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MUJERES E INDÍGENAS ABRIERON LA GRAN LUCHA POR LA INDEPENDENCIA BOLIVIANA

 

Mujeres indígenas de Bolivia. (Historias de Boliva)

Por: Jorge H. Quispe C.  / Este artículo fue publicado en Página Siete de La Paz, el  6 de agosto de 2021.

En 1812, en Jujuy, Argentina, el general Manuel Belgrano invocaba ante su Ejército: “¿Están presentes las mujeres de Cochabamba? Y un oficial respondía: “¡Gloria a Dios, han muerto todas por la Patria en el campo de honor!”. En la Colonia y la Guerra de la Independencia, las mujeres no solo cuidaron de sus hijos, también apoyaron a sus maridos y muchas de ellas  tomaron el fusil durante la gesta libertaria.

Casi 40 años antes de que se encienda la chispa revolucionaria del 16 de julio en La Paz, el anhelo libertario hizo carne en los indígenas con las primeras revueltas contra la corona española. A continuación revisamos los pasajes más importantes de la lucha que mujeres e indígenas libraron por la libertad.

De heroínas a olvidadas

Entre los siglos XVII y XVIII, en lo que hoy es Bolivia, las mujeres de la clase alta de la ciudad tenían dos opciones “casarse o ir al convento”, expone la historiadora Laura Escobari. Solo algunas aprendían a leer y escribir, particularmente las que iban a  conventos.

Empero, en el área rural algunas esposas de hacendados tenían un rol más activo, se hacían cargo de la cosecha, de las cuentas, el comercio, el cuidado de los animales y la administración de la hacienda, mientras “los esposos se ocupaban de mantener el prestigio de la familia”. Según el libro La mujer en la Colonia, del Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad Central Venezolana, durante la Colonia se consolidó el patriarcado en una sociedad blanca y mestiza.

En esa coyuntura emergieron las figuras de Bartolina Sisa (1753-1782), esposa de  Túpac Katari y Gregoria Apaza (1751-1782) su hermana, quienes  sembraron la semilla femenina revolucionaria de 1781.

Había pasado la mitad del siglo XVII (1700) y en 1780 en Perú, Túpac Amaru (1738-1781) y su esposa Micaela Bastidas (1744-1781) se sublevaron contra la corona española. En esa rebelión ella se encargó de la logística de la revuelta.

La noticia corrió como reguero de pólvora y un año después, en La Paz, Bartolina Sisa  y  Gregoria Apaza, esposa y hermana  de Julián Apaza, autodenominado  Túpac Katari (1750-1781)- dirigieron  el cerco a La Paz junto con el caudillo indígena.

Sisa llevaba la economía de la guerra, compraba armamento y toda la logística de la rebelión. El 17 de mayo de 1781, el español Sebastián Segurola, al enterarse de que Sisa estaba en el sector de Pampahasi, envió un ejército para romper el cerco, pero ella resistió y triunfó. El 2 de julio fue traicionada y apresada en Kalamarka. Ella presenció el descuartizamiento de Túpac Katari el 14 de noviembre. Estuvo encerrada casi un año y el 5 de septiembre de 1782 fue atada a la cola de un caballo y arrastrada para luego  ser ahorcada. 

Su cuñada Gregoria Apaza fue flagelada, violada, azotada y paseada desnuda sobre un burro. Fue ahorcada el 5 de septiembre de 1782. En 1983, el II encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Tiwanaku declaró a ese día como el Día Internacional de la Mujer Indígena. 

Encendida la mecha libertaria, se sumaron  más mujeres. Y tras la Revolución del 16 de Julio en La Paz, Vicenta Juaristi Eguino Diez de Medina (1784-1857) se sumó a la causa. Eguino fue apresada y absuelta dos veces y participó activamente durante los largos 16 años de la Guerra de la Independencia. 

Junto a ella se destacó Simona Manzaneda (1770-1816), mujer de extracción humilde que participó en la Revolución del 16 de Julio. Fue aprehendida en 1816, luego fue rapada y  conducida hasta el cadalso en  un burro, la llevaron hasta el cadalso. Tras recibir 50 azotes fue ahorcada.

 “¡Aquí estamos las mujeres!!!

No obstante, en 1812 se escribió una de las páginas más gloriosas de la participación de la mujer en la Guerra de la Independencia.  Ese año, luego de que el patriota Esteban Arce fue derrotado el 24 de mayo por el español Manuel de Goyeneche, un grupo de mujeres, ancianos y niños esperó a los españoles. 

La madrugada del 27, todas ellas se parapetaron en la Coronilla de Cochabamba y aguardaron a los realistas que les triplicaban en número. “¡Si no hay hombres, aquí estamos las mujeres para defendernos!”, gritaron para darse ánimo, antes de ser abatidas sin misericordia.

Meses después, la Gaceta de Buenos Aires publicó: “El Alto Perú será libre porque Cochabamba quiere que lo sea”, y el general  Belgrano  ordenó que cada día a la hora del llamado de lista en los cuarteles se invoque a las mujeres de la Coronilla.  En homenaje a ellas, el 27 de Mayo se recuerda en Bolivia el Día de la Madre. 

La noticia de la heroica defensa de la Coronilla llegó a todos los rincones. En el sur, Manuel Ascencio Padilla (1774-1816), combatía contra los españoles junto a su esposa Juana Azurduy de Padilla (1780-1862).

En 1814, Juana huía de los españoles junto a uno de sus cuatro niños escoltada por cuatro compatriotas. Sin embargo, al cruzar un río descubrió la traición de ellos y sin titubear empuñó su sable y decapitó a uno y puso en fuga a los otros tres. 

