A Inicios del siglo XX, Oruro surgió como una ciudad cosmopolita por los hechos
acaecidos en este tiempo donde sus habitantes con un espíritu progresista
establecieron sitios de cultura, negocios, y todo tipo de comercio. La
hospitalidad demostrada a extranjeros también hizo lo suyo y varios terminaron
echando raíces en suelo orureño.
Por: Humberto Apaza Orozco.
La industria, el comercio y la actividad cultural era incesante. Oruro era la
ciudad floreciente del Siglo XX. Los extranjeros, que se habían anoticiado de
la efervescencia de la minería, llegaron desde Inglaterra, Yugoslavia, Estados
Unidos, Israel, Alemania y Francia, en busca de nuevas oportunidades de
progreso y desarrollo.
Dubrascic y Sabioncello instalaron su ferretería Hinke y Cía., con una variedad
de productos para el trabajo de las minas. La Fábrica Zamora y Cía., con cueros
de cabra y botas de la mejor calidad, era la principal proveedora de calzados
para los mineros de San José, Itos, La Colorada, Huanuni, Uncía y Siglo XX.
Los novedosos camiones de 2 y media y 3 y media toneladas, ya habían ingresado
por ferrocarril y parecían unas carretas con cabina, pequeñas, pero listos para
ser utilizados. Se llamaban los autocamiones Garford. También se ofrecían a la
venta los automóviles sin rival Dort y National, los primeros vehículos que
sorprendieron a todos. No había necesidad de tener caballos para viajar de un
lado a otro.
EL GRAN EDEN
El Gran Edén ya había adquirido la fama nacional e internacional. Todo
extranjero que llegaba a Oruro, tenía su alimentación adecuada en ese
restaurant ubicado en la calle Gobierno (Presidente Montes), esquina Alianza
(Adolfo Mier).
Era "el mejor local cosmopolita", porque en Oruro se encontraban
ciudadanos de varias nacionalidades del mundo, donde contaban sus aventuras,
fracasos y triunfos, aquellos que tenían ansias de invertir sus recursos,
trabajar y aportar a esta ciudad, con los mejores servicios básicos, como agua
potable y energía eléctrica.
El Hotel Edén tenía un comedor para trescientas personas, una sala de bailes,
dos grandes salones para billares, una sala de palitroque, una pastelería y un
bar, para satisfacer los gustos de los más exigentes estantes y visitantes,
convirtiéndose en un referente de la prosperidad y la modernidad nacional e
internacional.
El Gran Edén tenía también las más recientes cintas cinematográficas y una
orquesta, como en ninguna otra parte de Bolivia.
El cirujano dentista norteamericano Julius Protzel llegó a Oruro y se quedó enamorado
de esta tierra, como Bonacci y Petroswi.
Oruro -como decía el poeta Luis Mendizábal Santa Cruz-, era la enamorada del
gringo y del gitano, pero cuando traían en sus manos la crispación dichosa del
trabajo. Oruro era el centro del poderío económico, social y político, aunque
el Palacio de Gobierno funcionaba en La Paz.
Oruro era el bastión del acontecer político de las corrientes
institucionalistas. Aquí se fundó el Partido Republicano Genuino, el 3 de enero
de 1914, con la participación del general José Manuel Pando, Daniel Salamanca,
Bautista Saavedra, Demetrio Canelas, Domingo L. Ramírez, Adolfo Mier, Abel
Iturralde, Román Paz, Florián Zambrana, León M. Loza y Rafael Ugarte.
Imagen: Plaza 10 de Febrero de Oruro, al fondo se observa el edificio de la
actual gobernación del departamento, también se observa la ruta del tranvía que
poseía la ciudad. (Créditos: Centro de Acción Orureña)
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