(Por Diego Martínez Estévez)
OBJETIVO: Capturar 01 (Río Pilaya).
TIPO DE MANIOBRA:
Doble envolvimiento.
IDEA DE MANIOBRA:
Segundo Cuerpo de Ejército: mediante una maniobra de envolvimiento, atacar desde el sur de Boyuibe, para capturar la retaguardia profunda del sistema defensivo de Villamontes, debiendo para este propósito alcanzar rio Río Pilaya, afluente del río Pilcomayo y límite entre los Departamentos de Chuquisaca y Santa Cruz.
Primer Cuerpo de Ejército: aferrar el frente del sistema defensivo boliviano.
Tercer Cuerpo de Ejército: proteger el flanco izquierdo del ejército paraguayo, en condiciones de realizar un envolvimiento por Caiza, con la finalidad de enlazarse con el Segundo Cuerpo de Ejército, en Río Pilaya.
CONDICIONES DE EJECUCIÓN:
El segundo Cuerpo debe asegurar el flanco derecho para detener la posible progresión de fuerzas bolivianas destacadas desde Santa Cruz.
Plazo máximo para la captura del objetivo de la guerra: 20 de febrero de 1935
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ACLARACIONES
El 15 de diciembre de 1935, el Estado Mayor argentino, continuando con su análisis de los últimos acontecimientos pasados sucedidos cuando el ejército boliviano se replegaba a las cordilleras desde Ballivián y El Carmen, vierte las siguientes consideraciones:
…”Para que comando paraguayo pueda ejecutar enunciado anteriormente y lo dicho para el comando boliviano, necesario tener en cuenta siguientes consideraciones:
“1ro. Que tropas continúen por ahora, ofensiva con el objetivo limitado a fin tratar converger hacia oeste Carandaiti y este Villamontes para así tener asegurada su libertad de acción”.
“2do.- Que es absolutamente indispensable reunir mayor cantidad tropas disponibles sin dejar destacamentos observación fortificados en los caminos probables de invasión enemiga para impedir concurrencia enemiga campo principal batalla”.
“3ro.- Intensificar por aviación bombardeo Villamontes caminos de avance destruyendo obras arte importantes como también ferrocarriles, para impedir o retardar concentración enemiga. Concentración forma total, enemigo puede recién después de sesenta días en que podrá tener masa que hemos aludido en condiciones actuar hacia norte o sur. Quiere decir, entonces, que dentro sesenta días comando paraguayo debe vencer obstáculos actuales enemigo y reunir sus tropas en región ya citada. Para esto necesario dejar sector norte fuerte destacamento región 27 de Noviembre, dirigiendo esas tropas directamente Río Parapetí dejando Carandaiti hacia sur. Con esto, conseguiríase armonizar movimiento con fuerzas que actualmente se dirigen hacia Carandaiti, dejando otro destacamento fuerte Picuiba y Algodonal. Necesario tomar Carandaiti cuanto antes y entonces dirigirse directamente Villamontes. Tropas sur tienen misión más difícil porque deben vencer sucesivas resistencias enemigas del norte y fortín D’Orbigny quienes están dando frente al norte y este con el río a sus espaldas, lo que a nuestro juicio favorece acción para quienes deben toda costar marchar por el norte y noroeste de este último lugar y echar al enemigo sobre el río, no permitiendo retirada dirección Villamontes. Una vez apoderados D’Orbigny, se dirigirán tropas hacia norte dejando fuerte destacamento para evitar tropas desprendidas Villamontes, puedan intervenir y cortar líneas comunicaciones. De acuerdo con esta forma proceder, comando paraguayo puede dentro sesenta días reunir tropas al este y sudeste de Villamontes y allí hacerse fuerte o según acontecimientos proseguir ofensiva contra Villamontes ; pero nuevamente aconsejamos mucha prudencia y si ahora es necesario continuar ofensiva, hay que estudiar muy bien acontecimientos y proceder en consecuencia”.
Con este análisis, el comando militar argentino le plantea a su brazo ejecutor - Estigarribia - orientar su esfuerzo principal sobre la región del Parapetí y con el resto, capturar Carandaiti, aferrar Villamontes y si la situación lo permite, también capturar esta plaza. Simultáneamente, le aconseja cubrir la región de Algodonal – Picuiba para hacer frente a una posible maniobra de envolvimiento que el ejército boliviano podría efectuar sobre su retaguardia.
