LOS BOLEROS DE CABALLERÍA Y LA IMPORTANCIA FUNDACIONAL DE ESTA MÚSICA PARA COMPRENDER NO SÓLO LA HISTORIA DE UN PAÍS SINO DE QUÉ ESTÁ HECHO ESE PAÍS, BOLIVIA.

 

Tropas bolivianas con destino al Chaco.

Por: Jenny Cárdenas Villanueva – Rascacielos / Página Siete, 14 de junio de 2020.


El mundo que nos toca vivir ha sido abruptamente transformado en un mundo bizarro en el que la razón y la coherencia parecen no tener el mismo mecanismo que daba marco a nuestras acciones. Desde las más simples como dar un abrazo a nuestros hermanos y amigos, hasta las más sofisticadas de toda cultura cuando se trata de rituales y celebraciones que se brindan a los muertos.

En este mundo extraño que estamos viviendo, ya no se tocan Boleros de Caballería para expresar que alguien ha muerto, ni se come algo especial entre familias y con los amigos del difunto, ni se abraza a los deudos. Hoy la muerte nos alcanza sin música, sin flores y sin discursos.

El Bolero de Caballería fue la música del ceremonial de la muerte y ya no se lo escucha en ningún lugar, ni en el campo ni en la ciudad. Hoy en Bolivia el Bolero de Caballería está de duelo; ahora se escucha un silencio –más no la triste melodía del clarín que es casi oración más que melodía- para todo duelo.

El Bolero de Caballería que acompañó a los combatientes de la Guerra del Chaco en su último adiós, y que por extensión acompañó a sus hijos y sus mujeres, es la música que pervivió en la memoria de varias generaciones y de todos los sectores sociales de Bolivia.

Es la música de nuestros padres y de nuestros abuelos, aquellos que combatieron en una lejana guerra. Podemos hablar de esa guerra como un hecho que sucedió hace muchísimo tiempo; podemos contarla como una ficción que ocurrió hace muchos años cuando los hombres morían cada día como una ofrenda ritual: su propio sacrificio o inmolación por una causa mayor como la defensa de su país. Pero esa narración está lejos, no por el tiempo que ha transcurrido sino por el contexto de un ‘otro’ mundo en el que la muerte tenía la connotación de un evento que podía sacralizarse y ritualizarse a través de un Bolero de Caballería, entre varios otros elementos o artefactos de ese preciso suceso.

El Bolero había sido amado por las élites y por el pueblo durante el cambio del siglo XIX al XX. Era tocado en las hermosas retretas que se realizaban en los quioscos de las plazas de todos los pueblos, pequeños y grandes, y en todas las ciudades, como sucedía en toda Iberoamérica.

Este hermoso y misterioso Bolero de Caballería fue la pieza de música que más realce alcanzó entre las generaciones que lucharon en la Guerra del Chaco y la Revolución de 1952, por la música misma –tremenda maravilla, monumento audible de epopeya-, y por sus asociaciones con varios momentos fundamentales de la historia política del país durante el siglo XX.

Este 14 de junio, fecha del armisticio con el que se puso fin a la Guerra del Chaco, queremos recordar este memorable y bello discurso de música que hasta hace unos meses atrás todavía nos alcanzaba desde alguna ladera de La Paz, para convertir mágicamente la tarde en un poema de Guillermo Bedregal (1954-1974):

Y una música se arriesga a creerse origen…

El músico no ha podido dejar de rebelarte.

Se ha llenado de olvido algún silencio

mirando asombrado las distancias que forman el sonido…

(poema dedicado a Alberto Villalpando, p 25. Guillermo Bedregal. La Palidez. 1975. La Paz, Bolivia)

Es remarcable su trascendencia, también, cuando descubrimos que muy a inicios del siglo XX, fue de los géneros musicales más grabados en discos de 78 rpm. De estos, hasta el momento hay catorce notables boleros. Menciono algunos que testimonian su importancia señalando que fue justamente el famoso y más conocido, El Terremoto de Sipe Sipe, del gran compositor Daniel Albornoz (Cochabamba, 1872 – Tupiza, 1943) uno de los primeros en grabarse -sino el primero- en 1916 (sello Columbia, patente brasileña).

También en 78 rpm fue grabado el otro famoso Bolero, Despedida de Tarija, de Saturnino Ríos.  Otros títulos como Tiahuanaco e Illimani, del gran Francisco Suárez, El Glorioso Clarín de Ingavi, de Adrián Patiño, Bodas de Julio, de José V. Zabala, Amistad y Recuerdo, El pequeño Clarín, y los infaltables Boleros dedicados a mujeres –con certeza en homenaje a sus madres y novias o esposas- Alicia, Angélica, Graciela y Sara, hacen parte de estos memorables Boleros dando cuenta del encanto que tuvo para las sociedades de esos primeros años del siglo XX. 

A propósito de esas primeras grabaciones, algunos detalles resultan interesantes como que en el correr del siglo XX su interpretación fue cada vez más lenta, más cansina. Me explico: la primera grabación de El Terremoto de Sipe Sipe dura apenas 3’27 minutos; Despedida de Tarija por su parte dura 3’04. Pero en la grabación de 1967, ‘histórica’ por ser la que hasta el presente se difunde en CD, la música dura 6’37 y 5’08 minutos respectivamente. Casi el doble. Es decir, la densidad histórica se materializa, se comprime en una percepción auditiva que cada vez hace de su emisión una música más lenta, más pesada, como si arrastrase el peso de las batallas que en tantas guerras peleamos en el país cotidianamente; en consecuencia, el Bolero se escucha cada vez más triste. Como para pensar.

El Bolero de Caballería fue abandonado lentamente por razones varias, entre otras, porque los músicos –de nuevas generaciones y nuevas proveniencias sociales y culturales- creían que “siempre que lo tocaban alguien se moría de entre la banda o sus parientes...” (entrevista), sin duda, una razón muy comprensible. ¿Acaso nuestro Bolero es mágico? 

El Bolero de Caballería, de proveniencia española, tiene en un hermoso grabado de Gustav Doré (1832-1883) de mediados del siglo XIX, que es una referencia del contexto en que fue bailado alrededor de la “muerte de la niña” o de la Joya (en su traducción literal del catalán: el Mortitxol o Bolero del Velatorio).

Este baile realizado en velorios de niños fue una celebración muy difundida en América Latina. He ahí otra herencia colonial que se practicaba hasta hace algunos años y es posible que aún se realice en algunas regiones de nuestro continente. Sobre información más antigua de estos bailes, recuerdo un dato curioso que señalaba que éstos se fueron perdiendo en España a propósito, y muy ciertamente con razón, de haberse contagiado mucha gente en tiempos de una epidemia. Toda una casualidad con estos tiempos que vivimos. Estos bailes y velorios se prohibieron bajo sanciones drásticas, lo mismo que la continuación de los rituales, perdiéndose así la tradición de bailar en los velorios de angelitos.

Otra vez, la muerte no tiene ninguna gracia y mejor es perder una tradición que la vida. Personalmente, creo que llegaremos a conquistar nuestra libertad y recobraremos nuestras tradiciones como parte de la vida. Con lo que acabo este mi homenaje a todos quienes en estos días del mundo bizarro que nos toca, no debieron morir, y de ser un sino, al menos podrían haber sido acompañados por un triste y bello Bolero de Caballería.

 

TARIJA SU EXTENSIÓN Y SUS PÉRDIDAS TERRITORIALES CON LA ARGENTINA

 


Del Libro:“Tarija... Apuntes Históricos” de Jesus Miguel Molina Gareca V. 

Por Provisión Superior, emanada del Virrey Francisco Toledo, el 22 de enero de 1574 se ordena la fundación de Tarija, al Capitán Luís de Fuentes y Vargas, otorgándole inicialmente la siguiente jurisdicción: “Y porque estoy informado que en vos, el dicho Luís de Fuentes, concurren las partes y calidades que se quieren para usar de dicho oficio de Capitán y Justicia Mayor de la dicha Villa de San Bernardo de Tarija y su jurisdicción que ha de ser de veinte leguas de jurisdicción hacia los indios Chichas y tierra de paz; y en lo que toca a jurisdicción que habéis de tener hacia los indios Chiriguanáes y pueblos de Guayacane y Guacaya y Comechenes se os ha de dar y dará la jurisdicción que convenga, porque ha de ser sin perjuicio de las demás poblaciones que se hicieren y por ahora os señalo treinta leguas por aquella parte hacia los indios Chiriguanáes por la limitación que se hiciere en la medida de las leguas,...” (1)

