...ES BUENO ADMITIR QUE NINGÚN HOMBRE PÚBLICO QUE DEJÓ EL
PODER, DEMOSTRÓ TANTA HONORABILIDAD Y HONRADEZ COMO EL PRESIDENTE VILLARROEL...
El gobierno del Mayor Gualberto Vlllarroel desde la iniciación de su gestión,
buscó realizar una política de entendimiento nacional, no podía concebir que
hubieran ciudadanos bolivianos con poca o casi nada de sensibilidad nacional,
con el alma encallecida al servicio de la Rosca Minero Feudal.
Las decisiones políticas en Bolivia tenían virtualmente que afrontar las
inmoralidades, las transgresiones, las represalias a la audacia política, el
desafiar abiertamente al poder de la minería dominante, constituida en élite,
con poder de decisión sobre la política y sus condiciones inherentes sobre el
Estado y los círculos de los intelectuales políticos.
Uno de los aspectos claros que afloran a la luz de la historia y es bueno
admitir que ningún hombre público que dejó el poder, demostró tanta honorabilidad
y honradez como el Presidente Villarroel digno ejemplo de un militar consagrado
por entero al servicio de la patria. Para el pueblo de Bolivia la Revolución
del 20 de diciembre de 1943, fue un vislumbrar de un nuevo futuro, fue la
esperanza cimentada sobre la verdad, la justicia, la dignidad de un Estado,
después de cincuenta años de un artero sojuzgamiento por la oligarquía y las
imposiciones políticas de los Barones del Estaño Boliviano.
Villarroel en su corto período de gobierno, satisfizo y creó las nuevas
expectativas del nuevo Estado. Un Estado con dignidad, con libertades sociales,
un estado con perspectivas económicas, un estado con libertad política; esta
sincronización de actividades del estado, generadas por un gobierno con
tendencias revolucionarias, era el objeto de la expectativa, no solamente
nacional sino también con mayor preponderancia en las corrientes
internacionales y Villarroel al frente de su gobierno soportó con estoicismo la
oposición violenta y despiadada que desataron los amos en esta parte de los
Andes, resistir con tolerancia los desmanes y las exigencias de los propios
compañeros de lucha de esa singular empresa de gobierno, que tenía la
responsabilidad primordial de mantenerla firme, y proyectarla en dimensiones
mayores.
...Se organiza el gabinete a las 12 del día cuando aún estaban cerradas las
puertas y ventanas del Palacio de Gobierno, en una salita convertida en
eventual despacho presidencial; en esta misma oportunidad se convino que la
presidencia debía ser ejercida por el Mayor Gualberto Villarroel. Muchos
escritores tratan de disminuir la figura del Presidente Mártir y muestran su
extrañeza porque no era un personaje conocido hasta la revolución de 1943; pero
sí, era un militar que estaba ausente de la adulación política de la época, no
lisonjeaba su dignidad de hombre, su espíritu revolucionario y lealtad a su
patria, ni se ofrecía a la adulación, para asaltar el poder, tal como ocurría
antes de 1943 y las posteriores que nos muestran con realismo inconfundible y
están impresas en los marcos de la historia política del país.
Villarroel no era un ambicioso del poder por el poder, hemos desentrañado con
alguna prolijidad la personalidad del Presidente de la Revolución Nacional,
para aceptar la responsabilidad hasta el sacrificio de su vida, con el más alto
sentido de renunciamiento, de ahí que su presencia ante la creciente
efervescencia popular, tomara caracteres de historia, se prolongará como una
figura de hombre con audacia, con coraje, con responsabilidad, con principios
firmes en la dignidad del Estado, y es, el hombre que derriba todo el andamiaje
de la vieja y estructurada oligarquía minero feudal.
(Fuente: VILLARROEL MÁRTIR DE SUS IDEALES Y EL ATISBO DE LA
REVOLUCIÓN NACIONAL - Rene Gonzales, Luis Iriarte). —cortegosky©—
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