En este período – diciembre de 1934 – lo cierto es que el mando boliviano ya venía realizando acciones retardatrices para finalmente adoptar una actitud defensiva en las cordilleras chaqueñas, desde la región norte y este de Charagua hasta Villamontes en el sur; entretanto, venía organizado el Segundo Cuerpo de Ejército, en previsión para lanzarlo a la contraofensiva desde el norte de Charagua, en coordinación con la proveniente del sector central (Boyuibe). La tarea más prioritaria estaba abocada a defenderse en Villamontes, basándose en la hipótesis que el mando paraguayo concentraría sobre el, sus mayores ataques. Hipótesis que se confirmó el mes de febrero – 35, con las exactas informaciones que los espías militares argentinos al servicio de la Legación Diplomática boliviana en Buenos Aires venían proporcionado a medida que evolucionaban los acontecimientos.
A propósito de espías militares argentinos, enfatizar indicando que, desde que en Octubre de 1934, un segundo espía militar se incorporó al servicio boliviano – el mayor Guillermo Mac Hannaford, Ayudante del Jefe de Estado Mayor del Ejército Argentino – a partir de entonces, todos los estudios de Estado Mayor realizados en la sala de operaciones del cuartel general de Buenos Aires, eran de conocimiento del mando militar boliviano.
En cuanto a la aviación paraguaya, al que el comando militar argentino le asignó la misión de destruir objetivos en la retaguardia de Villamontes, no pudo ejecutarlo por carecer de una casi completa incapacidad. Los aviones bolivianos, para esta batalla, se constituyeron en los únicos dueños del aire, señalando objetivos y destruyendo columnas de camiones y concentraciones de tropas.
Prosigamos.
Para el 17 de enero, el ejército invasor llegó a Capirenda y más al norte, su Destacamento Garay, por el camino 27 de Noviembre se aproximaba al Río Parapetí. Simultáneamente a esto y como se señaló más arriba, en Saipurú se organizaba el Segundo Cuerpo de Ejército boliviano al mando del coronel José Anze, para lanzarse a la contraofensiva en la región del Parapetí que se haría efectivo el 17 de abril.
Con la ocupación de Carandaiti, luego Boyuibe y Tiguipa y Macharetí a fines de enero – 35, el mando militar argentino y el propio Estigarribia creyeron que habían dividido en dos al ejército boliviano. Al parecer, desconocían que ya se había terminado de construir un camino paralelo a las cordilleras que partiendo del centro logístico de Choreti, se unía con el sector central (Boyuibe) y norte (Charagua); además, este mismo camino se extendía hasta El Espino en la región de Río Grande y cruzaba la cordillera chaqueña en este sector hacia el este, para internarse en la llanura hasta tocar Saipurú (Puesto Comando del Segundo Cuerpo de Ejército en fase de creación) y de este punto, se prolongaba hacia el sur, hasta tocar Charagua.
Todo este avance paraguayo hacia las cordilleras y la llanura del Parapetí le habían significado muchas bajas y extremas fatigas a su personal. Sobre esto, el mando militar argentino, se refiere en estos términos:
“Tropieza el comando paraguayo con el factor tiempo y los abastecimientos difíciles obligando emplear mujeres gran escala disponible, depósitos intermediarios, cabezas etapas, vehículos para transporte abastecimientos”.
Tantísimas bajas había sufrido el ejército invasor, que el mes de diciembre de 1934 fueron reclutados niños comprendidos entre 15 y 16 años de edad y empleados casi sin instrucción frente a Boyuibe y en la región del Parapetí; en estos sectores serían aniquilados a partir del 9 de marzo – 35.
Muy a pesar de semejantes deficiencias insalvables que incluso eran similares con lo que el Presidente Ayala manifestaba, el Estado Mayor argentino no cejaba en su empeño de presionar a Estigarribia para apoderarse de Villamontes, más todavía cuando el ejército boliviano fue aparentemente dividido en dos y sin mayores posibilidades de actuar en conjunto.
En primera instancia, el Estado Mayor argentino le fijó a Estigarribia el 11 de enero – 35, como fecha de ocupación de Villamontes.
El comandante paraguayo no pudo cumplir este primer plazo, pues, venía haciendo frente a las acciones retardatrices que desde Ballivian y por distintas rutas, efectuaba el ejército boliviano; entretanto, Villamontes, para su defensa sin idea de repliegue, continuaba organizándose.
En su nuevo Puesto Comando de Capirenda, Estigarribia y siguiendo las instrucciones recibidas de Buenos Aires se propuso trasladar su esfuerzo principal sobre Charagua, con la finalidad de alcanzar por esta ruta, Lagunillas y después, Monteagudo y cortar con esto, el eje de abastecimientos boliviano en su sector central. Esta idea era todo descabellado por impedírselo no sólo la gran distancia a salvar, sino, las innumerables serranías que imprescindiblemente requerirían contar con una larga columna motorizada de abastecimientos, que ya no contaba. Además, el único camino camionable para atravesar la gran cordillera charagueña atravesaba la máximas altura de Aguas Calientes donde se había dislocado la Banda de Músicos al mando del capitán Hernán Sardón. A manera de una rajadura, este paso es un punto crítico desde donde fácilmente y con pocas fuerzas se puede batir cualquier objetivo que intentara escalar por las altísimas paredes de ese gran sector.
