RESURGE EL DEBATE A 195 AÑOS DE ESTE EVENTO HISTÓRICO
TUMUSTA… ¿FUE UNA BATALLA O UN MOTÍN?
Por mucho tiempo se expuso en trabajos literarios e incluso históricos la idea
de que la BATALLA DE TUMUSLA fue simplemente un motín en las afueras de la
ciudad de Potosí (1, 2 de abril de 1825) entre realistas; los realistas
liberales dirigidos por Carlos Medinacelli contra los realistas absolutistas
comandados por Pedro de Olañeta.
En varios libros de historia de Bolivia (algunos que ya sobrepasaron la 5º
edición) se describe el hecho como que (cito): “la causa realista ya estaba
perdida” o “el Alto Perú solo tuvo que esperar a la llegada de los libertadores
venezolanos para obtener su independencia”… o, “que lo que en realidad pasó en
Tumusla fue simplemente un motín”.
Sin embargo la historiografía tiene hoy por hoy nuevas áreas científicas a su
alcance… y en el caso específico de analizar batallas y combates cuenta con una
herramienta fundamental: LA PROSPECCIÓN DEL TERRENO, con el apoyo de la
geología, el GPS, la arqueología y arqueología forense.
En la actualidad ya existen suficientes indicios como para afirmar que lo de
TUMUSLA no fue un simple combate o peor aún motín; sino que SI existió una
encarnizada batalla por la luz que están arrojando las nuevas excavaciones.
Esperemos que muy pronto tengamos conclusiones definitivas de este evento
histórico y de confirmarse como tal, sería la última batalla de la guerra de
independencia que duró casi 16 años… de la futura Bolivia.
Mientras tanto comparto algunas concideraciones:
LAS GUERRILLAS
Un aspecto crucial en el análisis de la independencia de Bolivia es el rol que
desempeñó el movimiento guerrillero también llamado el de las “Republiquetas”.
Esta denominación, que probablemente se debe a Bartolomé Mitre, ha sido adoptada
para significar la existencia de territorios controlados por caudillos y
montoneros que lograron imponer allí su autoridad y su ley a despecho de la
dictada por las dos cabeceras virreinales enfrentadas en una cruenta guerra.
Y es aquí donde debemos hacernos una pregunta: ¿Son las Republiquetas un
anticipo de la Bolivia independiente y los jefes guerrilleros precursores de
ella?, ¿es sólo a partir de este hecho que empieza a surgir en suelo de Charcas
un sentimiento nacional o de pertenencia a si misma?
El ya fallecido historiador José Luís Roca en su libro Ni con Lima ni con
Buenos Aires expresa lo siguiente: “En realidad, el movimiento guerrillero es
sólo un hito del proceso que va a culminar con la formación de un estado
independiente en 1825”.
Es importante establecer que al fenómeno conocido históricamente como Guerra de
Guerrillas le precede la creación de la Audiencia y todos los esfuerzos que
esta hace para lograr un mejor status dentro del imperio español. Lo notable
del caso es que el ámbito sobre el que se va a establecer la Audiencia
(Kollasuyo y Antisuyo incaico) dará origen a la Bolivia andina y a la
amazónico-platense.
El hito posterior a las guerrillas, y el último del proceso formativo del
estado, es la constitución de la logia patriótica, compuesta por próceres que
conspiran y logran persuadir a Bolivar a dar paso a la República.
TUMUSLA… NUEVAS CONSIDERACIONES
Tumusla, en el análisis, es un combate poco conocido en Sudamérica, pero su
importancia radica en haber sido la última acción armada de los españoles en
América del Sur (gran simbolismo).
Como consecuencia de las victorias americanas en Junín el 6 de agosto de 1824 y
Ayacucho el 9 de diciembre del mismo año, España perdía definitivamente los
territorios de Ecuador y Perú donde, por más de tres siglos, había extraído
grandes riquezas para las arcas de la Corona. Previamente, como consecuencia de
las “Guerras por la Independencia”, había tenido que abandonar el entonces
Virreinato del Río de la Plata, las Gobernaciones de Paraguay y Montevideo y la
Capitanía General de Chile.
Por disidencias internas entre los comandantes españoles, las tropas del
monárquico absolutista Pedro Antonio de Olañeta no habían participado dentro
del bando realista en las batallas de Junín ni en la de Ayacucho y por eso se
encontraban intactas en territorio altoperuano.
El triunfo americano en estas batallas y la capitulación incondicional del 9 de
diciembre de 1924, nos dan argumentos sólidos para afirmar que el grueso del
ejército realista había sido vencido, lo que solo podía permitir pequeños
combates en el futuro inmediato.
ALGUNAS POSTURAS REVISIONISTAS.
Hoy en día existen varias versiones de este episodio en la historia de Bolivia:
La 1º corriente
dice que: “Tumusla fue la última batalla en la que se puso fin al yugo
español”.