Esta primitiva extensión es aumentada el año de 1614 debido a las Capitulaciones realizadas entre el heredero universal de Luís de Fuentes y Vargas y el Virrey del Perú Marques de Montes Claros. El heredero Juan Pórcel de Padilla se compromete, en los referidos documentos oficiales a “trabajar caminos hasta el Río de La Plata y el Paraguay y establecer seguro pasaje, trato y comercio con las provincias de estos nombres; y a fundar una población en las tierras que colindan con el dicho río Paraguay” (2)
Las referidas Capitulaciones son rubricadas en Lima el 1 de noviembre de 1614 y mediante ellas Tarija extiende su jurisdicción hasta la ribera del río Paraguay.
De esta manera Tarija, en el periodo comprendido entre 1618 y 1633, Tarija abre los caminos a Santa Cruz, y Salta, además de fundar lo que es hoy Entre Ríos y establecer las primeras poblaciones tarijeñas en el valle de Carapari y en Caiza.
Otro documento importante en cuanto a la jurisdicción de Tarija sobre todo el Chaco lo cita Luís Echazú: “Por cuanto se ha experimentado de algunos años a esta parte en las conversiones de indios chiriguanos que están en las Provincias de Tarija en que tienen sus misiones las sagradas religiones de Santo Domingo, San Agustín y la Compañía de Jesús, diferentes extorsiones y robos executados por los indios infieles en los pueblos recién convertidos al gremio de nuestra santa fe Católica, sin que se hayan podido embarazar y castigar por la poca práctica que ha concurrido en los cabos militares de aquella frontera que han mandado las milicias de ella, y teniendo entendido hallarse en la persona de Don Francisco Flores de Burgos, vecino de la Villa de Tarija todas las calidades de experiencia, celo, valor y las demás que se requieren, le elijo y nombro por Capitán a Guerra de las Milicias de la Villa de Tarija y su Jurisdicción, para que como tal mande la gente que se le destinare para obtener y castigar la osadía de los expresados Indios bárbaros, y mando a todos los oficiales militares de los expresados parajes, le hagan y le tengan por tal Capitán a Guerra de las Milicias de la expresada Villa de Tarija y su jurisdicción, y que le guarden y hagan guardar todas las preeminencias y excepciones que le corresponde como a tal, etcétera. Lima lº de febrero de 1728. Marqués de Castelfuerte.- Joseph de Múxica.-” (3) El destacado es nuestro.
Ahora es interesante conocer que durante el tiempo de los argumentos previos al conflicto del Chaco, los juristas bolivianos no hicieron argumento con estas Capitulaciones, y otras que largo fuera enunciar, señalando que el Chaco era una prolongación natural de las Misiones de Chiquitos, aspecto que fue bien utilizado por el Paraguay para desnudar las falencias de la defensa boliviana ya que según L. Pizarro “Nunca, jamás se asignó jurisdicción a las fundaciones evangélicas” (4) A ello agregar que los diplomáticos paraguayos exhibieron como argumento a favor suyo la “confusión boliviana” al no determinara qué jurisidicción correspondían esos territorios disputados, si a Tarija, a Chiquitos, a Santa Cruz o Chuquisaca, puesto que algunos mapas exhibidos por los defensores bolivianos señalan los mismos territorios de manera confusa como pertenecientes a diversas jurisdicciones desde tiempos de la colonia.
Retomando el argumento inicial -la delimitación geográfica tarijeña- acorde con lo dispuesto por el Virrey del Perú en 1614, el Rey Carlos IV de España, 200 años más tarde mediante la Real Cédula de 17 de febrero de 1807 señala que todo el Partido de Tarija, sus reducciones y otras provincias, como Chichas por ejemplo, que hasta esa fecha pertenecían a la Intendencia de Potosí pasasen a formar parte de la Intendencia y Obispado de Salta.
Sobre este punto, la pertenencia de Chichas a Tarija, permítaseme una cita traída de F. Manuel Mingo de la Concepción: “Y también mandó asimismo el citado virrey-Francisco Toledo- que fuese villa (después de formada) -Tarija- la capital de la citada provincia de los Chichas, en donde pusiese su lugarteniente. Antes de esto era la Capital el pueblo de Santiago de Cotagaita” (5). El destacado es nuestro.
Ahora volviendo al Chaco, este era considerado, según descripción hecha por el Marqués de Montes Claros, Virrey del Perú, como el territorio comprendido en los siguientes límites: al oriente el río Paraguay, al occidente la cordillera de los Chiriguanos, al norte Santa Cruz, hasta el paralelo 19º y hacía el sur hasta el paralelo 269.
El año 1843 el geógrafo argentino José Arenales en su libro “Noticias sobre el Gran Chaco” hace las subdivisiones que hasta ahora conocemos, de tal manera el Chaco se divide en tres, a saber: Chaco Boreal comprendiendo el territorio entre el río Paraguay y el Pilcomayo; Chaco central al sur del río Pilcomayo hasta el río Bermejo y Chaco Austral al sur del río Bermejo hasta el río Salado, en su unión con el Paraná. Sin embargo de esta subdivisión mantiene al Chaco dentro los límites dados a conocer el año de 1614 en las capitulaciones hechas entre el Virrey Montes Claros y Juan Pórcel de Padilla.
Otro de los documentos que señala al Chaco como parte del Partido de Tarija, es la Real Cédula de 1690, “que autoriza la fundación de un Colegio de la Cía. de Jesús en la Villa de Tarija para la “reducción de todo el Chaco” (6) El destacado es nuestro.
Sin embargo de esto, la Argentina nunca puso en duda su propiedad sobre el Chaco Austral, haciendo uso de las Cédulas Reales de 1767 y 1776, y negoció con Bolivia el territorio chaqueño ubicado entre los ríos Bermejo y Pilcomayo -el llamado Chaco Central o Gualamba- y esta fue la primera gran pérdida de territorio tarijeño.
El año de 1843, gobierno de José Ballivián, levantó la primera información cartográfica del Chaco en tiempo republicano, el responsable fue el prefecto de Tarija Manuel Rodríguez Magariños. Tres años más tarde Lucio Camacho, Juan Ondarsa y J. Mariano Mujía recorren el cauce del río Bermejo y llegan a Orán con el fin de proseguir el levantamiento cartográfico de los límites de Tarija en dicha zona, los informes levantados dan cuenta que la Argentina había extendido sus áreas de colonización hasta, incluso, la parte superior del mismo río Bermejo. Sobre este un apunte: la llamada “Mesa Topográfica”, compuesta por los dichos señores, nunca tuvo conocimiento previo de los territorios a ser demarcados en la parte que a Tarija, por lo menos, le correspondía. De tal manera es que ni bien llegados no recogieron sino fuentes verbales de conocimiento sobre el territorio que iban a tratar, así solicitaron al General B. Trigo y al General Burdett O’connor, las referencias sobre el territorio que iban a recorrer.
En carta, extensa, enviada al Gral. Ballivián el 14 de noviembre de 1846 indican entre otros aspectos: “El Señor Andrés Martínez, tarijeño, y Gobernador delegado del Orán, solicitó en los últimos momentos de nuestra permanencia, una conferencia secreta con nosotros,... nos dijo que el Gobierno podía contar cooperación en cualquier caso necesario.» (7)
Pero ante este ofrecimiento natural de aquella autoridad, tarijeña de nacimiento, la Mesa Topográfica, desconfío “tomamos el partido de escuchar con fría indiferencia aquellas proposiciones”, indican en la misma carta.
Sin embargo se levantó el mapa, fue publicado bajo el gobierno de José María Linares, y en él se aprecia la soberanía territorial de Tarija al norte del transcurso del río Bermejo, hasta su confluencia con el Paraguay. A pesar de la dicha información, el gobierno de Bolivia, el 2 de mayo de 1865, firma un Tratado con la Argentina expresando que la posesión sobre los territorios no dará ningún derecho a menos que no fuesen primitiva y justificadamente documentada. Pero mientras Bolivia, cumpliendo su parte del trato evitaba que tarijeños llegasen a tener propiedad en el dicho territorio, la Argentina dictó una ley de organización administrativa del Chaco Central. Planteada la queja de Bolivia por este hecho, el gobierno argentino dio por eludir el conflicto sin tomar ninguna clase de determinación que contraríe la dicha ley.
Bolivia decidió dejar el problema con un silencio cómplice y después del desastre del Pacífico envío un Embajador a negociar un Protocolo Preliminar suscrito el 11 de junio de 1888, fijando como límite el grado 22º hasta su cruce con el río Pilcomayo, este protocolo dio paso al tratado de límites de 10 de mayo de 1889 por el cual Bolivia entregó con una sola firma todo el Chaco Central tarijeño, a la Argentina.
Ahora bien, los peritos bolivianos estaban tan mal informados sobre lo que ellos a su vez informaban que estaban convencidos que el paralelo 22º estaba al sur de la población conformada por tarijeños y cuyo nombre es Yacuiba. ¡Un tratado firmado a ciegas!
De esta manera Tarija perdía todo el Chaco Central, incluida Yacuiba, donde aproximadamente, para esa fecha, habitaban 500 familias también tarijeñas. Perdía también los fortines construidos a lo largo del río Bermejo; faltó poco para que se entregara incluso la localidad de Bermejo. Un ejemplo de lo absurdo que significó la firma del Tratado de 1889, por el que Tarija perdió todo el Chaco Central, lo da a conocer el diplomático argentino Horacio Carrillo: “¿Cómo se va a cumplir el tratado de 1889, cuando dice que de La Quiaca se debe ir en línea recta al oriente, hacia el Poronga!, y luego bajar hacia el pueblo de Bermejo, cuando el PorongaI está realmente ubicado a más de cuarenta kilómetros al sur de dicho pueblo” (8)
Una vez perdidos para Tarija los extensos territorios ya mencionados, quedó por dilucidar todavía la cuestión de Yacuiba, así se firmaron varios protocolos e intentaron diversas modificaciones al original tratado de 1889, hasta llegar al definitivo de 1925.
Sobre este punto y por no dejar olvidada una actuación histórica se debe recordar que desde el Protocolo de 14 de mayo de 1898, la Argentina exigía una compensación territorial por la ciudad de Yacuiba. Inicialmente la Argentina planteó la posibilidad de construir una nueva ciudad dentro de territorio boliviano o permitir a la población gozar de la nacionalidad boliviana en Yacuiba, aunque no tener soberanía territorial, las cuyas dos propuestas significaban, en fin, la pérdida material de aquella población.
La actuación a la que me refiero viene de la mano de dos personajes tarijeños, los dos llamados Luís, uno Pizarro y el otro Echazú; el primero en sus obras indica que existía una tercera propuesta que significaba el intercambio de los territorios, entonces, despoblados de las Juntas de San Antonio por Yacuiba y el segundo señala que la tercera propuesta de solución al conflicto consistía en que serían para Tarija, Toldos y Yacuiba a cambio de las dichas Juntas de San Antonio. En el fondo el sistema de compensaciones territoriales creado por la Argentina para subsanar el conflicto creado por la mala información y por la peor gestión boliviana, en la ubicación geográfica de Yacuiba, buscaba compensar con territorio tarijeño la pérdida de territorio tarijeño. (Del mismo cuero salían las correas...)
El protocolo del 14 de mayo de 1898 logró consolidar a favor de la Argentina la desastrosa gestión: “Ese instrumento internacional consignó la entrega a la Argentina de territorios incuestionablemente bolivianos (debiera decir tarijeños), como Tartagal, Tonono, Itiruyo y el Vicecantón Toldos” (9)
A esta primera cuña legal siguió la propuesta del año 1916, cuando la Argentina propuso subsanar el conflicto de Yacuiba de la siguiente manera:
“La zona que media entre los ríos Toldos y Lipeo, queda en la parte de la República Argentina, en compensación de la de Yacuiba que continuará dentro la soberanía de Bolivia, con los límites establecidos en el protocolo de 28 de enero de 1904, suscrito por los plenipotenciarios Drs. José M. EscalieryJ. A. Terry.”(10)
Esto significó que Tarija debía pagar con su territorio la pérdida de territorio también tarijeño. Esta base de acuerdo fue definitivamente establecida en el Tratado de 1925, que como raro homenaje a los cien años de Bolivia se firmó entre los Presidentes de aquel país y Bolivia, sin mencionar ya siquiera a Toldos pero sí señalando la “nobleza” Argentina al permitir que Yacuiba siga bajo jurisdicción tarijeña. El tratado fue firmado en La Paz el 9 de julio de 1925. Esta fue la segunda gran pérdida de territorio tarijeño.
El total de territorio perdido por Tarija entre el Chaco Central y la zona de Toldos, merced a los tratados de 1889 y 1925, fue de: 170.737 Km2. (casi 6 veces más de nuestro actual territorio)
Existe un mapa que da a entender que en la Cancillería boliviana se hubiese fraguado la idea que llegado el momento Tarija volvería ser parte de la Argentina y en tal situación se dibujó al valle central separado del Chaco, esta acción gravitaría enormemente en el desarrollo de la siquis local tarijeña pues la separación clara de Tarija - valle central- no hacía sino mostrar al Chaco como parte de la jurisdicción de la provincia Chiquitos o como un territorio sin cabeza política alguna y sólo bajo el rótulo “Chaco”. Quedando de esta manera Tarija totalmente separada de esos territorios. El investigador Carlos Paz, en su obra: “Bolivia y Argentina”, menciona un pasaje histórico de lo acá afirmado pero desde la óptica argentina, que en su intento de arreglar el conflicto limítrofe con Bolivia, presentó con la propuesta de reconocer a Tarija como parte de Bolivia, pero al igual que la Cancillería boliviana, separándola del Chaco. (11)Una vez abandonado el Chaco Austral, cedido el Chaco Central, quedaba por perder el Chaco Boreal. Aspecto que merece estudio especial y aparte.
Tarija, nunca recibió, gratuitamente, algo positivo de cualquiera de los gobiernos que se hayan sucedido en Bolivia, mas por el contrario las agresiones fueron permanentes al punto de llegar a canjear territorio tarijeño para subsanar errores cometidos por peritos bolivianos, como queda demostrado.

