandonó el cielo de la inicialmente encarnizada lucha”.

En el diario de campaña del My. Jorge Jordán Mercado, encontramos estos datos: “Acuerdo Orden de la Escuadrilla 53-32 para apoyar a la defensa de Boquerón despegaron a Hrs. 7:30 Scout 7 con My. Jordán, el Scout 8 con Cap. Ernst y el Vespa 6 con Ttes. Paravicini y Tte. García. Avistamos en los alrededores de Boquerón 3 aviones enemigos que no entablaron combate; tuve que perseguir a uno de los aviones enemigos ametrallándolo hasta agotar banda de munición…”

La tripulación paraguaya de estas naves era: Potez No. 5 pilotado por el Tte. 1º Emilio Rocholl y de observador – artillero el Tte. 1º Román García, el Potez No. 6 tripulado por el Tte. 1º Trifón Benítez Vera y Tte. 1º Carmelo Peralta, y el tercer avión Potez 25A cuya tripulación no aparece en los datos estadísticos. (esperemos que no se haya ocultado esa información para hacer creer que la tripulación boliviana era superior y por esa razón no tuvieron “chance” de acción positiva en el desenlace del combate).

La tripulación victoriosa boliviana estaba compuesta por: 

Avión caza Vickers Scout 7 con el My. Jorge Jordán Mercado, Vickers Scout 8 con el Cap. Luis Ernst Rivera y el Vespa 6 con los Ttes. Luis Paravicini y Tte. Luis García Bermudez. 

La conducción de las acciones aéreas de conjunto que gravitaron sobre los espacios táctico-logísticas de Boquerón, estuvieron al mando del Mayor Piloto Jorge Jordán Mercado en la base aérea de Muñoz, que disponía de dos escuadrillas, la primera de caza con los Vickers Scout, Capitanes José P. Coello y Luis Ernst, y la segunda de reconocimiento y bombardeo con los Vickers Vespa, a cargo de los pilotos Capitán Leónidas Rojas y Teniente Juan Antonio Rivera, que combatieron en estrecha coordinación con las Unidades del Ejército. (Fuentes: Alas de Bolivia Tomo II, Conducción de la FAB en la Guerra del Chaco, del Gral Paz Soldan, La Aviación paraguaya en la Guerra del Chaco de Leandro Aponte). #CORTEGTOSKY©

HACE 88 AÑOS ATRÁS... LA PRIMERA REFRIEGA AÉREA EN LA GUERRA DEL CHACO

 


(Por Ramiro Molina Alanes)


Si bien, la historia aeronáutica ha conceptuado como el Primer Combate Aéreo en América a la espectacular lid que se suscitó en los cielos del fortín Saavedra el 4 de diciembre de 1932, donde el Cap. Rafael Pabón derribó una aeronave enemiga; tres meses antes, el 9 de septiembre de 1932, se produjo un contacto balístico entre aviones adversarios, que en términos estrictamente militares no fue un combate aéreo, sino una refriega o una infructuosa persecución, porque el avión paraguayo se dio a la fuga eludiendo el inesperado lance de honor.


Sin embargo, pese a la abundante bibliografía especializada de ambos bandos, causa indignación que a través de algunas publicaciones y el mentado internet, se esté propalando la sandez de que en esa fecha se habría producido “el primer combate aéreo entre un obsoleto Potez 25 paraguayo contra tres Curtiss bolivianos, donde el piloto paraguayo, Emilio Rocholl, logró derribar uno de los Curtiss”(1).


En tal virtud, con la premisa de develar quimeras y aclarar históricamente versiones completamente alejadas de la verdad, que distorsionan ingenua e irresponsablemente ese importante hecho, después de una seria, honesta y exhaustiva investigación histórica, basada en fuentes documentales primarias y bibliográficas de uno y otro contendiente, emergió esta esclarecedora nota.


BOQUERÓN

Este célebre fortín que se ha constituido en el símbolo del heroísmo y la tenacidad del soldado boliviano, fue tomado por nuestras tropas el 31 de julio de 1932, con la cobertura aérea de una escuadrilla de aviones(2).

