Corre el año de 1702, bajo el dominio del Santo Oficio y la Inquisición, en la
ciudad de La Paz se presentó ante el alcalde Diego Martínez de Baigorri la acusación
formal contra la indígena Josefa Apaza por brujería y hechicería. Josepa fue
convocada e interrogada por los traductores españoles Melchor de Torres y
Marcos Durán.
Durante la investigación se pudo constatar que había realizado ceremonias con
velas negras, enterrado calaveras, algunos animales, como conejos, lienzos y
otros. Estas “pruebas” fueron suficientes para demostrar que era una bruja, la
primera en la ciudad. En 1703 fue sentenciada a 50 azotes por sus prácticas
paganas y 200 si reincidía. Muchos pidieron la hoguera, pero la mujer
desapareció y no cumplió su castigo.
// Fuente: Página Siete, 23 de junio de 2019 // Fotografía: Niños indígenas
altiplánicos. Década de los 60s. // Mas curiosidades en : Historias de Bolivia.
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