TEXTOS DE REFERENCIA Y GUÍA
(1) Citado por Trigo P. Bernardo/ Las Tejas de mi Techo/Edit. Universo/ La Paz/ 1939/ P.7.
(2) Pizarro A. Luís/Tarija. Apuntes histórico-geográficos/Sucre/1936/P. 20.
(3) Citado por Echazu Luís/ La Cuestión de Límites entre Bolivia v la República Argentina y el Tratado Medina - Carrillo/ Segunda Parte/ Imp. La Comercial/Tarija/ 1926/ P. 7; 8.
(4) Pizarra A. Luís/ Origen de la Independencia de Tarija/ Tarija/ Imp. Universitaria/ 1955/ P. 17.
(5) Mingo de la Concepción Manuel/ Historia de las Misiones Franciscanas de Tarija entre Chiriguanos/ Tomo 1/ Edit. Universitaria/ Tarija/ 1981/ P. 59; 60.
(6) Pizarra A. Luís/ Tarija Apuntes..../ P. 23.
(7) Oropeza Samuel/ Límites entre la República de Bolivia y la República Argentina/ Imp. Boliviana/ Sucre/ 1892/ P. 111.
(8) Carrillo Horacio/ Los límites con Bolivia/ Tall. Graf. Argentinos de L. J. Rosso/ Bs. Aires/ 1925/ P. 27.
(9) Escobari C. Jorge/Historia Diplomática de Bolivia/ Tomo 11/ Universidad Boliviana/ La Paz/ 1978/ 3ra. Edic./ P. 193.
(10) Carrillo Horacio/ Los Límites..../ P. 75.
(11) PAZ Carlos/Bolivia y la Argentina reseña histórica de los Tratados Diplomáticos. La Cuestión de Tarija/ Impr. Adolfo León/ Tarija/ 1912/ P.44. La afirmación sentada por C. Paz trata de señalar que la “ingenuidad” en tema tan delicado, -como fue la separación de Tarija y del Chaco- fue de parte de los argentinos, afirmando que ellos protestaron “no -haber- cuestión sobre Tarija, la cuestión se reduce al Chaco”, tomando como un hecho la separación del territorio. Acción que luego la diplomacia boliviana no sólo llegaría a afirmar sino alcanzaría hasta la publicación de un mapa.

 

MORITZ HOCHSCHILD, EL MINERO QUE ACOGIÓ A MILES DE JUDÍOS EN BOLIVIA DURANTE EL NAZISMO

 

Publicidad de la empresa de Hochschild (Foto: R. Brockmann)


Publicado originalmente en Ecos de Tarija, Periódico El País de Tarija, el 31 de enero de 2018

De los denominados Barones del Estaño, Moritz Hochschild fue el que menos popularidad tuvo debido a que se le atribuía un carácter muy cruel y despiadado en el ámbito de los negocios. Sin embargo, el tiempo se encargó de develar que él acogió a varios judíos en Bolivia durante la época del nazismo.

Según un artículo publicado por el diario español “El País”, la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) cuenta con una serie de documentos que prueban este acto filantrópico de Hochschild por el que más de 8.000 judíos llegaron al país, entre 1938 y 1940, salvando la vida del Holocausto que se generó tras el ascenso nazi en Europa.
“Mucha de esta documentación está relacionada con el Holocausto. Con el traslado de inmigrantes judíos de Europa central a Bolivia en una especie de red que había armado Hochschild. Esa documentación trae información primaria relevante y única en el mundo”, señaló el director del archivo de la Comibol, Édgar Ramírez.
Según el funcionario, en 1999 se comenzó con el trabajo de ordenamiento de los documentos de la empresa que fue nacionalizada tras la llamada “Revolución del 52”.
Hochschild fue un judío alemán que estudió ingeniería de minas en Freiberg y obtuvo un doctorado en economía y finanzas. Nació en 1881 en Biblis y falleció en 1965 en Francia. Desde 1921 comenzó su labor minera en Bolivia y dentro de algunos años se convirtió en un acaudalado magnate al igual que Simón I. Patiño y Carlos Aramayo.
Los documentos correspondientes a Hochschild comprenden una extensión de al menos 50 metros. Según la jefa de información de la empresa estatal, Carola Campos, el hallazgo de estos papeles constituyó una grata sorpresa que ayudó a conocer de más cerca al magnate.
Entre los documentos se encuentra una carta de niños de origen judío de una escuela en La Paz en la que solicitan a Hochschild ayuda para mejorar la infraestructura de sus casas. Además pueden encontrarse documentos de la embajada británica e incluso una lista negra de personas y negocios en Bolivia señalados por antisemitas, y con los cuales se le indica a Hochschild no establecer ninguna relación comercial.
“Nos encontramos con expedientes en inglés, alemán, hebreo. Tuvimos que trabajar con varios profesionales para efectuar la labor de revisión”, dijo la responsable de gestión documental de la Comibol, Liz Quiñones.
Debido a las buenas relaciones de Hochschild con el entonces presidente boliviano, Germán Busch, el Comité Judío Americano de Distribución Conjunta (Joint, por sus siglas en inglés) logró la llegada de migrantes judíos con visas de trabajo para distintas áreas.
“Lo que hizo Hochschild fue crear dos instituciones básicas: la Sociedad de Protección a los Inmigrantes Israelitas, a través de la cual fueron canalizados los fondos que el Joint ponía a disposición para ayudar a aquella población y la Sociedad Colonizadora de Bolivia. Él fue realmente el artífice para integrar a los judíos en el país”, señaló León Bieber, historiador boliviano de origen judío.

El Schindler de los Andes
Regina Cymerman de Udler estuvo en tres campos de concentración, de los cuales pudo escapar debido a su nacionalidad francesa y su manejo de cuatro lenguas. Trabajaba como correo y haciendo la guerra de guerrillas para los Maquis, la resistencia francesa, contra los nazis que ya habían invadido el país vecino.
Con la Gestapo tras sus talones, llegó a Latinoamérica en los barcos que arribaban a los puertos de Chile y Argentina, para después instalarse en Bolivia. Así recuerda Ricardo Udler, portavoz de la comunidad israelita en el país andino, la historia de su madre y de muchos otros judíos que lograron escapar del Holocausto. “Hemos tenido sobrevivientes de Auschwitz, Majdanek, Bergen-Belsen, Trevlinka. Gente que ha estado marcada, tatuada y una vez que llegaron aquí, nos contaban el Holocausto que ellos habían sobrevivido, para que nosotros podamos transmitir a las nuevas generaciones”, recuerda Udler.
La madre de Udler fue afortunada. Durante el escape, su familia fue separada. Algunos de sus hermanos y hermanas fueron asesinados en campos de concentración. Dice que llegar a Bolivia desde Europa era un trayecto sumamente largo, con muchos cambios culturales, en el orden socioeconómico y de vida que los alemanes y polacos judíos llevaban, pero que llegar a esta tierra era algo “bendito”. “El llegar a un lugar totalmente desconocido la atemorizaba, pero el hecho de ser libre, de sonreír después de todas las penurias que ella pudo vivir durante la época del Holocausto, lo valían”, agrega Udler.
Según la perspectiva del director del archivo Comibol, el carácter frio y calculador para los negocios de Hochschild sólo fue aparente debido a sus acciones humanistas que bien podrían valerle el título de “El Schindler boliviano”. 

losdatos

Hochschild y su
influencia en Bolivia

Su llegada
Hochschild llegó a Bolivia en 1921 atraído entre otras cosas por el auge del estaño que había iniciado a principios de siglo. Comenzó con el rescate de minerales. Tal actividad consistía en comprar pequeñas cantidades de mineral hasta juntar una cantidad que estimaba suficientemente grande para exportar.

Su riqueza
Se hizo dueño de las minas de Matilde, Caracoles y Bolsa Negra en La Paz, las minas de San José, Morococala e Itos en Oruro y la mina de Porco en Potosí. También tomó en arriendo la agotada famosa mina argentífera de Huanchaca en Pulacayo cuyo contenido en plata si bien era muy pobre, también contenía minerales de zinc y plomo. La desahogó, la puso en condiciones y la explotó con mucho éxito

Su salida
En 1952 fue el año de la “Nacionalización de las Minas” con cuyo decreto todos los bienes de los Barones del Estaño fueron confiscados. Antes de tal evento, Hochschild tuvo cuidado en trasladar todos sus capitales e intereses hacia Perú y Chile, fue indemnizado con 8.7 millones de dólares.

 

1952, MNR vs. FSB (LAS TORTURAS - VEJÁMENES A LOS DIRIGENTES Y MILITANTES DE FSB POR PARTE DEL GOBIERNO DEL MNR)

Falange Socialista Boliviana de Oscar Unzaga de la Vega. 

 Fuente: VIOLENCIA ESTATAL EN BOLIVIA DURANTE EL RÉGIMEN DEL MOVIMIENTO NACIONALISTA REVOLUCIONARIO (MNR) 1952-1964. De: Zenón Ferrer Bautista Huanca.

El Primer Manifiesto de FSB


A nombre de la "revolución nacional" el gobierno emenerrista organizaba paramilitares como milicias armadas y clausuró el Colegio Militar. Realizó medidas de corte demagógico que comenzaban a deteriorar la economía del país. Fueron asaltadas las propiedades rurales. Se iniciaba gradualmente la corrupción y el régimen daba un giro de tinte comunistoide, asociados con partidos marxistas, a tiempo de convertirse en refugio de elementos provenientes del Partido de la Izquierda revolucionaria (PIR).

Ante esta situación anarquizante, Oscar Unzaga de la Vega, Jefe de Falange Socialista Boliviana (FSB), emite un Manifiesto público el 15 de agosto de 1952, ejerciendo su derecho de libre expresión, al señalar que las reformas efectuadas por el MNR eran incompletas y colocaban a nuestra nación en dependencia del intervensionismo extranjero. Puntualizaba que habiéndose producido el colapso del estado individualista de la oligarquía minero-feudal se hacia necesario reorientar la "revolución nacional", porque el régimen emenerrista sufría una desviación marxista. Tal era la desorientación en que de inicio se encontraba el nuevo gobierno.

El régimen de Víctor Paz Estensoro califica el manifiesto falangista como subversivo y desechando cualquier solución pacifica, ordena la detención de 400 militantes y dirigentes de FSB, el 27 de agosto de 1952. Se trata de la primera acción realizada masivamente, aplicando torturas y confinamientos en Ixiamas y posterior destierro.


El Golpe Contrarevolucionario


Para el 9 de noviembre de 1953 se había planificado un golpe subversivo, pero fracasa porque éste había sido delatado. La ciudad de Cochabamba en esta ocasión cae fácilmente en manos de los conspiradores. Ninguna otra ciudad secundo el golpe. Los cochabambinos al conocer del fracaso de sus camaradas en La Paz, abandonan la plaza y se dan a la fuga. La retoma de la plaza por los emenerristas da lugar a crear un ambiente de terror.

Las cárceles se colman de presos y comienza la labor represiva de Jorge Orozco y Ademar Menacho. El diario "Los Tiempos" es incendiado y su director Demetrio Canales y todo el personal de redacción son encarcelados y luego desterrados. La ciudad de Cochabamba es invadida por milicianos mineros-campesinos. Casi no hubo casa que no fuera allanada. De La Paz fueron enviados para "ayudar" en la represión algunos personajes como Mario Abdala, Oscar Arana Peredo y Fausto Machicado. Estos regresaron de Cochabamba cargados de platería, cuadros antiguos y muchas cosas valiosas de sus centenares allanamientos.

De acuerdo a Hernán Landívar, los presos eran torturados en el estilo más refinado. Orozco y Menacho se complacían en desnudar a sus víctimas, flagelarlos. Se los metían con fuerza lápices a los oídos hasta reventarles el tímpano. Encendían al rojo un cabo de escoba para luego introducirlos al ano de sus víctimas. Dos hombres viejos, fueron desnudados y entregados a los milicianos que alcoholizados no vacilaron en poseerlos.