Nuevamente el Estado Mayor del ejército argentino, en su empeño porque su brazo ejecutor concentrara su atención sobre Villamontes, le hizo conocer a Estigarribia el supuesto complot subversivo en marcha para derrocar al Presidente Luís Tejada Sorzano y para este propósito, sólo se esperaba que esa población cayera; los implicados serían “los generales Lanza y Osorio, apoyados posiblemente por el coronel Toro”. Sin embargo, en la zona de operaciones, la realidad era totalmente distinta: se organizaba la defensa territorial en gran frente, bajo la consigna unánime de “No pasarán”. Lanza y Osorio ya estaban fuera del servicio; Toro fungía como Jefe de Estado Mayor del Comando en Jefe y era opinión de: “el ejército debe acabarse aquí en el Chaco, antes de darse la orden de replegarse a las alturas”. El cerebro de la concepción operativa de esta nueva batalla defensiva en Villamontes era el coronel Ángel Rodríguez.
En las estaciones de Etapas de Villazón, Tarija, Entre Ríos, Palos Blancos y Villamontes, desde meses antes se encontraban acumulados enormes cantidades de munición para todas las armas, víveres, artículos de sanidad, de comunicaciones y otros.
En el denominado “Campo Atrincherado de Villamontes”, se dislocó un Cuerpo de Ejército con cuatro Divisiones y en su flanco derecho (orilla derecha del Río Pilcomayo), una División de 3 mil hombres. Todos, al mando del coronel Bernardino Bilbao Rioja.
La mayor presión argentina para capturar Villamontes se hizo patente con una nueva instrucción remitida el 31 de enero, priorizando esta vez la captura de Villamontes (ver imagen de la carta de operaciones):
…”Conforme con anterior estudio pudo asegurarse caída Carandaiti, aunque fue evacuado por tropas bolivianas obedeciendo plan de su comando. Absolutamente indispensable acelerar acciones para aislar Villamontes y librar allí batalla definitiva porque lo contrario significa muerte operaciones paraguayos que hay que evitar todo trance. … Por eso aconsejamos celeridad ya que no quiso escuchar nuestra opinión de no avanzar Al oeste de Ingavi – Ballivian. Ya que se ha hecho, aconsejamos que ambas columnas norte, marchen rápidamente para librar acción decisiva Villamontes. Para esto, es necesario:
“PRIMERO”:
Columna Bernabé se apodere cuantos antes, de Macharetí y lance sudoeste tropas para cruzar Pilcomayo a la altura de confluencia con el Río Pilaya interceptando camino Tarija – Villamontes.
“SEGUNDO”:
“Columna Ramos marche cuanto antes dirección Villamontes siguiendo con una agrupación por el norte ya sea por Camatindi Guazú o por Caiza pasando por Laguna Blanca. Otra agrupación debe dirigirse directamente hacia Villamontes para atacarla de frente, mientras agrupación norte y columna Bernabé ataquen por el norte y noroeste”.
“TERCERO”:
Aprovechar obstáculos naturales colinas para impedir auxilios Santa Cruz”.
“CUARTO”:
“Columna sud de coronel Fernández debe también apresurar marcha para apoderarse camino Villamontes a Villa Ingavi por San Antonio y Aguaray y de allí amenazar Villamontes por el sur y oeste”.
“QUINTO”:
“Recomendamos rapidez ganar tiempo”.
“SEXTO”:
"Cumplido lo expuesto, puede Bolivia evacuar Villamontes para ofrecer nuevas resistencias más al oeste en terreno más propicio. En este caso, aconsejamos al Paraguay que una vez reunidas tres columnas en Villamontes y alrededores, no debe avanzar más al oeste, sino reorganizar y ocupar defensivamente terreno”.
INTERPRETACIÓN DE ESTA NUEVA INSTRUCCIÓN ARGENTINA:
Le plantea a su ejecutor llevar a cabo dos tenazas envolventes sobre la retaguardia de Villamontes, cada una por una dirección situada a 50 kilómetros al norte (Macharetí) y sur (Caiza), de Villamontes, respectivamente. Otras dos tenazas interiores, de menor radio como maniobras de desbordamiento por las direcciones de Camatindi y San Antonio, este último, situado detrás de la población de Villamontes, en la orilla derecha del Río Pilcomayo. Concurrentemente, “otra agrupación” como ataque frontal o de aferramiento al dispositivo defensivo organizado en cuatro anillos".