Desde entonces, la aviación boliviana realizaba frecuentes vuelos de exploración, reconocimiento e incluso de hostigamiento a las huestes paraguayas, que en grandes masas convergían hacia Boquerón con la resuelta intención de retomarlo.


LOS SUCESOS AÉREOS

De esta manera, el día mismo del inicio de la gran batalla, es decir, el viernes 9 de septiembre de 1932, tres aviones Potez 25 paraguayos fueron sorprendidos en las inmediaciones del fortín por otros tres aparatos Vickers bolivianos.

La sorpresa de los aviadores paraguayos fue mayúscula, puesto que inmediatamente descendieron a ras del monte para darse a una precipitada y desordenada fuga; en ese trance, el My. Jorge Jordán inició una porfiada persecución sobre el Potez 25 No. 6(3), disparándole certeras ráfagas que impactaron en la escurridiza aeronave e incluso en el piloto. La participación de tres aviones adversarios y la herida que recibió uno de sus pilotos, está corroborada por las propias fuentes paraguayas que dicen: “…Los tres aviones ‘Potez’ en apresto en ‘Isla Taguató’ se dirigieron al frente de operaciones en una sucesión de vuelos en cooperación con las armas terrestres. En el cumplimiento de una de esas misiones el ‘Potez’ No. 5 [sic] pilotado por el Tte. 1º Emilio Rocholl y de observador – artillero el Tte. 1º Román García, aislado de su par el No. 6 tripulado por el Tte. 1º Trifón Benítez Vera y Tte. 1º Carmelo Peralta, era atacado por una patrulla enemiga de tres aviones, al mando del Mayor Jorge Jordán Mercado - Resulta herido el Tte. 1° Rocholl y la máquina con varios impactos de balas, logra aterrizar no obstante, sin mayores ulterioridades en Isla Poí ”.(4)

Otro aviador paraguayo que participó en Boquerón señala:

“ … Eran tres los aviones paraguayos que estaban sobrevolando las proximidades de nuestro fortín en poder del enemigo; pero, fue un Potez 25 tipo colonial, (el Potez 6) tripulado por el ‘benjamín’ entonces de nuestras alas, el Teniente 2º flamante P.A.M. Emilio Rocholl, a quien acompañaba como observador el de igual jerarquía, Román García, el que recibió el ataque. El choque fue espectacular e impresionante, dada la inmensa superioridad de la performance de la máquina de su adversario y por ser el primer combate aéreo que se libraba, precisamente en el primer día de la batalla, el piloto recibió una herida de consideración en el brazo izquierdo, obligándose por ello el observador a tomar la palanca de mando para conducir la máquina de vuelta a su base..”(5)

Por otro lado, el comandante del célebre reducto, Tcnl. Manuel Marzana, consigna: “…vuelan sobre el fortín tres aviones pilas; una de las Semack les hace fuego, sensiblemente sin resultado. Vuelan muy alto y siguen en dirección a Yucra. Un cuarto de hora después vuelan perseguidos por tres aviones nuestros. Uno de ellos entabla combate con el enemigo; éste, perseguido, baja hasta los 300 mts.; pero, no podemos hacerle fuego por temor de tocar al nuestro; la máquina nuestra ocosa a la enemiga, que tiene que huir vertiginosamente hacia Isla Poí. Quince minutos después los aviones bolivianos se dirigen a su base”(6)

Asimismo, un sargento boliviano que observó el hecho desde Boquerón, confirma que la refriega aérea fue una acción individual:

“…(El Potez adversario)ha sido atacado por uno de nuestros avionesque lo tiene debajo y le va disparando sin interrupción. El aparato paraguayo va perdiendo altura, pasa por las posiciones del reducto de Boquerón casi por encima de los árboles. Nos parece que cayó a poca distancia; pues tomó la dirección de isla Poí, siempre seguido por nuestro avión que después de dar una vuelta por las posiciones bolivianas, se dirige a la base de Arce”(7). De igual manera, la versión paraguaya está contenida en los siguientes términos:

