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LA GUERRA DEL CHACO PARA LOS INDÍGENAS GUARANÍES DEL ISOSO


Por: Jürgen Riester. / La Guerra del Chaco en la memoria indígena isoseña 2006.

SITUACIÓN EN EL ISOSO

La marcada desconfianza frente al karai es una actitud generalizada entre los isoseños antes de la guerra. Esta actitud es el resultado de una larga relación entre el indígena y el no-indígena de esta zona
“En aquel tiempo se temía mucho de los blancos, había una miniatura de los blancos yo vi a aquel señor ¡Ah! No dejaba pararse a nadie, y por lo que él era un blanco y éramos exageradamente unos tontos por eso ni defendernos podíamos, y mucho menos para discutir con alguien no sabíamos.”
“Y creer en una justicia para los indígenas era una meta casi inalcanzable, más aún que no conocieron los canales adecuados para relacionarse con el mundo externo”
“Por lo que ignorábamos quién podía hacernos justicia, no podíamos defendernos.”
Eran concientes, que los karai les tenían desprecio y los clasificaron como gente de segunda categoría:
“En aquel entonces los blancos no nos miraban como gente, nos miraban como animales, pero a pesar de todo eso, nos hacían participar de alguna manera en ese conflicto bélico.”
Como ya hemos visto en la parte anterior en el contexto histórico, los isoseños no se quedaron con las manos cruzadas y trataron –y con cierto éxito- relacionarse con los gobernantes.

LAS RAZONES DE LA GUERRA

Isabel Combès expresa que la gran mayoría de los indígenas no sabían las razones de la guerra, y que la gente, por lo general, tiene como repuesta ¿por qué será? Este por ¿qué será? no hay que entender como ¡no lo sé sino no me interesa, es tan lejos de mi realidad que no vale para mi!, o simplemente el entrevistado se libera con esta respuesta rápidamente del investigador, pues no hay nada más que decir después del ¿por qué será?
Un hecho tan importante, que ha sido esta guerra en la historia de los isoseños, considerado una catástrofe, un cataclismo por los isoseños, -y los cataclismos en su cosmovisión es la destrucción total de su mundo- no pasó sin dejar hondas huellas en la vida diaria y, más que nada, en la memoria colectiva de este pueblo “fronterizo”.
Nuestros ancestros lucharon allá, porque el territorio de los paraguayos es allá y el nuestro era acá, así era, un especie de cataclismos nos hicieron, cuando los gobernantes nos crearon la guerra, dejando quitar nuestra tierra. Antes había un especie de cataclismo provocado por los blancos, hubo un gran cataclismo antes, se pelearon, mucho se mataron por defender nuestra tierra, de eso era la contienda de antes con los paraguayos.
Porque el límite de nuestro territorio era hasta el gran río del Paraguay a este lado, por ese mojón dice que se pelearon, que el mojón de los paraguayos los bolivianos siempre movían de su lugar.
Y de eso se crearon el disgustos los collas con los paraguayos, de ahí se originó el conflictos antes.
Nuestra gente de aquella época no tenía los límites de sus territorios y por esa razón no sabían lo que es una frontera. Pero cuando entraron los blancos, ellos ya limitaron su territorio hasta donde les pertenece, y de ahí surgió lo que ellos llaman frontera. Nuestros ancestros tampoco conocían lo que es la bandera, y todo fue por las costumbres de la gente blanca que en esa época eran desconocidas por nuestra gente. El conflicto se originó por lo que los blancos llaman frontera, ya que cada uno de los gobernantes de ambos países quería ampliar su territorio.

LA GUERRA

No sabemos con certeza cuantos isoseño dejaron su vida en la guerra, ya que los datos son imprecisos.
Los indígenas nos dan descripciones cortas y precisas de lo que ellos vieron y sintieren en carne propia durante la guerra:
“Muchos se han matado los blancos, muchos han muerto de los bolivianos, como leña apilada eran junto a los caminos, así juntaron a los cadáveres.
Imagínese este camino viejo estaba lleno de cadáveres de soldados como por tareas, en el Cruce igual era, como leña por tarea era cadáver de soldados bolivianos muertos, mucho han matado.
Y así fue, puro cadáveres iba todo eso, como por tarea eran. Eso fue lo que yo he visto, como leña amontonada era en el cruce, para este lado era igual, sus prendas de vestir estaban bien no tenía nada.
Habían con dientes de oro, algunos puro oro, y eran collas. Mucho se mataron los blancos por demás se mataron, puro cadáver era eso y por entre medio íbamos.”
Lo que si era una realidad el Isoso quedó vacío.