No obstante esta última instrucción, Estigarribia, el 7 de febrero de 1935, se decide por intentar capturar dos objetivos al mismo tiempo: Villamontes y Charagua, pero su fuerza en esta última dirección no es la suficiente y los bolivianos continúan retardándolo. Villamontes resiste este primer intento de ataque.
Al día siguiente 8 de febrero, La fuerza envolvente del norte, en su pretensión de atravesar la cordillera del Aguarague es detenida por el Regimiento Manchego y sus refuerzos, donde prácticamente los atacantes son cazados cuando procedían a ascender por las elevaciones de Ñancorainza; los sobrevivientes tuvieron que replegarse a Boyuibe. Al respecto, Estigarribia comentó: “Sufrimos severas pérdidas”...”Así pagamos nuestra inexperiencia de la guerra en montañas”.
El 13 de febrero, el Presidente paraguayo llega hasta Capirenda para anunciarle a Estigarribia que la guerra tocaba su fin; éste le responde que podía apoderarse de Santa Cruz, Beni y Tarija. Este mismo día, sus fuerzas atacan Villamontes con mucha violencia y son rechazados y lo serán también los siguientes dos días.
A su turno, en vista de los infructuosos ataques a la plaza fortificada de Villamontes, el Estado Mayor argentino, el 22 de febrero continuó analizando esta situación, de la que se extracta lo saliente:
“Operaciones desarróllanse lentamente por paraguayos cuyas ofensivas han sido detenidas…Estas paralizaciones del ejército paraguayo llaman atención habiéndose advertido a su comando el peligro de dejar débilmente protegida su ala norte, donde precisamente comando boliviano ha llevado recia ofensiva derrotando o por lo menos neutralizando ventajosamente avance de segundo cuerpo paraguayo, derrotandolo en Ñancorainza con lo que se ha evitado envolvimiento de Villamontes por el norte y noroeste… Situación cuerpo primero y tercero es igual anterior estudio.- Primer cuerpo sigue presionando frente, pero sin intensidad por difícil situación geográfica y por gran peligro que tropas Tarija puedan dirigirse sud Villamontes para meterse como cuña entre primer y tercer cuerpo aislándolos completamente del segundo, que dirigiría tropas contra primer y tercer cuerpos.- Este es grave peligro para paraguayos”.
El 27 de febrero, el Estado Mayor, en Buenos Aires, vertía estas consideraciones:
“Comando paraguayo resolvió modificar momentáneamente planes por pérdidas y desgastes sufridos… pensó ocupar Villamontes esta fecha asestando golpe moral muy grande. No ha logrado objetivo, gobierno instruye carece urgencia ofensiva Villamontes siendo indispensable economía vidas. Esta resolución a nuestro juicio es completamente desacertada desde momento que hemos aconsejado continuamente rapidez operaciones con sacrificio vidas puesto que transcurso del tiempo hácese fuerte ejército boliviano. General Estigarribia pretende sacar tropas del primero y tercer cuerpos para cooperar segundo cuerpo y presionar ala norte y efectuar envolvimiento tan codiciado por comando paraguayo”.
En este caso, Estigarribia buscaba afanosamente profundizar la brecha abierta el 18 de febrero en la quebrada de Taiguati, donde la Sección del Subteniente Félix Méndez Arcos se inmoló: pero, un demoledor contraataque precedido por un infierno de granadas de todo calibre, logró contener la profundización del bolsón abierto. Este 20 de febrero, el mismo Estigarribia se había auto impuesto como fecha para su conquista de Villamontes.
El 26 de febrero, el mando boliviano expidió el siguiente comunicado:
“La ofensiva enemiga sobre Villamontes ha sido completamente quebrantada, siendo más que posible que enemigo no tenga el propósito de reanudarla para insistir en la captura de esta importante plaza, frente a cuyas posiciones dejó miles de cadáveres. Todo deja entrever que el enemigo desplaza actualmente su centro de gravedad sobre los sectores de Boyuibe y Parapetí”.