“...Fue sorprendido por un avión de caza enemigo que lo persiguió con tenacidad, siéndole a éste fácil alcanzarlo en virtud de su mayor velocidad y gran maniobrabilidad, en considerable desproporción con nuestra máquina. Acribillándola a balazos, a pesar de la admirable decisión con que se defendieron los nuestros. El resultado fue que, no sabemos por qué circunstancia, el enemigo abandonó su empeño de derribarlo, no obstante haber herido en el antebrazo izquierdo al piloto” (8)

Finalmente, el protagonista principal de este suceso, My. Jorge Jordán Mercado, en su diario de campaña consigna elocuentemente: “Acuerdo Orden de la Escuadrilla 53-32 para apoyar a la defensa de Boquerón despegaron a Hrs. 7:30 Scout 7 con My. Jordán, el Scout 8 con Cap. Ernst y el Vespa 6 con Tte. Paravicini y Tte. García. El Vespa 6 dejó 2 bombas de 50 libras y cuatro de 25 libras; el Scout 7 tres bombas de 25 libras y el Scout 8 tres bombas de 25 libras. Avistamos en los alrededores de Boquerón 3 aviones enemigos que no entablaron combate; My. Jordán persiguió avión enemigo ametrallándolo hasta agotar banda de munición”.


LA FALSEDAD DEL DERRIBO

Tanto las fuentes paraguayas como bolivianas, descartan fehacientemente el supuesto derribo de un avión boliviano; el mismo Tte. Rocholl, en una entrevista que le realizó el corresponsal en Asunción de “La Nación”, al margen de pavonear que se enfrentó a tres aviones, no hizo referencia en ningún momento al derribo que se le atribuye 80 años después; su versión fue: “…Tras algún tiempo vuelo llegamos por fin Boquerón. Altímetro señalaba ochocientos metros ese momento. A poco encontrarnos evolucionando cumplimiento nuestra misión divisamos tres Curtiss [sic] bolivianos, cuales lanzáronse sobre nosotros trabando combate; con teniente García defendiámonos tesoneramente evolucionando forma poder cubrirnos en posible. Un rato más y adversarios volaban aproximadamente cincuenta metros nosotros. Ametralladoras funcionaban intermitentemente y en eso sentí tocado brazo izquierdo por una bala. Teniente, muéstranos herida, conserva proyectil. Y con toda modestia dícenos es simple rasguño. Nuestro objetivo había terminado y luego de luchar rato más con los tres bolivianos, emprendimos viaje nuestra base, aunque no sin antes mirar detenidamente cómo iban desarrollándose operaciones....”(9)

Esto lo ratifica el propio Director General de la Aviación Paraguaya en los inicios de la Guerra del Chaco, My. Vicente Almandos Almonacid, quien en un comunicado de fecha 12 de septiembre de 1932, señala: “Los tenientes Rocholl y García se han hecho acreedores a ser condecorados con la medalla de aviación, pues pilotando un avión de observación y bombardeo, llevando doce bombas volaron sobre fortín Boquerón el 9 de los corrientes, siendo atacado por tres aviones bolivianos; Rocholl recibió herida en un brazo únicamente después de haber dejado caer todas las bombas que llevaba ese aparato consigo y cuando las alas y el fuselaje se encontraban perforadas por treinta tiros”.(10)

Ya en esa época, la prensa boliviana ridiculizó así la versión paraguaya: “Se ha lanzado al aire, asegurando sin pizca de rubor, que en el único combate aéreo realizado, un avión paraguayo hizo frente a tres aviones bolivianos, pero se le olvidó añadir en qué consistió ése, que en puridad de verdad en mirar a los adversarios y tomar a la primera ráfaga de ametralladoras de uno de ellos, tomó las de Villadiego, sin volver la vista hasta Asunción”(11)

NOTAS

1) Los fabulistas paraguayos parecen ignorar que los primeros Curtiss llegaron a Bolivia en enero de 1933 y que el piloto evasor, Tte. Emilio Rocholl, fue herido en dicha acción.