PARTICIPACIÓN EN LA GUERRA

Los militares bolivianos tomaron la decisión que los isoseños no tendrían uniforme (no habrá gorra) y no serán soldados, más bien el ejército boliviano utilizó a los isoseños como peones para abrir sendas, hacer caminos, espiar al enemigo, localizar agua en el seco Gran Chaco, etc. Los isoseños no eran reconocidos como ciudadanos y eso dejó una profunda desconfianza por parte de los indígenas hacia la población karai y por supuesto a los militares. En todo este escenario no falta la burla de los indígenas sobre los soldados de los valles y el altiplano –denominado con el término general collas-, que en un ambiente como el Gran Chaco estaban casi perdidos. Mientras el isoseño se encontraba en su ambiente, los soldados mayormente no de origen del Gran Chaco, sufrían de hambre, sed y de calor.
“Cuando terminamos con esos caminos, ya vamos a hacer el camino que va a Santa Fe, acabando con eso vamos a entrar, hijo. Eso nos ha dado el gobierno que hagamos, decía. Y siempre estarán haciendo camino, y si se frega el camino en alguna parte ahí irán a arreglar el camino y así irán yendo, pero no habrá gorra.
Mire patrón, estamos mal nos han avanzado, nuestro ejército no saben combatir, entonces el finado Boni dijo; por eso es que estos no nos quieren dar gorras porque no sabemos manejar armas, decía. Pero ¿Quién tiene la culpa? Sólo las autoridades tienen la culpa.
Puro jóvenes, los nuestros igual, también muchos collas habían, pero no sabían pelear, como ovejas eran en la batalla, por eso fue que fácilmente vienen avanzando ellos.”
Los isoseños se ofrecieron a ayudar a los militares bolivianos, y frente al rechazo y la discriminación racial por parte de los karai, los indígenas no dejan de criticar lo que pasó, indicando en primer lugar la valentía de los antiguos guerreros indígenas (iyambae). No falta denunciar también errores de ataque:
“Imagínese, si desde más antes los blancos nos reconocieran como bolivianos, nunca íbamos a perder. Porque nosotros éramos más valientes. Yo ahora reconozco eso, actualmente al recordarme de aquellos tiempos que nuestros abuelos cuando eran puros guerreros natos, y realmente eran valientes.”
“Por tal razón era que nuestros abuelos se llamaban iyambae. Porque no se dejaban comprar con nadie y tampoco se dejaban vencer, y en esta guerra eso mismo íbamos a pasar, pero venían avanzando todos ellos.”
“Dicen que algunos disparaban su arma al aire, y eso los sabían muy bien los enemigos, cuando sienten que las balas pasaban muy alto: ¡Ah, estos son collas! Pero si las balas va bien bajito: ¡Ah, estos son los hermanos! dicen. Y ya nomás al ratingo se retiran. Porque bien bajito les mandan las balas, con eso nomás los identifican.”
“Pero si sienten pasar muy alto las balas, ellos ya se van solamente caminando por debajo, porque ya sabían que ahí están puro collas. Por eso venían avanzando rápido, y mucho han matado a los pobres, por demás mataron.2
¿Y habían también que morían de sed?
“Que morían de sed, eso me impresionó mucho, hijo, harto me ha impresionado, daba pena y no saben nada que ahí nada lejos quedaba para salir hacia el camino de Santa fe, y el Veintisiete ya quedaba acá de ellos, si supieran eso allá nomás tranquilos iban a salir y los enemigos ya quedaban al otro lado.”
“Y así todos murieron, ahí los pobres con sus armas, los pusieron en un pabellón, imagínese como durmiendo nomás estaban.”
“Hay lugares donde los enemigos les cierran el paso, los isoseños sólo se internan en el bosque para escapar, y ninguno cae prisionero en esas emboscadas. Cuando les quitan el pozo de agua, los isoseños igualito nomás de noche tienen que ir a sacar agua del pozo, estando ahí cerca de los enemigos.”