Efectivamente, al finalizar la primera semana de marzo -35, el Segundo Cuerpo de Ejército paraguayo, el mismo que había intentado atravesar las serranías de la cordillera del Aguarague, volverá a reeditarlo con su Octava División, esta vez por el norte de Boyuibe, partiendo de Itatique, en coordinación con la Sexta y Novena Divisiones que aferrarán el dispositivo defensivo boliviano instalado en Abra de Ururigua, dando lugar la denominada Batalla de Camatindi, donde en menos de cinco días, este Segundo Cuerpo será casi aniquilado. Más al norte, en la región del Parapetí, el 17 de abril, el ejército boliviano y en coordinación entre el Segundo Cuerpo de Ejército y el Cuerpo de Caballería en el Sector Central, serán lanzados a la contraofensiva donde otra vez, el ejército invasor sufrirá nuevas e importantes bajas. Esta contraofensiva se prolongará hasta el mes de mayo; para entonces, el ejército paraguayo, en toda la zona de combate será reducido a unos 13 mil hombres, de un total promedio de 35 mil hombres.
Todavía el 26 de marzo, el Primer Cuerpo de Ejército paraguayo, ya duramente castigado, practicó su último intento por apoderarse de Villamontes, lanzando un sorpresivo ataque sobre el sector del Regimiento Ayacucho y que le costó unos 400 muertos.
El 30 de marzo, el mando boliviano despachó al gobierno, el siguiente radiograma:
“Fracasados los veintisiete asaltos del enemigo en el sector Villamontes, nuevamente el comando paraguayo concentra su masa en el sector Boyuibe, donde nuestras tropas han rechazado y a trece ataques anteriores”.
El 2 de abril – 35, el estudio de estado mayor argentino reflejaba la situación final de esta batalla, del siguiente modo:
“a.- Ante imposibilidad tomar Villamontes comando paraguayo sigue desplazando fuerzas al norte con la intención de atacar Boyuibe – Ñancorainza”.
“b.- Críticos militares argentinos suponen que comando boliviano trata de facilitar ataque paraguayo por el norte Villamontes para después realizar golpe decisivo que aniquilaría al Paraguay”.
“c.- Explican tardanza de ofensiva boliviana que temen se produzca con resultado desastroso para Paraguay”.
“d.- Considerase peligrosa situación ejército paraguayo que en dos meses más quedaría desecho”.
EN SÍNTESIS:
Para librar la Batalla de Villamontes que se esperaba ser la última de la guerra, la idea de maniobra concebida por el Estado Mayor argentino, en los hechos no obtuvo resultado significativo. La maniobra envolvente por el norte cuya misión era apoderarse de la retaguardia profunda de Villamontes, no logró penetrar la cordillera y fue frenada en Ñancorainza. Tampoco su maniobra de desbordamiento por el mismo norte que a costa de muchas bajas, el Primer Cuerpo de Ejército, apenas pudo abrir una brecha en una parte del flanco izquierdo del dispositivo defensivo y que rápidamente fue contenido y finalmente restituido.
En el centro del dispositivo defensivo, el mismo Primer Cuerpo se desgastó tanto en sus ataques de aferramiento, que ya no pudo continuar operando. Tampoco pudo realizar una maniobra de desbordamiento por el sur vadeando el Río Pilcomayo, para capturar San Antonio, asiento del Cuartel General del ejército boliviano.
El Tercer Cuerpo paraguayo, misionado desde Buenos Aires para envolver Villamontes por el extremo sur, haciendo una convergencia por Caiza – situado a 50 kilómetros al sur de Villamontes - en la práctica se limitó a extenderse en la orilla izquierda del Río Pilcomayo, a lo largo de cien kilómetros, sin atreverse a cruzarlo por la crecida del río en esta época e impedírselo la 4ta. División boliviana, que apoyada por artillería, se dislocó en la orilla opuesta.
En cuanto a las bajas sufridas por el invasor en la Batalla de Villamontes, un ex combatiente boliviano, en diciembre de 1935 publicó su libro titulado LA FRAGUA, donde asevera que el enemigo sufrió un promedio de 300 bajas por cada asalto, lo que en 27 asaltos, la cifra resulta ser de 8.100 bajas.
LOS ESTUDIOS DE ESTADO MAYOR DEL EQUIPO DE PLANEAMIENTO DEL EJÉRCITO ARGENTINO.
Los estudios de estado mayor realizados por el Estado Mayor argentino, antes y despues de cada batalla, eran simples, sin formato alguno, semejantes a un mapa mental antes que conceptual que es rigido, vertical . Estos estudios basados en la situación real del día, del ejército boliviano y su oponente y apropiados para su nivel de planeamiento – el estratégico operativo - hacían abstracción de detalles que le correspondían analizarlos y planificarlos al Comando paraguayo.
FUENTES CONSULTADAS:
“SALAMANCA”, Tomo IV, de David Alvestegui.
“VILLAMONTES”, Tomo II, de Juan Lechín Suárez.
Archivos de la Cancillería del Estado.