2) Actualidad Aeronáutica No. 123 de octubre de 2007, Pág. 22.

3) Paradójicamente, esta misma aeronave sería abatida por el Cap. Pabón el 4 de diciembre de 1932.

4) Cap. P.A.M. Félix Zárate Monges. La Aviación Paraguaya Antes y Después de la Guerra del Chaco. Págs. 75,76

5) My. PAM Leandro Aponte. La Aviación Paraguaya en la Guerra del Chaco. Pág. 130, 131.

6) La Gran Batalla, Memorias del Gral. Marzana. Pág. 128.

7) Antonio ArzabeReque. Boquerón Pág. 77, 78.

8) My. Leandro Aponte. Obra citada Pág. 197.

9) La Nación de Buenos Aires de 10 de septiembre de 1932

10) El Diario, 13 de septiembre de 1932

11) El Diario, 16 de septiembre de 1932

SEPTIEMBRE DE 1932 "COCHABAMBA CELEBRÓ SU EFEMÉRIDES CON FERVOROSO ENTUSIASMO"

 


"En homenaje a nuestro Ejército se realizó ayer en la tarde una grandiosa manifestación cívica"


"Cochabamba 14 de septiembre de 1932.- Con fervoroso entusiasmo se ha celebrado el día de hoy, el aniversario de la Efemérides local, habiendo sobresalido entre los numerosos actos del programa de festejos, el desfile de más de 15.000 escolares que realizaron en la mañana ante el altar de la patria, y la grandiosa manifestación popular realizada en la tarde como homenaje a nuestro ejército que defiende valerosamente nuestra soberanía en el chaco". 


"En cuanto al discurso patriótico que se ha pronunciado con alusiones a la Efemérides cochabambina, se ha escuchado también vibrantes palabras de reconocimiento a la obra que en estos momentos realizan en el sudeste de la República, todos los hijos de Bolivia cobijados bajo la sombra de una misma bandera".

"Aparte grupos numerosos de ciudadanos continúan recorriendo las calles de la población, aclamando a Cochabamba y a todos los departamentos de la República". #CORTEGOSKY

ACLARACIÓN Y RECTIFICACIÓN NECESARIA SOBRE EL DECRETO SUPREMO DE CREACIÓN DE LA ESCUELA DE AVIACIÓN



El 7 de septiembre de 1923, el gobierno del Dr. Bautista Saavedra promulga el Decreto Supremo que crea la Escuela de Aviación “para formar en ella pilotos nacionales destinados a los servicios de aeronavegación militares y civiles del país”. En tal virtud, el histórico 𝟭𝟮 𝗱𝗲 𝗼𝗰𝘁𝘂𝗯𝗿𝗲 𝗱𝗲 𝟭𝟵𝟮𝟯, se fundaría solemne y oficialmente en El Alto la anhelada Escuela de Aviación; por cuya razón, esa magna fecha es conmemorada como ❞𝗔𝗻𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗮𝗿𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗙𝘂𝗲𝗿𝘇𝗮 𝗔é𝗿𝗲𝗮 𝗕𝗼𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮𝗻𝗮 𝘆 𝗗í𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗔𝗲𝗿𝗼𝗻á𝘂𝘁𝗶𝗰𝗮 𝗡𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗹❞.

JURAMENTO DE HONOR DE CUATRO OFICIALES ANTES DE PARTIR AL COMBATE EN BOQUERÓN

 


Un bello ejemplo de romanticismo y sacrificio al cual se refiere el Coronel Julio Díaz Arguedas: Es el juramento que hicieron antes de partir al frente el Capitán Tomás Manchego Figueroa, Teniente Rosendo Villa Aldayus, Teniente Melquiades Cossio Borda y el Capitán Luis Rivero Sánchez... juramento que cumplieron a cabalidad, muriendo heroicamente los cuatro en acciones de combate.


