LA FIRMA DE LA PAZ DEL CHACO (Guerra del Paraguay - Bolivia)



"El presidente de la República Argentina, general Agustín P. Justo ha llegado a las once cuarenta, acompañado de sus cancilleres, al Salón Blanco de la residencia presidencial. El general Justo tenía a su derecha al canciller boliviano, [Tomás Manuel] Elio; al canciller brasileño, [José Carlos de] Macedo Soares; a la izquierda, al canciller [Carlos] Saavedra Lamas, [Luis] Riart [canciller paraguayo] y todos los miembros del grupo de Estados mediadores.
El introductor de embajadores ha dado lectura a los términos del protocolo por el que Bolivia y Paraguay se comprometen a cesar, dentro de las cuarenta y ocho horas, las hostilidades en todos los frentes. Después de terminada la lectura, han hecho uso de la palabra los representantes autorizados de Paraguay y Bolivia, los cuales se han manifestado dispuestos a aceptar el compromiso, afirmando la satisfacción de sus respectivos Gobiernos de poner fin, de una manera amistosa, a un conflicto por el que se ha vertido tanta sangre.
A continuación se ha procedido a la firma del protocolo que ha quedado refrendado por las firmas de los representantes interesados, a las doce treinta y tres exactamente. Ha firmado en primer lugar el señor Riart y a continuación el señor Elio; seguidamente, Saavedra Lamas, Macedo Soares, [Félix] Nieto del Río [canciller chileno] y otras personalidades de los países mediadores.
Al terminarse la ceremonia de la firma, todas las personalidades presentes se han abrazado, en medio de la mayor efusión.
Los representantes de Bolivia y Paraguay se han dado la mano cordialmente y han sido felicitados por todas las personalidades."

(Nota del Diario La Vanguardia- Barcelona, España)


EL PRESIDENTE SALAMANCA AL ALTO MANDO MILITAR BOLIVIANO EN LA GUERRA DEL CHACO: “LES HE DADO TODO, MENOS INTELIGENCIA”

Fuente: La guerra del Chaco – Historia (Grafica) y Literatura. De Mariano Baptista Gumucio / Comunicaciones El País, La Paz – Bolivia, marzo de 2002.

Las relaciones entre el gobierno boliviano y los altos mandos militares durante la guerra del chaco fueron altamente conflictivas, esto contribuyo a todos y cada uno de los desastres y reveses militares bolivianos sufridos a manos del Paraguay. Hoy les traemos una muestra de aquellos días difíciles para el país, donde los militares y el Presidente Salamanca intercambiaban reclamos y calificativos despectivos.
A diferencia del Paraguay, donde las relaciones entre el  gobierno y el poder militar eran armónicas y existía un claro entendimiento entre el presidente Ayala y el General Estigarribia –quien visito 30 veces la zona de operaciones, mientras que Salamanca solamente fue 3 veces, la última para soportar la afrenta de su derrocamiento.
En Bolivia prácticamente desde el inicio de la campaña, si no antes, hubo un divorcio completo. Salamanca no ocultaba su menosprecio por la “semiciencia”, de que hacían gala los militares y llamo a Kunt para que dirigiera las operaciones y luego a la misión Checa dirigida por el Gral. Placek, decisiones, ambas que desagradaron profundamente a los ofíciales locales. De su parte el Coronel Ángel Rodríguez que soñaba algún día con llegar a ocupar la silla presidencial, lo llamaba “el viejo chullpa”. Cuando murió Alberto el hijo del Presidente, este recibió un telegrama que le confirmaba que le deseo se había producido en “forma accidental”. El mandatario tuvo fuerzas para replicar. “Todos los hijos de la patria mueren heroicamente en el Chaco, solamente el mío muere por accidente”. Y ante la manifiesta incapacidad de los altos mandos para utilizar eficazmente el material humano y los recursos que el país entregaba con enormes sacrificios. Salamanca concluyo por decir: “Les he dado todo, menos inteligencia”.
Tiempo antes, en septiembre de 1934 el presidente se reunió con el general Peñaranda en Tarija, allí se produjo un altercado bastante fuerte, ese episodio termino con el intercambio de telegramas. Peñaranda recibió uno que decía:
Hago saber a Uds. que el pueblo ya no tiene confianza en la pericia del comando”, y el presidente Salamanca como respuesta recibió esta; “Respecto a la opinión del pueblo no debe Ud. Preocuparse, porqué aquí en la línea también se piensa lo mismo de su gobierno y no por ello nos alarmamos”.
Cabe mencionar que todo este divorcio entre el Presidente Salamanca y los militares se debía en parte a la constante intromisión e intento de Salamanca de dar órdenes y diseñar estrategias  que estaban reservadas enteramente a entendidos militares.

EL PRESIDENTE MAS JOVEN QUE GOBERNÓ BOLIVIA FUE...


Por: Tomas Molina. / Foto: Germán Busch. 


 ¿QUIEN FUE EL PRESIDENTE MÁS JOVEN DE BOLIVIA?

Sin lugar a dudas el presidente más joven que tuvo Bolivia fue el Mariscal Antonio José de Sucre, que cuando tomó las riendas del nuevo Estado, después de Bolívar, tenía 30 años. Sucre nació el 3 de febrero de 1795 y asumió la presidencia efectiva de Bolivia el 29 de diciembre de 1825. Pero, Sucre no era altoperuano, sino venezolano, por lo que a la pregunta de ¿Quién fue el presidente BOLIVIANO más joven?, sin lugar a dudas fue Germán Busch Becerra, que asumió el poder el 13 de junio de 1937 a la edad de 33 años.

Y, ¿quién fue el presidente más viejo de nuestra historia? Víctor Paz Estenssoro, nacido el 2 de octubre de 1907, que al asumir su cuarta presidencia, el 6 de agosto de 1985, tenía 78 años.  SALUDOS Y HASTA LA PRÓXIMA.

LA BATALLA DE KILÓMETRO SIETE - 10 DE NOVIEMBRE DE 1932 EN LA GUERRA DEL CHACO


Por: O. Cordova. 


A poco, 1.500 hombres, a cargo de 80 oficiales, oteaban el otro lindero del pajonal, esperando la aparición del adversario y repitiendo la consigna proclamada por su jefe de división: “No pasarán”.
El combate se propagó como un reguero de pólvora. Los cañones de Kilómetro Siete atronaron el espacio. Dos escuadrillas, de 6 aviones cada una, lanzaron sus bombas. Una banda de música alentó a las fuerzas bolivianas. El ataque sorprendió a los paraguayos en circunstancias en que el 2 de Mayo (paraguayo) había relevado parcialmente al Corrales (paraguayo) y parte de éste se encontraba de reserva. Los soldados de uno y otro regimiento se entremezclaron produciéndose la confusión y el pánico. Un batallón (paraguayo) se precipitó en desordenada fuga sin querer escuchar las voces de mando de sus oficiales. El mayor (paraguayo) Torreani Viera, sobre cuyo puesto de mando había salido la vanguardia boliviana, se vio precisado a defenderse con sus estafetas y cocineros. A su vez el Murguía, que creyó poder llegar sin oposición a las espaldas del enemigo, fue sorprendido con un contrataque y tuvo que retroceder a una isla de bosque. En el centro, el Reg. Campos (boliviano), sin cuidarse del enlace con las tropas de su izquierda, avanzó impetuosamente. El Reg. Loa (boliviano) desalojó al enemigo que tenía adelante.
El Abaroa (boliviano) se encargó de recoger los heridos, prisioneros paraguayos y material que dejó el enemigo ante el empuje de las otras dos unidades. A las 5 de la tarde se dio la orden de repliegue. Hasta las 8 de la noche los regimientos bolivianos volvieron a sus primitivas posiciones. Sus bajas eran 40 muertos, 250 heridos. En el campo contrario, el Corrales quedó raleado en su cuadro de oficiales... y sus veteranos reducidos a 400... (Masamaclay- R. Querejazu).
Al final de la batalla, unidades paraguayas de 1.200 plazas, se vieron reducidas a menos de 300. (Cnel. paraguayo Nicolás Delgado)

DE LOS CUATRO ACTORES ESTRATEGICOS DE LA GUERRA DEL CHACO, SÓLO BOLIVIA ALCANZÓ SU OBJETIVO DE GUERRA.



(Por Diego Martínez Estévez) 

Paraguay

Inicialmente se planteó como objetivo de guerra, llegar “ni más allá ni más acá del Parapetí”. Luego, durante el curso de la guerra y al contar con la alianza de la Argentina con todo su poder estatal, en mayo de 1933 modificó su primer objetivo y lo reformuló en el nuevo “Mapa de la República del Paraguay”, donde se observa que para este país, el Chaco Boreal se extiende abrazando a la misma ciudad de Santa Cruz, más la provincia Ángel Sandoval, las cordilleras del Aguaragüe y Charagua donde se encontraban los yacimientos petrolíferos y también, parte del Departamento de Chuquisaca.

Ninguno de estos objetivos alcanzó o se apoderó y así lo demuestra la actual frontera internacional demarcada entre este país invasor y Bolivia.

Chile

Según se lee en el libro MEMORIAS DIPLOMÁTICAS, MISIÓN EN CHILE, escrito por que fuera Ministro Plenipotenciario paraguayo Vicente Rivarola acreditado ante el gobierno chileno, este país y en acuerdo con el Paraguay, esperaba enclaustrar a Bolivia también por su lado este, esto es, negarle su acceso soberano al océano Atlántico a través del río Paraguay, con la finalidad de mantenerlo eternamente amarrado a los puertos chilenos.

Argentina

Como Estado, esperaba “restituir” a su territorio, el Departamento de Tarija, cuyos habitantes y mediante un cabildo, decidieron incorporar su territorio a la naciente Bolivia

Como personas privadas, entre éstos el Presidente argentino, general Pedro Justo, esperaban consolidar sus propiedades adquiridas de los distintos gobiernos paraguayos, inmensos lotes de propiedad boliviana. Estas personas y empresas argentinas, utilizando para sus propios fines todo el poder estatal argentino, lograron consolidarlo como botín de guerra, pues, fueron ellos quienes, en parte financiaron los gastos de guerra del Paraguay.

Bolivia

Durante la batalla diplomática que se extendió por tres años - desde el Cese de las Hostilidades del 14 de junio hasta el 20 de julio de 1938 – y ante su amenaza de reiniciar las operaciones bélicas, logró que el Paraguay hiciera retroceder a su ejército, hasta la frontera internacional actual.

