Bolívar y Sáenz |
Para los uruguayos Hilarión de la Quintana es un ilustre
desconocido, pese a haber nacido en Maldonado en la primavera de 1774, y tener
una calle con su nombre en el barrio de Malvin Norte, a cinco cuadras de Av.
Italia. Fue un guerrero “todo terreno”, protagonista en casi todas las acciones
libertarias del Rio de la Plata, de Chile y Perú. Su padre era el brigadier
José Ignacio de la Quintana y por ese entonces participaba en la expedición
contra el Fuerte Jesús María, José de Río Pardo (Río Grande del Sur).
Quiso el destino que su mujer tuviese un hijo con Simon Bolívar y de eso se
trata esta recopilación. Al final les dejo una breve descripción de su
impresionante carrera militar, que vale la pena leer para dimensionar al
personaje.
Hilarión y sus circunstancias
Quiso el destino que su mujer María Joaquina Costas tuviese
un segundo hijo con Simon Bolívar. Hilarión era tío de Remedios de Escalada (su
hermana era la madre), la mujer de San Martin quien al igual que Joaquina fue
abandonada por su marido. Sin dudas un culebrón donde se mezcla el patriotismo,
con la alcoba y el abandono.
El hijo de Hilarión y Costas
Felipe Hilarión de la Quintana Costas
Born 1 May 1818 – Mendoza, Argentina
Baptized 15 May 1818 – Mendoza, Argentina
Simón Bolívar tuvo un hijo en Potosí, según estudio
Los amores secretos de Remedios de Escalada de San Martín
https://www.mdzol.com/nota/497895-los-amores-secretos-de-remedios-de-escalada-de-san-martin/
El flechazo de Maria Joaquina con Simon Bolívar
Son pocos los datos que se tienen sobre los primeros años de
María Joaquina. Sin embargo, su nombre se repite en biografías dedicadas al
Libertador Bolívar, como las escritas por el argentino José García
Hamilton, el colombiano Héctor Muñoz y los bolivianos Julio Lucas Jaimes y Luis
Subieta. Costas era esposa de un importante militar rioplatense, Hilarión de la
Quintana, tío político del Libertador argentino José de San Martín. Demás está
decir que la familia de María Joaquina pertenecía a la alta sociedad
alto-peruana, y por esto fue protagonista del triunfal recibimiento que los
potosinos brindaron a Bolívar en 1825.
Bolívar y el periplo boliviano
En agosto de 1825 , en La Paz, fue el turno
de Benedicta Nadal, y en octubre del mismo año, en Potosí, el
de María Joaquina Costas, casada con un general argentino, quien en el
lecho le avisa al prócer de una conjura para matarlo.
A su amante en La Paz
Benedicta era una joven mujer bella y tímida a la vez, buena
bailarina de valses. Bolívar se autoproclama “tu amante”, al escribirle a poco
desde la sensual Lima (Perú), y todavía cuando piensa volver de visita a la
ciudad tranquila de La Paz. Y continúa empeñoso: “espérame a todo trance…si no
eres una ingrata, pérfida…”; y ella, a pesar de los problemas familiares que a
diario le arrebataban el sentimiento, supo responder al llamado del corazón y
guardar la llama de la esperanza, mientras pendió de las palabras y los
suspiros el imposible regreso del héroe aclamado.
Potosí, 13 de octubre de 1825
Mí querida amiga:
Estoy en la cama y leo tu carta del 2 de septiembre.
No sé lo que más me sorprende: si el mal trato que tú
recibes por mí o la fuerza de tus sentimientos, que a la vez admiro y
compadezco.
En camino a esta villa te escribí diciéndote, que, si
querías huir de los males que temes, te vinieses a Arequipa, donde tengo amigos
que te protegerán.
Ahora te lo vuelvo a decir.
Dispénsame que no te escriba de mi letra; tú conoces ésta*.
Soy tuyo de corazón.
Nota: (*) es probable que la letra fuera la de su Secretario
privado Coronel Juan Santana.
CARTAS DE SIMÓN BOLÍVAR A MANUELA SÁENZ
http://catedrabolivarianalgb-isbelamrymaria.blogspot.com.ar/
Doce ninfas y un complot 1825 (Potosí)
A su llegada a Potosí, le rociaron agua bendita y le
condujeron a un sillón ricamente forrado en terciopelo”, se lee en Tiempo de
Bolívar, (de Jacobo Libermann). Pronto, 12 ninfas se acercaron al venezolano y
le obsequiaron coronas de rosas y laureles y una bella mujer le entregó un ramo
de flores, mientras le mascullaba la advertencia del complot para asesinarlo.