LOS PARAGUAYOS EN LOS OJOS DE LOS ISOSEÑOS. LA LENGUA

Las cifras de los isoseños, que fueron trasladados voluntariamente o como prisioneros más allá de las líneas de combates entre Bolivia y Paraguay, calcula Schmidt en casi 2500, mientras un informante indígena informa a Silvia Hirsch que fueron 5000. Creemos que la cifra está entre 2500 y 5000.
Volvemos a los prisioneros isoseno, según Combès. Los informantes expresan:
“No abusaron de nosotros (los paraguayos) nos dieron de comer, no abusaron de nosotros, eran buenos con nosotros.”
“No nos llevaron arreando ellos, los hemos seguido nomás a ellos, como si estuviéramos yendo a nuestra propia casa, … niños en el seno de su madre, otros caminaban por delante y otros en la nuca.”
“Nosotros nomás venimos a entregarnos a ellos, porque cuando estuvimos en Cuevo, mucho sufríamos. Los jefes bolivianos ni siquiera nos atendían con algo de alimentos, y eso era el motivo para venir a entregarnos.”
Resalta en los testimonios que los paraguayos hablaban bien la lengua de los isoseños. Aunque no hablaron muy bien, el hecho es que se comunicaron en guaraní, en el ñandé ñe, en nuestra lengua. El dominio del guaraní significa también para el isoseño un altísimo valor y el que habla el ñandé ñe da confianza, es de la familia, es paisano.
Algunos sabían el castellano y también sabían nuestra lengua. Los Tenientes hablaban bien nuestra lengua, nos hablaban, a mis abuelas les decía: ya no se vayan madres, ya no se vayan a Bolivia decía.
La mayoría de los guaraníes isoseño y también los de Machereti, habían optado por los paraguayos, era más fácil de comunicarse.

QUEDAN EN EL PARAGUAY Y ¿QUIÉNES SON AHORA?

Un número considerable de isoseño, que voluntariamente habían seguido a los paraguayos, tomaron la decisión de quedarse después de la guerra en el Paraguay y fundaron cuatro comunidades.
Las razones de estos isoseño para no regresar son varias:
“Y aquellos son de acá, ya tienen miedo de venir, creen que pueda haber otro conflicto, por eso tenían miedo a volver (a Bolivia).”
“Nosotros nomás venimos a entregarnos a ellos, porque cuando estuvimos en Cuevo, mucho sufríamos. Los jefes bolivianos ni siquiera nos atendían con algo de alimentos, y eso era el motivo para venir a entregarnos a los paraguayos...”
“Los otros insistieron a los militares paraguayos de cumplir su promesa de darles tierra, vacas, y ciudadanía.”
Y ¿cómo se identifican estos isoseños hoy en el Paraguay?
“Nos identificamos como indígenas del Paraguay, a pesar de que mantenemos la lengua de nuestros ancestros bolivianos, aunque también manejamos bien la lengua del guaraní paraguayo. Lo usamos cuando estamos en contacto con ellos, pero cuando estamos entre nosotros nos comunicamos en nuestro.”

RAZONES PARA EL REGRESO AL ISOSO

El Isoso quedó despoblado por razones del conflicto bélico.
Para los isoseños de entonces que andaban entre los muertos como tarea de leña amontonada y en la memoria de los indígenas de hoy fue un gran desastre, un cataclismo. La guerra es el momento más crítico de su pueblo en el siglo XX.

El deseo de regresar al Isoso quedaba vigente entre un gran número de isoseño que estuvieron en el Paraguay, pues el Isoso era nuestro pago, nuestra tierra y difícilmente se podían acostumbrar en otra tierra. Sin embargo muchos isoseño, como hemos visto en el capítulo anterior, decidieron quedarse en el Paraguay en la posguerra por varios motivos: el miedo a que los militares bolivianos se venguen y los maten –y de hecho pasó.
“Sólo querían venirse y así veníamos porque no era nuestro pueblo, cómo nos vamos a acostumbrar en tierra ajena, sólo en nuestro pago nos acostumbramos.”
“Pero no nos vamos a acostumbrar, las familias, las abuelas no se van acostumbrar, era imposible que se acostumbren, porque no es su pueblo.”

CONSECUENCIAS Y REFLEXIONES SOBRE LA GUERRA

Llegando al Isoso, las aldeas estaban destruidas, los cultivos hechos arena, los animales muertos, las casas quemadas o quedaron solamente galpones:
“Nada, todos se perdieron, todas las chivas se perdieron. Se perdieron los burros, las vacas, toditas y así nos hemos regresado hasta aquí.”
-¿A pie se vinieron, y ya no traían nada de por allá?
“… nuestros tíos ya volvieron de la guerra y habían armas por acá y con eso cazaban venados para nosotros, de eso vivíamos.”
“(La gente) se fueron, huyendo de hambre, por eso es que muchos pueblos se pierden”
La consecuencia de la guerra, la guerra destruyó a los pueblos.
“Era un gran desastre porque muchos murieron en eso, jóvenes murieron. Aquel desastre nos sumió más en la pobreza, era un gran conflicto aquel, por cuyos motivos recién nos vamos estableciendo de nuevo.”

Foto-postal Familia Chiriguana - Caiza - chaco boliviano 1902.
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