Cuando se disponía a partir a la guerra el regimiento 14 de Infantería de reciente creación, se reunieron cuatro oficiales de ese regimiento en el hotel París de la ciudad de La Paz. Conscientes de que partían a una guerra despiadada, los cuatro que respondían a los nombres de: Tomás Manchego, Melquiades Cossio, Rosendo Villa y Luis Rivero Sánchez; hicieron un juramento; bajo la cruz de sus sables los cuatro juraron que si no volvían con la victoria rendirían la vida por la patria en el Chaco.


El Capitán Tomás Manchego era Comandante de la 4ta compañía del 1er batallón, y manejaban las ametralladoras y con esa compañía tomó el fortín Rojas Silva cercano a Boquerón el 9 de septiembre y el 11 lograba entrar en el fortín con su unidad, siendo asignados al sector conocido como la “Punta Brava” llamado así porque era el puesto más asediado por los paraguayos, allí se quedó, combatió y murió como un valiente y digno familiar de su hermano, Coronel Francisco Manchego entonces comandante del Rstado Mayor de la 4 División boliviana, quién perecería en julio de 1934 durante la batalla del Condado en las cercanías del fortín Ballivián.


El Teniente Rosendo Villa, Comandante de la 1ra compañía del 14 de infantería, formaba la vanguardia del regimiento para entrar en Boquerón, al estar ya cerca, y al grito de ¡viva Bolivia! Se lanzó al asalto a bayoneta calada sobre las posiciones del regimiento paraguayo “Corrales” en un inaudito acto de coraje Villa y sus hombres atacaron todo un batallón enemigo; pero vano fue su intento ante la superioridad enemiga; Villa murió a la cabeza de sus bravos hombres.


El Teniente Melquiades Cossio, Comandante de la 1ra compañía del 2do batallón del 14 de infantería fue la punta de Lanza que intentó entrar al fortín Boquerón por el sector norte, a sangre y fuego lograron romper el cerco, el teniente Cossio cayó combatiendo, pero dejando abierta la senda para que sus hombres lograran entrar en Boquerón el tiempo suficiente para apoyar en algo a los sitiados.


El Capitán Luis Rivero Sánchez, Comandante de la 2da compañía del 1er batallón del 14 de Infantería fue uno de los pocos que logró ingresar al fortín a principios de septiembre y se quedó combatiendo en el fortín hasta el 27 del mismo més; fecha en la que cayó defendiendo su sector, codo a codo con sus hombres.


Fuente: BOQUERÓN 1932, Luis Fernando Sánchez Guzmán 

Redacción: Juan Alberto Quiroz

DE UNA FECHA COMO HOY: FALTAN CUATRO DÍAS PARA EL INICIO DE UNA DE LAS BATALLAS MÁS ÉPICAS DE LA HISTORIA MILITAR MUNDIAL


(Por Diego Martínez Estévez)


Uno de los tantos testimonios de la célebre Batalla de Boquerón, fue el subteniente Alberto Taborga, egresado del Colegio Militar el año 1930 y al año siguiente destinado al Regimiento Campero 5 de Infantería, con asiento en Uyuni. En enero de este año, como otros, su regimiento recibió la orden de marchar a la zona de operaciones donde ya se venían librando choques de patrullas. En total y hasta antes de desencadenase la guerra, se produjeron 32 choques, algunos de ellos, con bajas.


La toma de Laguna Chuquisaca por los invasores, su retoma por sus legítimos dueños y nuevamente su retoma por los primeros, sucedidos entre el 15 de junio al 16 de julio de 1932, será la gota que colmará el vaso de un conflicto cuya raíz se remonta al año 1811, cuando la Gobernación del Paraguay decide independizarse de las Provincias del Río de la Plata para fundar la República del Paraguay. A partir de entonces, la invasión sin derecho jurídico alguno, al todavía territorio de la Real Audiencia de Charcas será sostenida en el tiempo.