Se les obligaba a las víctimas a presenciar durante noches estas torturas hasta enloquecerlos. Se empujaba por la fuerza a los presos a sentarse sobre hornillas eléctricas al rojo y eran mantenidos a la fuerza sobre ellas hasta que se quemen su ropa y su cuerpo. Una anciana fue bofeteada en su propia casa, sólo por decir que ignoraba lo que le preguntaban, El padre Sagredo es apresado y luego desterrado, después de haber sido ultrajado sin que se respeten sus hábitos (Landívar, 1964:110- 113).

Así como fue un castigo para los cochabambinos, lo fue enseguida para los paceños, los cruceños, tarijeños o chuquisaqueños. No respetaron a nadie, ni curas, ni niños, ni mujeres, ni ancianos; la sed de odio y destrucción se convirtió en una pesadilla.

Como los detenidos se obstinaban en negarlo todo, fueron objeto de una paliza individual aplicada concienzudamente por los jefes de la policía secreta, a quienes cooperaban multitud de agentes y milicianos nativos. Los presos ensangrentados, tumefactos, adoloridos, tumbados en el suelo pelado del cuarto de tortura, continúan negando. Orozco dispuso la aplicación del magnético eléctrico. Mando humedecer el piso, les hizo desnudar y empleo corrientes de alto voltaje hasta producir shocks por agotamiento nervioso. Enajenados de "odio necesario", babeantes de excitación, a punto de eyacular, los agentes les arrojaban de barriga a las víctimas, les abrían las piernas a latigazos, y brutalmente introducían en el ano gruesos laques de torneada madera. Gritos horrendos, la sangre saltaba, el sujeto yacía sin conciencia. Encontrándose la víctima de pie, la obligaban a presentar el miembro viril y con expertos palmetazos lo herían teniendo cuidado de no tocar los testículos. Cuando por fluencia de sangre, el pene era una masa enrojecida e hinchada, atacaban a los testículos y el infeliz desplomándose entre aullidos de dolor, acababa por confesar e imaginar lo habido y lo por haber. Frecuentemente, el torturado quedó inválido para ejercer en el futuro funciones genésicas.

Después fueron trasladados a La Paz. Cuarenta y cinco días duró la vía crucis en los calabozos de la Escuela de Policías. Durante ese tiempo vivieron amontonados unos sobre otros, ardiendo de día, tiritando en la noche, probaban inmundo rancho que a pesar del hambre no se atrevían a comer por temor a la indispensable evacuación de los intestinos, no conocían ni sol, ni aire libre, salían cada tres o cuatro día al servicio higiénico. Volvieron las declaraciones, menudearon las palizas, destrozando columna vertebrales, hundieron costillas, rompieron brazos„ piernas y cabezas, dejaron sordos a muchos, cegaron a algunos, con viles manos apretaron testículos hasta reventarlos, ¡y aterrorizaron a los miserables que maldecían mil veces la hora de haber nacido (Loayza, 1966:145-148)

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Recordarles a nuestros seguidores que nosotros solamente nos tomamos el tiempo para investigar acontecimientos históricos que atañen a la historia de nuestro país y lo difundimos en este sitio sin recibir nada a cambio. Sus puntos de vista y/o comentarios son bienvenidos siempre y cuando estén en el marco del respeto.

Atte. J.L.

 

¿MARIO GUTIÉRREZ Y OSCAR ÚNZAGA ENFRENTADOS? EL FIN DE LA FSB

 

Gutierrez, Únzaga y el Dr. Pinto Parada.


Por Rafael Archondo – La H Parlante / Este escrito fue extractado de su página de Facebook La H Parlante

¿ÚNZAGA CONTRA GUTIÉRREZ?

Uno de los misterios peor resueltos de la Historia política de Bolivia es el alzamiento falangista del 19 de abril de 1959. Aquel día, el jefe del partido (FSB) murió. Junto a él cayó toda una camada de dirigentes en un intento fallido por tomar el poder. Lo insólito de este episodio es que tiene todos los rasgos de una acción suicida, condenada al fracaso desde el instante en que se dio la orden de disparar. Es demasiado loco organizar una insurrección a plena luz del día y sin contar con la certeza del apoyo militar o policial. Otro dato desconcertante es que las acciones se quedaron solo en La Paz.

Un año antes, en 1958, FSB había participado de otra sublevación en Santa Cruz con similar desenlace. En esa ocasión, la figura visible era el subjefe de FSB, Mario Gutiérrez. Según cuenta el ex falangista Walter Vasquez Michel en su libro de memorias, Únzaga estuvo inicialmente involucrado en los hechos, sin embargo, al ver el tinte regionalista de la movilización, se habría puesto en contra de la participación del partido en algo que consideraba un brote separatista que amenazaba con dividir Bolivia. Como sabemos, para Únzaga, de origen cochabambino, el culto a la integridad de Bolivia estaba por encima de todo. La sublevación cruceña generó una escisión en FSB. A partir de ese momento, Gutiérrez y Carlos Valverde construyeron lo que podría denominarse como falangismo camba. En la foto, vemos al primero junto a Únzaga. Del otro lado, el líder cruceño Melchor Pinto Parada, amigo personal del entonces Presidente de Bolivia, Hernán SIles Zuazo, quien logró asfixiar ambos levantamientos en Santa Cruz y La Paz.

Entonces, a partir de ese momento, mayo de 1958, Únzaga habría decidido conspirar desde La Paz en un acto de re-centralización del poder en el occidente del país. Si Únzaga vencía en 1959, quedaba probada su jefatura. ¿Pero si fracasaba? Le esperaba un duro cuestionamiento desde los llanos orientales. Nuestra hipótesis es que el alzamiento del 19 de abril de 1959, que no contó con el respaldo del ala cruceña del partido, fue un intento desesperado de Únzaga por recuperar el mando del partido y demostrarles a sus camaradas orientales cómo se tomaba el poder desde el centro.

A la muerte de Únzaga (ahora es más comprensible su suicidio), Gutiérrez llevó a FSB a una política flexible de alianzas que terminó pactando nada menos que con Paz Estenssoro y Banzer en agosto de 1971.

 

LOS ASESINADOS DEL 15 DE ENERO EN LA HARRINGTON

 

Página Siete

Por: Juan del Granado /Página Siete 15 de enero de 2022.

Era un jueves lluvioso ese 15 de enero de 1981. Arcil y Gloria en la mañana confirmaron la reunión de la dirección del MIR, a las 14:30, en un departamentito de la calle Harrington en Sopocachi. Todos concurrieron para evaluar la respuesta popular al “paquete económico” que la dictadura había dictado seis días antes.

Estos líderes, muy jóvenes, habían asumido la conducción del MIR en la clandestinidad. Fueron ellos el motor de la reorganización partidaria y sindical y de la resistencia activa a un régimen que, el 17 de julio de 1980, asaltó el poder, ametralló los campamentos mineros, asesinó a dirigentes como Marcelo Quiroga y desató una represión feroz donde todos tenían que “andar con el testamento bajo el brazo”. La respuesta popular al “paquete”, pese a la represión, fue importante, aunque sólo inicial. El paro de 48 horas decretado por la COB y el Conade fue acatado en algunas fábricas y en varios distritos mineros, pero la mayoría del país sólo ratificó su repudio silencioso.

Cerca de las 17:30, la reunión estaba concluyendo; todos coincidieron en la tarea de reforzar la resistencia democrática, y en ese momento llegaron en tropel, armados hasta los dientes, los paramilitares que asaltaron el inmueble, atraparon a los dirigentes y de manera salvaje, estando ya detenidos e inermes, los ametrallaron por la espalda. Solo Gloria sobrevivió providencialmente, ocultándose en un primer momento del asalto. Nuestro país se oscureció aún más esa noche. Ocho líderes jóvenes, brillantes, comprometidos con su patria, amantes de sus familias, habían sido masacrados:

José Reyes Carvajal

“El haberte perdido nos ha hecho añorar tu presencia cada uno de los días de tu larga ausencia y, aunque nos queda el recuerdo para alimentar nuestros sueños y orientar nuestras vidas, hay otra ausencia profunda que duele y lastima, es la tuya en tus nietos…”, escribió Lilian Reyes, una de las cuatro hijas de Pepe, de José Reyes, quien nació en agosto de 1940 en Padilla, Chuquisaca, y que fue asesinado a sus 40 años.

Era oficial de Policía y abogado de la UMSA. Combatió en Laikakota contra el golpe del 21 de agosto de 1971 y en octubre fue apresado y exiliado. Era alto, vigoroso y de gran capacidad organizativa; fue bajo su mando que, durante la apertura democrática, después del banzerato, se organizó el MIR en La Paz. Dimanaba un gran carisma, era de voz clara y fuerte, pero al mismo tiempo era un compañero cálido, amante de su esposa, Olivia Pando, y de sus hijas.

Ricardo Navarro Mogro

“Ricardo, tu cuerpo puede ya ser polvo, pasaron los años, pero tu voz, tu risa y tu amor hacia Ruth y Angélica y tu familia siguen en nuestra memoria…, gracias por hacernos ver que hacer política no es escalar, alcanzar el poder y mirar de arriba a los otros…”. Son las palabras de Elvira Llanos hermana política del Flaco, de Ricardo Navarro, quien cayó cuando sólo tenía 30 años. Ingeniero de la UMSA, catedrático, pero sobre todo dirigente de centenares de jóvenes que lo conocimos como el pilar de la victoria universitaria del MIR en la FUL el año 1971.

Fue apresado en 1972 durante el banzerato, exiliado luego y a su retorno, en la apertura democrática, fue el dínamo de la presencia partidaria institucional universitaria en todo el país, en la CUB y en el CEUB. Era delgado y alegre, de una energía inagotable y contagiosa. Se enamoró y casó con Ruth Llanos, en medio de la lucha clandestina en 1971, y al año siguiente llegó Angélica, la hija de ambos que junto a su esposa fueron los amores eternos de su vida.

Arcil Menacho Loayza

“La pérdida es siempre terrible cuando lo perdido es un ser amado…, cicatriz que sangra de modo permanente, proyectos presentes y futuros cortados para siempre, ausencias que nos acompañan y forman parte de nuestras vidas”, reseñó Teresa Menacho, hija de Arcil, quien hace cuatro décadas nos parecía el más viejo de los dirigentes del MIR histórico. Sí, era el mayor de todos, pero cuando lo victimaron sólo tenía 47 años. Había sido militar en los años 50, lo que luego le mereció la cárcel y un exilio prolongado. Se casó muy joven con Teresa Ríos, con quien tuvo seis hijos y, cuando retornó al país, se enroló en lo que a él le pareció un movimiento juvenil inigualable.

Era un hombre grueso, de mediana estatura, de corte militar, dicharachero, pero sobre todo de un tesón enorme para el trabajo político, con el que levantó la estructura partidaria en Pando, ampliando la visión del MIR al conjunto del país.

Jorge Baldivieso Menacho

Doña Miriam, su madre, me dijo en Sucre, con las pupilas húmedas y después de un suspiro largo, “… Sólo tenía 33 años y era el gran soporte de esta familia, el ejemplo de todos sus hermanos, era mi esperanza, mi consuelo, y me juró que nunca me abandonaría”. Jorge nació en Sucre en marzo de 1947 y fue dirigente en la FES por el colegio Bernardo Monteagudo. Se fue a Oruro a estudiar ingeniería en la UTO, donde fue elegido Secretario Ejecutivo de la FUL.