Era la voz de María Joaquina, quien le explicó que el jefe de la intriga era su
tío, el oficial español León de Gandarías.
“Simón se enterneció ante el interés manifestado por la
muchacha, la envolvió con palabras galantes, giró con ella alegremente al
compás de la música y, a la madrugada, la condujo a sus habitaciones. El nuevo
romance le despertó la coquetería y una mañana, al advertir que empezaban a
aparecerle canas en la barba, decidió afeitarse el bigote y las patillas”, se
lee en la biografía novelada Simón. Vida de Bolívar, de García Hamilton. El
Libertador permaneció siete semanas en Potosí, tiempo en que mantuvo la
clandestina relación con Costas, quien no veía a su ausente marido hacia tres
años, ya que éste se encontraba en campaña con el ejército chileno.
La relación terminó cuando Bolívar partió hacia Chuquisaca,
donde tomó como amante a Benedicta Nadal. Enamorada, Costas envió una serie de
cartas a su amante. En una de las misivas le anunció su embarazo. El venezolano
respondió inmediatamente. “Como hombre de mundo y como militar de talento debo
confesar y ratificar mi pecado. La lucha interna fue enorme y Cupido derrotó a
Marte en buena ley, pero el botín de ese combate debe reservarse en lo más
profundo de nuestros corazones, pues si no, ¿qué sería de ambos? No se deje
amedrentar y diga usted que mis visitas a su casa fueron nocturnas por algún
pretexto. Seguiré de cerca el desenlace y a fuer (sic) de Bolívar y Palacios,
pondré a buen recaudo su honra y mi conducta”, se lee en el libro de García
Hamilton. (García Hamilton. abogado y periodista argentino).
Esto decían
Cuando Bolívar supo en Perú el nacimiento de su hijo, quiso
conocerlo y comisionó al general José Miguel de Velasco para que condujera a
María Joaquina y a su hijo hasta la Quinta de la Magdalena, cerca de Lima. El
encargo se cumplió con todo secreto para que no se enterara el esposo de
Costas. Sin embargo, De la Quintana conoció el hecho y, meses después, abandonó
a su mujer.
AMORES DEL LIBERTADOR (SIMON BOLÍVAR)
http://catedrabolivarianalgb-isbelamrymaria.blogspot.com.ar/2015/02/amores-del-libertador.html
Porque se llama Bolivia
República de Bolívar es la denominación que adoptó la actual
Bolivia, entre el 11 de agosto y el 3 de octubre de 1825, como su primer nombre
oficial en honor al militar venezolano Simón Bolívar, quien es considerado el
Padre de la Patria.
La Esposa de Hilarión de la Quintana
María Joaquina Costas fue esposa del militar rioplatense
Hilarión de la Quintana, quien fue tío político del otro libertador, José de
San Martín, con quien tuvo otro hijo. Supuestamente estaba separada de él
cuando conoció a Bolívar. Como fuese que los hechos ocurrieran, el Libertador
no da su apellido al hijo de Costas, pero reconoce su existencia mediante una
carta dirigida a Joaquina. Más adelante se conoce que el hijo fue José Costas,
quien se retiró a vivir a la población potosina Caiza D y falleció a los 69
años. Se dice que justo antes de morir, José reveló ser el hijo de María
Joaquina Costas y del Libertador Simón Bolívar. José vivió en concubinato con
Pastora Argandoña, con quien tuvo una numerosa descendencia. Estas nuevas
revelaciones sobre el hijo del Libertador se hallan en el libro La sangre de
Bolívar en Bolivia..
Investigador boliviano considera probado que Bolívar tuvo un
hijo en Potosí
Establecen filiación de Joaquina Costas
http://elpotosi.net/cultura/20160725_establecen-filiacion-de-joaquina-costas.html
José Costas (El hijo de Simon Bolívar)
María Joaquina bautizó a su vástago José Costas. “Era uno de
los jóvenes más elegantes de su tiempo y ejemplo de la muchachada culta. En
cualquier reunión familiar cautivaba a la concurrencia con su guitarra y su
voz. Su madre vivía en una casa modesta en Potosí y se dedicaba a fabricar
disfraces para las fiestas religiosas”, asegura el colombiano Héctor Muñoz. En
1855, la potosina dirigió el colegio de niñas Santa Rosa. Pidió una pensión al
gobierno boliviano, que se le negó; y otra al gobierno argentino, que se la
concedió, pero llegó poco después de su muerte. José se dedicó a los trabajos
campestres en el pueblo potosino de Caiza, donde contrajo matrimonio con
Pastora Argandoña. En su partida de casamiento decía que era hijo natural de
María Joaquina Costas y de Simón Bolívar.