El equipo de campaña del Regimiento Campero fue embarcado en tren y la tropa con su mochila y frazada, marchó a pie casi mil kilómetros, ascendiendo y bajando infinidad de elevaciones, hasta arribar a Tarija. En esa época y posteriores, los ferrocarriles, el servicio telefónico incluido el telegráfico del país, eran administrados por empresas privadas. Por tanto, al Estado le resultaba oneroso transportar a los Destacamentos en ferrocarril; debían hacerlo a pie; exceptuando a los movilizados en La Paz, Oruro, Potosí y las estaciones intermedias.  Por tan alto costo de transporte, también los camiones se desplazaban desde La Paz y otras ciudades, sobre sus propias ruedas; no pocos y por presentar desperfectos mecánicos, fueron siendo abandonados en los caminos. A la mentalidad del latifundista convertido en abogado, Daniel Salamanca, no se le ocurrió nacionalizar estas empresas y mucho menos el petróleo en manos de la Standard Oil, que tantísimo daño le iría a ocasionar a Bolivia y su ejército desde el año 1924, a 1936; año este en que recién sería nacionalizado por presión de la Legión de Ex Combatientes de la Guerra del Chaco, a la cabeza del Jefe de Estado Mayor, el teniente coronel Germán Busch.


El Regimiento Campero, al llegar al Rio Pilcomayo, en la zona de El Angosto sufrió su primera baja fuera de combate: murió ahogado el subteniente Humberto Ortega.


En Villamontes, el subteniente Taborga recibe la misión de tender la línea telefónica entre Chimeo y Villamontes. El esfuerzo desplegado en noventa días tumbando árboles, retirándolos para abrir sendas y plantar los postes, es sobrehumano; cincuenta de sus soldados casi agónicos por la malaria son evacuados a Tarija. Las bajas reemplazadas por otro contingente, pobremente racionados corren la misma suerte; comienzan a sufrir de escorbuto agravado por las picaduras de mosquitos y garrapatas. 


Cumplida esta tarea, Taborga solicita su cambio de destino al Regimiento Campos que se encontraba cubriendo los Puestos Militares Avanzados denominados “fortines”.


Sobre esto, el oficial en su Diario de Campaña, en enero de 1931 registra lo siguiente:


“Allá se encontraban las figuras legendarias como Víctor Ustáriz, Víctor Eduardo, Félix Tavera, Jorge Antezana Villagrán y otros que mucho dieron que hablar en Huatojeclay, Picuiba, Ingavi y Agua Rica”.  


Efectivamente, estos y otros oficiales y suboficiales ya eran conocidas sus hazañas no sólo por el ejército nacional, sino también, por los invasores de la zona, debido a sus frecuentes apariciones en la retaguardia de sus fortines o en los choques de patrullas producidos, particularmente desde el año 1928.


No lo nombra a Busch, porque éste, integrando el Regimiento Ingavi viene abriendo caminos desde el más el norte con dirección sur, comenzando en Roboré; en este ínterin, su regimiento, el mes de julio recibe la misión de encontrar la etnia de Los Zamucos probablemente situada al sudeste del Río Parapetí.  La Misión Jesuítica de Los Zamucos es citado por la Cédula Real de 1743 como perteneciente a la Gobernación de Santa Cruz; por tanto, encontrar el lugar de su hábitat era crucial para la delegación diplomática en Buenos Aires, en su propósito de demostrar también con esta prueba, que el Chaco Boreal y Chaco Central, eran propiedades de la Real Audiencia de Charcas desde el año 1563 en que fue creada como tal, mediante Cédula Real.


El teniente Germán Busch es designado para cumplir la orden del Presidente Daniel Salamanca y con siete soldados inicia su marcha desde el Cerro San Miguel.  Al llegar al objetivo resultó no ser una laguna visto desde aquel cerro, sino, un terreno salitroso.  En su repliegue sin agua, dos de sus hombres murieron de sed. El propio Busch, cuando estuvo a punto de suicidarse para liberarse del tormento de la sed, su camarada el subteniente Pinto que fue su búsqueda, llegó con agua, alimentos y cigarros. Un segundo patrullaje, esta vez con todo el Regimiento, encontró el hábitat señalado; el mayor Ángel Rodríguez y con Busch a su lado, hasta se tomó fotografías con los descendientes de Los Zamucos. 


