Cuadro obsequiado a Aniceto Arce con motivo de su cumpleaños (Correo del Sur)
Por: Juan José Toro Montoya / Revista Ecos 27 de marzo de
2022. https://correodelsur.com/ecos/20220327_pruebas-de-la-traicion.html
Bolivia se retiró de la Guerra del Pacífico luego de que las
conspiraciones de la oligarquía minera consiguieron deponer al presidente
Hilarión Daza y poner en su lugar al general Narciso Campero.
Y detrás de las conspiraciones estaba la Compañía Minera Huanchaca,
una empresa que tuvo interés directo en la Guerra del Pacífico debido a que sus
actividades se vieron afectadas con el estallido del conflicto. En 1897,
Eugenio Bobillier reportó que la ocupación de territorios bolivianos por parte
de Chile obligó a la compañía a buscar salidas alternativas para sus minerales
“haciendo su tráfico por el puerto del Rosario, de la República Arjentina
(sic)”. Aunque el gobierno argentino otorgó facilidades, y rebajó los costos de
fletes hasta la mitad, “este tráfico resultaba a Huanchaca tan costoso como el
de Cobija” así que la empresa estaba urgida de que termine la guerra, por lo
menos en territorio boliviano, que era donde estaban sus minas.
“Una vez concluida la parte activa de la guerra, arreglado
con Bolivia el tratado de tregua, i (sic) abiertos de nuevo al comercio de esa
república los puertos del Pacífico, Huanchaca restableció otra vez su tráfico
por esa costa, aprovechando entonces el puerto de Antofagasta que contaba ya
con un ramal de ferrocarril al interior”.
Al ser la principal empresa afectada, la Huanchaca extremó
recursos para que Bolivia rompa su pacto con el Perú y se retire de la guerra.
Por esas mismas razones económicas, la compañía también se esforzó por ponerle
punto final al conflicto con Chile, lo que solo fue posible con el Tratado de
Paz y Amistad que Bolivia y Chile firmaron el 20 de octubre de 1904.
Damir Galaz-Mandakovic señala que Arce se integró a
Huanchaca en 1850 para aportar capital y administrar la empresa. En 1856, el
directorio estaba integrado por Arce, además de Gregorio Pacheco y Avelino
Aramayo.
El interés de Arce en que Bolivia se retire de la guerra era
tan grande que visitó personalmente a Narciso Campero cuando este estaba en
campaña. Se debe recordar que Campero comandó la quinta división del ejército
boliviano durante la Guerra del Pacífico, la misma que partió con rumbo al
Litoral ocupado por los chilenos con la misión de cortar el avance de estos
hacia Potosí y el Perú.
Hasta la llegada de Arce, casi inmediatamente después de que
Campero se negó a acatar una orden de Daza en el sentido de que marche de
inmediato hacia Tarapacá, a reforzar al ejército peruano, la quinta división se
había retrasado en su marcha, deteniéndose más de la cuenta en las paradas.
El diario de la campaña de Manuel Alba refiere así el
episodio:
“Llegó el Dr. Aniceto Arce, según nos aseguró con objeto de
socorrer y mover la división: su llegada nos da muchas esperanzas por los
servicios que puede hacer á la división. A las doce se retiró al Asiento distante
una legua, en compañía del General Campero”.
Luego de esa entrevista, la quinta división comenzó a
retroceder y solo el escuadrón de francotiradores de Rufino Carrasco plantó
combate en Tambillos, pero su líder fue puesto preso, acusado de desobediencia.
El juicio
¿Cuáles fueron los acuerdos entre Campero y la oligarquía
minera de la época? Un indicio claro lo encontramos en el periódico
Los rastros de expedientes judiciales permiten enterarse que
Narciso Campero y Gregorio Pacheco, ya como expresidentes, se enzarzaron en un
pleito judicial por las utilidades de la empresa minera Guadalupe. El juicio se
sustanció en el juzgado de partido de Sud Chichas y los exgobernantes actuaron
mediante apoderados. Campero fue representado por Luis Romano mientras que Juan
Bonifaz actuó por el poder conferido por Pacheco.
El demandante fue Narciso Campero, que reclamaba “una mitad
de las utilidades reportadas por dicho demandado en la mencionada empresa desde
el 23 de enero de 1858 hasta el 23 de mayo de 1879”. Un pedido de esa
naturaleza solo podía ser formulado por un socio y, quizás creyendo que lo era,
Campero decidió pedirle a Pacheco su parte en las ganancias generadas por la
empresa Guadalupe.
Por la demanda planteada por Campero se sabe que este se
consideraba socio de Gregorio Pacheco, por lo menos en la empresa Guadalupe,
desde 1858 hasta el 23 de mayo de 1879, curiosamente tres días antes de la
batalla de Tacna que los bolivianos conocemos mejor como “del Alto de la
Alianza” porque la derrota que infringió Chile a Perú y Bolivia determinó que
esta última se retire de la guerra. Como se vio líneas arriba, la empresa más
afectada por la guerra era la Compañía Huanchaca de Bolivia entre cuyos socios
estaban Aniceto Arce y Gregorio Pacheco.
Como prueba de su condición de socio de Pacheco, Campero
presentó unas cartas, que constaban en el expediente en fojas 284, 285 y 315,
pero el juez de la causa, Fabián Montoya, ya no las consideró porque el pedido
del demandante fue planteado fuera de plazo, conforme establecía el Código de
Comercio de entonces. En el expediente también se puede leer que parte de los
acuerdos entre Pacheco y Campero era la compra conjunta de la mina Portugalete.
El juez falló “declarando que el demandante Narciso Campero
no ha probado su acción y derecho en los términos de su demanda, y que el
demandado Gregorio Pacheco ja justificado la carencia de dicha acción y derecho
del actor; con costas al demandante, de conformidad al artículo 302 del citado
Procedimiento Civil”.
El contenido de la resolución judicial es sorprendente, pero
lo es más leer que Campero se presentó ante el juez como “labrador, vecino del
cantón Sopachui, comprensión de la Provincia de Tomina”.
Es cierto que Lucas Jaimes no estuvo relacionado
directamente con estos dos expresidentes, pero sí con el socio de Pacheco,
Aniceto Arce, que fue quien llevó el ferrocarril, con el que Chile compensó a
Bolivia por el mar, hasta la mina Huanchaca.
Ocho años después del proceso en el que Campero perdió en su
intento de hacer que Pacheco le comparta sus utilidades en la empresa
Guadalupe, Arce se deshacía de Huanchaca.
La noticia salió como un suelto, en una sección denominada
“Noticias de Sucre” del número 7 del periódico La Armonía Nacional con este
texto:
“Don Aniceto Arce ha vendido todas sus acciones de
Huanchaca, en previsión de que pudiera ser serio el desastre que hoy sufre esa
Empresa, por el agua caliente que ha invadido sus galerías”.
No existen más detalles de esa información •
(*) Juan José Toro es presidente 2018-2020 de la Sociedad de
Investigación Histórica de Potosí (SIHP).
Fuentes:
ALBA, Manuel V. DIARIO DE LA CAMPAÑA DE LA 5ta. DIVISIÓN DEL
EJÉRCITO BOLIVIANO. Tipografía de la Libertad. Sucre. 1882.
BOBILLIER, Eujenio. “la Compañía Huanchaca de Bolivia. El
mineral de Pulacayo”, artículo en ANALES DEL INSTITUTO DE INGENIEROS DE CHILE.
Número 81. Tomo XII.
GALAZ-MANDAKOVIC, Damir. “industrialización minera,
urbanización e innovación en las relaciones sociales en el sudoeste del
altiplano boliviano: El caso de la Compañía Huanchaca de Bolivia (1834-1930)”.
Artículo en ESTUDIOS ATACAMEÑOS, número 52. Atacama. 2016.
Sentencia judicial publicada en el número 7 del periódico
potosino La Opinión, del 28 de agosto de 1887.
Suelto publicado en La Armonía Nacional, número 8, del 17 de
diciembre de 1895.
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