Escribía y editaba un semanario titulado Cristo Universitario, donde resumía sus ideales, y de ahí le quedó lo de Cristo. Cristo Baldivieso fue apresado y exiliado cuando era integrante de la dirección clandestina del MIR en 1974. Era delgado, de tez clara, cabello negro, igual que el bigotito recortado. Era de una austeridad casi franciscana, intolerante con la indisciplina y riguroso en el estudio y el análisis político. No se casó, su madre y sus cuatro hermanos fueron su referencia filial imprescindible, sobre todo después de la muerte de su padre, Luis Baldivieso, que se produjo cuando estaba preso.

Ramiro Velasco Arce

“Tenía 30 años cuando lo mataron por la espalda, a él que siempre vivió de frente. Es que los asesinos no fueron capaces de enfrentar su mirar tranquilo y su infinita confianza en el mañana”. Así lo recordaría una crónica de la asociación de familiares.

Lo conocíamos más por Moisés que por Ramiro porque, dada su inserción en el aparato del Estado, no era pública su militancia. Era de una inteligencia excepcional. Había salido bachiller en La Paz, su ciudad natal, a los 16 años; a los 21 ya era economista de la Universidad Católica y a sus 24 fue director Ejecutivo del INE. Catedrático de macroeconomía, hizo una maestría en planificación en Varsovia en 1977; a sus 27 años fue subdirector de política monetaria del Ministerio de Finanzas y administrador de la Dirección de Presupuesto. Gozaba de gran respeto profesional y académico pese a su visible juventud, y sus conocimientos no sólo beneficiaron al Estado, sino que se plasmaron en el programa de gobierno del MIR, en la tesis económica de la COB de la que fue su consultor, y también en los campamentos de Catavi y Siglo XX donde los fines de semana impartía cursos de economía a los trabajadores.

Era de tez blanca, cabello y bigotes negros y abundantes, de buena estatura y de una simpatía personal dibujada en la sonrisa y en los ojos negros que le han copiado los dos hijos que nacieron del amor con Gladys Lucksic, su esposa.

Artemio Camargo Crespo

“Estuvo muy alegre cuando nació Patricia, dijo: ‘Mujercita, qué lindo’. Decía que era muy inteligente, porque ella a los 10 meses aprendió a decir papá y a Artemio, feliz, le brillaban los ojos de alegría…”. Es uno de los recuerdos de Juana Camargo, su esposa, madre de su hija menor que nació 11 meses antes de su asesinato. Era de estatura media, pero sobre todo era muy fuerte por el trabajo de perforista en la sección Salvadora.

El Gordo, como le decían sus compañeros de trabajo, nació en Sopachuy, un pueblito chuquisaqueño donde sus padres, pese a ser hijo único, lo criaron con la disciplina del trabajo campesino. Sólo cursó el primer año de Derecho en Sucre, porque muy al inicio de la dictadura banzerista se trasladó a Siglo XX y se enroló en la mina.

Su carrera sindical y política fue rauda. Primero fue delegado de sección y como tal encabezó, en 1976, la resistencia minera a la ocupación militar de Siglo XX. Estuvo preso varios meses y ya en la apertura democrática fue elegido secretario general de Siglo XX y luego, en Telamayo en 1979, primer secretario de conflictos de la Fstmb. En esa calidad le tocó dirigir la resistencia al golpe de García Meza, en Siglo XX, comandando una huelga general por 21 días, que pudo terminar en masacre de no intervenir la experiencia temprana de este hombre excepcional que logró un acuerdo. Sólo tenía 30 años cuando lo ametrallaron y junto al trajín de dirigente y a los rigores de la clandestinidad y la cárcel nunca dejó de velar por sus cuatro hijos.

Luis Suárez Guzmán

Betina Suárez, su esposa, recordaba una de las cartas de Lucho: “… Cuando yo amo las flores, cuando canto una canción, cuando escribo un verso o cuando pienso cosas buenas estoy hablándote a tí de amor…, cuando pienso en la justicia o en ayudar a buscar para este mundo algo mejor, te estoy diciendo a ti cosas de amor”. Es que Luis Suárez Guzmán, además de sociólogo, pedagogo y catedrático, era poeta y amante de la vida, de la gente, de su esposa y de sus dos hijos.

Nació en La Paz en diciembre de 1943. Era hijo del general Hugo Suárez y por ello desde niño recorrió casi todo el país compartiendo con su familia la vida cuartelaria. En los años 60 estudió sociología en la universidad de Salamanca en España, donde también se doctoró años después. Fue autodidacta en pedagogía y periodismo; voraz en la lectura y prolijo en la escritura, especialmente en la prosa delicada, como la que nos recordó su esposa. Pero además de académico e intelectual de fuste era un activista infatigable.

Fue catedrático de varios institutos militares, de la UMSA y la UCB y junto a Liber Forti fue el mentor de la Universidad Nacional de Siglo XX. Era de un porte inolvidable, alto, de cabellos medio largos, descuidados, de bigote espeso, de vestir informal y dueño de ademanes vigorosos que, sin embargo, no ocultaban la risa sincera y la calidez del trato personal, junto a la ternura con los suyos.

Gonzalo Barrón Rendón

Graciela Landaeta, su esposa, nos estremeció con una carta que le escribió a Gonzalo, después de muerto: “Te digo que te extraño cada vez que te miro en mi memoria; cada vez que te hablo en mi silencio; cada vez que no logro el reencuentro con tus ojos transparentes y profundos, tan míos, ¡sin serlo!… Pero tus manos dibujantes de la vida, el amor y el compromiso, tus manos tan mías, ¡sin serlo!, me recorren aún el pelo y la piel, se hacen tú y se convierten en sueños en diciembre o en abril, en lunes o en domingo, en 14 o 16, cualquier vez, cualquier día, pero nunca en enero, nunca jueves, ¡nunca 15!”.

Gonzalo era un artista además de arquitecto y muralista. Nació en La Paz en julio de 1949, fue dirigente desde muchacho en la FES de Cochabamba y luego del comité interfacultativo de la UMSS que, en 1974, reconquistó la autonomía, derrotando al banzerismo. En 1976, como dirigente de la FUL, fue apresado y residenciado en La Paz hasta la apertura democrática, cuando, ya como arquitecto, se especializó en el arte mural que desplegó con gran vocación durante las campañas.

Era además un activista y organizador eximio que levantó en todo el país la estructura política universitaria. Era muy simpático, de melena, barba, bigote y ojos negros, de rostro alegre de mirada profunda, de cultivado conocimiento político e ideológico, de carisma juvenil pero potente y de esas manos de artista que no olvidaba Graciela, y con las que acarició, en su inicial infancia, a sus dos hijas Paloma y Lidia Andrea.

Perpetuar el ejemplo en la memoria 

41 años después, ya no hablemos en abstracto de la Harrington y de los mártires, porque hoy tenemos que restregar a los viejos y machacar en los jóvenes la luz concreta de esas ocho vidas que, pese a la penumbra inicial de su asesinato, alumbró decisivamente la recuperación democrática. Es que casi todos los gobiernos, estas cuatro décadas, han sido desleales con el sacrificio de estos héroes, por la ausencia de memoria estatal y porque desde neoliberales hasta populistas reinstalaron el autoritarismo, la corrupción y el pragmatismo, tendiendo así una neblina espesa que impidió al país perpetuar y seguir su ejemplo democrático.

Trágicamente se han producido otras masacres. Otros huérfanos y viudas han quedado de Amayapampa y Capacirca, de octubre negro, del hotel Las Américas, de la Calancha, de Montero, Sacaba y Senkata.

La sobrevivencia de Gloria Ardaya, su valeroso testimonio y el juicio de responsabilidades impidieron la impunidad de los masacradores, pero la impunidad autoritaria de estas cuatro décadas es un insulto a la memoria de los caídos. Es que detrás de esa impunidad está una “cultura” política primaria: el patrimonio público es un botín, la política un mercado, el cargo un privilegio, la demagogia el mejor método, y el opositor sigue siendo el enemigo al que se debe eliminar.

¿Necesitamos más muertes, más dolor, para aprender a vivir en democracia?

Rindamos homenaje a Artemio, Ramiro, Arcil, Gonzalo, Pepe, Cristo, Lucho y Ricardo, intentando restablecer en la vida pública los valores de sus vidas, porque sólo así los haremos inmortales.

 

ALGO MÁS SOBRE LA DESCARADA AYUDA ARGENTINA A FAVOR DEL PARAGUAY

 


— En 1987 se publicó el libro “Relación Histórica y Sociológica de Episodios de la Guerra del Chaco” (Criterio Ediciones, Asunción 1987), cuyo autor es el paraguayo Carlos Pastore, quien durante la Guerra del Chaco se desempeñó como Jefe dela Sección de Correos y Claves del Estado Mayor del Ejército Paraguayo en operaciones.

La “Introducción” de dicha obra fue escrita por Juan Guillermo Peroni en su condición de Secretario General Interino y 2º Jefe de Transporte de la Marina de Guerra Paraguaya, el cual relata muy brevemente la descarada ayuda del gobierno argentino a favor del Paraguay para descifrar las claves con las que se enviaban lo mensajes telegráficos y radiotelefónicos de origen boliviano.

Por otro lado, la contratapa de este libro, señala que Carlos Pastore también estaba a punto de publicar un nuevo libro en el que se describiría ciertos hechos (secretos militares en su momento) que decidieron el curso de la Guerra del Chaco, entre ellos la ayuda argentina en el servicio de claves del Ejercito Paraguayo. Lastimosamente, debido a la presión de Stroessner dicho libro no pudo ser publicado (Libro; El “Traidor” de Adrián Ignacio Pignatelli, Pag. 69)

El contexto completo de dicha “Introducción”, es la siguiente (págs. 11, 12 y 13):

“INTRODUCCION

LA CRIPTOGRAFIA Y LA MARINA EN LA GUERRA DEL CHACO

Por Juan Guillermo Peroni (*)

Este libro de Carlos Pastore, que se ocupa de la Guerra del Chaco, se refiere en varias oportunidades a la contribución del Servicio de Criptografía prestado por la Marina Paraguaya y por el Departamento respectivo del Estado Mayor del Ejército en Campaña, suministrada a la República durante la preparación y ejecución de la contienda chaqueña. Ya algunos años antes, un destacado connacional, que ejercía el cargo de Director de Correos y Telégrafos, pudo interceptar un mensaje boliviano que demostraba el propósito de agredir al Paraguay, cuyo conocimiento prestó un invalorable servicio a nuestro país, que no estaba todavía bien preparado para la guerra. Nos referimos a don Aníbal García, prematuramente fallecido en el destierro.

Ya iniciada la guerra, y con fecha 1º de noviembre de 1933, nuestro Embajador en la Argentina, Dr. Vicente Rivarola, transmitió a la Asunción el texto de un mensaje que el Presidente Salamanca remitió al General Kundt, fechado el 17 de octubre del mismo año, y la inmediata respuesta de Kundt del mismo día. En su mensaje, Salamanca expresa su preocupación por el curso de la guerra y Kundt trata de tranquilizarlo atribuyéndole la información que Salamanca poseía a “personas sin responsabilidad”. El texto de ambos mensajes puede verse en el 1 Tomo de las Memorias Diplomáticas, pág. 28-29, del Dr. Vicente Rivarola (Imprenta López, año 1957, Buenos Aires),

Dichos despachos habían sido traducidos por el Estado Mayor del Ejército argentino y nadie sabe –que nosotros conozcamos- cómo llegaron a las manos del diplomático paraguayo. Pero la ocasión dio lugar a que pocos días después de conocidos estos mensajes por el Comando del Ejército Paraguayo, arribaran a la Asunción tres señores vestidos de civil, pero con estampa visiblemente militar, que eran expertos en Criptografía, lo que nadie sabía, pertenecientes al Ejército argentino, cuyos nombres ni se conocieron y que pensamos que aún ahora no han sido identificados.

