Por: Wara Arteaga Very.
Cuando Johannes Popsel Noelle abandona Alemania y arriba a Beni, en 1899, a los 19 años, su nombre de pila fue reemplazado por uno más fácil de pronunciar: Hans. 30 años más tarde, cuando, junto a su familia, arriba a La Paz, cambia su nombre por uno más común: Juan, el comerciante que crea el sombrero borsalino que cautiva a la chola paceña.
La historia de este joven alemán se remonta a su nacimiento, en 1881, en Werl, Westafalia, Las historias familiares cuentan que un día, de casualidad, Popsel se encontraba en el sanitario, leyendo el periódico, allá vio un anuncio en el que se ofrecía un puesto de trabajo en un pueblo llamado concepción de Baures, al norte de Bolivia, en plena selva amazónica.
En ese entonces, Baures era un centro administrativo donde se manejaba la economía del acopio del caucho. Años más tarde se traslada a Concepción de Chiquitos, en Santa Cruz. Alla conoció a quien fue su compañera por el resto de su vida.
A la edad de 30 años, Popsel conocía a Rosaura Callaú, una joven indígena de unos 15 años de edad. A pesar de que en esa época el hecho de que un hombre blanco se case con una mujer indígena representaba un incumplimiento a las normas sociales (un foux pas), el y ella decidieron contraer nupcias y tuvieron ocho hijos
En Concepción, la familia Popsel se dedicaba al negocio del caucho y algodon. Pero, Popsel veía que en estas zonas orientales el desarrollo como ciudad era incipiente y decidió migrar a La Paz en 1929, según el investigador Carlos Gerl.
Luego de un viaje de ocho dias, los primeros a lomo de mula, desde Chiquitos a Santa Cruz y Cochabamba, luego por tren hasta La Paz, la familia llega a la sede de Gobierno. Se instalaron primero en Sopocachi, luego se fueron a Achachicala (a lado de su fuente de trabajo Textiles Forno) más tarde se trasladaron a Obrajes.
En La Paz, junto al alemán
Bernhard Elsner, impulsaron una tienda importadora de mercadería exclusiva. Suministraba artefactos, como cristalería, lámparas, porcelana y ropa, entre otros. Esta importadora fue la antecesora de la famosa Casa Bernardo. Ellos también traían los sombreros bombín.
En 1930 la casa importadora, fundada por Popsel y Elsner, recibía un lote de estos sombreros exclusivos para La Paz, pero llegaron fallados, lo que minimizo con un detalle que incorporó al accesorio.
Él fue quien adaptó este artículo de moda europea exclusivamente varonil al atuendo tradicional de la chola paceña. El sombrero para mujeres que ofrecia Popsel fue tan impactante que hoy no es posible imaginar a una mujer de pollera sin su característico sombrero.
La demanda de los sombreros bombines fue tal que ni siquiera un pedido directo a los proveedores en Europa podía compensarla, pues estos viajes tardaban alrededor de dos meses. “Johannes viaja a Sucre, ahí¬ había una fábrica de sombreros y funda una empresa que se llama Charcas Glorieta. Ni la fábrica dio abasto a la demanda, así¬ que decide que se produzca en Forno”, dice Gerl.
Cuando la sociedad entre Elsner y Popsel se disolvió, este último invirtió en la fábrica de sombreros Charcas Glorieta, en Sucre, Chuquisaca. Se dice que su producción era exclusivamente de sombreros típicos para la chola paceña. Por 1926, Popsel participaba con un 45% de las acciones en la fábrica de Textiles Forno. En 1927, cuando fallecia el fundador Herminio Forno, la fábrica no solo producía para el mercado nacional, sino también para países vecinos y de Europa.
“Los bienes producidos en Bolivia eran capaces de defenderse con éxito contra las importaciones extranjeras”, se lee en el texto ¡Hacer la América!, descendientes alemanes cuentan su historia de Claudia Maennling.