Al respecto, es necesario exponer los siguientes hechos que finalmente permitieron que alcanzara su objetivo de guerra.

La sesgada corriente de pensamiento que hasta el presente sustenta el Paraguay y también algunos bolivianos, creen que Bolivia y en una extensión de 42 kilómetros, siempre tuvo acceso al río Paraguay, franja triangular cedida por el Brasil mediante el Tratado de Petrópolis de 1903.

Aclarar que este territorio denominado “Triángulo Foianini”, más una gran porción que se extiende al norte del mismo (hasta Ravelo en el oeste y hasta la desembocadura del río San Juan en el este), fue lo que el Paraguay también esperaba apoderarse. Efectivamente, sus tropas se aproximaron hasta las cercanías de fortín Ravelo. Por esta causa y en su criterio, el Paraguay consideró que debía trazarse una línea demarcatoria entre Paraguay y Bolivia, desde este fortín situado en el oeste, hasta el río San Juan situado en el este (ver croquis adjunto).

El libro titulado MASAMACLAY, de Roberto Querejazu Calvo, detalla los duelos diplomáticos sostenido en Buenos Aires entre Bolivia y Paraguay, en torno al límite internacional que ambos adversarios consideraban que debía trazarse.

De todos estos encontrones hasta violentos, transcribimos de este libro lo que el Paraguay consideraba que debía ser su límite con Bolivia:

“5 de mayo de 1938”:

“Zubizarreta delineó a Alvarado, ayer, la oferta final paraguaya. La línea iría de Ibibobo al Parapetí, dejando al Paraguay Carandaití y Mandeyapecua, de allí a Matico, Ravelo, San Juan y a la boca del Otuquis en el río Paraguay. Esa línea es menos favorable que las proposiciones paraguayas hechas antes del viaje a Asunción y La Paz. …Zubizarreta dijo que los delegados que fueron a Asunción eran ingenuos y no entendieron exactamente ni al presidente ni a los militares. .. Sostuvo que no había peligro de renovación de la guerra, ya que los mediadores estaban obligados a preservar la paz y que en vista de la situación política interna en Bolivia y Paraguay, lo mejor era que la conferencia demorase las negociaciones indefinidamente”…”En nuestra conversación con el presidente argentino, hoy, declaró que la situación es grave, que hay peligro de renovación de hostilidades, que no se puede tolerar un fracaso, ni una nueva guerra. Expresó que entre los mediadores la mayor responsabilidad es de la Argentina y que nadie puede prever qué complicaciones acarrearía una nueva guerra”….

Comentario:

La propuesta del representante paraguayo – Zubizarreta – le niega a Bolivia su acceso al río Paraguay, cuando dice: ……“hasta la boca del Otuquis”; es decir, sólo hasta donde el río Otuquis echa sus aguas y las echa al río Negro (ver croquis)

La expresión de “hay peligro de renovación de hostilidades”, alude a la amenaza vertida por el teniente Elías Belmonte, que llevando la voz del Presidente Busch a Buenos Aires, se entrevistó por cuatro veces con el Canciller argentino para expresarle que el ejército paraguayo debía retroceder muchos kilómetros, caso contrario, Bolivia reiniciará las hostilidades militares”.

“23 de junio (de 1938)”.

“La contraposición paraguaya ofrece la línea D’orbigny (situada en el Río Pilcomayo), Capirenda, Carandaití, Matico, Ravelo, a un punto en el Otuquis en la latitud de San Juan y siguiendo este río hasta su desembocadura en el río Paraguay”. El memorándum (paraguayo) que acompañó la proposición, reitera la irreductibilidad respecto a la cesión del territorio al sud del Otuquis. A sugestión del canciller argentino, la conferencia ha decidido avisar a los paraguayos, mañana, que su proposición es totalmente inaceptable y que no será ni siquiera sometida a consideración de los bolivianos, pero que nos esforzaremos en inducir a éstos a renunciar a sus pretensiones en el río y mejorar al Oeste y Norte a favor del Paraguay la línea propuesta por la conferencia”.

Comentario:

Esta nueva propuesta tiene una variante con la del 5 de mayo: Zubizarreta ya no impone en el sud, a Ibibibo como frontera, sino, a D’orbigny, que se encuentra más al este, en la misma orilla del río Pilcomayo. En el noreste (región del río Paraguay), no cede un milímetro. Con esto, pretende anexar para su país, además del Triángulo Foinanini, el territorio que existe en su norte, esto es, desde fortín Ravelo, hasta el río San Juan que echa sus aguas en el río Paraguay.

“25 de junio”:

“El ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia le ha anunciado al canciller argentino que si no se hace ningún progreso hasta principios de la próxima semana, retirará la aceptación de su país a la última proposición de la conferencia y volverá a La Paz el miércoles. El delegado chileno ha comunicado que grandes partidas de armamento han pasado a Bolivia por Arica durante el mes de abril…”.

Comentario:

Bolivia sutilmente advierte que de no ser aceptada su propuesta, recurrirá a la guerra; advertencia que se volverá a manifestar en los días siguientes.

Entretanto, en las academias de guerra de Italia y Francia, medio centenar de oficiales bolivianos se encontraban cursando estudios.

Entre “las grandes partidas de armamento”, también se contemplaba la adquisición de tanquetas de industria italiana y que efectivamente llegaron a Bolivia.

“25 de junio”:

El Ministro de Relaciones Exteriores argentino informó extraoficialmente al canciller y al delegado bolivianos, que la contrapropuesta paraguaya era negativa. El canciller boliviano le leyó un memorándum redactado en lenguaje fuerte declarando que tres rechazos paraguayos a las proposiciones de la conferencia, frustraban toda esperanza de arreglo pacífico, que la actitud paraguaya, ayudada por las mistificaciones de la prensa de Buenos Aires, trataba de colocar a Bolivia en una posición falsa, que Bolivia retiraba su aceptación de la última proposición de la conferencia y reiteraba su derecho a todo el territorio chaqueño hasta la confluencia de los ríos Pilcomayo y Paraguay, y que Bolivia no participará más en reuniones. El Ministro de Relaciones Exteriores boliviano dio a entender que su memorándum había sido entregado a la prensa. Esta declaración, naturalmente provocó una protesta violenta de parte de nosotros, durante la cual los bolivianos acusaron a los mediadores de prestarse al juego paraguayo, de debilidad y citaron las expresiones de amistad del canciller argentino hacia el Paraguay. Finot indicó que el memorándum boliviano era sólo un ejemplo de lo que seguiría en caso de fracaso de la mediación…”.

Comentario:

En toda la guerra – militar y diplomática – Argentina no se apartó de su rol de aliada del Paraguay y así dio a entender Enrique Finot, en su memorándum de entrega a la prensa, que devela la falsa neutralidad argentina.

“1ro. de julio de 1938”

“Ayer tarde el canciller Baez y Zubizarreta, engañados por seguridades que les dio Saavedra Lamas (ex canciller argentino que no cejaba en su empeño de materializar la fórmula paraguaya de negarle a Bolivia acceso al río Paraguay), de que Bolivia aceptaría la línea de la contrapropuesta paraguaya, trataron de modificar substancialmente el entendimiento al que llegamos días antes. … Los bolivianos se han dado cuenta que los paraguayos están cediendo un poco y quieren tomar ventaja de ello para obtener una línea más favorable...”.

“2 de julio de 1938”:

El delegado paraguayo Cardozo nos ha informado de que está autorizado por el presidente de su país y los miembros militares del gabinete, a aceptar el plan del arbitraje y el plebiscito…”

Comentarios:

Zubizarreta, era el más empecinado en negar las propuestas bolivianas y para sustraerse de cualquier responsabilidad acordada en contra los deseos de su país, renunció a la Presidencia de la Delegación y fue reemplazado por Efraín Cardozo. Este mismo día, el mariscal Estigarribia que cumplía la función de Ministro Plenipotenciario ante el gobierno de EE.UU., arribó a Buenos Aires para reforzar la ponencia paraguaya. A su paso por Honduras, Estigarribia, muy seguro de sí mismo declaró a la prensa que lo que obtuvieron con sangre, con sangre lo defenderán; sin embargo, 19 días más tarde, sería él quien firmaría ante Bolivia una virtual capitulación. Pormenores que dieron lugar a su firma en el Tratado de Paz, lo publicaremos en otro artículo.

El plebiscito se refería a someter ante el pueblo paraguayo su aceptación o no, a los acuerdos finales arribados con Bolivia. Días más tarde, por dicho plebiscito popular, darían su voto de aprobación 135.385 ciudadanos, 13.204 en contra y 559 abstenciones.

La fórmula a proponer en el plebiscito paraguayo, se leerá en el siguiente párrafo.

“4 julio de 1938”:

“Se ha acordado dar al canciller argentino cuarenta y ocho horas para que haga esfuerzos personales para obtener un completo entendimiento. No me gusta este procedimiento, pero no puedo hacer nada en contra. El canciller boliviano, en un esfuerzo para acusar otra vez a los paraguayos de intransigencia e ignorando la solución por arbitraje y plebiscito, la tarde del sábado dirigió una nota impertinente a la conferencia, declarando sin exactitud que la conferencia había prometido terminar las negociaciones el 25 de junio, si el Paraguay no aceptaba dentro de setenta y dos horas la línea propuesta por la conferencia menos el litoral… Las negociaciones están en el siguiente estado: Ambas partes han acordado, individualmente con los mediadores, que la línea del fallo arbitral será Esmeralda (situado en la ribera del río Pilcomayo), 27 de Noviembre, a Capitán Ustariz, Palmar de las Islas y boca del Otuquis. La posición paraguaya es que se someta a arbitraje la zona comprendida entre su contrapropuesta y la línea de la conferencia menos el litoral. La posición boliviana es que la línea del Oeste en el fallo arbitral debe ser escrita en el compromiso arbitral como siendo de Esmeralda, a 27 de Noviembre, a Capitán Ustariz, porque, como dijeron el viernes, no confían en los árbitros. Ahora alegan que para balancear la posición paraguaya respecto al río Paraguay, la zona del arbitraje no debe tocar el río Parapetí…Los paraguayos han informado que Bolivia está concentrando tropas en el Chaco, evidentemente para atacar en caso de fracaso de la conferencia. Los militares neutrales confirman que tropas bolivianas se han movido a la línea intermedia desde Villamontes y que su posición de observadores se está haciendo muy difícil”.