Cuando Bolívar supo en Perú el nacimiento de su hijo, quiso
conocerlo y comisionó al general José Miguel de Velasco para que condujera a
María Joaquina y a su hijo hasta la Quinta de la Magdalena, cerca de Lima. El
encargo se cumplió con todo secreto para que no se enterara el esposo de
Costas. Sin embargo, Hilarión De la Quintana conoció el hecho y meses después
abandonó a su mujer.
En su lecho de muerte, María Joaquina hizo llamar al
presbítero Ulloa, a quien le expuso lo siguiente: ‘Deseo y pido que no sea
separado de mi cuerpo en la tumba este relicario que lleva el busto del
Libertador y que me fue ofrecido por él mismo en prenda de amor y
agradecimiento, por haberle salvado la vida.
Impresionante carrera militar de Hilarión
Viajó a España, con su hermano Martín, y el 15-I-1791 ambos
muchachos ingresaron como Guardias Marinas, en la Compañía de Cartagena.
Empero, el 28-X-1794, Hilarión obtuvo licencia absoluta para retirarse del
servicio, lo cual cumplió el 10 de noviembre siguiente. Abandonada la marina y
vuelto a Buenos Aires, el mozo se incorpora al ejército como Sub Teniente de
Dragones y, con posterioridad, siendo Teniente se le destinó al servicio de
fronteras. Revistaba como Capitán del regimiento Fijo de Infantería cuando se
produjo la invasión inglesa de 1806. Desde Montevideo marchó con la columna
reconquistadora y, tras los encarnizados combates callejeros de Buenos Aires,
en su carácter de edecán de Liniers, fue comisionado por éste en dos
oportunidades, para intimarle a Beresford la rendición — actuando de intérprete
en esas tratativas el armador y mercader bostoniano Guillermo White. Beresford,
oportunamente, agradecido por el caballeresco comportamiento de Hilarión, le
regaló su sable y una hermosa silla de montar con su mandil y riendaje
completo.
En 1807 vuelve nuestro intrépido Capitán a combatir contra
los británicos, oponiéndose al ataque de Achmuty en Montevideo; tal como cinco
meses después, a las órdenes de Juan Gutiérrez de la Concha — su primo político
— y de Francisco Javier de Elío, defiende a Buenos Aires de la arremetida de
Whitelocke.Producida la revolución de 1810, nuestro hombre la apoya
decididamente. En 1811-12, ya Sargento Mayor actúa en la formación de Pardos y
Morenos que pasan a la Banda Oriental a reforzar los efectivos de Artigas. Toma
parte en el sitio de Montevideo y pelea en la batalla del Cerrito. El
Triunvirato lo asciende a Teniente Coronel; y con el Regimiento 6º de
Infantería se opone en la provincia de Entre Ríos a las incursiones de los
realistas enemigos En 1814, con el grado de Coronel, asume la jefatura de la
unidad de Cazadores del Ejército del Norte, y en Tucumán se le nombra
Gobernador Intendente de esa provincia.
Es a continuación, Gobernador interino de Salta, y después
ejerce la presidencia del Tribunal de Recaudación de Potosí. Incorporado a las
fuerzas de Rondeau que operaban en el Alto Perú, participa en la acción de
Venta y Media y en el desastre de Sipe Sipe, donde casi pierde la vida y salva
la de Necochea. Con posterioridad lo destinan a Mendoza, al ejército de San
Martín — su sobrino político. Cruza éste la cordillera y se bate en Chacabuco,
Cancha Rayada y Maipú. El 22-IV-1817 es designado Director interino de Chile,
en ausencia de O’Higgins, el cual salió a campaña a las regiones chilenas del
sur; pero Quintana renuncia a los tres meses, no sin antes haber declarado la
independencia del país trasandino, creado su bandera y acuñado moneda nacional.
En 1819 pide la baja del ejército de los Andes con los entorchados de General.
Regresa a Buenos Aires que se debate en la anarquía del «año 20″.
Aquí alcanza, por instantes, el cargo de Gobernador
delegado, a raíz del motín de los cívicos el 1 de octubre, en el que participa
con el Coronel Pagóla, Agrelo, Soler y Sarratea, para derrocar a Martín
Rodríguez; motín que sofocó Juan Manuel de Rosas con sus «Colorados del Sur».
Hilarión, desbaratado, huye a Montevideo salvándose así del fusilamiento. Su
hermana María Concepción comparte su destierro en la vecina orilla. A poco retorna
el fugitivo a Buenos Aires, y en 1828 el Gobernador Dorrego lo envía a Misiones
a cooperar militarmente con Fructuoso Rivera.