La 2º corriente
establece que: “Tumusla fue la última acción armada de los españoles en América
del Sur”.
La 3º corriente va
más allá y dice que “Bolivar no libertó el Alto Perú, sino fue el Coronel
Medinaceli”
La 4º corriente
establece que “No hubo una batalla en Tumusla, sino un motín”
La 5º corriente,
afirma que: “No importa si hubo batalla o no en Tumusla, lo importante es que
en esa jornada se produjo el último disparo en contra del coloniaje español”
¿Quién era el Brigadier General Pedro Antonio de Olañeta?
Pedro Antonio de Olañeta fue un hombre muy conservador, absolutamente católico
y leal a la Corona de España. Nacido en la provincia de Vizcaya en 1789. Una
vez que estuvo en Salta se dedicó al comercio de forma exitosa, sobre todo en
el Virreinato de la Plata y especialmente entre Potosí y Buenos Aires. Desde
1810 sirvió al ejército realista y fue ascendido a general después de la
batalla de Viloma.
Se hizo famoso por sus entradas triunfales en la ciudad de Salta, en 1817, 1820
y 1821; en esta última murió el héroe gaucho Martín Güemes.
Las circunstancias que rodean a la muerte de Olañeta el 1 de abril de 1825 en
Tumusla, aún no están esclarecidas.
Antecedentes.
La Revolución de Cádiz de 1820, llamada también la “Revolución Liberal”,
dirigida por Rafael de Riego había impedido de forma casi dramática el envío de
una gran expedición de tropas coloniales con destino al Río de la Plata.
Fernando VII era obligado a someterse a la nueva Constitución Liberal.
Por lo tanto fueron los asuntos internos de España que también jugaron un papel
importante en el desgaste y la no renovación de efectivos militares leales a la
Corona, que tanto se necesitaban en los teatros de operaciones.
La 1ra. versión del
Cnl. Medinaceli dice que “...existió una batalla en las cercanías del río
Tumusla la cual ganaron los patriotas; el combate se inició a las 3 de la tarde
y concluyó a las 7 de la noche. Olañeta contaba con 32 oficiales, 1.700
soldados; Medinaceli contaba con 26 oficiales, 30 artilleros y 360 hombres de
caballería y 1.300 soldados. En esta acción murió el General español Olañeta.”
La 2da. Versión,
también del propio Cnl. Medinaceli relata que “el Brigadier general Olañeta
murió por un disparo hecho por la espalda; Olañeta habría rodado por el cerro;
horas antes hubo un motín de los que aún estaban con él. El que le habría
disparado era un teniente 2do. en venganza por que Olañeta habría violado a la
esposa de este el 25 de enero del mismo año.”
Francisco Bourdett
O`Connor, en sus memorias de 1869, se refiere de la siguiente manera: “La
presencia de los vencedores de Ayacucho incrementó la defección de numerosos
jefes realistas. Este fue el caso del regimiento Dragones Americanos,
acantonados en Oruro, compuestos por 600 hombres bien montados y con sables
hechos en Potosí... en mi marcha me encontraba encabezando la vanguardia de
Ejército Libertador buscando al Gral. Olañeta para mostrarle el acta de
capitulación de Ayacucho y demandar su rendición; apenas transcurridas tres
leguas en mi marcha recibí un parte del teniente coronel Medinaceli en el que
me comunicaba que el 1º de abril, día Jueves Santo había muerto el general
Olañeta en Tumusla, en un motín ocurrido en su tropa. Hice alto allí mismo y me
regresé a la ciudad de Potosí…”
Julio Ortiz Linares
(investigador chuquisaqueño) Se refiere en su libro que “Carlos Medinaceli
Lizarazu es un patriota olvidado”. “El verdadero libertador de Charcas se llamó
Carlos Medinaceli Lizarazu, librando la batalla de Tumusla, decisiva para sellar
la independencia del país que luego se llamaría Bolivia. Él mismo tuvo la idea
clara de de que estas tierras nazcan a la vida republicana como una entidad
distinta de Argentina y Perú. El coraje de este hombre no fue perdonado por los
“dos caras” por ello le habrían condenado al olvido, haciendo que Sucre asuma
el mando total luego de Tumusla”
Por todo lo anterior expuesto, llegamos a la conclusión de que realmente
existió un hecho armado… un combate.
Lo que no se ha establecido todavía es “de qué magnitud fue este hecho”.
Definitivamente la batalla de Tumusla fue el último hecho de armas en contra
del ejército realista en el Alto Perú y por lo tanto su importancia no está en
discusión.