Comentario:

En el caso paraguayo, la consulta popular mediante plebiscito y en Bolivia, a través de la Asamblea, consistía en dejar enclaustrada a Bolivia, al señalarle su nuevo límite internacional en la desembocadura del río Otuquis o Boca de Otuquis, en el río Negro (ver croquis).

Como ambas partes dejaron al Laudo Arbitral” integrado por varios países, la decisión de señalar puntualmente en el terreno el trazado final de la frontera internacional entre Bolivia y Paraguay, el contenido de la propuesta expuesta en el plebiscito paraguayo y consulta a la Asamblea boliviana, SUFRIRÁ SUSTANCIALES MODIFICACIONES MUY FAVORABLES A BOLIVIA, como se constata en el segundo gráfico.

En otras palabras, tanto paraguayos como bolivianos fueron engañados sobre el trazado de la verdadera línea fronteriza que separaría a ambos países.

CON RELACIÓN A LO ANTERIOR, LO SIGUIENTE ES MUY IMPORTANTE QUE LOS LECTORES TOMEN EN CUENTA, CUANDO EN ESTA MISMA PÁGINA LEAN UN PRÓXIMO ARTÍCULO Y QUE HARÁ REFERENCIA AL “ACUERDO SECRETO”, AL QUE LOS DIPLOMÁTICOS REPRESENTANTES DE AMBOS PAÍSES BELIGERANTES, ARRIBARON.

Adelantarles que dicho “acuerdo secreto” consistió en aceptar lo que el Laudo Arbitral meses más tarde sancionaría a favor de Bolivia; el Paraguay lo interpretará como una vil traición de sus representantes diplomáticos, porque comprobará que su país perdió un gran territorio sembrado de riquezas naturales.

En cuanto a Bolivia, con el Laudo Arbitral emitido por la Comisión de los países mediadores, ALCANZÓ SU OBJETIVO DE GUERRA que fuera inserto en el Plan de Operaciones formulado en el mes de abril de 1932, por el Estado Mayor del Ejército de Bolivia.

Contrariamente, el Paraguay no alcanzó ninguno de sus objetivos de guerra que a medida de la evolución de acontecimientos militares, los iba reformulando.

Para constatar la derrota paraguaya en la batalla diplomática de la guerra del Chaco, leamos un fragmento de lo que un portal paraguayo del internet, interpreta las consecuencias negativas para los intereses paraguayos, derivadas del laudo arbitral:

“Rotundamente podemos afirmar que no hubo COLEGIO ARBITRAL, ni ÁRBITROS ni LAUDO ARBITRAL. Todo fue una sucia comedia en la que los autores fueron estos señores cuyos nombres podemos leer en cada uno de estos documentos en que se divide la actuación de la Conferencia de Paz del Chaco”.

“Se nos antoja que a los entregadores de Villa Montes les habrá pasado lo mismo que a los oficiales del R.I. 5 General Díaz cuando tuvieron que devolver el reconstruido Fortín Vanguardia. Bien lo dice el Coronel Antonio E. González: tuvieron que esconder su vergüenza frente a la sonrisa socarrona de los oficiales bolivianos que vieron descender la bandera paraguaya y el izamiento de la boliviana, aunque fuera territorio plenamente reconocido como paraguayo”.

“Para los oficiales que entregaron los territorios paraguayos declarados bolivianos por la Conferencia, habrá sido y esto lo creeremos siempre, un poco más doloroso, porque el retroceso significaba abandonar a todos los muertos por la patria que fueron muchos y que reposaban en tumbas ignoradas precisamente en esos mismos terrenos, ahora regalados gracias a la cesión graciosa de un gobierno infame al que ellos se comprometieron a servir”.

“Posiblemente ninguno se puso a pensar en lo que afirmaba el boliviano Mariano Baptista Gumucio en su libro Historia Gráfica de la Guerra del Chaco: "Y sabemos del Paraguay, qué se quedó con el Chaco, es decir con las hormigas, con las arañas y con las serpientes. Eso es todo". Y eso es en realidad lo que nos asignó el laudo arbitral. "El petróleo y los verdes campos fueron para Bolivia que los explota sin perjuicio de ninguna laya, son suyos".

“¿Y qué dijeron esos otros militares que traicionaron a sus amigos y se pasaron a los entregadores, que recibieron de Cardozo y de Argaña, personeros del régimen, la promesa de que Mandeyupecua, Huirapitindy, Capirendá, Carandayty serían salvados con "notas reversales" que no sabían lo que eran y nunca existieron? Estamos esperando las respuestas que sabemos que ya nunca las tendremos”.

“Y otra vez repetiremos las palabras del excombatiente Capitán Ramiro Escobar sobre el tema de las pérdidas de territorios para el Paraguay, o el retroceso de las fuerzas paraguayas:”.

"La Nación paraguaya fue tratada como nación derrotada. No se han pactado ganancias ventajosas en su obsequio. Se le impuso condiciones de país vencido. Todo fue pérdida para el pueblo paraguayo”.

"Por el curioso arbitraje, el Paraguay retrocedió en el oeste. Las fuerzas paraguayas abandonaron la línea de hitos que marcaba el límite hasta donde llegaron en su defensa victoriosa las tropas paraguayas; debieron abandonar el camino internacional; abandonaron todo el territorio adyacente a dicho camino; debió abandonar Carandayty y otros puntos históricamente paraguayos y de vital importancia. Debió retroceder sobre el río Pilcomayo unos doscientos kilómetros de su posesión y dominio hasta la línea que fijó el peregrino arbitraje pactado, dejando a Bolivia a perpetuidad las regiones del Chaco más ricas en aguadas, bosques y agricultura, ganadería y petróleo”.

"Es oportuno recordar que con tal retroceso se quebrantó el solemne juramento de las tropas paraguayas que prometieron al recuperar esos territorios de la usurpación boliviana, no permitir en ningún tiempo el retroceso de tales sitios”.

"El Paraguay retrocedió asimismo, en el norte. Y se estuvo corriendo el riesgo de perder en dicha zona sitios tradicionalmente administrados y gobernados por el Paraguay, con pleno derecho”.

"Bolivia, que no pudo avanzar un solo paso durante la guerra, avanzó en todas partes. El Paraguay retrocedió en todos los terrenos. Bolivia adelantó como si fuera un país vencedor. El Paraguay se encogió y estrechó como si fuera una nación vencida".

COMENTARIO FINAL

En esta guerra que duró seis años, se libraron dos luchas: la campaña militar y la campaña diplomática. En ambos, el Paraguay resultó ser “una nación vencida”.

En la primera lucha:

El ejército paraguayo, a pesar de haber avanzado militarmente en el terreno gracias al concurso directo e indirecto de su aliada Argentina considerada en esa época como la quinta potencia mundial, fue derrotado, le fue sometido su voluntad de vencer que fuera expresada a su modo por el propio general Estigarribia cuando en mayo de 1935 le solicitó a su Presidente que gestionara el alto al fuego. No fue aniquilado porque “le salvó la campana” - la presión de la diplomacia argentina - justo en momentos en que el Ejército de Bolivia, robusto en personal y medios bélicos, se aprestaba a ejecutar una maniobra de envolvimiento por el lado sur de la zona de combate.

En la segunda lucha:

Otra vez la disuasión militar boliviana obligó a los integrantes del Laudo Arbitral a establecer el limité internacional definitiva entre ambos beligerantes. Este límite fue producto del “Acuerdo secreto” previo, suscrito por las delegaciones diplomáticas de Bolivia y Paraguay, entre ellos, el propio mariscal Estigarribia.Final del formulario



MANUEL ISIDORO BELZU Y SU RELACIÓN CON LAS MASAS INDÍGENAS Y PLEBEYAS DE BOLIVIA


Por: René Zavaleta Mercado (1986).  

El gobierno de Manuel Isidoro Belzu (1848 - 1855) representa una ruptura en la mezquina continuidad de la política antipopular de las administraciones republicanas del siglo XIX en Bolivia, que no prestaban ninguna atención a los derechos e intereses de los cholos y los indios. Para muchos, Belzu fue un tirano oscuro e ignorante, para otros, el presidente popular, precursor del nacionalismo y socialismo en Bolivia. El objetivo de este artículo es analizar la multidireccionalidad política del gobierno belcista relacionada con las masas populares urbanas de Bolivia, dejando de lado otro aspecto importante de la política del gobierno de Belzu, su actitud hacia el problema indígena campesino.
La estructura social de Bolivia en el siglo XIX tenía varios defectos: la presencia de un fuerte regionalismo, y la desunión de la élite y de las clases que pretendían dominar la sociedad. La debilidad económica de la élite boliviana, su reducido número en comparación con las capas medias y bajas de las ciudades, destacaban el rol de la plebe urbana en la vida política y social de Bolivia en los primeros decenios de la vida republicana. Estas capas sociales eran la base de articulación de los gobernadores militares y civiles, y de los caudillos de diferente índole. Con Belzu estos grupos activos de la población urbana encontraron una fórmula para su actitud independiente frente a las élites criollas. Belzu y sus partidarios al llegar al poder tentaron aflojar las influencias de las oligarquías locales y construir una "república plebeya".
El retrato social de la plebe urbana a mediados del siglo XIX es multifacético. Incluía más amplias capas bajas y medias urbanas, pequeños y medianos comerciantes, militares, inclusive los oficiales sueltos sin plaza, grupos de clase media urbana (empleados, bajo clero, escribanos, pequeños cascarilleros), propiamente artesanos ricos y pobres, labradores, toda la gama de la población popular de la urbe boliviana.
En la primera mitad del siglo XIX La Paz se destacaba entre las demás ciudades bolivianas por su tamaño y una intensa actividad económica. En 1831, en La Paz vivían 30.463 personas, en 1845 contaba ya con 42.849 habitantes, y en 1854 alcanzaban la cifra de 68.1882. En 1854 el 42% de los habitantes de esta ciudad eran blancos y mestizos y el 58% era de origen aborigen (Barragán, 1990: 73-75). José María Dalence en su estudio estadístico ofrece datos sobre la población y, en específico, sobre los núcleos de familia, indicando la necesidad de aumentar a 4,5 los miembros por familia media. Aproximadamente el 30% de los habitantes de las ciudades en Bolivia eran artesanos y constituían el mayor grupo poblacional. Los terratenientes con sus familias conformaban el segundo gran grupo con el 15,6%. Los criados eran casi todos indígenas y representaban el 8,9% (suponemos, contados por separado y no por jefes de familia). Alrededor del 8% era empleados, el 2% profesionales (abogados, médicos, boticarios etcétera), y otro 2% constituía el clero. Los militares (soldados y oficiales) y la policía no estaban sujetos al censo, pero según otros datos, la cantidad de ellos se equiparaba a la de los funcionarios.
Un grupo privilegiado de la clase dominante, siempre criolla-blanca, gozaba del derecho al voto. Así que en la plebe se ubicaban no solamente las capas intrínsecamente populares (artesanos, labradores, etcétera), sino también parte considerable de la clase media criolla-mestiza. Entonces, sumamos todas las categorías de la población que podían corresponder a los criterios de la ley electoral: funcionarios (2.554), profesionales (591), mineros (248), hacendados (5.135), dejando fuera a los comerciantes, ya que solo una pequeña parte de ellos tenía ingresos suficientes. Esta suma casi coincide con el número de votantes: 8.073 en 1840 y 7.411 en 1844 (Dalence, 1975: 206-207; Irurozqui, 2000: 234). En las ciudades grandes como La Paz, Cochabamba, Sucre, Oruro, Potosí la cantidad de ciudadanos con derecho al voto no superaba el 2 - 4% de la población. En La Paz residían 42.849 personas y existían 2.342 propiedades (casas), pero votaban apenas unos 772, y son éstos los datos pertenecientes a las elecciones de 1855 cuando la cantidad de votantes, en comparación con 1850, casi se duplicó debido a los cambios efectuados en la ley electoral.
En Cochabamba vivían 30.396 habitantes y había 1.919 propietarios de casas, y votaban 1.240 personas, casi el doble que en La Paz (Redactor del Congreso [RC], 1855: 6-8; Dalence, 1975: 179). En La Paz existían muchos propietarios de casas, o sea, gente acomodada, que no votaba. Cochabamba era una ciudad señorial, lugar de residencia de los terratenientes del valle, una ciudad criolla, donde había más ciudadanos activos que en la comercial La Paz.

