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EL TROFEO DEL EJÉRCITO DE BOLIVIA MÁS IMPORTANTE DE LA GUERRA DEL CHACO – LA BANDERA NACIONAL DEL PARAGUAY


LE FUE ARREBATADA AL INVASOR EN UNA DE LAS BATALLAS MÁS ÉPICAS DE LA HISTORIA MUNDIAL DE LA GUERRA.

(Por Diego Martínez Estévez)

Un día como hoy 17 de septiembre de 1932.

7.500 paraguayos agrupados en nueve unidades se aprestan a atacar por segunda vez, por los flancos, retaguardia y frente, al fortín Boquerón. Entre los atacantes de encuentra el Regimiento Boquerón conformado por 1.600 cadetes. Están seguros que este regimiento será la punta de lanza de la victoria.

A horas 6, 30 y por dos horas, precede al ataque un infernal apoyo de fuegos de artillería y morteros, vomitados por 34 piezas, además de la aviación que arroja sus bombas y ametralla el fortín que se asemeja a un volcán en erupción; sin embargo, soy escasisimas las bajas.

Sin saber de esta ofensiva , el mando boliviano decide atacar a los cercadores de Boquerón.

Son en total dos destacamentos los que son empeñados. El primero es el Destacamento Méndez (teniente coronel Walter Méndez), conformado por el Regimiento 6 de Caballería y el Regimiento 14 de Infantería. El Destacamento Peñaranda (teniente coronel Enrique Peñaranda), con los regimientos Campero, Loa, Azurduy, 15 y 16 de Infantería.

De esas unidades, dos escuadrones del Lanza reciben la orden de ingresar al fortín.

A Hrs .09:30, el teniente Benegas que conducía a un escuadrón, escucha voces y apresuradamente monta una emboscada. Son un grupo grande de cadetes que se alistaban para lanzarse al asalto al fortín por el lado noroeste. A la señal de fuego, las voces se convierten en griteríos de dolor y los cadetes, despavoridos, huyen. Ante este contraste, Estigarribia suspende el ataque y a las 15:30, se reanuda, otra vez precedido por el lanzamiento de granadas de las armas de apoyo. Nuevamente el Regimiento Boquerón es sorprendido, esta vez por dos escuadrones que avanzaban para ingresar al fortín. Una Bandera Nacional paraguaya es capturada; el capitán Armando Pinto Tellería es quien la porta cuando ingresaba al fortín.

A lo largo del día, seis ametralladoras pesadas de la denominada Punta Brava disparan casi sin descansar, produciendo como los días pasados, nuevas bajas entre los soldados invasores que avanzaban por las avenidas de la muerte, ex profesamente también abiertas en este sector, cuando desde los primeros días de agosto, sus ocupantes procedieron a realizar trabajos de organización del fortín.

El tirador de ametralladora pesada, Alberto Saavedra Pelaez, instalado en el sector de “Punta Brava”, en su libro titulado “Boquerón”, registra lo sucedido en este día:

“A las cuatro de la mañana, el enemigo reanudó sus ataques a nuestras posiciones esta vez en mayor número y con todas sus armas, parecía que nos querían liquidad de una vez por todas. Los morteros hacían retumbar la tierra igual que sus cañones 105”.

“Los cadetes avanzaron por todos los sectores, estaban mezclados por tropas corrientes pero se los podía distinguir por sus uniformas más claros que el verde olivo de los demás. Así se lanzaron al ataque valientemente y los recibimos con ráfagas de ametralladoras causándoles numerosas bajas. Muchos quedaron tendidos en el pajonal y los más se desbandaron. Después supinos que, una fracción boliviana, al mando del coronel Montalvo que debía ingresar a Boquerón, llegó por la retaguardia al iniciarse el ataque enemigo con los cadetes y desbarató el asalto. Los nerviosos paraguayos disparaban muy alto y conseguían prácticamente picar las hojas de los árboles que caían sobre nuestras cabezas como mixtura. Todo el día y la noche soportamos estoicamente el ataque del enemigo que no cejaba en su intención de rendirnos”.

Un batallón y un escuadrón logran ingresar al fortín con ocho cajas de munición y sin sufrir bajas; son en total 315 combatientes, pero, deben salir del fortín porque no existen víveres para alimentarlos. Con graves pérdidas, las unidades logran romper el cerco.

En esta maniobra se destacan los tenientes coroneles Méndez y Montalvo, el mayor Enrique Eduardo, Capitán Luis Pinto, los tenientes German Busch, Víctor Rincón, César Ascarrunz, Luis Grossbergeer, los hermanos Arturo y Eduardo Montes, Armando Ichazu, Rogelio Benegas, Luis Estensoro Machicado y el subteniente de sanidad Edmundo Hassenteufel.

En el lado oeste, es decir, en la retaguardia del fortín, también se desencadenan feroces combates.

El 15 de diciembre de 1932, otra Bandera Nacional del Paraguay más una Bandera de Sanidad serán capturadas al Regimiento Valois Rivarola, en la retoma de Platanillos.

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