Junto a Los leales, como se llamaba su tropa, Azurduy rescató posteriormente la cabeza de su esposo que luego de ser muerto en 1816 era exhibido por los españoles en la población de Laguna como escarmiento a la sublevación.  Así continuó su lucha hasta ver nacer la República.

Azurduy murió olvidada el 25 de mayo de 1862. Mientras ella agonizaba, el niño Indalecio Sandi, huérfano con el que vivía, salió a la plaza principal de Sucre para pedir ayuda, pero nadie le hizo caso. Ese día, la ciudad celebraba la gesta de 1809.

 El historiador Ricardo Acebey relata que durante la Guerra de la Independencia muchas mujeres anónimas cumplieron el rol de guerrilleras y espías mientras otras confeccionaban uniformes. 

Tras el nacimiento de la República, las que hasta ese momento habían combatido a los españoles fueron nuevamente invisibilizadas, por los hombres. “Si antes los criollos daban su riqueza a los españoles, ahora la administraban ellos, pero para la mujer nada cambió”, resume la historiadora Escobari. 

La insurrección indígena

Antes del gran cerco de 1781 a La Paz, que Túpac Katari y Bartolina Sisa comandaron por 173 días, otros indígenas se levantaron contra la corona española.

El historiador Roberto Choque Canqui, en el libro Situación social y económica de los revolucionarios del 16 de julio de 1809 en La Paz, refiere la primera revuelta indígena que se produjo en 1771 contra el Corregidor de Caquiaviri,  autoridad a la que finalmente  dieron muerte. Los corregidores o autoridades españolas cometían frecuentes abusos contra los indígenas. 

Nueve años después, en marzo de 1780 La Paz se conmovió “con la sorpresiva sublevación de los indios Eugenio Qhispi (Quispe) y José Chino, quienes sorprendieron a las autoridades reales obligándolas a refugiarse en la casa del obispo. La situación  se complicó “cuando llegaron más indígenas a la ciudad”.

Quispe y Chino protestaban por las injusticias que la Aduana cometía contra los indígenas. Ese mismo 1780, un campamento español instalado en lo que hoy es el Kenko (Q’inq’u), en la ciudad de El Alto, fue asaltado. Posteriormente, las asonadas indígenas continuaron en el altiplano, en Río Abajo y los Yungas paceños.

Hasta La Paz llegó la noticia de la revuelta de Túpac Amaru del 26 de agosto de 1780 en Perú . Y luego  siguió la del 4 de noviembre, en Chayanta, Potosí, liderada por Tomás Katari.

En esas circunstancias,  un año después estalló la mayor rebelión aymara. Su líder fue Julián Apaza Nina o Túpac Katari. El indígena,  su esposa Bartolina Sisa y su hermana Gregoria Apaza comandaron a más de 40.000 hombres y cercaron la ciudad de La Paz por 173 días.

Katari  fue traicionado el 9 de noviembre de 1781 por Tomás Inca Lipe. Había sido uno  de sus hombres más leales hasta que aceptó el  soborno de los españoles. 

A los cuatro días de su apresamiento, y tras un proceso seguido por el criollo Francisco Tadeo Diez de Medina (oidor de la Audiencia de Chile), Katari fue descuartizado atado a  cuatro caballos, en presencia de muchos indios y españoles en Peñas, La Paz, el 15  de noviembre de 1781. Un año después, Sisa y Apaza también fueron asesinadas.

Años más tarde, en 1805, se produjo otra revuelta casi generalizada en el Alto Perú, en la que participaron los criollos (hijos de españoles), pero fue en 1809 cuando estalló la revolución, un movimiento engendrado por los indígenas  40 años antes de las gestas de mayo y julio.

 

El aporte femenino

1780 Micaela Bastidas se subleva contra España en Perú junto a  Túpac Amaru. Su valor  inspira a Bartolina Sisa y Gregoria Apaza, que comandaron el cerco con Túpac Katari.

1781 Bartolina Sisa y Túpac Katari organizan el cerco a la ciudad de La Paz por 173 días. Posteriormente ella  resiste el ejército español durante la batalla en Pampahasi, pero luego es traicionada y ve la muerte de Katari.

1782 Bartolina Sisa y Gregoria Apaza son flageladas, violadas y paseadas desnudas sobre burros antes de ser ahorcadas,  el 5 de septiembre de 1782. Por ello en 1983 se instituyó el Día Internacional de la Mujer Indígena.

1816 Juana Azurduy de Padilla vence a los españoles y rescata el cráneo de su esposo Manuel Ascencio Padilla, que era exhibido como escarmiento en Laguna. Azurduy murió olvidada por las autoridades el 25 de mayo de 1862.

El aporte indígena

1771 Se produjo la primera revuelta indígena en Caquiaviri, La Paz, donde los habitantes dieron muerte al Corregidor español que cometía abusos contra los indios.

1780 Los indios Eugenio Qhispi (Quispe) y José Chino sorprendieron a las autoridades reales obligándoles a refugiarse. Ese año se dio además una rebelión encabezada por Tomás Katari en Chayanta, Potosí

1781 Se realizó el gran cerco a la ciudad de La Paz. Tupac Katari y unos 40.000 hombres sitiaron la urbe por 173 días. No ingresaron alimentos a la vieja ciudad del Illimani, donde estaban asentados los españoles que dirigían la urbe.

1781 Tupac Katari  fue traicionado el 9 de noviembre de 1781 por Tomás Inca Lipe, uno de sus hombres más leales al que sobornaron los españoles. Luego fue descuartizado  en la población de Peñas, el 15 de noviembre.

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