Son muy interesantes los datos sobre las villas y pequeñas ciudades provinciales. En el altiplano y en el valle de Cochabamba la situación era diferente. En el departamento de Cochabamba, en Ayopaya, vivían 1.526 habitantes. En el año 1850 en esta localidad ejercieron su voto 436 personas, es decir, un tercio (Archivo Nacional de Bolivia [ANB], Ministerio del Interior [MI], 1850, T. 135, No. 31). En el altiplano prevalecían los ayllus y, en cambio, vivían pocos hacendados; ahí el comercio era omnipresente, las villas estaban numerosamente pobladas, pero carentes de ciudadanos votantes. En Yungas, en la Villa de Sagárnaga (provincia Coroico) vivían 3.245 personas, pero apenas votaban 51 (RC, 1855: 6-8). En la capital de la rica provincia de Larecaja, en Esquivel, residían 2.347 personas, pero en las elecciones al Congreso de 1848 solo votaron 159 (ANB, MI, 1848, T.124, No.14, f.3). Podríamos afirmar que el número de votantes poseedores de los requisitos impuestos por la ley electoral nos da una idea aproximada de la clase alta boliviana. Como podían votar solamente los jefes de familia, podemos calcular que con toda la parentela suman el 8% (en La Paz) y hasta el 20% (Cochabamba, Sucre, Oruro) de la población urbana. En las ciudades provincianas, en los centros y villas cantonales del valle de Cochabamba, a esta clase pertenecía la mayor parte de la población (Arque, Tapacarí, Ayopaya, Cliza), pero en el altiplano, como en el departamento de La Paz, no llegaba ni al 10%. Las leyes excluyentes de derecho a voto ponían al margen de la participación política no solamente a las masas plebeyas, sino a las capas medias urbanas. Con Belzu estas clases excluidas esperaban el cambio de la situación política.

BELZU Y LA PLEBE EN ACCIÓN

Los lazos estrechos entre Belzu y las masas populares se manifestaron en los primeros meses de su gobierno, durante la guerra con el Congreso y con Velasco, en ardua lucha por el poder. Una novedad política de la revolución belcista contra Velasco y el Congreso en 1848 fue la participación activa de las masas populares. No solo la guardia nacional, sino la gente del pueblo, los cholos de la ciudad, se levantaron en apoyo a Belzu. Fue sorprendente ver, inclusive para el propio Belzu, cuando el 12 de octubre de 1848, después que el comandante de las tropas de La Paz, el general Ágreda, tras varios días de indecisión se opusiera a los belcistas, cómo el pueblo paceño se sublevó y derrotó al general. Sobre estos acontecimientos Belzu asombrado escribe a su amigo, el general Pedro Cisneros: solamente gracias al pueblo su causa triunfa en La Paz (BNP, Correspondencia de Pedro Cisneros).
En el sur, al contrario, reinaba un ambiente de temor frente a la inevitable invasión del norte. Belzu allí era visto como una reencarnación de la anarquía, del militarismo y de la barbarie (Anatema Nacional [AN] No.1, 28.10.1848). Sin embargo, en el sur Belzu también tuvo muchos partidarios. El 13 de octubre se sublevan los carabineros de Sucre. El presidente Velasco tiene que huir, y toda la gente decente de la ciudad y el mismo gobierno salen a las barricadas para resistirles. Bajo el mando enérgico de Casimiro Olañeta, miembro de la Junta de gobierno de 1847 (triunvirato formado por Belzu, Velasco y Olañeta) se organiza una lucha en las calles de la ciudad, pero las fuerzas son desiguales. Llegan los destacamentos belcistas y ocupan la ciudad. Los belcistas convocan a un cabildo abierto para elegir nuevas autoridades. Como escribía el periódico sucrense antibelcista Anatema Nacional, al cabildo acudió mucha gente plebeya, lo que según el periódico, constituía una prueba de la naturaleza vil del belcismo (AN No. 6, 03.11.1848). Fue la primera característica dada al belcismo como fuerza apoyada por la plebe.
Las mutuas simpatías y adhesión de las masas al gobierno de Belzu se manifestaron durante las revoluciones de los grupos "pro oligárquicos" en marzo de 1848. Los acontecimientos de gran importancia para el futuro de la política nacional sucedieron en La Paz. Apenas Belzu había salido de allí con sus tropas, cuando el 12 de marzo se sublevaron los militares. Los belcistas, organizados por el coronel Pastor La Riva y el cura Blas Tejada, movilizaron a las masas populares para resistir el golpe. La población abandonó la ciudad: niños, mujeres, ancianos, padres de familia, todos salieron de La Paz hacia El Alto, cerrando el paso hacia el altiplano. La gente del pueblo prácticamente desarmada resistió a las tropas golpistas. En ardua lucha que costó la vida a más de 300 personas, el pueblo paceño derrotó al ejército. Como más tarde escribía la prensa belcista, los ballivianistas esperaban que la chusma, la garulla -así llamaban al pueblo- se rindiese a la aristocracia, a la nobleza, pero se equivocaron (La Época No.837, 11.01.1851). Al día siguiente en la ciudad comenzaron los robos y el pillaje no solo de las casas de los ballivianistas más connotados, sino también de todas las casas nobles. Cuando llegó Belzu, la situación en La Paz estaba fuera de control. Solamente con la ayuda de la iglesia, las autoridades lograron restablecer el orden y detener al gentío que hacía justicia por su propia mano.
Por primera vez en la historia del país, los motines y golpes fueron aplastados prácticamente sin participación de las autoridades. El representante de los Estados Unidos en Bolivia, John Appleton, escribió el 28 de junio de 1849 al secretario de estado Clayton: "La gente noble, los oficiales y soldados quieren el regreso del general Ballivián. El movimiento a su favor fracasó por causa de un valiente apoyo al gobierno por parte de los cholos e indios. Esta parte de la población en cierta medida estaba subyugada durante el gobierno de Ballivián.Aunque Oruro, La Paz y Cochabamba fueron fácilmente tomadas por los militares rebeldes apoyados por la gente rica y decente, los revolucionarios fueron inmediatamente barridos por el pueblo" (Shipe, 1967: 84).
Las constantes sublevaciones de la oposición, en las que participaban activamente los oficiales de las guarniciones locales provocaron una purga interna en el mando del ejército. Belzu la realizó apoyándose en las guardias nacionales y las masas populares de las ciudades (San Román, 1855: 5). Las guardias obrero-artesanales eran utilizadas por Belzu como un contrapeso al ejército, le servían como una amenaza perpetua a todos sus opositores y, por lo tanto, garantizaban la estabilidad del régimen. Esta guardia, sin estatuto legal, sin el armamento fuerte, no obstante, era un contrapeso eficiente a los militares, siempre dispuestos a motines y conjuras.
Las guardias actuaron con cierta autonomía, representando una forma de presión política de la plebe en las decisiones del gobierno que tuvo que tomar en cuenta sus intereses. Belzu intentó montar una estructura de control sobre las milicias, pero no fue del todo exitoso. El 1 de octubre de 1851 mediante un decreto especial el gobierno anunció la elaboración del reglamento de la Guardia Nacional dado que por todas partes los partidarios de Belzu creaban los grupos armados, y este proceso ya amenazaba con salirse del control de las autoridades (Colección Oficial T.14, 1865: 299). Los grupos armados de los belcistas creaban una situación de anarquía e inestabilidad. El 2 de agosto de 1849 fue publicada la orden que obligaba a todos los civiles a entregar sus armas en un plazo de 15 días, a cambio de una corta indemnización. Los infractores del decreto eran multados con 25 pesos e inclusive podían ser arrestados (ANB, Libro copiador de circulares a las prefecturas, 1849-1856: 2). La relativa autonomía de los grupos armados de los obreros y artesanos era la causa principal de la rotunda negativa de Belzu de entregar las armas a la plebe ni de legalizar las acciones violentas de las masas. Después de las sublevaciones antibelcistas de marzo de 1849, aplastadas por la plebe y las milicias, se formó un equilibrio y un convenio de mutuo apoyo y de alianza entre el caudillo y las masas del pueblo bajo que aceptó el indiscutible liderazgo de Belzu.
Belzu justificó la ola del terror "clasista" desatada por sus partidarios y la plebe porque la había provocado la propia aristocracia: "No soy yo, repito,"son los revolucionarios los que han excitado la aterrante indignación del pueblo y han encendido con mano impía la tea de la discordia entre las clases y las castas" (Mensaje que el Presidente Constitucional de la República presenta al Congreso extraordinario1855: 7). Belzu tuvo el mérito de involucrar en la política boliviana a las masas populares, creyendo que él mismo era su más sincero y fiel representante.