ULTIMAS POSTURAS
En el libro: “La Familia Canterac en América” (publicado hace 3 años por la
joven historiadora española María de los Ángeles Canterac y Barba, descendiente
directa del Gral. español Don José de Canterác (el que firmara la capitulación
ante el Gral. Sucre después de la batalla de Ayacucho), establece según su
investigación en oficios y documentos de los archivos de Las Indias y Sevilla,
que sí hubo una batalla en las regiones cerca de un río llamado Tumusla, sin
embargo en ningún párrafo de su libro menciona a este hecho como Batalla de
“TUMUSLA”, sino la “ULTIMA BATALLA DE POTOSÍ”, estas dos batallas no son
diferentes, sino se tratan del mismo hecho del día 1 de Abril de 1825.
“Si la batalla de Ayacucho significó la derrota política y militar de las colonias
españolas en Sudamérica, la batalla de Potosí representó un golpe aún más duro,
el corte umbilical entre el cerro de Potosí y España... ¡Oh Potosí, cuanto te
debe Europa”
(Don José de Canterác, Madrid, 1829)
En otro capítulo referido al regreso del Gral. José de Canterac a España
después de la capitulación, la Dra. Canterac escribe: “El Gral. de Canterac fue
un hombre muy estricto y duro; pero también muy justo y su honor no podía ser
mancillado... cuando se enteró de los hechos del jueves santo en Potosí
(refiriéndose a los hechos del 1º de abril de 1825) estalló en la más espantosa
indignación.
“... el Gral. Cantera escribió: "ahora la palabra de un Canterac ya no es
digna de confianza” Pues el tenía la idea que la rendición firmada por él y el
Virrey La Serna era definitiva y sellaba cualquier futura batalla o combate.
Los anteriores datos son importantes y arrojan nueva luz; no solo por la
investigación que sustenta el trabajo realizado por una Dra, en Historia, sino
también por tratarse de una descendiente directa del Gral. realista Don José de
Canterac.
Finalmente... que magnifico simbolismo para los altoperuanos... “fue en el Alto
Perú donde se inició la Guerra de la Independencia y fue en el mismo Alto Perú
donde se puso fin a más de 3 siglos de coloniaje” Sobre Olañeta,
paradójicamente 2 meses después de Tumusla, el rey Fernando VII (ignorando la
muerte de este) recompensa su lealtad a la monarquía nombrándolo Virrey del
Perú. (por supuesto este tipo de nombramientos y medidas ya solo tenían un
alcance simbólico; España estaba totalmente derrotada.)
TRANSFUGIOS Y “CAMBIOS DE CASACAS”
A lo largo de los 16 años que duró “nuestra” Guerra de independencia, hubo
muchos casos de cambio de bandos… como los ocurridos tras la batalla de Huaqui
cuando un grupo de patriotas cochabambinos renegaron de Castelli para llegar a
entendimientos con Goyeneche. Asimismo, en las mismas republiquetas de Ayopaya,
según los relatos de los propios patriotas se registraron deserciones a favor
del Virrey de Lima… y por el lado realista lo propio… no hay que olvidarnos de
los transfugios de los realistas al lado de los patriotas, siendo el caso más
notable el del batallón realista “Numancia” (donde de muy joven sirvió Andrés
de Santa Cruz)… el que íntegramente con jefes, oficiales y tropa pasó al lado
de San Martín en el Perú.
Y es bueno y saludable tocar este tema… pues varios de los realistas que
durante la Guerra de Independencia participaron a favor de S.M. el Rey fueron
los que entre 1824 y 1825 (cuando la causa realista estaba perdida) resultaron
“patriotas” y algunos incluso ocuparon puestos de importancia en el naciente
país. ¿Acaso no nos acordamos del Gral. Aguilera que proclamó la independencia
de Santa Cruz que años antes dio muerte en la batalla del Villar al patriota
Cnl. Manuel Ascencio Padilla? ¿no estuvo Aguilera implicado en las correrías y
muertes de patriotas sobre todo en el sur del Alto Perú? ¿No fue el Cnl. Carlos
Medinaceli Lizarazu (“vencedor de Tumusla” como lo conoce la historia ) otro
realista que participó junto a Olañeta en la muerte del famoso patriota salteño
Martín Güemes ?, ¿estos no participaron junto al famoso Gral. Valdez, conocido
como el “barbaducho” por su brutalidad de las patrullas de “Dragones” que eran
el terror de las poblaciones y sobre todo de los familiares de los implicados
patriotas?
El sino del transfugio, indudablemente lo existió desde las Guerras entre
Pizarristas y Almagristas, antes de las fundaciones de las primeras ciudades en
el Alto Perú… y continúan hasta hoy. Parece ser una constante en nuestra
idiosincrasia altoperuana.
Sin embargo (para descargo de los tránsfugas) Bolivia surgió como un fenómeno
por el cual muy pocos apostaron.
Texto Pablo Michel, publicado en La Razón en 2016 -Siglo y Cuarto Documentos Históricos.
Oleo: Tumusla, de autor desconocido.
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