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VILLAMONTES: EL ANILLO DE HIERRO (Guerra del Chaco)


Por: Jorge Abastoflor Frey // 12 de febrero de 2019. 


Es 12 de febrero de 1935, y el Ejército paraguayo está terminando de completar su anillo de hierro alrededor de Villamontes; la población boliviana, convertida en fortaleza militar, que alberga a todo el Comando del Ejército boliviano en Campaña en el Chaco Boreal.
El Comandante paraguayo, Coronel Estigarribia, había ordenado un ataque concéntrico sobre Villamontes, que debía realizase con tres Cuerpos de Ejército: Un Cuerpo de Ejército debía atacar por el Norte, otro por el Este y el último por el Sur. El Segundo Cuerpo de Ejército paraguayo, proveniente del Norte, debía envolver el flanco izquierdo de los defensores, mientras que el Primer Cuerpo de Ejército y el Tercer Cuerpo de Ejército paraguayos debían converger sobre Villamontes, desde el Centro y del Sur respectivamente, aferrando a los defensores.
El Coronel Bernardino Bilbao Rioja, responsable de la Defensa de Villamontes, examina el mapa que tiene delante de sí, observando cómo el avance paraguayo se ha manifestado incontenible sobre el reducto boliviano, y lamentando en silencio la caída de varias poblaciones bolivianas en este proceso. El recuento es claro: el 04 de enero cayó Carandaití; el 11 de enero fue Capirenda; y el 18 de enero se perdió Santa Fé.
Pero, el ímpetu del Ejército paraguayo no se detuvo allí. El 05 de febrero el Segundo Cuerpo de Ejército paraguayo ocupó la población de Tarairí; y el 06 de febrero se produjeron los primeros contactos entre este cuerpo paraguayo y fuerzas bolivianas en las serranías de Camiri, comenzando una dura Batalla en la zona de Ñancoraiza el 07 de febrero. (Díaz Arguedas)
El 09 de febrero comenzaron los ataques paraguayos sobre Villamontes. El 11 de febrero, las acometidas se focalizaron en el ala izquierda de las defensas bolivianas, sin que se produjera ninguna ruptura de la línea. Pero esto era sólo el principio, estas demostraciones de fuerza no tienen otro objeto que localizar posibles puntos débiles en las líneas defensivas. Lo peor está por venir.
¡Es nuestro momento Moscoso! Le dice Bilbao Rioja a su segundo al mando, sin despegar la vista del mapa.
El Mayor Moscoso observa en silencio a su Comandante, mientras se pregunta si había llegado el momento de la expiación. A fin de cuentas, la guerra había comenzado de su propia mano el 15 de junio de 1932, cuando tomó aquella choza, que los paraguayos habían levantado con el nombre de Fortín Carlos Antonio López, a orillas de la laguna Pitiantuta, llamada Chuquisaca por los bolivianos. ¡Que vengan! Responde Moscoso, consciente de la forma inexorable en que ha obrado el destino.
A Bilbao Rioja le agrada la convicción de Moscoso porque no tiene planes para replegarse de Villamontes. El Comandante boliviano ha ordenado colocar cargas explosivas sobre el puente, aún sin terminar, que se encuentra sobre el río Pilcomayo y ha escogido entre sus más fieles ayudantes un par de hombres que tienen la misión de incendiar la “chalana” (embarcación) que es en esos momentos la única forma de cruzar el río. Todos en Villamontes están advertidos de estas medidas tomadas por Bilbao Rioja como señal de que ha llegado el momento de la verdad.
¡Bajo el cielo de Villamontes se eclipsarán para siempre las glorias de Estigarribia y renacerá la fe en las armas bolivianas! Había manifestado varias veces Bilbao Rioja a sus oficiales.
Pero la determinación del Comandante boliviano no nacía sólo de la fe. La preparación que se había hecho de la batalla por venir había sido intensa y meticulosa. Las defensas de Villamontes eran una maravilla de la ingeniería militar, sin parangón en la larga historia de enfrentamientos armados que había tenido el continente sudamericano.
Villamontes estaba protegida por tres líneas defensivas, una línea de “resistencia final” alrededor de la población, densamente defendida mediante un sistema de trincheras. A continuación, en la orilla norte del río Pilcomayo, a una distancia variable de entre 2.500 y 5.000 metros delante de la línea de “resistencia final”, se encontraba la “línea principal” de defensa, que se extendía por 43 kilómetros desde Irua hasta las serranías de Caigua (Querejazu), también constituida en su mayor parte por trincheras interconectadas entre sí y con la línea de “resistencia final”. Finalmente, delante de las dos anteriores, se había colocado una línea adicional a manera de “velo provisional”, que en principio era solamente un gran campo despejado de tiro, con posiciones para los centinelas a cierta distancia unas de otras.
Sin embargo, la aproximación cautelosa de los paraguayos le proporcionó casi un mes al Coronel Bilbao Rioja para construir trincheras, colocar alambradas, establecer reductos para la artillería y armar nidos de ametralladoras en aquel “velo provisional”, convirtiéndolo en una verdadera “primera línea de defensa”.
Además, Bilbao Rioja emplazó en la orilla suroeste del río Pilcomayo a la Cuarta División, con cuatro baterías de artillería (Querejazu), desde donde podía hostigar los avances paraguayos.
Todo el Comando boliviano estaba consciente de que Villamontes es el objetivo político y militar para el comando paraguayo y ese convencimiento desmoronó cualquier obstáculo y objeción que hubiese a las tareas que había ejecutado Bilbao Rioja para defender Villamontes. Más aún, la fortaleza que había construido Bilbao Rioja se había convertido en el principal punto de apoyo de todo el sistema defensivo boliviano que había adquirido su conformación definitiva: Villamontes – Serranía del Aguarague – Serranía de Charagua – Río Parapetí.
Mientras Villamontes comienza a ser objeto de un ataque cada vez más mortífero y sostenido, Bilbao Rioja recibe noticias desde el Norte: ha concluido la Batalla de Ñancoraiza con victoria para las armas bolivianas. ¡Camiri está a salvo por ahora! Piensa Bilbao Rioja, pero eso significa que el centro de gravedad de los ataques paraguayos va a cambiar.
¡Ha comenzado la Batalla de Villamontes!
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(Imágene al pie: Museo de la Guerra del Chaco, Academia Boliviana de Historia Militar - ABHM, La Paz - Bolivia)

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