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Foto-postal: niños indígenas de La Paz / Aprox. 1910.

LA HONORABILIDAD Y HONRADEZ DEL PRESIDENTE COLGADO: VILLARROEL...


...ES BUENO ADMITIR QUE NINGÚN HOMBRE PÚBLICO QUE DEJÓ EL PODER, DEMOSTRÓ TANTA HONORABILIDAD Y HONRADEZ COMO EL PRESIDENTE VILLARROEL...

El gobierno del Mayor Gualberto Vlllarroel desde la iniciación de su gestión, buscó realizar una política de entendimiento nacional, no podía concebir que hubieran ciudadanos bolivianos con poca o casi nada de sensibilidad nacional, con el alma encallecida al servicio de la Rosca Minero Feudal.
Las decisiones políticas en Bolivia tenían virtualmente que afrontar las inmoralidades, las transgresiones, las represalias a la audacia política, el desafiar abiertamente al poder de la minería dominante, constituida en élite, con poder de decisión sobre la política y sus condiciones inherentes sobre el Estado y los círculos de los intelectuales políticos.
Uno de los aspectos claros que afloran a la luz de la historia y es bueno admitir que ningún hombre público que dejó el poder, demostró tanta honorabilidad y honradez como el Presidente Villarroel digno ejemplo de un militar consagrado por entero al servicio de la patria. Para el pueblo de Bolivia la Revolución del 20 de diciembre de 1943, fue un vislumbrar de un nuevo futuro, fue la esperanza cimentada sobre la verdad, la justicia, la dignidad de un Estado, después de cincuenta años de un artero sojuzgamiento por la oligarquía y las imposiciones políticas de los Barones del Estaño Boliviano.
Villarroel en su corto período de gobierno, satisfizo y creó las nuevas expectativas del nuevo Estado. Un Estado con dignidad, con libertades sociales, un estado con perspectivas económicas, un estado con libertad política; esta sincronización de actividades del estado, generadas por un gobierno con tendencias revolucionarias, era el objeto de la expectativa, no solamente nacional sino también con mayor preponderancia en las corrientes internacionales y Villarroel al frente de su gobierno soportó con estoicismo la oposición violenta y despiadada que desataron los amos en esta parte de los Andes, resistir con tolerancia los desmanes y las exigencias de los propios compañeros de lucha de esa singular empresa de gobierno, que tenía la responsabilidad primordial de mantenerla firme, y proyectarla en dimensiones mayores.
...Se organiza el gabinete a las 12 del día cuando aún estaban cerradas las puertas y ventanas del Palacio de Gobierno, en una salita convertida en eventual despacho presidencial; en esta misma oportunidad se convino que la presidencia debía ser ejercida por el Mayor Gualberto Villarroel. Muchos escritores tratan de disminuir la figura del Presidente Mártir y muestran su extrañeza porque no era un personaje conocido hasta la revolución de 1943; pero sí, era un militar que estaba ausente de la adulación política de la época, no lisonjeaba su dignidad de hombre, su espíritu revolucionario y lealtad a su patria, ni se ofrecía a la adulación, para asaltar el poder, tal como ocurría antes de 1943 y las posteriores que nos muestran con realismo inconfundible y están impresas en los marcos de la historia política del país.
Villarroel no era un ambicioso del poder por el poder, hemos desentrañado con alguna prolijidad la personalidad del Presidente de la Revolución Nacional, para aceptar la responsabilidad hasta el sacrificio de su vida, con el más alto sentido de renunciamiento, de ahí que su presencia ante la creciente efervescencia popular, tomara caracteres de historia, se prolongará como una figura de hombre con audacia, con coraje, con responsabilidad, con principios firmes en la dignidad del Estado, y es, el hombre que derriba todo el andamiaje de la vieja y estructurada oligarquía minero feudal.

(Fuente: VILLARROEL MÁRTIR DE SUS IDEALES Y EL ATISBO DE LA REVOLUCIÓN NACIONAL - Rene Gonzales, Luis Iriarte). —cortegosky©—

APODOS DE ALGUNOS PRESIDENTES DE BOLIVIA


Por: J. Luis Bernabé C. Para: Historias de Bolivia

Algo que nos distingue a los bolivianos independientemente de la cultura, zona o clima en el que vivimos es la costumbre de apodar, esta es una tradición que la arrastramos desde tiempos muy antiguos, propia además de las costumbres sencillas de nuestro pueblo, en algunos casos a las personas se las puede identificar más por su apodo antes que por el propio nombre.
El apodo nace con una intención puramente diferenciadora, se transmite durante varias generaciones y se convierte en una referencia de pertenencia a un grupo. En cambio el mote nace con una finalidad peyorativa, originado por alguna condición negativa o defecto físico, pero con el tiempo puede convertirse en apodo. Por otro lado debemos hacer notar que muchos apodos generacionales se aceptan de muy buena manera y hasta causan orgullo.
La mayoría de las veces el nacimiento de un apodo o mote es fruto del ingenio.
Por todo lo antes expuesto en esta ocasión les traemos una suculenta y deliciosa lista de apodos y motes con los que fueron conocidos nuestros ex mandatarios del país, espero la disfruten.

APODOS

CHULLPA (El). Aimara. Momia colla. Apodo del doctor Daniel Salamanca, presidente constitucional entre 1931-1934. Origen del a.: Su aspecto físico.

COBRE TACHO (El). Apodo del coronel Ismael Montes, dos veces presidente de Bolivia. Origen del a.: Que el coronel Montes descendía de una familia humilde, oriunda del pueblo de Corocoro, región con muchas minas de cobre y singular industria cuprífera.

CULO DE HIERRO (El). Apodo del Libertador Simón Bolívar. Origen del a.: Su resistencia física para permanecer montado sobre el caballo durante muchos días, sin demostrar cansancio. Le apodaban así sus soldados en actitud admirativa y afectuosa.

DON GOYO. Apodo del señor Gregorio Pacheco, presidente entre el 4 de septiembre de 1884 hasta agosto de 1888. Origen del a.: Diminutivo familiar del nombre Gregorio.

EXPÓSITO (El). Otro apodo del general Jorge Córdova, presidente constitucional desde agosto de 1855 hasta septiembre de 1857. Origen del a.: Se dice que el general Córdova no conoció a sus padres y que su infancia habría pasado en un orfelinato.

FALSO CONEJO (El). Apodo del doctor Hernán Siles Zuazo, presidente constitucional entre 1956 y 1960. Origen del a.: Su política indecisa y de doble actitud.

FIERO (El). Bolivianismo: variolado. Apodo del señor Mariano Baptista Caserta, presidente constitucional entre 1892 y 1896. Origen del a.: En su niñez había enfermado de viruela y tenía el rostro marcado por cicatrices.

FILIPONGO. Apodo del doctor Felipe Segundo Guzmán. Presidente provisorio entre 1925 y 1926. Origen de a.: Según el comentario popular, su obsecuencia al presidente Bautista Saavedra.

FIRMARANDA (El). Otro apodo del general de división Enrique Peñaranda Castillo, presidente entre 1940 y 1943. Origen del a.: Las pocas luces que le caracterizaban, motivo por el que firmaba con los ojos cerrados cualquier pliego que le presentaran sus colaboradores. Esto comentaba el pueblo.

FORZUDO (El). Apodo del coronel Agustín Morales, presidente entre 1870 y 1872. Origen del a.: Su mentada fortaleza y fuerza física.

GALLINA BLANCA (El). Apodo del General Carlos Blanco Galindo, presidente de la Junta de Gobierno de Bolivia de 1930 a 1931. Se desconoce el origen del apodo. Probablemente por la similitud sonora de su nombre y apellido.

INDIO JETÓN (El). Apodo del Gran Mariscal de Zepita, don Andrés de Santa Cruz y Khalahumana, presidente de Bolivia y supremo protector de la Confederación Perú-boliviana. Origen del a.: Su ascendencia materna indígena aimara procedente de los Caciques Khalahumana de Huarina.

KHUCHI P´EQE (El). Aimara. Cabeza de cerdo. Apodo del coronel Agustín Morales, presidente del país entre 1870 y 1872. Origen del a.: Su grueso cuello que terminaba en una cabeza de hirsutos cabellos.

LEÓN (El). Apodo de General de División Enrique Peñaranda Castillo, presidente constitucional entre 1940 y 1943. Origen del a.: Tenía fama de ser falto de inteligencia y parece que dio muchas muestras de ello. Le apodaron ´el león´ en tono jocoso, porque este es el rey de los animales.

LLINT´A TROMPUDO (El). Apodo del General en Jefe, Pedro Blanco, Presidente de Bolivia del 18 de diciembre de 1828 al 31 de diciembre del mismo año. Origen del a.: Sus facciones.

LOCO (El). Apodo del General René Barrientos Ortuño, Presidente de Bolivia entre 1964 y 1969. Origen del a.: Su carácter temperamental, impulsivo, violento.

LOCO MARISCAL (El). Apodo del General en Jefe del Ejército, Carlos Quintanilla, Presidente del país entre 1939 y 1940. Origen de a.: Un pintoresco proyecto de ley por el que se pedía el ascenso a Mariscal del General Quintanilla. La maledicencia adjudicaba la idea del proyecto al propio presidente.

MAGO (El). Otro apodo de don Mariano Baptista, Presidente Constitucional de Bolivia de 1892 a 1896. Origen del a.: Extraordinario orador. Decían sus coetáneos que cuando Baptista hablaba, el auditorio quedaba hipnotizado.

MAHOMA BOLIVIANO (El). Otro apodo del General Manuel Isidoro Belzu, Presidente de Bolivia entre 1848 y 1855. Origen del a.: "Por su extraordinaria popularidad que ni el poder del tiempo ha logrado disipar" y su poder magnético cuando se dirigía a las masas. Dicen que parecía un ser sobrenatural por su mirada hipnótica.

