Por: Daniel Oropeza Alba / Correo del Sur, Marzo de 2019.
Desde el inicio de las hostilidades con Chile, el Prefecto de Potosí, que
además ejercía los cargos de Superintendente de Minas y de Casa de Moneda,
tenía la misión principal de generar los recursos extraordinarios para
financiar los gastos de guerra, especialmente la compra de material bélico,
envío de remesas de dinero a las diversas unidades militares del Ejército
boliviano y compra de animales de monta y remonta con moneda recién acuñada.
Una de las principales fuentes de ingresos del Tesoro Público durante el siglo
XIX fueron las utilidades que generaba la acuñación de moneda con plata
metálica internada por el Banco Nacional de Rescates. Este banco compraba a
precio establecido por el Gobierno los metales producidos en los principales
centros mineros como Potosí, Oruro, Porco, Colquechaca y los Chichas, entre los
más notables.
En enero de 1880, el general Narciso Campero fue elegido presidente provisional
de Bolivia. Tenía por delante la difícil tarea de organizar y equipar el
Ejército nacional para hacer frente al enemigo afrontando una crisis económica
que se generó por un enorme endeudamiento interno y externo en razón de
decadentes administraciones anteriores.
La importación de armas y municiones se convirtió en una de las principales
políticas de Estado para lograr movilizar unidades militares con éxito. En más
de una ocasión, durante la Guerra del Pacífico, unidades como el Escuadrón de
Francotiradores N° 2, al mando del coronel Rufino Carrasco, compuesto por
voluntarios de las provincias de Sur y Nor Chichas, se equiparon con armas
aportadas por sus propios participantes.
El presidente Campero instruyó a nuestro embajador en Argentina, Antonio
Quijarro, que gestione la compra de armamento y lo despache cuanto antes a
territorio nacional prometiendo el envío de los recursos necesarios para
financiar estos contratos. No obstante las buenas gestiones del diplomático, su
misión fracasó por la demora del Tesoro Público en despachar los fondos para su
cancelación y por la política argentina de cerrar sus puertos al tránsito de
material bélico boliviano ejercitada por el presidente Julio Argentino Roca.
Una carta, fechada en Buenos Aires el 31 de enero y remitida por Quijarro a
Campero, muestra sus esfuerzos para conseguir fusiles Remington y cuenta cómo
este noble embajador potosino tuvo que afrontar con su propio dinero la compra
del material bélico:
“Estoy dando pasos para conseguir armas i municiones con dinero tomado a
crédito personal i valiéndome de Gelabert, estoi comprando rifles sumamente
baratos, tanto Remington como Mauser, pues esta última arma es excelente i sus
tiros se adaptan al primero.- También estoi en tratos para conseguir a plazo un
mil fusiles Mauser i seiscientos Remington con 500.000 tiros para cada clase.
Tal vez podré firmar el contrato pasado mañana i recibirme del artículo el 3 o
4 de febrero. Quisiera hacer la remisión inmediatamente pero voi a verme en
figurillas para pagar los fletes que requieren dinero de contado. Antonio
Quijarro”.
El fusil americano Remington se convirtió en una de las armas más exitosas de
su tiempo y fue utilizado por el Ejército boliviano en unidades sobresalientes
como el Batallón Daza Granaderos 1° de la guardia, el Batallón Independencia 3°
de línea, el Batallón Aroma 4to de línea y el escuadrón Rifleros Libres del
Sur.
Aparece Omiste
Durante la Guerra del Pacífico ocupaba la Prefectura de Potosí el doctor
Modesto Omiste. En abril de 1881 fue destinado a la Embajada boliviana en
Argentina en sustitución del doctor Antonio Quijarro, que retornaba al país a
ocupar la cartera de Ministro de Hacienda. En su etapa de diplomático, el
notable educador boliviano cultivó gran amistad con personajes muy
representativos de la cultura y la política argentina como Domingo F. Sarmiento
o Bartolomé Mitre.
En un informe suyo fechado en Buenos Aires el 23 de junio de 1883 y remitido al
doctor Demetrio Calvimonte, Omiste informa sobre sus gestiones conducentes al
cumplimiento de sus misiones encomendadas por el gobierno de Campero. Señala
diferentes temas relativos a la guerra y a las tensas relaciones
internacionales como las siguientes:
Armas: “El 17 [de junio] se embarcó para Rosario con dirección a Tupiza una
nueva factura de armas que remito, que contienen 145 cajones, con 500 rifles
Remington legítimos y nuevos; 100.000 tiros, 100 cornetas; 48 tambores; 200
espadas para oficiales; 200 sables de tropa para caballería y 500 machetes para
vigilantes de los que usan aquí [Argentina], creo que quedarán contentos con
esa remesa”.
Cañones: “Fuera de las 6 baterías pedidas recientemente a la fábrica prusiana
de Solingen, creo que se obtendrán otras 6, en virtud de un contrato con el
sindicato de Bélgica, que va tomando carácter serio”.
Empréstito: “He dado los primeros pasos ante una de las casas más fuertes de
Buenos Aires Mallmann i Cia, la que ha aceptado la idea con entusiasmo i se
compromete patrocinarla en Londres, donde ha escrito remitiendo todos los datos
que le ha suministrado. La aceptación o negativa se nos hará saber por el
telégrafo. En el primer caso, esos Sres. nos dan los anticipos precisos
mientras se coloca el capital en aquel mercado será por 200.000 Libras minimun
y 600.000 Libras máximum. De su resultado pende el porvenir de Bolivia”.
Nicolás de Piérola: “No me explico la razón por que se halla Piérola en La Paz,
como lo comunicó un telegrama de Chile, que fue confirmado por otro del
Subprefecto de Tupiza a quien le pregunté si era cierto lo que nos decían de
Chile. Díganme ud. algo al respecto”.
Nota: Nicolás de Piérola, presidente provisorio del Perú, visitó La Paz con la
política de restablecer la Confederación Peruano Boliviana con el presidente de
Bolivia Narciso Campero y proyectar una nueva ofensiva a Chile; no obstante sus
esfuerzos, su proyecto no prosperó por los repetidos alzamientos en su contra
que tuvieron lugar en su país y que le obligaron a dimitir en diciembre de
1881.
Chile: “No hay otra novedad que la de que el Senado [de Chile] ha desechado el
proyecto de censura contra el Gabinete Santa María, por 16 votos contra 13.
Nada se dice de invasión a Bolivia. Se habla más bien del bloqueo de Pisco,
para hostilizar los pueblos de Ayacucho i el Cuzco, i de que es cosa resuelta
atacar a Arequipa”.
Nota: El político liberal Domingo Santa María asumió la Presidencia de Chile el
18 de septiembre de 1881. Entre los principales objetivos de su gobierno se
había propuesto la finalización de la guerra. Después de la ocupación de Lima
firmó el tratado de Ancón, del 20 de octubre de 1883, por el cual Perú cedía a perpetuidad
la provincia de Tarapacá y aceptaba la ocupación por 10 años más de las
provincias de Tacna y Arica para luego someter a referendo la posesión de las
mismas. Santa María redactó el tratado de Valparaíso del 4 de abril de 1884, en
virtud del cual se pacta una tregua de duración indefinida entre Chile y
Bolivia y la aceptación incondicional de la administración chilena en los
antiguos territorios bolivianos.
Articulo disponible en: http://correodelsur.com/ecos/20190324_potosi-financio-los-costos-de-la-guerra.html
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