Por: Arnaldo Ligerón Casanovas. // 29 de abril de 2017.
Corrían los años setenta, cuando en mi barrio San Vicente aparece la segunda escuela con el nombre de "Adhemar Bravo Monasterio".
¿Quién es este señor? ¿Qué hizo para que una escuela ostente su nombre...? ¡Cómo iba a saber si el Colegio nunca nos enseñó siquiera un pedacito de la historia regional, especialmente de la hazaña beniana en la Guerra del Chaco!
Además de maestro normalista, Adhemar Bravo Monasterio había sido uno de los tantos héroes caídos en las trincheras del Chaco, pero que por falta de enseñanza, los niños y jóvenes escolares de ese tiempo teníamos (y aún se sigue teniendo) una clásica ignorancia del valeroso soldado de esta tierra amazónica.
Carmelo Cuéllar Jiménez, recuerda el dramático momento cuando cayó este héroe beniano: "en una circunstancia de riesgo para los soldados bolivianos, para salvar a la vanguardia que había sido sorprendida, entró en ataque frontal, encabezando a sus tropas y así, herido como estaba, siguió animando y conduciendo a su pequeña fracción, hasta que una ráfaga de ametralladora lo hirió nuevamente, habiendo sobrevivido unas horas".
Y cuando se desconoce la historia, no puede aflorar ningún sentimiento cívico, no hay prestancia ética, no hay autoestima personal ni regional,no hay orgullo. ¡Hasta cuándo la escuela beniana seguirá de espaldas a nuestra historia regional!
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