MANCO HERODES (El). Apodo del doctor Hernando Siles Reyes, Presidente Constitucional entre 1926 y 1930. Se desconoce el origen del apodo.

MONJE PILATOS. Apodo del doctor Tomás Monje Gutiérrez, Presidente Provisorio de Bolivia entre 1946 y 1947. Origen del a.: Su actitud indecisa frente al linchamiento de Escóbar, Eguino y Oblitas, el 27 de septiembre de 1946.

MONO (El). Apodo del doctor Bautista Saavedra, Presidente entre 1921 y 1925. Origen del a.: Sus facciones parecidas a las de este animal. Molestaba tanto al presidente el apodo, que ordenaba el destierro o la prisión a quien en algún hotel pidiera le sirvieran "Anís del mono", licor extranjero muy de moda en ese tiempo.

MONO PAZ (El). Apodo del doctor Víctor Paz Estenssoro, tres veces presidente constitucional del país. Origen del a.: Su parecido físico a ese cuadrúmano.

MONOLO (El). Apodo de don Aniceto Arce, Presidente Constitucional entre 1888 y 1892. Origen del a.: Su contextura física.

NIÑO BAMBINO (El). Otro apodo de don Felipe Segundo Guzmán, Presidente Provisorio de Bolivia de 1925 a 1926. Se desconoce el origen del apodo.
Pajuelero (El). Otro apodo del General Manuel Isidoro Belzu. Presidente de Bolivia entre 1848 y 1855. Origen del a.: Se dice que su madre, doña Manuela Humérez, tenía por ocupación fabricar ´pajuelas´, es decir fósforos de elaboración doméstica y precursores de la industria actual. Se fabricaba en escala mínima y era labor de gente humilde el aquel tiempo.

PANTERA (La). Otro apodo del General Mariano Melgarejo, presidente entre 1864 y 1871. Origen del a.: Su carácter sanguinario, su crueldad.

PATA AMARILLA (El). Apodo del General de Brigada José María Achá, Presidente Provisorio entre 1861 y 1864. Se desconoce el origen del apodo.

PICUIBA (El). Apodo del Coronel David Toro, Presidente de la Junta de Gobierno de Bolivia entre 1936 y 1938. Origen del a.: Referencia a su actuación militar en la retirada de dicho fortín durante la guerra del Chaco con el Paraguay.

QHENCHA (El). Apodo del General de División José Manuel Pando, Presidente entre 1899 y 1904. Origen del a.: Fue uno de los promotores de la Revolución Federal donde murieron muchos bolivianos. Las creencias aborígenes dicen que ´qhencha´ es quien derrama la sangre de sus hermanos.

QHOSILA (El). Quechua. El de ojos claros. Apodo del General Jorge Córdova, Presidente Constitucional entre 1855 y 1857. Origen del a.: El color claro de sus ojos y el rubio de su cabello lo tenían entre el pueblo como uno de los de la raza blanca.

QHOLO ACHACHITO (El). Aimara: El vejete duro. Apodo del doctor José María Linares, primero Presidente y después dictador (1857-1861). Se desconoce el origen del apodo.

Q´ISA (El). Aimara. El cara de fruto desecado. Apodo del doctor Tomás Frías, dos veces presidente de Bolivia. Origen del a.: Su aspecto físico por su ancianidad.

Q´OTO (El). Otro apodo de don Aniceto Arce, presidente constitucional entre 1888 y 1892. Origen del a.: Ser oriundo de Tarija a cuyos habitantes se les apoda así.

TATA BELZU. Aimara. Nuestro padre Belzu. Otro apodo del General Manuel Isidoro Belzu, presidente entre 1848 y 1855. Origen del a.: El profundo amor que le tenía al pueblo, tanto que el pueblo lo llamó ´Padre´

TENORIO (El). Otro apodo del General de División José Manuel Pando, Presidente entre 1899 y 1904. Origen del a.: Sus innumerables aventuras donjuanescas.

THANTA TENORIO (El). Quechua y español: El enamorado rotoso. Apodo del Teniente Coronel Adolfo Ballivián, Presidente de Bolivia entre 1873 y 1874. Se desconoce el origen del a.

THUNTA P´EQE (El). Aimara: El cabeza de tunta. Otro apodo del doctor Tomás Monje Gutiérrez, Presidente entre 1946 y 1947.

TÍA CATITA (La). Apodo del General José Miguel de Velasco, tres veces Presidente Provisorio de Bolivia. Origen del a.: Su voz atiplada y sus ademanes afectados.

TIGRE DE CEBOLLUDO (El). Apodo del General de División don José Ballivián Segurola, Presidente entre 1841 y 1847. Origen del a.: Su carácter atrabiliario y déspota, tanto en el trato íntimo como público. La maledicencia le atribuía historias truculentas de crueldad.

TIRANO DE LA FLORIDA (El). Otro apodo de don Aniceto Arce, Presidente Constitucional entre 1888 y 1892. Origen del a.: Su carácter despótico.
TÍSICO (El). Otro apodo de don Daniel Salamanca, Presidente Constitucional de Bolivia entre 1931 y 1934. Origen del a.: Su aspecto físico, asténico, delgado de carnes y un color enfermizo de tez.

TOROMONAS (El). Apodo del doctor Eliodoro Villazón, Presidente Constitucional de Bolivia, de 1909 a 1913. Se desconoce el origen del apodo.

TUMBA LEYES (El). Apodo del General de Brigada Hugo Ballivián Rojas; fue Presidente entre 1951 y 1952. Origen del a.: Haciendo reminiscencia de ser nieto de un célebre señor que hacía de abogado sin título, y conocido en los estrados y policías de entonces con el apodo de ´Tumba leyes´.

TUNTI MURU (El). Aimara. Nombre que se da a los niños campesinos pobres y desamparados. Apodo del señor Gregorio Pacheco, Presidente Constitucional entre 1884 y 1888. Origen del a.: Su infancia vivida en la pobreza y el abandono.

TURCO (El). Otro apodo del General Manuel Isidoro Belzu, Presidente de Bolivia entre 1848 y 1855. Origen del a.: Su ascendencia de origen árabe. Según muchos historiadores, el apellido Belzu castellanizado viene del árabe ´Bel-tzú´.

ZAMBO (El). Apodo del General Antonio José de Sucre, que gobernó Bolivia de 1825 a 1828. Origen del a.: El color de su tez, su cabello ensortijado.

ZAMBO LADRÓN (El). Apodo del General Narciso Campero, Presidente de Bolivia entre 1880 y 1884. Se desconoce el origen del apodo.

ZONZO CAYETANO (El). Otro apodo de don Adolfo Ballivián, Presidente de Bolivia de 1873 a 1874. Origen del a.: Haciendo parangón del presidente con un orate que deambulaba por las calles paceñas, a quien apodaban así. El pueblo y las altas capas, acostumbrados a ser gobernados por militares ineptos o civiles déspotas, no podían aceptar que fuera presidente un ciudadano de tan altas prendas: discreto, mesurado, honrado y respetuoso de la ley.

// Fuente: El apodo en Bolivia de Antonio Paredes Candia. (1977). Escritor, docente, investigador tradicionista y editor. Hijo del historiador Rigoberto Paredes.
// Foto: Daniel Salamanca y José Luis Tejada Sorzano ambos ex presidentes de Bolivia en su momento. (créditos: Pagina Siete)

10 DE NOVIEMBRE DE 1932 DÍA DE LA GLORIA. POR LA PATRIA MURIERON ALEGREMENTE Y POR ELLA SE CONQUISTÓ LA VICTORIA... / KILÓMETRO 7


¡10 de Noviembre de 1932 ! Día de la gloria. 
POR LA PATRIA MURIERON ALEGREMENTE Y POR ELLA SE CONQUISTÓ LA VICTORIA...
Kilómetro 7 - Guerra del Chaco
...¡LLEGA LA HORA...! LA VOZ FIRME DE LOS COMANDANTES, AVIVA Y DESPIERTA A ESA TROPA QUE OYE. . .
…¡AL ASALTO...!
ES LA ORDEN QUE SEÑALA LA MUERTE COMO UN CLARINAZO
...!!VIVA BOLIVIA...!!, RASGA EL AIRE TIBIO EN ESE GRAN CAÑADÓN…

—Por Oscar Córdova Ortega—

Las tropas inician la marcha por el ala izquierda a la hora señalada en la orden, venciendo inauditas dificultades en lóbrega mañana, en un silencio aterrador, mientras las unidades del centro y ala derecha están en apronte, listas para saltar de la trinchera ....!
La tensión cerebral se traduce por el trágico silencio, los soldados y oficiales están con los uniformes raídos, las frazadas terciadas a la espalda, se ciñen los cinturones, el morral está con munición racionada, están con las carrilleras aseguradas al mentón, la visera de la gorra levantada en desafío, están los rostros crispados, pálidos y profundos, impacientes esperan la señal de la muerte y el furioso empellón con el enemigo; que nos cree derrotados e incapaces de reaccionar; se mojan las manos con la amarga saliva, para empuñar mejor y más fuerte el arma, que ya está con la bayoneta armada y fuera, que refleja rayos de luz, ante la linterna sorda.
... !Llega la hora...! La voz firme de los Comandantes, aviva y despierta a esa tropa que oye. . .
! Al Asalto...!
es la orden que señala la muerte como un clarinazo...
...!!Viva Bolivia...!!, rasga el aire tibio en ese gran cañadón.
Saltan de la trinchera en veloz carrera, con las bayonetas mantenidas horizontalmente, para atravesar a quien osara detener el furioso impulso. Y encuentran a los 60, 80 y 100 mts., de los paraguayos que tendidos en el pajonal, no atinan a tomar las armas, ante la violenta avalancha.
Es cuando comienza la lucha cuerpo a cuerpo, el cuchillo bayoneta entra y sale de esos cuerpos también famélicos, que al oprimir la cola del disparador, se oye el sordo tronar de cajas toráxicas. Están embriagados de venganza en la acción, es mezcla de alegría en el torbellino del frenesí y de cólera a la vez, es la firmeza de eliminar con ira. y rápidamente al enemigo.
La batalla canta en la fiebre de la sangre que mana. El olor de la pólvora invade el ambiente y el borbollar de la roja sangre, aumenta la acción emocional, están envueltos en el estallido de granadas de artillería, morteros, ametralladoras y huyen bajo la espesa nube de polvo. Ametrallando el enemigo por aviones que vuelan a ras del pajonal, bajo el sol opaco de la mañana: el inmenso cañadón está lleno de cadáveres paraguayos.
La furia es tal, que el cansancio domina músculos y nervios: se ha ganado terreno; 5 largos kilómetros hasta las 4 de la tarde.
Al frente de los contrarios, los nuestros cayeron tremolando el pendón de la patria, la sangre derramada inflamó el valor de los compañeros de lucha, su glorioso cuerpo sirvió de grada para saltar las trincheras de los paraguayos.
Ninguna batalla tiene paralelo como la del 10 de Noviembre, fue tan furiosa, a pecho descubierto y en pleno pajonal, allí nos vimos cara a cara con el enemigo y se combatió a la bayoneta, a golpes de culata, con pala, pico, machete, a cuchillo, a puntapiés y a puñetazos, y tuvo la virtud de hacer
cambiar el curso de la guerra.
Por la Patria murieron alegremente y por ella se conquistó la Victoria.
Loor eterno a los bravos guerreros del "Kilómetro Siete"... 