En la fábrica Forno, Popsel tenía una sociedad que siguió vigente y se inicia la fabricación de sombreros bombines exclusivamente para mujeres. Estos eran, sobre todo, en tonos plomos y cafés.
Todos los hijos de Popsel fueron educados en el rubro textil en Alemania. Primero fueron los mayores, Juan y Konrad, después fueron Willy y Eduard. Antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, y luego de culminar sus estudios, Hans Junior regresó a Bolivia para trabajar en la fábrica Forno.
La gran guerra golpeó duro a la familia Popsel Callaú. Los hijos de Juan se dispersaron. Konrad (el segundo hijo) se enamoró de una alemana y se nacionalizó alemán. El cayó en la batalla de Stalingrado (agosto de 1942 y febrero de 1943). “Los otros hijos también se enamoraron de mujeres alemanas, aunque no se casaron tan pronto. Ya que Bolivia le había declarado le guerra a Alemania y ellos poseían la nacionalidad boliviana, fueron apresados como enemigos”, se lee en el libro de Meannling.
De acuerdo al texto, al término de la guerra, ambos hermanos fueron liberados y contrajeron matrimonio. “En 1947, el abuelo Juan Popsel trajo a sus dos hijos sobrevivientes y sus familias, así¬ como la viuda del caído. Todos se trasladaron a La Paz”.
Johannes Popsel falleció en 1949, a los 68 años. Sin embargo, la empresa textil continuó funcionando hasta los años 70, después “no pudo competir con los precios y el contrabando”, dice el libro de Claudia Maennling.
Forno y Charcas, creadoras del sombrero de cholita
Se puede decir que el sombrero de la chola paceña nació, al igual que nacen muchas ideas creativas, en un momento de crisis. Ese importante accesorio de belleza de la mujer símbolo de La Paz nació así¬.
Cuando apareció el sombrero bombín, allá por 1849, en Europa, el novedoso diseño y la practicidad del artículo causa un gran movimiento en la moda masculina.
Conocido también como Bowler, este sombrero fue inventado por el conde de Leicester, Thomas Coke. El sombrero de fieltro, redondeado, de copa baja, rígido y con pequeños bordes era ideal para los guardabosques, quienes al cabalgar por las praderas chocaban sus altos sombreros con las ramas.
Estos sombreros, cuenta el investigador Carlos Gerl, fueron usados por personajes emblemáticos, como el famoso ladón de trenes y bancos Butch Cassidy; el líder de Reino Unido, Winston Churchill; y el gran icono del cine mudo, Charles Chaplin.
“Eran para hombres, llegaban de color negro. Sin embargo, a mediados de 1930, llegan a La Paz unos sombreros más pequeños y de color marrón. Fue un pedido fallado que le llega a Popsel”, cuenta Gerl.
Lo que hubiera terminado como un fracaso, fue el inicio de un éxito sin precedentes. “Con ese error, Johannes tuvo una genialidad. Decidió, por iniciativa propia, transformar el sombrero en un accesorio para las mujeres. Le agregó dos borlas, las que hoy cuelgan del sombrero”, cuenta Gerl.
La pieza fue pensada para mujeres extranjeras de élite, pero sucedió lo contrario. “No son las señoras de clase alta, sino las mujeres de pollera que migraron a las ciudades las que encuentran en el sombrero un complemento a la manta y pollera que visten. En 1930 empiezan a comprar y las ventas se dispararon”, señala el investigador.
La apropiación del sombrero por parte de la mujer de pollera de La Paz es que incluso la forma de llevarlo sobre la cabeza tiene un significado. “Si la mujer es casada, el sombrero va en medio; si es soltera o viuda, se lo acomoda ladeado. Si se lo pone hacia atrás es muestra de que tiene tienen una relación complicada”, asegura Gerl.
// Publicado en Página Siete, el 16 de julio de 2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario