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Volta da Empreza fue el principal núcleo comercial y
administrativo del departamento del Alto Acre que abarcaba las villas de Xapurí
y Brasiléia, colindantes con Cobija. (Sol de Pando) |
Por: Wilson García Mérida / Sol de Pando, 28 de diciembre de
2020. https://www.soldepando.com/rio-branco-rosendo-rojas/
138 AÑOS DE UNA CIUDAD ACREANA QUE PERTENECIÓ A BOLIVIA |
Llamada originalmente Volta da Empreza, aquí se produjo el segundo combate
entre el ejército boliviano al mando de un coronel tarateño y la guerrilla
nordestina de Plácido de Castro, después del estallido de Xapurí.
Esta ciudad que hoy figura entre las cuatro urbes más
importantes y antiguas de la Amazonia brasileña después de Belem de Pará,
Manaos y Macapá, fue fundada el 28 de diciembre de 1882 sobre un territorio que
entonces pertenecía a Bolivia. Rio Branco se encuentra a 233 kilómetros
de la ciudad de Cobija, Pando, en lo que queda del Acre dentro la parte
boliviana.
Nació con el nombre de “Volta da Empreza” (“Retorno a la
Empresa”) fundada por el emigrante nordestino Nautel Maia, un siringuero
proveniente del Estado de Ceará que al navegar con su familia por el rio Acre
buscando árboles de goma sobre las frondosas orillas, descubrió un recodo que
formaba un bosquecillo de gamelas apto no sólo para la plantación del caucho,
sino también para la actividad comercial con un puerto natural de gran calado.
El sitio se conoce actualmente como “La Gameleira” y es el centro cultural de
Rio Branco.
En esa gran curva del rio Acre, sobre la orilla derecha,
Nautel Maia construyó las primeras chozas del siringal “Volta da Empreza”
conviviendo con tribus indígenas del lugar como los Aquiris, Canamaris y
Maneteris, de la nación étnica Huni Kuin.
Como miles de nordestinos que ocuparon esta parte de la
Amazonia huyendo de la sequía en la región sertaneja durante las últimas
décadas del siglo XIX, el siringalista Maia sabía que el territorio escogido
para desarrollar la economía del caucho pertenecía formalmente a Bolivia; pero,
ante el abandono boliviano, los nordestinos no hallaron ningún impedimento
físico o geográfico para arriesgar sus inversiones en esos bosques vírgenes del
Acre.
El surgimiento de Rio Branco
En sus memorias, Nautel Maia recuerda que negociaba
amigablemente la compra de ganado con comerciantes bolivianos que llegaban al
Acre desde la zona de Riberalta.
Cuando estalló el conflicto bélico promovido por intereses
norteamericanos asociados al Gobierno boliviano, seu Maia
intentó llegar a un acuerdo pacífico con el ejército altiplánico aceptando
tributar para Bolivia por la producción de goma, pidiendo a cambio que el
Estado boliviano adopte a la población nordestina otorgándole nacionalidad
boliviana y reconociendo el portugués como lengua propia de esta región. Los
bolivianos rechazaron esa propuesta tomando el Acre por las armas e imponiendo
tributos extorsivos, lo cual provocó una rebelión de los siringueros conocida
como la Revolución Acreana (en Bolivia el episodio es denominado Guerra del
Acre).
Después del conflicto armado entre el ejército boliviano y
las guerrillas nordestinas, surgieron los primeras villas acreanas (futuros
municipios) pertenecientes al Estado Federal del Brasil. “Volta da Empreza” fue
el principal núcleo comercial y administrativo del departamento del Alto Acre
que abarcaba las villas de Xapurí y Brasiléia, colindantes con Cobija.
El 22 de agosto de 1904, bajo la gestión del prefecto del
Alto Acre Cunha Matos, el pueblo de Volta da Empreza que se expandía a partir
de la Gameleira, pasó a llamarse villa Rio Branco, en homenaje al canciller
brasileño, el Barón de Rio Branco, que llegó a un acuerdo de pacificación con
el gobierno boliviano de José Manuel Pando comprando el Acre para Brasil por
más de dos millones de libras esterlinas, mediante el Tratado de
Petrópolis firmado el 17 de noviembre de 1903.
En 1910, sobre la orilla izquierda del rio Acre, frente a la
Gameleira, se fundó la villa Peneápolis, la misma que en 1912 se fusionó con
villa Rio Branco, para conformar ambos el municipio de Rio Branco, constituido
en capital del Estado do Acre desde el año 1920.
Épico encuentro de Plácido Castro y Rosendo Rojas
Tres años después del fracaso del anarquista español Luis
Gálvez Rodríguez de Arias, que en 1899 había fundado la “República del Acre”
separada de Brasil y Bolivia, proclamándose su emperador (siendo depuesto por
el propio ejército brasileño que devolvió el territorio a Bolivia), ante la
persistencia boliviana de entregar la administración del Acre a un consorcio
norteamericano, el 6 de agosto de 1902 estalló la segunda Revolución Acreana, en
Xapurí, al mando de Plácido de Castro.
Una vez expulsado el ejército boliviano de Xapurí, el
gobierno de José Manuel Pando emprendió desde La Paz una contraofensiva con
apoyo de la armada norteamericana. Desde Puerto Alonso (hoy Puerto Acre), donde
se había instaurado la aduana boliviana que controlaba el ingreso de la goma al
Estado de Amazonas (capital Manaos), el delegado Lino Romero organizó las
tropas aduaneras para frenar el avance guerrillero de Plácido de Castro.
Fue entonces cuando la guerrilla nordestina y el ejército
boliviano se encontraron cuerpo a cuerpo en Volta da Empreza; allí se
produjeron dos combates memorables que Sol de Pando
ha logrado reconstruir revisando la hemeroteca del Museu da Borracha (el
Museo de la Goma), en Rio Branco.
El 17 de septiembre de 1902, en Volta da Empreza, el
ejército insurgente de Plácido de Castro fue atacado sorpresivamente por las
tropas del coronel boliviano, tarateño, Rosendo Rojas; era el primer triunfo
boliviano, antes de la Batalla de Bahía (hoy Cobija) que se libraría el 11 de
octubre. La mayoría de los nordestinos murieron bajo el fuego implacable del
coronel tarateño, y Plácido de Castro tuvo que replegarse para reorganizar sus
fuerzas.
A menos de un mes de aquella derrota, el 15 de octubre,
Plácido de Castro, mejor preparado, atacó a las tropas de Rosendo Rosas,
infringiéndole una dura derrota.
Según escribió la maestra historiadora Isolina Seixas:
“Comandaba las fuerzas bolivianas el valiente coronel Rosendo Rojas, quien, al
rendirse la mañana del 15 de octubre, entregó su espada a Plácido, quien al
tiempo de no aceptar el arma del derrotado, dijo: ´continúe con ella, puesto
que el señor coronel ha sabido muy bien honrar esa espada´”. Conmovido por el
generoso gesto del revolucionario acreano, el militar boliviano insistió en
entregarle su espada a Plácido de Castro, diciéndole: “Le agradezco la honra
pero insisto en que acepte usted mi espada, si no quiere como rendición, como
un presente de amistad, que algún valor tendrá”. Entonces Plácido de Castro
tomó la espada agradecido y estrechó la mano del coronel Rojas.
Todo aquello aconteció en la Gameleira de Volta da Empreza,
hoy Rio Branco.

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