La llegada y actuación de la delegación argentina se mantuvo en el más riguroso secreto, al punto de que dentro del Departamento de Marina se ignoraba la misión que traían y la tarea que de ellos se esperaba.

El Director del Departamento de Marina, Capitán de Corbeta Don Manuel T. Aponte, desalojó su espacioso despacho y se mudó a una habitación más reducida para que los comisionados argentinos y sus colegas paraguayos pudieran trabajar con más comodidad.

El Capitán Aponte designó a ese efecto a los siguientes oficiales: Tte. 1º de Marina Humberto Infante Rivarola, Tte. 2º de Marina Julio Martínez Ramella, Guardia Marina Felipe Quevedo. A ellos se agregaron más adelante el Guardia Marina Ceferino Solís y el Sub Oficial Emilio Tenace.

Este grupo distinguido de connacionales tenía la misión de aprender el difícil arte —entonces totalmente desconocido en nuestro país— que permitiría a contribuir a proporcionar información al Comando paraguayo sobre los propósitos y movimientos del Ejército boliviano.

Militares argentinos y paraguayos, encerrados en dicha habitación, reunían centenares de despachos telegráficos y radiotelefónicos de origen boliviano, que examinaban con extrema atención durante días y noches enteras. Dormían y comían en la misma habitación. Mediante un sistema conocido, según el cual hay letras en el alfabeto que se repiten con mucha más frecuencia que las demás, después de una tarea agotadora, descubrían las claves enemigas.

El procedimiento se renovaba casi mensualmente por la razón de que el Estado boliviano sustituía las claves casi todos los meses.

Así era como durante los primeros diez días de cada mes el trabajo era ímprobo hasta aclarar los criptogramas cuyas copias se remitían por avión expreso a Comanchaco. No faltaban las exigencias del Ministro Víctor Rojas y del propio Comanchaco que, en momentos difíciles, necesitados de información, urgían el envío de noticias para confirmar o modificar los planes que tenía a la vista o adaptarlos a las maniobras proyectadas y en ejecución.

Durante los dos últimos meses del año 1933, argentinos y paraguayos trabajaron intensamente, al cabo de los cuales los oficiales argentinos regresaron a su país y los paraguayos se encargaron de resolver solos los problemas que se creaban.

En enero del año 1935 fue enviado a Comanchaco el Tte. 2o. de Marina Felipe Quevedo para formar parte del equipo de criptografía que allí funcionaba, incorporándose al mismo tiempo el Aspirante a Oficial Manuel Peña Villamil. Y aproximadamente en la misma fecha fue destacado al Chaco, como combatiente en la Región del Pilcomayo, el Tte. de Marina Ceferino Solís,

De este conjunto valeroso de marinos paraguayos, sólo sobrevive el Tte. Solís, hoy en retiro, con el grado de Capitán de Corbeta. Infante Rivarola, con el grado de Capitán de Navío, falleció hace dos años. Martínez Ramella, que sobresalía por su inteligencia y extraordinaria capacidad, murió en plena juventud de un derrame cerebral que probablemente algo tuvo que ver con la pesada y extraordinaria labor que tuvo que desarrollar. Felipe Quevedo también murió ya hace muchos años. Tenace también falleció.

La oportunidad de la aparición de este libro es propicia para recordar, una vez más, la colaboración que la Argentina prestó al Paraguay, gracias a la buena voluntad de los Generales Agustín P. Justo y Manuel Rodríguez, y del Almirante Pedro Casal, Presidente, Ministro de Guerra y Ministro de Marina de aquel país, respectivamente, a los militares que nos enseñaron la ciencia del descifrado, que quedaron en el anonimato, y a la Marina de Guerra que prestó ese invalorable servicio a la República, que muchos desconocen.

Asunción, 1º de abril de 1987

(*) Secretario General Interino y 2º Jefe de Transporte de la Marina de Guerra Paraguaya.”

CRÉDITOS: #Natalio Zegarra Ribera

#AprendiendodelaGuerradelChaco

https://www.facebook.com/groups/236893383149433

 

PAZ ESTENSSORO, EL PRAGMÁTICO

 

Paz Estenssoro.


Por Rafael Archondo – La H Parlante / Este escrito fue extractado de su página de Facebook La H Parlante

QUE NO, QUE SÍ

Víctor Paz Estenssoro es amado hoy por quienes lo valoran como el gran sepulturero de la Revolución de 1952. Fue un divino traidor. Con el 21060 empezó a demoler la COMIBOL y aquello que le era inherente: la centralidad minera en la vida política de Bolivia.

Muchos elogian la audacia de un hombre que ya entrado en años comprendió que había que desandar el camino. No todos quieren y pueden.

Sin embargo se olvida que Paz siempre fue un pragmático total. Sus vaivenes le dieron capacidad de maniobra, pero también de traición a cualquiera que se cruzara en el camino.

En agosto de 1971, Paz estaba exiliado en Lima, ciudad a la que llegó tras su derrocamiento en noviembre de 1964. Después de siete años de paciencia, el Jefe logró un salvoconducto para regresar al país. Barrientos, Ovando y Torres se lo habían negado. Banzer no solo se lo daría, sino que cogobernaría 4 años con él (y otros 4 en democracia).

Cuando estalló el golpe de Banzer, Paz fue abordado por los medios limeños. Jugó al desentendido. Dijo que si bien él estaba en la oposición a Torres, no tenía nada que ver con su caída. Falso. Días más tarde, Paz saludaría a su militancia decreciente desde el balcón presidencial al lado de Banzer y de Mario Gutiérrez, el sucesor de Unzaga y líder de la Falange.

Aquel no fue ni el primer ni el último movimiento pendular del caudillo rosado. Antes fue empleado de Patiño, ministro por una semana de Enrique Peñaranda, amigo de rusos, checos y gringos al mismo tiempo, pro castrista y anti castrista según la ocasión y demócrata u obseso con el poder de acuerdo al año (1956 o 1964).

Después del 71, Paz fue el inspirador del golpe de Natusch y, como ya se dijo, el fundador del modelo neoliberal y la campaña de Goni Sánchez de Lozada. Fueron los vaivenes del compañero jefe.

 

LA SANGRIENTA PERSECUCIÓN CONTRA LOS MILITANTES Y JEFES DE RADEPA Y MNR 1946 HASTA 1952

 


En nuestro país lamentablemente la violencia política y el revanchismo no es solamente de hoy, es una historia que se va repitiendo constantemente a lo largo de toda nuestra historia como país. Hoy les taremos un fragmento de la tesis de licenciatura en Historia. Su autor la titula; VIOLENCIA ESTATAL EN BOLIVIA DURANTE EL RÉGIMEN DEL MOVIMIENTO NACIONALISTA REVOLUCIONARIO (MNR) 1952-1964.

LA PERSECUCIÓN CONTRA LOS MILITANTES Y JEFES DE RADEPA Y MNR

Fuente: VIOLENCIA ESTATAL EN BOLIVIA DURANTE EL RÉGIMEN DEL MOVIMIENTO NACIONALISTA REVOLUCIONARIO (MNR) 1952-1964. De: Zenón Ferrer Bautista Huanca.

Derrocado el gobierno de Gualberto Villarroel el 21 de julio de 1946, comienza la persecución contra los militantes y jefes de RADEPA y principalmente del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). El precio del cambio de gobierno fue de 300 muertos y 1200 heridos (Lema 1979:76) Una vez concluidas las acciones del derrocamiento, en seguida se organizó la Junta Provisional de Gobierno a la cabeza de Tomás Monje Gutiérrez y Néstor Guillén Olmos, conformado por liberales, republicanos y piristas que eran a la vez miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Paz, abogados y agentes de las grandes empresas mineras, hombres que presumían de progresistas. Durante los primeros días el gobierno de la Junta instauró una especie de tribunales, denominados "populares" y que funcionaban en distintos lugares de la ciudad de La Paz bajo el control de agentes del gobierno; uno de ellos fue el denominado "23 de julio".

El 27 de septiembre de 1946 la ciudad de la Paz fue estremecida con la noticia de nuevos colgamientos que tuvieron su origen en un incidente protagonizado por el Tte. Luis Oblitas Bustamante, que ese día había solicitado audiencia con el Presidente de la República para pedirle su reincorporación al ejército. En vista de que la audiencia le fue negada entró bruscamente al despacho de Monje Gutiérrez, con quien sostuvo una discusión. Según Raúl Lema, se dice que al calor de la discusión Oblitas habría esgrimido su revólver, lo que motivo que el presidente pidiera auxilio a sus inmediatos colaboradores, que en instante redujeron a Oblitas y después de golpearlo lo entregaron a la policía: Entretanto se difundió por las radios la versión de que aquel habría intentado asesinado al Presidente. De inmediato se reunió una muchedumbre de personas que exigía la entrega del sindicado para ajusticiarlo ejemplarmente. Quién posteriormente fue victimado por Carlos Meyer Aragón, un desertor de la Guerra del Chaco, que se encontraba al servicio de la Junta de Gobierno. En seguida la muchedumbre se apoderó de su cadáver para colgarlo frente al palacio de Gobierno a la vista del presidente Monje Gutiérrez.

Sedientos de más sangre la muchedumbre, se encaminó hacia el panóptico nacional, para sacarlos a los mayores Eguino y Escobar ( Lema 1979:78-79) que en esos momentos se preparaban para su defensa, acusados como autores materiales de los fusilamientos del 20 de noviembre de 1944, se preparaban para su defensa y revelar las verdaderas causas de este hecho, penetraron los activistas al recinto y se dirigieron a la sección del Guanay donde estaban los dos encarcelados, los sacaron a puntapiés y los condujeron al arrastre, a empujones, golpes, hasta la Plaza Murillo, donde fueron colgados los dos. Escobar murió al instante. Eguino, agonizante, pidió que se le permita hablar, dijo: que los fusilamientos del 20 de noviembre se habían realizado sin previo proceso judicial porque habría salido a luz alguna información con el consiguiente peligro en las relaciones internacionales de Bolivia, la intervención de un país vecino (Perú) que ayudo en la preparación y financiamiento del complot a cambio de grandes concesiones de territorio, cuando en ese momento llegó la orden de ejecutarlo, interrumpiendo su comprometedora revelación.

Aquel día la situación de los asilados se tornó angustiosa, puesto que se pretendió allanar las residencias diplomáticas para sancionar de igual manera a los radepistas y emenerristas. Los persistentes amagos de asalto de las Embajadas dieron lugar a que se reactualice la polémica sobre el irrestricto derecho de asilo, sostenida por Mario Diez de Medina y apoyada por el Cuerpo Diplomático, frente a la demanda de extradición planteada por el gobierno que había insistido en la entrega de los asilados, hasta que por fin se impuso el buen juicio, al autorizarse la extensión de salvoconductos a todos los asilados. Entonces el 27 de octubre de 1946 salió, vía aérea el primer grupo a la Argentina integrados por Víctor Paz Estensoro, Hernán Siles Zuazo, Monroy Block, Julio Zuazo Cuenca, Jorge Sarco Kramer y otros de la cúpula emenerrista, acusados por supuestos delitos de orden político y privado. Ya en el Aeropuerto del Alto a tiempo de cerrarse las puertas de la nave, Víctor Paz, dijo en voz alta, "Volveré en hombros de los mineros" (Lema 1979:80).