En Villamontes, satisfecha la solicitud de Taborga, es destinado a “Puesto Oficial Ramírez”, que durante la batalla se lo conocería simplemente como “Ramírez” y así aparece en las cartas militares. Su misión es vigilar al enemigo que con frecuencia se aproxima al fortín. La otra misión es realizar patrullajes en distintas direcciones, en la retaguardia de Fortín Boquerón.


El mejor órgano de búsqueda de información que dispone, es el “Cabo Juan”, indígena de la zona y muy leal a nuestro Ejército. Al respecto, en sus anotaciones de julio de 1932, se lee:


“Su vida nómada le permite circular entre fortines bolivianos y paraguayos. Informa que Boquerón está ocupado por una compañía de fusileros, una sección de caballería, dos pesadas y dos livianas. Con dificultad pronuncia los nombres de Barbosa, Ayala, Velázquez, Florentin, Centeno y Facetty”.


El “Cabo Juan”, a lo largo de dos años será el guía de diversas unidades, entre ellas, del Escuadrón Busch. 


Los restos del también legendario “Cabo Juan” posteriormente ascendido a sargento, descansan frente al cuartel del Regimiento Campero, en Ibibobo. Esperemos que los sucesivos comandantes de esta unidad, al rememorar la Batalla de Boquerón también incluyan en su programa el reconocimiento a este leal indígena que precedió el andar de tantas patrullas.


Lo que el subteniente Alberto Taborga no se imaginaba, es que él, tendría el honor de ser designado Ayudante del Comandante del Regimiento Campos 6 de Infantería, cuyo nombre será repetido una y mil veces más cuando en distintos escenarios se aborde el tema de la Batalla de Boquerón: el legendario teniente coronel Manuel Marzana Oroza.


Los días 27, 28 y 31 de julio de 1932, son capturados los fortines paraguayos Corrales, Toledo y Boquerón, respectivamente.


El 3 de agosto, 19 países americanos, convencidos por Argentina y Chile, evitarán que el mini Ejército de Bolivia llegue en su ofensiva hasta el Río Paraguay. Tres de estos países (Argentina, Chile y Perú), amenazarán militarmente a nuestro país si su ejército no se detenía. Salamanca, se vio obligado a obedecer.  Este freno fue aprovechado por el mando militar argentino, para equipar y armar inicialmente a 20 mil paraguayos, transportados por sus propios barcos de guerra, desde Formosa, hasta Asunción. 


En este mismo período y hasta el 8 de septiembre - 32, el Fortín Boquerón sufrirá substanciales transformaciones en la organización de su sistema defensivo, al punto de tornarlo casi inexpugnable a lo largo de veinte días de combate, donde el ejército invasor sufrirá sus peores bajas que las tenidas en el resto de las 13 libradas en esta campaña.


Como el resto de los oficiales, suboficiales, sargentos y soldados, el subteniente Alberto Taborga, sin dejar de cumplir su función de Ayudante, combatirá como un soldado más, quizás recordando las palabras que su padre le dijera cuando estrenó su sable de oficial:


“Hijo, hijo querido, traza tu ruta por los senderos de la prudencia, mas no por ello renuncies el derecho de cumplir tus ideales; deberás proceder como un hombre de bien, jamás vuelques las espaldas al honor y al deber; cobíjate bajo la sombra de tu madre, quien, al morir, me encargó decirte que su último suspiro fue para ti. Adiós y no olvides que debes defender tu bandera con pundonor y valentía dignos de un oficial boliviano”.


“Jamás vuelques las espaldas al honor y al deber” ...


Esta sentencia fue su guía de conducta y no únicamente en la épica Batalla de Boquerón.  Años más tarde, por defender “el honor y el deber”, será exiliado a la Argentina y confinado en la Isla de Coati...


(Las imágenes adjuntas fueron extractadas del libro titulado BOQUERON, del Mayor Alberto Taborga T.).


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