(Recopilación del relato histórico del Cap. S. Pol Barrenechea).

LOS CHIRIGUANOS INSURGENTES DURANTE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA: CUMBAY EN MEMBIRAY, PRIMERO PACTANDO LUEGO ATACANDO


Por: Ricardo Ávila Castellanos / Del Libro: Tarija en la Gesta de La Revolución e Independencia Americana (Primeras Jornadas Internacionales Argentino - Bolivianas de Historia - Bicentenario de La Batalla de La Tablada) Margarita Robertson Orozco.

“La debilidad del gobierno real y su necesidad frente a los recursos permitieron a estos grupos desarrollar efectivas formas de resistencia frente al distante gobierno imperial”.
Los españoles construyeron la imagen de aquel indómito, salvaje e infiel desde sus espacios de poder: Lima, Asunción y La Real Audiencia de Charcas. El lugar que ocupaba esta frontera era amplia, entrelazando los sitios coloniales como Charcas, Santa Cruz de la Sierra, Tarija3, Paraguay y por ultimo Salta. Este extenso territorio fronterizo simula un arco,4 llamado Frontera Chiriguana 5, su nombre designó al conjunto de habitantes que en crónicas y manuscritos eran denominados como Chiriguanos muchas de estas poblaciones de origen guaraní ocuparon las estribaciones surorientales de los andes, que sometieron también a población locales.
En la “Chiriguania” expedicionarios a la región del Chaco durante los siglos XVI y XVII encontraron campos de maíz, esto demuestra el proceso de sedentarización en el que se encontraba este grupo. La historiográfica colonial presenta una serie de facetas complicadas por entradas fallidas de los militares españoles, quienes tropezaban frecuentemente con la respuesta aguerrida de las poblaciones locales.
Esta guerra contra los chiriguanos se inició sistemáticamente bajo la dominación del Virrey Toledo (1574) quien no solo planificó, sino dirigió personalmente estas acciones bélicas y de eliminación, en las que los españoles fueron derrotados. Don Luis de Fuentes y Vargas, propuso exterminar a los chiriguanos, pues ellos cometían asaltos, rapiñas y muerte a los colonos.
Muchos fueron los intentos de pacificación, los jesuitas intentaron primero contacto (1578) por el lado de Santa Cruz; desde 16208 hasta 1700, “se inició un encierro territorial, la cordillera estuvo en relativa calma. Entre 1700 y 17359 la cordillera se mantuvo en relativa paz, sin embargo de 1770 a 1800 los españoles intensificaron las guerras por la apropiación de las tierras.
Esta frontera reflejó “el carácter de guerra permanente” que se centró en el siglo XVIII, haciendo sentir las presiones demográficas la falta de tierra y un peligro creciente.
Las consecuencias de las sublevaciones del siglo XVIII fueron importantes para la toma de conciencia del régimen Español, ayudó a “controlar los territorios o reprimir alzamientos, virreyes, intendentes, gobernadores o presidentes de audiencias no podían sino recurrir a las élites locales para que actuasen como intermediarios de los alzados”.
En América el imperio español descansaba en el equilibro de poder entre varios grupo: la administración, la iglesia y la élite local. Mientras la administración ostentaba el poder político; el poder militar era escaso, asentaba su autoridad en la soberanía de la corona y en sus propias funciones burocráticas.
La iglesia se apoyaba en el poder jurisdiccional y en el económico aunque su misión era religiosa. Sin embargo, el mayor poder económico estaba en manos de las élites, propietarios rurales y urbanos, que englobaban una minoría de peninsulares y a un mayor número de criollos.
Los reformadores borbónicos, en su intento centralizador de las normas en América, a partir de 1750, hicieron frente a las consecuencias de esta política fronteriza, dejar de hacer del Antiguo Régimen –que se había estado llevando a cabo por parte de las administraciones virreinales–. La administración borbónica quería el control sobre las comunidades aborígenes fronterizas y llegar a un acuerdo pacífico con sus habitantes. Fue evidente que uno de los objetivos que escondía la continuación de la ‘política pactista’ era convertir a estos grupos indígenas en soldados fronterizos de la corona, como ocurrió con los Pehueches en Chile y en la Pampa, lules y vilelas y matacos en el Gran Chaco.
Mientras se retiraban los jesuitas e iniciaban sus actividades los franciscanos, los habitantes del Chaco y de la Cordillera quedaron en completa libertad y ejercicio de su propia autonomía.
El objetivo del presente trabajo es explicar la presencia debilitada de la administración española, que si bien intentaba hacerlo a través de los fortines en la frontera Chiriguana, éstos son atacados en varias oportunidades; interesa aquí la presencia de Cumbay, un líder que defiende su territorio, primero pactando luego atacando.
Los fortines significaron conquista, “ofrecía cobertura y seguridad al asentamiento de las haciendas y misiones. Si bien era precaria su construcción, significada el modo de hacer prevalecer “soberanía colonial sobre los espacios territoriales conquistados”.

CUMBAY Y SU TERRITORIO

La descripción del Capitán de Cumbay como un “Indio Bárbaro de la Cordillera y Pueblo de Ingre frontera de Pomabamba” aparece como bien dice Thierry Saignes el 5 de abril de 1799, en un texto escrito por el escribano Don Ramón Garcia Pizarro.
Cumbay en representación de su pueblo, se acercó a las autoridades de La Real Audiencia de Charcas, con el propósito inicial de reclamar que quiten de sus tierras los animales de las estancias limítrofes de Don Jorge Michel y Don Alejo Chavez.
“…represento a la /piedad?/ de vuestra y digo: Que un dn. Jorge Miguel y Dn. Alejo Chabez con motivo de tener una Estancia llamada Taguepe en el lugar de Añimbo de donde se divide nuestras tierras, y el segundo sin tener estancia ninguna nos han caudado y causan insanables perjuicios entrándose a nuestros terrenos, y ocupando mucha parte de ellos, echado sus ganados a nuestras chacras y Pueblos como a pastos baldios, llegando el exceso y temeridad del dicho Michel extremo de tener dichos sus ganados en nuestras sementeras estando cultivadas”.
Este texto sugiere, la propiedad efectiva de los del Ingre sobre la tierra, de su proceso de sedentarización e identificación de sus fronteras. Cumbay hace referencia a que se quedaron sin cosechas, no cuantifica, pero si reclama la libertad de sembrar aquellas tierras ocupadas por el avance de Michel y Chavez. Acusa también a sus vecinos quienes aplican contra ellos “…estorciones, y biolentas introducciones [que] tiene atada [a] la gente de mi partido mui a pungida en términos que la misma hostilidad los puede precipitar a que usen sus propias acciones asiendo la debida resistencia”.
Sugiere a Don Gregorio Garnica dueño de las tierras de Añimbo, vecino de las tierras de Cumbay y su pueblo, como “…Protector y defensor dándole las facultades necesarias para que eche de nuestras tierras a todos los intrusos y sus ganados, y que en adelante no permita que ninguno se propase de sus terrenos…”.
Insinúa Cumbay que envíen al Subdelegado del Partido de Tomina, pues “…queremos que la benignidad de vuestra recomiende á el nuestra protección, mandando al Subdelegado de aquel Partido, y demás vecinos de aquellas fronteras le presten los auxilios que necesitase en beneficio nuestro, y para ellos”.
Con premura y haciendo caso a este capitán Guaraní, las autoridades de la Real Audiencia de Charcas23 18 días después enviaron la orden del Subdelegado Juez R. del Partido de Tomina y Pomabamba Dn. Francisco Ramos Mexia, para que los señores Michel y Chavez sean notificados para retirar sus ganados de esas tierras.
La queja del ‘Campeón de la Paz’, movilizó de abril a diciembre de 1799 a buena parte del aparato judicial de la Real Audiencia de Charcas, quienes con el fin de averiguar enviaron al Subdelegado de Tomina a realizar una encuesta en el sitio a Cumbay y Aregua –como únicos capitanes principales de los siete Pueblos del Ingre–. Seis meses después, este respondió que:
“entiendo que ello todo condujo tanto al sociego de toda aquella costa, cuanto que ella que ha sido en todos los tiempos la principal autora de las irrupciones de todas las demás”.
El cura Juan Ventura Barrero, desde la Laguna el 30 de mayo de 1800 informó que el actual Subdelegado Don Francisco Ramos Mexia, quien estuvo con el Sr. Presidente de Chacas les dio obsequios, trato y formo la paz, con los vecinos de ‘la cordillera’, con quienes “consiguió … manifestasen todas las señales de su buena correspondencia; y en uso de ella, habiendo sido llamados al Pueblo de Sauces los Principales Capitanes Cumbay, y Aregua para contar por medio de la amistad… afirmando su lealtad”.

¿EN QUÉ MOMENTO SE PERTURBA TODA ESTA PAZ?