A pesar del descabezamiento dirigencial la reorganización estructural del MNR se mantenía en vigor, se inició en La Paz por Augusto Cuadros Sánchez, Luis Peñaloza y otros; y se extendió progresivamente hacia todas las zonas de la ciudad y otros departamentos. Con las precauciones que la situación exigía se inició una intensa labor: de reorganizar los cuadros partidistas, se reclutó a más simpatizantes, se abrieron los registros. La tarea académica y principista fue fundamental; los comandos empiezaron a sesionar clandestinamente y para fines de año se había realizado en medio de persecuciones, detenciones y confinamientos una vigorosa tarea que disciplinó el espíritu de lucha de militancia y consagró al Comando de Cochabamba como uno de los mejores organizados del país (Frontaura1974:215), desde donde se difunde el primer documento público de resistencia, 31 de diciembre de 1946, titulado: "Manifiesto del Comando Departamental del Movimiento Nacionalista Revolucionario"; donde se hace un análisis histórico a partir de la revolución del 20 de diciembre de 1943, haciendo hincapié en los hechos principales en medio de una persecución despiadada.(Frontaura 1974: 210)

Las Elecciones Generales del 5 de enero de 1947 fueron ganadas por Enrique Hertzog y Mamerto Urriolagoitia candidatos del Partido de la Unión Republicana Socialista (PURS).

EL MNR mientras tanto, perseguido, acosado, y con la mayoría de sus dirigentes presos, confinados o en el exilio obtuvo 13.000 votos reconocidos, muchos fueron declarados en blanco, nulos, eran escamoteados en las mesas electorales, donde no se les permitió siquiera el derecho de delegar a sus interventores,(Fellman 1954:196) el fraude fue la clave del éxito.

Asimismo el MNR tenía que luchar contra el Partido de Izquierda Revolucionaria (PIR) porque había captado a su militancia y se había declarado comunista. Entonces trabajadores mineros, por el desconcierto inicial tuvieron la falsa idea de que el PIR podría sustituir al MNR. Pero un hecho sorpresivo orientó con mayor claridad 'a los trabajadores: la masacre de mineros de Potosí el 29 de enero de 1947 por las fuerzas represivas piristas, (Frontaura 1974: 216) que tuvo como antecedente la masacre de campesinos en Ayopaya y Caquiaviri. (Fellman 1954: 195)

La masacre se produjo por el desconocimiento de la Corte Suprema de Justicia del derecho al retiro voluntario, que asistía a los trabajadores de la mina Unificada. Cuando los dirigentes mineros quisieron plantear el reclamo ante las autoridades fueron apresados, entonces los mineros bajaron de las minas para reclamar por sus dirigentes, fue cuando empezaron a disparar las autoridades policiales, ráfagas de ametralladora que sembraron en las calles vecinas a la plaza 10 de noviembre cadáveres de mineros. Esa misma noche, gendarmes piristas colocaron e hicieron estallar dinamitas sobre los cadáveres para afirmar que los mineros murieron con la carga explosivo que manejaban contra las autoridades,(Frontaura 1974:216) y en los postes del camino colgaron a unos cuantos mineros, (Fellman 1954:193). Los que huían y eran capturados fueron colgados en los árboles de la plaza (Vitela, 2000:93)

Según Manuel Frontaura, los responsables de esta masacre fueron el Prefecto de Potosí Alfredo Villalpando y el jefe de policías Gualberto Terrazas, ambos dirigentes del PIR.(Lema 1979: 116). Después de la masacre el gobierno dispuso una batida en escala nacional de emenerristas y dirigentes obreros, confinando y desterrando a todos los que se pudo (Frontaura 1974:217)

Otro hecho, fue la "masacre blanca" de Catavi en junio de 1947. Con el pretexto de una reorganización total del trabajo en las empresas mineras, a fin de burlar sus antigüedades y con ella los derechos sociales a que eran acreedores, fueron despedidos todos los mineros rebeldes contra las empresas, privándolos de toda posibilidad de trabajo. Entonces se fue diezmando a los mejores cuadros mineros (Fellman 1954: 196- 197)

Durante el primer aniversario de la caída de Villarroel, 21 de julio de 1947, el MNR organizó un acto donde se exaltó los principios del nacionalismo revolucionario, contrariando a los oficialistas en función de gobierno. Ese día fue celebrado una misa con una oración en la Catedral de Cochabamba a cargo de Rosa Morales Guillén, alma del MNR en los valles. En la Paz los emenerristas fueron puestos a sitio en la Catedral con la amenaza de ser colgados uno por uno en cuanto salieran. El Presidente Hertzog tuvo que intervenir para evitar la masacre. (Frontaura 1974: 217).

Ante el vigoroso resurgimiento del MNR que estaba apunto de entrar en una insurrección armada, el presidente Hertzog dicta el Primer Estado de Sitio el 16 de septiembre de 1947, el objetivo, descabezar al MNR para que no pueda participar o captar votos en la Elecciones Municipales, del 14 de diciembre del mismo año, siguiendo la rutina se confino y desterró a la mayoría de los dirigentes, en escala nacional, (Frontaura 1974:218) Sin embargo la insurrección fue puesta en marcha. La fecha del alzamiento se fijo a mediados de noviembre de 1947, pero a último momento por la delación que se había perpetrado, Luis Peñaloza, Secretario Ejecutivo del partido y principal conspirador decide suspender sin alcanzar a avisar a todos los comprometidos. Tiene su efecto sólo, en Curahuara de Carangas (Oruro) que no significa ningún peligro para el gobierno, pero la represión es inmediata: movilización de tres unidades del ejército y de toda la aviación.(Fellman 1954: 203)

El triunfo del MNR en las Elecciones Municipales fue contundente en Santa Cruz, Tarija, Potosí y Llallagua. El golpe de la opinión pública fue tan fuerte que comenzó a tambalear el gobierno pursista. La réplica fue tan torpe como contraproducente; se movilizo a las fuerzas de la policía para atacar a bala a los candidatos triunfantes; en las ciudades se intento demanda de anulación de elecciones sindicando al MNR de haber cometido "fraude electoral". El 27 de enero de 1948 se dictó el Segundo Estado de Sitio, para perseguir a los flamantes munícipes y hacer una redada en todo el país. El MNR apela al recurso del "habeas corpus" con diversa suerte; en algunas localidades los jueces fallaron a favor de la ley, en otras se escondieron para eludir su fallo y en la mayor parte lo dieron en contra de los demandantes, entonces las fuerzas represivas procedieron a confinar, desterrar a los presos, pese al amparo judicial. Son detenidos durante nueve días en la policía de La Paz y luego desterrados a Corumba (Brasil): Gabriel Arce Quiroga, Alfredo Galindo, German Vera Tapia, Gualberto Olmos entre otros.(Frontaura 1975:219-221)

En agosto 1948 Víctor Paz Estensoro considera oportuno afrontar el Juicio de Responsabilidades con el que le había amenazado el gobierno. No solamente era posible desafiar, sino que era necesario afrontarlo, porque fácilmente se convertiría en una poderosa arma: el desafío al enemigo dueño del poder en su propio recinto. Se pidió y exigió la visación de pasaportes para presentarse en el Congreso Nacional. La posibilidad tan temida de que los líderes del MNR se hicieran escuchar desde el banquillo de los acusados en el Congreso, se avecinaba más por la presión que ejercía Paz Estensoro para que le dejara volver al país para rendir cuentas de sus actos y referirse principalmente a los sucesos del 20 de noviembre de 1944. Naturalmente el permiso le es negado. Frente a la negativa, que significaba un nuevo atentado contra la ley, el MNR imparte la consigna de la conspiración (Frontaura 1974:224)

El 23 de octubre de 1948 el gobierno dicta el Tercer Estado de Sitio, para confinar a todos los presos a Guayaramerin, (1) donde se concentran aproximadamente ochenta emenerristas : dirigentes nacionales, departamentales, dirigentes mineros y de otras agrupaciones sindicales; escritores, literatos, profesores, ex altos dignatarios de estado, ex diputados, ex oficiales del Ejército, entre otros, de La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Oruro, Potosí y Tarija. El campo de concentración se convirtió en el primer congreso del MNR en la clandestinidad. Pero entre ellos se infiltran algunos espías, que por instrucción del gobierno desarrollaron su infame tarea de delatar los planes conspirativos .(Frontaura 1974:224-225)

El gobierno dictó el Cuarto Estado de Sitio el 18 de febrero de 1949, para reiniciar la persecución. Confundidos por los repetidos golpes políticos que le asestaba el MNR, el gobierno desvaría: La revolución maneja los hilos de la situación con mayor firmeza porque de regreso de Guayaramerín, los hombres del MNR se apresuran a conocer su dominio psicológico, informaron sobre la reorganización de los comandos y expresaron estar dispuestos para conspiración y la lucha armada. El comando de Cochabamba recibe instrucciones para promover un levantamiento. Pero por una nueva delación éste movimiento tiene que fracasar y el principal conspirador Federico Gutiérrez Granier es detenido, y con Hernán Siles, Juan Lechín, Eusebio Amusquivar, Humberto Soriano, Carlos Prudencio, entre otros son desterrados a Chile con pasaportes falsos fabricados por la policía boliviana, con el aditamento de que eran comunistas los deportados. La policía chilena actúa de acuerdo a recomendaciones del cónsul boliviano Cusicanqui que se erigió en verdugo de sus compatriotas, se encargaba de dispersarlos a distintos lugares, no se les proporcionaba trabajo, muy pocas veces reciben el dinero que se les manda desde Bolivia. Son también desterrados Oscar Unzaga de la Vega jefe de Falange Socialista Boliviana (FSB) y José Antonio Arze del Partido de la Izquierda Revolucionaria (PIR).(Frontaura 1974: 228-229)

Las Elecciones Parlamentarias del 1 de mayo de 1949 fueron ganadas por el MNR. Coincidiendo esa victoria con la celebración del Día del Trabajador, se junto la emoción laboral a la revolucionaria, se improvisó una manifestación popular que hizo temblar la estabilidad del gobierno pursista. La reacción del gobierno fue inmediata, cuando los entusiastas marchistas llegaron a la esquina de la plaza Murillo de la ciudad de La Paz las fuerzas represivas salieron al encuentro y después de derribar a golpes al diputado electo Hernán Siles provocaron una brutal masacre en la que mueren más de cien personas, entre obreros y personas humildes. Las autoridades tienen el macabro humorismo de vestir de gendarmes a los caídos. Para impedir la incorporación de los 11 diputados del MNR al parlamento son enjuiciados criminalmente, acusados de subvertir el orden y de haber provocado esa masacre. Por no secundar los proyectos de represión , días después el Presidente Hertzog tiene que renunciar y ser reemplazado por el vicepresidente Mamerto Urriolagoitia Arriague.

El gobierno dictó el Quinto Estado de Sitio, a mediados de mayo de 1949 los candidatos triunfantes de los departamentos de la Paz, Tarija, Sucre, Oruro, Cobija, y de las provincias Dalence y Pacajes, Hernán Siles, Mario Diez de Medina, Federico Álvarez Plata, entre otros fueron perseguidos, no se les permitió el ingreso al Parlamento y conjuntamente con altos dirigentes del MNR son desterrados a Chile. El gobierno detuvo a varios dirigentes sindicales mineros. La clase trabajadora se declaró en huelga de hambre. Los mineros huelguista del siglo XX retuvieron como rehenes a empleados extranjeros a quienes posteriormente les dan muerte. El ejército empleó las tres fuerzas, que arrasó con la sede de siglo XX.. Paz Estensoro, en el exilio, lanzó su folleto "La Ultima Carta de la Oligarquía",(2) denunciando la trasgresión de la voluntad popular y el propósito del gobierno de mantenerse en el gobierno en un plano ilegal. (Frontaura 1974: 230)

Sin embargo, a fines de mayo y principios de junio de 1949 se desarrolló un "golpe de mano" en la localidad fronteriza de Villazón, (frontera entre Argentina y Bolivia). Lo había preparado Luis Peñaloza, que, siempre gozó de la confianza de Víctor Paz, aseguraba los contactos necesarios con las células del partido entre la frontera y Oruro. El propósito de Paz Estensoro era llegar a las minas e impedir las masacres, sin embargo los contactos no existian, por tanto el plan fracasa (Lema 1979:399).

Entretanto, la agitación en las minas se vio agravada por la detención y destierro de Juan Lechín, Mario Torres, Guillermo Lora, dirigentes mineros y parlamentarios. En represalia por la deportación, los mineros de Catavi toman como rehenes a varios de los técnicos extranjeros, notificando que les pondrían en libertad a cambio del retorno de sus compañeros dirigentes, y que luego se declaraban en huelga de hambre. El gobierno pursista en lugar de acceder a sus justas demandas, ordenó la ocupación militar de las minas. El Gral. Ovidio Quiroga, Comandante en Jefe del Ejército ordenó el asalto a Catavi, con fusiles, ametralladoras, morteros, provocando la muerte de más de cincuenta personas, entre obreros y sus familiares y un centenar de heridos, asimismo mueren los rehenes. (Lema 1979: 399-400)

Inaugurado el Congreso el 6 de agosto de 1949, y cuando los parlamentarios del MNR trataron de ocupar su curul parlamentario, fueron desalojado violentamente del Palacio Legislativo y consiguientemente son desterrados, Hernán Siles al Perú a la Argentina Mario Diez de Medina, Federico Álvarez Plata y Edgar Núñez Vela, a Chile Carlos Quint Montesinos, German Rea Nogales, Víctor Vargas Olmos, Felipe Ayala Gamboa, Humberto Coronel, entre otros.

El desconocimiento del triunfo de los Diputados del MNR provocó mucho descontento en todo el país. Habiéndose cerrado la vía democrática, sólo quedaba un camino: la insurrección armada. (Lema 1979:399-401)

La Guerra Civil debía estallar, simultáneamente en Santa Cruz, Cochabamba, Potosí, Sucre, Oruro, La Paz, el 27 de agosto de 1949. Todo estaba previsto: organización, planificación, armamentos, municiones, financiamiento, pero un día antes el oficial comprometido con la entrega de armas del Arsenal no sólo no lo hizo, sino que delató la conspiración.

Al amanecer del día 27 la conspiración en La Paz y también de Oruro había sido totalmente ahogada. El apresamiento de la mayoría de los miembros del Comité Revolucionario de la Paz se produjo unas horas antes de la convenida para la insurrección en todas las capitales de Departamento, la misma que fue instruida con antelación. Como simultáneamente se hizo una batida general ya no fue posible impartir la contraorden, hecho verdaderamente muy lamentable.

Sin noticias de lo que sucedía en La Paz, los Comandos Departamentales en el interior de la República procedían conforme a lo previsto. Ese mismo día, militantes del MNR se sentían dueños de Cochabamba, Potosí, Sucre, Santa Cruz y varias poblaciones de provincias, y no así del eje articulador que era la Paz, entonces se produjo un desconcierto. El gobierno pursista reaccionó inmediatamente y decidió sofocar el movimiento subversivo. Entonces se produjo el enfrentamiento entre las fuerzas represivas del gobierno pursista y los emenerristas.

Los combates en Potosí se hacían desiguales siendo las fuerzas del MNR diezmadas, que no pudieron hacer frente a la artillería enemiga, contando solo con unas cuantas ametralladoras, algunos fusiles y escasa munición. En el regimiento "Manchego" fueron fusilados sin forma ni juicio legal 22 movimientistas y en Kuchu Ingenio también fueron fusilados un centenar de movimientistas.

En vista del intenso bombarda y a la noticia de que desde Oruro se movilizan varios regimientos sobre Cochabamba, careciendo los movimientistas de armas, municiones y de recursos económicos deciden abandonar el combate.

Con escasas tropas los movimientistas de Sucre combatieron en las calles durante cinco horas consecutivas, pero al final son vencidas con el resultado de 50 muertos y 120 heridos. De Sucre, la segunda de las columnas del ejército avanzo sobre Camiri. Para detenerla en la cuesta de lncahuasi, se produjo una de las batallas más sangrientas; donde los movimientistas resistieron tres días, pero fueron rebasados.

Santa Cruz se mantenía irreducible muchos días más que las otras capitales, pero ante la presencia de numerosas fuerzas enemigas y la reocupación por el gobierno pursista de las demás ciudades insurrectas y el no pronunciamiento de La Paz se produjo el desbande de los movimientistas, que en su mayoría llegaron hasta la Argentina. (lema 1979:404-409).

La persecución contra los movimientistas fue alarmante. Los desterrados a la Argentina ascendía aproximadamente a cinco mil; tres mil a Chile y mucho cientos al Perú y Paraguay; muchos empezaron a huir; atravesaron las selvas beníanas, en bote a vela de Iquique a Puna, otros caminaron cientos de kilómetros de arena que señala la frontera entre Chile y Perú. Mas de veinte mineros perdieron la vida a consecuencia de los trabajos forzados en la Isla de Coati y otros detenidos en Camiri y trasladados a Uyuni, desaparecieron después completamente (Fellman 1954:231). Los principales cabecillas movimientistas fueron encerrados en el Panóptico Nacional, de La Paz durante un año y sometidos a torturas de diversa índole. Y confinados a los campos de concentración en el oriente Ichilo (Santa Cruz), en el altiplano Laja (La Paz), en la isla de Coati (Lago Titicaca).

En versión de Luis Antezana, dice: " el mecánico de aviación refirió al reportero de "El Diario" que durante la guerra civil de 1949 los militares habían sacado a numerosos mineros del interior mina, dieciocho de los cuales habían sido obligados a saltar desde un avión a las aguas del lago Poopo que otros treinta y cinco habían sido arrojados al lago Titicaca; que en el interior del mismo avión y en pleno vuelo se había asesinado a treinta y cinco y más ametrallados sin misericordia, y los últimos que quedaban habían sido llevados por tren y lanzados al agua desde el puente que cruza el río Eucaliptos" (Vilela, 2000:97).

Según Manuel Frontaura, Víctor Paz, en el exilio, dice: "las fuerzas del viejo ejército compradas por el oro de la rosca, masacraron y aplastaron militarmente al pueblo boliviano, pero el pueblo no está derrotado y no es sino un instante en la batalla perdida: la insurgencia debe venir luego" (Frontaura 1974:247-248)

Se organizó en La Paz un Comité de Emergencia compuesto por miembros de los sindicatos y delegados del MNR; se decretó la Huelga General como instrumento de lucha legal (Frontaura 1974:249). En el mes de mayo de 1950 la situación política del país se muestra más tensa a causa de los atropellos del gobierno. Los obreros se ven obligados a usar el único instrumento que les da la ley: la huelga general, que se proyecta como primer paso hacia la insurrección armada. Con las pocas armas de que se dispone el MNR se mantiene dueño de los barrios obreros y crea algunos puntos estratégicos de resistencia a fin de facilitar la mayor concentración de personas. Los obreros fabriles solicitaron aumento de salarios, pero sus demandas fueron postergadas o negadas, provocando un estado de intranquilidad. El 17 de mayo se produjo el paro, y la huelga general, se les intimó volver a las fábricas y ellos se negaron a retornar al trabajo, se los amenazó con el despido, pero ellos se resistieron. (Lema 1979:416) El Gral. Ovidio Quiroga avanzó sobre las barrios obreros con artillería, morteros y aviones se desata una persecución intensa, se allanó y se bombardeó centenares de sus viviendas y se produjo la reacción, suenan algunos disparos, se inició el hostigamiento, se levantaron barricadas y el combate fue sin tregua ni cuartel. Pero se degeneró en una masacre de obreros. El MNR y los obreros reducidos a unos cincuenta combatientes, intentan todavía una última resistencia en el bosquecillo que existen detrás de las fábricas, en las zonas de Munaypata y Villa Victoria y pero allí son emboscados y la insurrección armada quedó aplastada. Por la tarde y al día siguiente los carros basureros de la Municipalidad se disputaban los cadáveres con las numerosas mujeres: madre, esposas e hijas de obreros que buscaban a los suyos (Fellman 1954:240). La situación de las familias movimientistas se hacía cada día, más crítica; no cesaban las persecuciones, ni las violencias; las cárceles se llenan de presos y eran miles los compañeros que se encuentran en el destierro, particularmente en la Argentina.

Próximo al vencimiento del período constitucional, el Presidente constitucional convocó a Elecciones Generales para el 16 de mayo de 1951.

Para dirigir la campaña electoral Víctor Paz anunció su viaje a la ciudad de La Paz, obtiene la visa de su pasaporte y compra su pasaje en Panagra, pero a última hora esta empresa le niega el abordaje, a pedido del Cónsul General de Bolivia en Buenos Aires. El 14 de abril intentó de nuevo su ingreso, en un avión de Braniff se embarco en Buenos Aires, cuando se encontraba volando sobre Santa Cruz, se le notifico al piloto que no se le permitiera aterrizar en ningún puerto de Bolivia, motivo por el cual el candidato fue dejado en Asunción, Paraguay. Sin la presencia del principal candidato del MNR, con miles de militantes en las cárceles y otros en el destierro, bajo la presión oficial, el cohecho y el fraude, las elecciones resultaron a favor del MNR Tan rotundo triunfo celebrado jubilosamente en toda la república, fue sin embargo escamoteado por Urriolagoitia, quien se negó a entregar el gobierno al partido triunfante, (lema 1979: 419) con el argumento de que el MNR estaba conspirando internacionalmente, para ello se buscó una cortina de humo y se la encontró en una oficina de La Paz, donde dos agentes fraguaron un documento en el que hacían aparecer al MNR y los sindicatos mineros pactando con el comunismo para llevar adelante un plan comunista en Bolivia, entonces frente a un supuesto peligro de carácter político internacional, termina por transferir el poder a una Junta Militar presidida por Hugo Ballivián Rojas, donde resaltan dos figuras claves el Ministro de Gobierno Antonio Seleme, hombre fuerte e influyente, y el Jefe del Estado Mayor Humberto Torres Ortiz. Este asunto devino en algo cómico, grotesco, porque Mamerto Urriolagoitia eludió su responsabilidad por no haber ganado las elecciones.

De ese modo se incorporó en el léxico político de la América la palabra "mamertazo" (3) El hecho resulto provechosos para el MNR, porque toda la prensa americana se volcó a su favor, y condenó los hechos consumados. (Frontaura 1974:256-257)

Sistemáticamente se le venía escamoteando al MNR sus rotundos triunfos electorales, la consigna impartida por Víctor Paz, con la anuencia de todo el partido era terminante: había que ir a la insurrección armada para restablecer el imperio de la ley. La Junta Militar se había desgastado en pocos meses. Entonces debía llegar el 9 de abril de 1952.

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Atte. J.L.

// Historias de Bolivia.

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Foto: Fundación del MNR en Viacha, 18 de noviembre de 1941 (Pablo Michel - Siglo y Cuarto Documentos Históricos)

 

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