Los españoles quisieron imponer el mismo régimen implantado de Intendencias, los reyes absolutistas reformaron la administración de sus posesiones, uniformando y promoviendo el bienestar. Para mejorar la Real Hacienda y la defensa de sus territorios. Esta nueva administración significó revueltas en toda la América, a quienes “denunciaban en los juzgados o en una proclama”, sin embargo las revueltas en los Andes, aparecieron “localizadas y focalizadas contra los agentes locales del sistema de dominación” y principalmente contra el ‘mal gobierno’.
El intendente de Cochabamba y Gobernador de Santa Cruz Francisco Viedma, mientras buscaba recortar el poder de los franciscanos –trataron de separar las reducciones más avanzadas económicamente para unirlas al obispado de Santa Cruz; encabezó una expedición de 40 días con base en el fuerte de Saipurú, desde donde salían partidas militares contra las aldeas de Chiriguanos a las que arrasaban quemando, no obstante los indómitos chiriguanos se levantaban una y otra vez contra los milicianos que acompañaban a Viedma.
El control por parte de los españoles a través de las milicias se fue estableciendo desde mediados del siglo XVIII, estaban basadas en un “esquema militar y defensivo… en la existencia de guarniciones asentadas en torno a las principales ciudades y ‘plazas fuertes’”.
La respuesta de la frontera chiriguana estalló violentamente en agosto de 1804, como relata el Párroco de la frontera de Sauces Juan Peña Barrero: “y desde entonces sus Colonos se han esforzado con un servicio a contener las competiciones del enemigo, aun habiendo perdido la mayor parte de sus intereses en las primeras invasiones”.
En este mismo relato el Parroco, cita con exactitud un ataque efectuado por Cumbay:
“Por octubre del mismo año en los días 7 y 9 acometió Cumbay con sus tropas al campamento de San Miguel [de Membiray] donde se hallaba don Venito Lopez y se defendió tres días que le persiguieron. Pero después que el enemigo se retiraba para sus poblaciones y estando ya a la otra banda del Parapeti; asaltaron el campamento o guarnición. Por orden del Señor Comandante Velas, [dejaron]… descubiertas las fronteras, y a la llegada desordenada de las tropas al Pueblo por una voz vaga que como el dia 13 de que volvía el enemigo, se hizo igual retirada con mas de 300 hombres a las faldas del Pucara, dejando la población y familias desamparadas…”.
Membiray es uno de los últimos fuertes construidos por la Colonia Española dentro de las fronteras de los Chiriguanos.
La nueva alianza tuvo mucha influencia de Cumbay por haber “permitido la Paz como que tampoco admitió en sus Poblaciones de Ingre las emboscadas de los servicios, y logramos disfrutarla el espacio de dos años”.
Una vez realizado el acuerdo de paz, el Sr. Comanande Diego Velasco “retiro los Destacamentos a la raia de ella y resguado el puesto de Membiray con las milicias de este Partido”, cesaron entonces 9 meses de ataques continuados. Pero en agosto de 1804 “imbadieron por la frontera de Pomabamaba… los nacionales del Ingre”. Defendiéndose de 700 hombres, con más de cuatrocientos vecinos mil flecheros “neófitos y aliados”.
El gobernador de Intendente de Potosí Francisco de Paula Sanz, en 1805 al mando de unos dos mil hombres realizó una expedición, donde arrasaba incendiado y destruyendo todo a su paso; los grupos indígenas irrumpirán y desaparecían, golpeado a la columna expedicionaria española, que a medida que pasaban los días iba disminuyendo. Los resultados generales son pobres, el esfuerzo no redituaba porque si bien destruían los pueblos no encontraban a la gente, que estaba escondida en los montes.
Don Pedro de Carvajal da cuenta al Gobernador Intendente de Charcas, que había pedido a Cumbay y demás Capitanes formalizar la paz, que lastimosamente no iba a durar.
“La construcción de esta nueva Guarnición anuncia su feliz regreso, pues los enemigos fronterizos cuidadosos, frequentan sus vicitas diariamente prometiendo una pas duradera; con cuio objeto se apersonaron, el Capitán Grande de Abatiri; Tandabaio, el rebelde Capitán de Cutia, y otros muchos de la costa de Santa Cruz, en caildad de embajadores a nombre de sus Capitanes con las mimas promesas: fueron recibidos contodo agasaxo, y provenidos, que cimpre quese apersonen sus principales Capitanes se formalizaran los tratados: Concuio objeto mande al Lenguaras Sebastian Canqui, y se por recado de este; esta van en esta dentro de diez días; tiempo en que me comunicara las ordenes instructivas que me guien, en la marcha a Memberai, que me parece indiscutible, siendo de su degrado apadrinan a estos”.
Entre septiembre y diciembre de 1807, los asaltos y represalias invadieron nuevamente la cordillera. Siendo el mismo corregidor de Tomina, quien encabezó una “corrida volante” para castigar a los Ingreños. En el Diario38 de ésta ‘Corrida’, se produce el ataque a la comunidad de Cumbay por parte de esta milicia, el Día 12.
Los milicianos ingresaron a este valle con mucha violencia, quemando pueblos, animales.
Esta es la razón por la que el Casique Cumbay deja la paz e inicia su guerra.
“En cinco leguas de marcha valle abajo incendiamos veinte y seis Pueblos, cascaron animales de varias clases, y destrucción de algunos sembradíos de aquella vereda; y aunque solo mediaban ocho o nueve quadras al Pueblo del Casique Cumbay, no puedo verificar sus deceo ha de ser saludar al dicho casique con una descarga general, a causa de habérserles vendido los caballos a la mauir parte de la escolta, y pedimento que hicieron los oficiales de que seria mejor dejar la visita para el dia siguiente…”.
Los intentos del comandante son directamente contra de Cumbay. El 17 de febrero de 1807, desde San Ramón, don Francisco Borja Cevaro, comunicó que su nuevo aliado el Capitan Bozam, Taruco y Cumbay “pida resolver trabajar las cabesadas de Ingre en las que halle un Pueblo, y habiendo quedado sin habitadores hacer una vigorosa defensa, tuvimos que ceder /?/ de los nuestros, quedando…ciento veinte y cinco prisioneros”.
La fuerza de esta facción fue compuesta de cincuenta fusileros y ochenta flecheros.
Aquellos prisioneros citan que, “el Casique Cumbay se ha trasladado con toda su familia, al paraje de Gururuyti, cituado entre Guacaya y Chimbe y que dicho auxilio a los que asaltaron la división del comandante Peralta, con la calidad de que para igual auxilio se le haviese dar para imbadir y forsar nuestras guarniciones para la que van haciendo una convocatoria general, y espero se venga cuanto antes que hace falta su persona”.

EL ATAQUE A MEMBIRAY

Los años 1807 a 1809, Cumbay realizo una serie de “acometidas contra colonos hacendados de la parte de El Ingre y del Gran Parapeti”, haciendo tres intentos “consecutivos para tomar el Fuerte de Membyray”.
Uno de los ataques relatado por Santiago Liniers, quien inicia que paso el comandante de Milicianos de Santa Cruz de la Sierra y subdelegación de aquel Partido acompañado de José Miguel Becerra, relatando que los días “9 y 10 de enero ultimo en la nueva Poblacion de Membiray, contra la multitud de Indios que la asaltaron, comandados por el pérfido Cumbay, logrando rechazarlos con miseria de 33 y muchos eridos”.
En este documento se narra como Cumbay es enemigo, él y los suyos se ocultaban en los montes; asimismo se cita como Francisco Carrion Peralta, en el Cañon de Yute sorprendió a Cumbay, “fue bien escarmentado, y tal ves no pensara otra tentativa, especialmente si por parte de las fronteras de la Laguna de opera de acuerdo con el comadante D. Jose Miguel Becerra a perseguirle con todo vigor empeño, y energía”45, en su afán por concluir esa guerra.
Francisco de Viedma solicita que le envíen al Comandante de las fronteras de la Laguna Pedro Carbajal Menzoza para ponerse de acuerdo para “cobrar uniformemente contra el pérfido Cumbay y demás rebeldes de la nación chiriguana que con tanta obstinación continúan la guerra; las reitere con aquellas energía propia de su autoridad”46 para así poder cumplir esa tarea.
El comandante en Jefe de las Fronteras de Santa Cruz Jose Miguel Becerra, comunicó al Señor Gobernador Intendente de Cochabamba Francisco de Viedma y al Comandante Militar de las Fronteras de Tomina Pedro Carbajal Mendoza, con el objeto de acordar entre ambos Comandantes, sobre la combinación en las operaciones hostiles que se debían practicar para el castigo de la nación Chiriguana Insurgente. Esta comunicación, afirma que:
“sobre la combinación en las operaciones hostiles que se deben practicar para el castigo de la nación Chiriguana insurgente, cuyo orgullo y altanería no se ha podido sujetar por medio alguno precedente, decirnos: que tenemos meditado con madura reflexión todos los puntos conprehendidos en las sitadas superiores ordenes asi en quanto a las situaciones locales del Enemigo, el tiempo que a de durar la Campaña, el numero de fuerzas que debe componer cada división, el rumbo por donde se han de dirijir, el punto de reunión, el método de repartir el botin, o pillaje, como también sobre los demás artículos ordinarios, y extraordinarios que se /f6v/ han tenido presentes por ahora, para informarle de común acuerdo y subscripcion a las respectivas superioridades…”.
Para el resguardo de la nueva Población de Membiray, deberán ser destinados milicianos que debían ser el resguardo y expediciones de las fronteras del Gobierno.

A MANERA DE CONCLUSIÓN

Es admirable como Cumbay logra a través de la Paz movilizar a gran parte de la Real Audiencia de Charcas a su favor y de su pueblo, pero el momento en que se siente agredido por los españoles pasa de ser aliado a enemigo.
El conflicto no ceso, pues los intereses tenían variadas facetas. Por una parte, vecinos propietarios de haciendas, que sufrían robos de ganados; y por otro los “fronterizos” veían como las poblaciones locales eran perseguidos y hechos cautivos.
Los dueños de haciendas participaban en esta guerra a través de sus empleados, quienes operaban como milicianos cuando así lo requerían, eso significa que los civiles se convertían en violentos despojadores de las tierras indígenas.
Los ‘indómitos’, infieles’ o ‘insurgentes’ –como se encuentra descrita en estas páginas–; mostraron en esa frontera como los guaraníes durante el tiempo de asedio colonial, respondían a los españoles y a criollos con guerras. Los tratados de paz se destrozaban cada vez que sentían que los colonos españoles y criollos invadían aquellas tierras.

Foto-postal coloreada. Indígenas de la región del Chaco boliviano. Aprox. principios de siglo XX.
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